Primera Lectura: Proverbios 30,
5-9
5Cada palabra de Dios es acendrada,
él es escudo para los que se refugian en él.
6No añadas nada a sus dichos,
no te arguya y aparezca tu fraude.
7Dos cosas te he pedido a ti;
no me las rehúses mientras viva:
8aleja de mí falsedad y mentira;
no me des riqueza ni pobreza,
concédeme mi ración de pan;
9no sea que me sacie y reniegue de ti,
diciendo: ¿Quién es el Señor?;
no sea que necesitado robe
y abuse del nombre de mi Dios.
EXPLICACIÓN.
30,5-6. La respuesta a tales
preguntas es la palabra de Dios, la revelación; esa palabra no tiene escoria,
Sal 12,7; 18,31, ni mengua, el hombre no debe manipularla: Dt 4,2; 12,32.
30,7-9. Todos los pecados
mencionados tienen que ver con la palabra: falsedad y mentira, frases
desafiantes y arrogantes, nombrar al Señor en vano. Riqueza y pobreza se
entienden primero en sentido propio.
Por una ley del paralelismo
los dos peligros afectan a los dos sujetos: de la riqueza se sigue saciedad,
satisfacción, confianza propia, desprecio de Dios, abuso de su nombre; de la
pobreza, el robo, la protesta contra Dios, el maldecir su nombre. Compárese con
Flp 4,12 y 1 Tim 6,8.
Salmo
Responsorial: 119 (118) 29. 72. 89. 101. 104. 163
29 Aparta de mí el camino falso
y dame la gracia de tu voluntad.
72Más vale para mí la ley de
tu boca
que mil monedas de oro y plata.
que mil monedas de oro y plata.
89Tu palabra, Señor, en el
cielo
está firme por siempre.
está firme por siempre.
101Cohíbo mis pies de todo
mal camino,
para observar tu palabra.
para observar tu palabra.
I04Reflexiono sobre tus decretos,
por eso detesto toda senda falsa.
163Detesto y aborrezco la mentira,
amo tu voluntad.
EXPLICACIÓN.
119,25-32 "Pegado al
polvo" es estar a la muerte (Sal 44,26); el Señor lo hará
"revivir". Dt suele decir "pegado I adherido a
Dios"; aquí se adhiere a los preceptos. Contar a Dios nuestras andanzas o
"caminos" es una bella forma de oración: Dios tiene paciencia para
escuchar. "Confórtame": otra función atractiva de la ley.
119,65-72 Con cuatro
menciones de "bueno" puede componer un tratado de bienes. Dios es
bueno y benéfico, buena es la instrucción de Dios y también la aflicción por la
que aprendo. El "gusto" es metáfora de discreción o discernimiento:
ls 7,15s; Sal 34,9. El pecado por "inadvertencia" (Sal 19,12s) se
cura con un escarmiento leve. En 69-70 leemos dos de las pocas imágenes del
salmo: dedicadas a enemigos malvados. El último verso adopta la forma clásica
de refrán "más vale": compárese con Prov 3,15; 8, 10.19.
119,89-96 El tema de la
perpetuidad atrae motivos cósmicos de creación: duración celeste, estabilidad
de la tierra. En contraste entra la condición caduca del ombre: perece por el
sufrimiento, por la persecución del enemigo. Necesita que Dios lo salve y le
dé, mantenga la vida. La "palabra" de Dios aparece
"plantada" en el cielo, donde cobra su firmeza y seguridad (cfr. Sal
89,3). Como en castellano, la palabra hebrea "acabado" contiene una
sugerente ambivalencia. Es lo llevado a cabo, perfecto, y es lo que se acaba.
Perfil y forma son perfección desde dentro, límite desde fuera. Sólo el mandato
de Dios se dilata inmensamente.
119,97 -104 El orante se
siente satisfecho y se compara con otros: "enemigos, maestros y
ancianos". El arte está en combinar meditación con observancia para
adquirir un saber teórico y práctico. Se puede entreoír una polémica entre ley
y sabiduría, rebajando la segunda a favor de la primera. "Amar" la
ley; Dt 6,5 inculca amar al Señor. La comparación de la miel parece inspirada
en Sal 19,11.
119,161-168 La declaración
del v. 164, tomada a la letra, inspiró prácticas de rezo: siete veces al día;
superponiendo al ritmo biológico un ritmo espiritual, devocional. Frente a la
palabra de Dios siente el orante temor y gozo, en una extraña polaridad. El
"amor" es la fuente de la observancia. Una "paz" sin
"tropiezos" es el premio de tal amor.
Trasposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a
la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la
roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en
Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así
y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del
"camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso
al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo.
Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la
vida".
Evangelio: Lucas 9, 1-6
1
Convocó a los Doce y les dio fuerza y autoridad sobre toda clase de demonios y
para curar enfermedades.
2 Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos,
3 diciéndoles:
- No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas.
4 Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar.
5 Y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos.
6 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.
EXPLICACIÓN.
E'. Misión del Israel mesiánico. 1-6. Fuerza, con la que ha curado Jesús (5,17; 6,19; 8,46), la del Espíritu (4,14); autoridad, también del Espíritu (4,32.36). Doble aspecto de la misión (2): proclamar y curar. La expulsión de demonios, unida a la proclamación (cf. 4,36). Instrucciones: no llevar nada: el bastón (3), como arma defensiva, impropio del discípulo (6,29); no preocuparse por el sustento (12,22ss); dos túnicas, propio de gente acomodada (6,20). No ser exigentes (quedarse en la misma casa) (4). Se sacudía el polvo de las sandalias al volver a Israel desde una tierra pagana; aquí, cualquier lugar que no acepte a los discípulos rechaza al verdadero Dios (5).
Lc no señala que ejercieran la "autoridad sobre los demonios" que Jesús les había conferido (cf. 9,1) y puntualiza que "fueron de aldea en aldea" (6, reductos nacionalistas), en lugar de ir por los "pueblos/ciudades" (cf. v.5 y 10,8ss).
2 Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos,
3 diciéndoles:
- No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas.
4 Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar.
5 Y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos.
6 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.
EXPLICACIÓN.
E'. Misión del Israel mesiánico. 1-6. Fuerza, con la que ha curado Jesús (5,17; 6,19; 8,46), la del Espíritu (4,14); autoridad, también del Espíritu (4,32.36). Doble aspecto de la misión (2): proclamar y curar. La expulsión de demonios, unida a la proclamación (cf. 4,36). Instrucciones: no llevar nada: el bastón (3), como arma defensiva, impropio del discípulo (6,29); no preocuparse por el sustento (12,22ss); dos túnicas, propio de gente acomodada (6,20). No ser exigentes (quedarse en la misma casa) (4). Se sacudía el polvo de las sandalias al volver a Israel desde una tierra pagana; aquí, cualquier lugar que no acepte a los discípulos rechaza al verdadero Dios (5).
Lc no señala que ejercieran la "autoridad sobre los demonios" que Jesús les había conferido (cf. 9,1) y puntualiza que "fueron de aldea en aldea" (6, reductos nacionalistas), en lugar de ir por los "pueblos/ciudades" (cf. v.5 y 10,8ss).
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