lunes, abril 01, 2019

LECTURAS DEL MARTES 30 DE ABRIL DEL 2019


PRIMERA LECTURA. Hechos 4,32-37. 


32 En la multitud de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: nadie consideraba suyo nada de lo que tenía, sino que lo poseían todo en común.
33 Los apóstoles deban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho vigor; todos ellos eran muy vistos, 
34 porque entre ellos no había ningún indigente, ya que los que poseían campos o casas los vendían, llevaban el producto de la venta
35 y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
                    36 José, a quien los apóstoles dieron el sobrenombre de Bernabé -que significa Exhortador-, clérigo levita, natural de Chipre,
37 poseía un terreno, lo vendió, llevó el importe y lo puso a disposición de los apóstoles. 

Explicación. 

Segundo sumario, redactado en forma de tríptico (4,32-35; 4,36-5,11; 5,12-16).  La mayoría de los autores, no apercibiéndose de la existencia de un tríptico, lo divide en dos: 4,32-35, segundo sumario, y 5,12-16, tercer sumario. La primera hoja del tríptico (4,32-35) describe brevemente la imagen que presenta la comunidad en el momento aquel. El testimonio de los apóstoles sigue polarizado en la resurrección de Jesús (33). En relación con el primer sumario (2,42-47), se constata un notable desarrollo: mientras antes la comunidad administraba ella misma sus bienes, ahora son los apóstoles quienes se han constituido en administradores de los bienes comunitarios (35a; cf. 4,36; 5,2); se ha pasado del simple reparto (2,45; "lo repartían entre todos") a la distribución equitativa y organizada (4,35; "luego se distribuía").

                 En el centro (4,36-5,11) se contrapesa con tres ejemplos concretos la imagen que se acaba de dibujar. Primer ejemplo, positivo. José "Bernabé", el Consolador o Exhortador (lit. "hijo de consuelo/de la exhortación", uno que es eminente en esa actividad, cf. 11,23; 14,2), pertenece a la tribu de Leví y es de origen chipriota, por tanto un helenista (36). Ése cumple perfectamente con las directrices que rigen en la comunidad (37). 

SALMO. 93,1-2.5. 


1EI Señor reina, de majestad vestido, 

el Señor, vestido y ceñido de poder. 
Así está firme el orbe y no vacila. 
2Tu trono está firme desde siempre,
tú eres eterno. 
5Tus mandatos son eficaces;
a tu casa corresponde la santidad, 

Señor, por días sin término. 
Explicación.
93,1 Propone el tema de la realeza: compárese con Is 24,23; 52,7; Sal 47,9. Yhwh es rey, tiene una "casa" o palacio, se sienta en un "trono" estable, "se viste" el manto real," se ciñe" el fajín del poder, pronuncia "decretos" inmutables. El "orbe" está asentado sobre el océano subterráneo de agua dulce (Apsu ).
93,2 El "trono" es celeste: Is 6,1; 66,1 "Eterno" designa un tiempo indefinido. 
93,5 Por el contexto, creo que se refiere a los decretos cósmicos, como en otros textos: Gn 1; Sal 148,6; Job 28,26; Jr 5,22; 31,35s.

Transposición cristiana.


 El evangelio presenta narrativamente la victoria de Jesús sobre las aguas: Mt 8,24-27par; alusiones escatológicas se leen en Lc 21,25 Y Ap 12, 15; 17,15. La violencia se desata contra Jesús, hasta la aparente victoria de su muerte; al vencerla con su resurrección se inaugura su reinado.  
 EVANGELIO.  Juan 3,7-15.

7. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”.

8. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, aunque no sabes de dónde viene ni adónde va. Eso pasa con todo el que ha nacido del Espíritu.
9. Replicó Nicodemo:
- ¿Cómo es posible que eso suceda?
10. Repuso Jesús:
- Y tú, siendo el maestro de Israel, ¿no conoces estas cosas?
11. Pues sí, te aseguro que hablamos de lo que sabemos y que damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero nuestro testimonio no lo aceptáis.
12. Si os he expuesto lo de la tierra y no creéis, ¿cómo vais a creer si os expongo lo del cielo?
13. Nadie sube al cielo para quedarse más que el que ha bajado del cielo, el Hombre:
14. Lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hombre,
15. para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva.

Explicación.

El viento/Espíritu sopla donde quiere (cf Gn 2,7), el reinado de Dios no conoce fronteras, no se limitará a Israel.

Escepticismo de Nicodemo (9). Diálogo tenso (10). El magisterio fariseo perpetúa a Moisés como maestro (el maestro de Israel). Hablamos de lo que sabemos (11), plural que incluye a la comunidad, en su controversia con el fariseísmo del tiempo de Jn. Lo de la tierra, contenidos de la antigua Escritura (cf. Jr 31,31ss; Ez 36,25ss); lo del cielo, la nueva realidad del Reino, explicada a continuación. Callejón sin salida (12).

Frente a las dos reacciones, verdadera realidad del Mesías (13-21). Para los fariseos, la Ley era fuente de vida y norma de conducta. La única fuente de vida es el Hombre levantado en alto, el Hijo de Dios, don de Dios a la humanidad para salvarla (13-18). Haber bajado del cielo (13) señala la calidad divina de Jesús, por poseer la plenitud del Espíritu (cf. 1,32: el Espíritu que bajaba como paloma desde el cielo). Subir al cielo para quedarse, victoria, éxito. Sólo el que es capaz de amar hasta el don de sí mismo puede obtener y asegurar el triunfo definitivo, instaurar la nueva sociedad humana (el reino de Dios).

LECTURAS DEL LUNES 29 DE ABRIL DEL 2019

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.


PRIMERA LECTURA. Hechos 4,23-31.

23 En cuanto los soltaron, volvieron a los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los senadores.
24 Al oírlo, todos a una invocaron a Dios en voz alta:
                   - Dueño nuestro, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen (Éx 20,11); 
25 tú dijiste por boca de tu servidor, David, nuestro padre, inspirado por el Espíritu Santo:

                  ¿Por qué se amotinaron las naciones
                     y los pueblos planearon fracasos?
                  26 Se juntaron los reyes de la tierra
                     y los jefes se aliaron con un propósito común
                     contra el Señor y contra su Mesías (Sal 2,1s).

27 Realmente se aliaron en nuestra ciudad Herodes y Poncio Pilato con las naciones paganas  y pueblos de Israel contra tu santo Servidor Jesús, tu Ungido,
28 para realizar cuanto tu designio eficaz había decretado que sucediera.
29 Ahora, Señor, fíjate cómo nos amenazan, y concede a tus siervos exponer tu mensaje con toda valentía;
30 al mismo tiempo extiende tu mano para que se realicen curaciones, señales y prodigios, cuando invoquemos a tu santo Servidor Jesús.
                  31 Al terminar esta súplica retembló el lugar donde estaban reunidos, se llenaron todos ellos de Espíritu Santo y se pusieron a exponer con valentía el mensaje de Dios.

EXPLICACIÓN.

23-31. La súplica de la comunidad, tras la liberación de sus representantes  (23), se centra, en su parte expositiva, en la muerte de Jesús, cuya responsabilidad se atribuye a una confabulación de todos los jefes de la humanidad -tanto paganos (Pilato) como judíos (Herodes)- contra Dios y su Ungido, el Mesías (24-28). En la parte parenética piden a Dios valentía total de palabra y que confirme el mensaje con curaciones, señales y prodigios (29s).

                 "Retembló el lugar donde estaban reunidos": en Pentecostés el juicio escatológico anunciado por Juan (Lc 3,16) se materializó en una "ráfaga violenta de viento que llenó toda la casa" (sinónimo del templo) donde están reunidos son sacudidos como si se tratara de un terremoto. Ya no volverán a presentarse las consabidas expresiones que revelaban su apego incondicional al templo (cf. Lc 24,53; Hch 1,14.14; 2,42.46; 3,1.3.8) ni se mencionará en adelante el "propósito común" que hasta ahora albergaban (1,15; 2,1.44.47).

                  La efusión del Espíritu Santo sobre todos los miembros de la comunidad sin excepción da remate al proceso manifestativo de la iglesia de Jerusalén, con el consiguiente anuncio valiente del mensaje (31). Se verifica lo profetizado por Jesús (Lc 21,12-19.26).  

SALMO. 2,1-9.

(Sal 110; Heb 1,2.5)

1. ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos meditan un fracaso
2. se levantan los reyes del mundo
y los príncipes conspiran juntos
contra el Señor y contra su Ungido?
3. “¡Rompamos sus coyundas,
sacudámonos su yugo!”
4. Sentado en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
5. Después les habla con ira
y con su cólera los espanta:
6. “Yo mismo he ungido a mi rey
en Sión, mi monte santo”.
7. Voy a recitar el decreto del Señor:
Me ha dicho: “Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy”.
8. Pídemelo y de daré las naciones en herencia
en propiedad los confines del mundo.
9. Los triturarás con cetro de hierro,
los desmenuzarás como cacharros de loza.

Explicación.

2.1 Adelanta el resultado contrario al pretendido: un fracaso.

2.2 Ungido es el título corriente del rey; sólo Dn 9,25 lo aplica expresamente al Mesías.

2.3 La imagen del “yugo” arranca de los yugos de madera, apoyados sobre los hombros, con que llevar cargas equilibradas. Sobre la rebeldía: Jr 2,20; 5,5; 30,8; Nah 1,13.

2.4 La risa de Dios: Sal 37,13; 59,9; trasciende la ironía de la historia.

2.6 Con énfasis la primera persona.

2.8 El soberano ofrece cumplir una petición del nuevo rey: 1 Re 3,1-15; Sal 21,5; Is 7,11.

2.9 Alternativa: “los apacentarás”, cfr, Miq 5,1-5. 

EVANGELIO. Juan 3,1-8.

1. Ahora bien, había un hombre del grupo fariseo, de nombre Nicodemo, jefe entre los Judíos.
2. Éste fue a verlo de noche y le dijo:
- Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, pues nadie puede realizar las señales que tú estás realizando si Dios no está con él.
3. Jesús le replicó:
- Sí, te lo aseguro: Si uno no nace de nuevo, no puede vislumbrar el reino de Dios.
4. Le objetó Nicodemo:
- ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Es que puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y nacer?
5. Repuso Jesús:
- Pues sí, te lo aseguro: Si uno no nace de agua y Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6. De la carne nace carne, del Espíritu nace Espíritu.
7. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”.
8. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, aunque no sabes de dónde viene ni adónde va. Eso pasa con todo el que ha nacido del Espíritu.

Explicación.

La segunda reacción es propia de un grupo fariseo, representado por un miembro del Consejo, Nicodemo (3,1). Como hombre de la Ley, ve en Jesús al Mesías-maestro (3,2: Rabbí), enviado por Dios para establecer su reinado por medio de la observancia de la Ley mosaica.

Jesús cambia radicalmente el planteamiento de Nicodemo. La sociedad humana alternativa que Jesús propone (3.3: el reino de Dios) no se formará por la imposición de una Ley externa, sino por la creación de un hombre nuevo. Supone una ruptura con el pasado y el comienzo de una vida de calidad diferente (nacer de agua y Espíritu = 1,13: nacer de Dios = 1,16 : recibir de su plenitud) (5). Nacer carne (6), lo débil y transitorio, en este caso el hombre no acabado; la Ley, que no cambia al hombre, lleva al fracaso. Nace espíritu, lo fuerte y definitivo, el hombre personalizado por su nueva capacidad de amar, umbral de la plenitud humana; el Espíritu transforma al hombre. El viento/Espíritu sopla donde quiere (cf Gn 2,7), el reinado de Dios no conoce fronteras, no se limitará a Israel. 


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Juan 1,5 -- 2,2

5EI anuncio que le hemos oído a él y que os manifestamos a vosotros es éste: que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna.
6Si afirmamos estar unidos a él mientras nos movemos en las tinieblas, mentimos, y nuestra conducta no es auténtica. 7En cambio, si nos movemos en la luz, como él está en la luz, estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos va limpiando de todo pecado.
8Si afirmamos no tener pecado, nosotros mismos nos extraviamos y no llevamos dentro la verdad. 9Si reconocemos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, cancela nuestros pecados y nos limpia de toda injusticia.
10Si afirmamos no haber pecado nunca, dejamos a Dios por embustero y no llevamos dentro su mensaje.
21Hijos, os escribo esto para que no pequéis; pero, en caso de que uno peque, tenemos un defensor ante el Padre, Jesús, Mesías justo, 2que ha expiado nuestros pecados, y no, sólo los nuestros, sino también los del mundo entero.

Explicación.

Dios es luz, sin artíc., para expresar cualidad (5). Luz, que se identifica con la vida Un 1,4: «la vida era la luz del hombre»), implica manifestación Un 1,4: «la luz brilla») y comunicación Un 1,9: «ilumina a todo hombre»). Dios se da a conocer, y en ese conocimiento revela lo que es. La segunda sentencia, que excluye de Dios todo aspecto negativo: y en él no hay tiniebla alguna, indica que la revelación es completa. Aunque sea imposible abarcar la realidad divina, dentro de la limitación humana se puede conocer lo que realmente es Dios y excluir lo que no es.

En consecuencia, la primera condición para estar unido a Dios es aceptar la comunicación divina (la luz que ilumina), que va transformando al hombre asemejándolo a Dios; si no existe esa semejanza, es falsa la unión con Dios que se afirma (6). Vivir en la luz que es la vida produce el compartir esa vida unos con otros.  

Esto no hace impecables, pero mantiene unidos a Dios, y la conciencia de pecado no domina la existencia (cf. 3,19-24) (7). Los pecados ocasionales no crean una barrera entre Dios y el hombre.

De hecho, la muerte-resurrección de Jesús ha cambiado de raíz la relación del hombre con Dios; la supresión de la Ley y el don del Espíritu como respuesta a la opción libre de! hombre (Jn 2,1-11) crea una comunión de vida con Dios, expresada en la relación Padre-hijo, que se mantiene mientras el hombre no revoque su opción.

Para formular esto el autor usa dos metáforas. La primera (ausente en el Evangelio de Juan) está tomada del sistema sacrificial judío: la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado (cf. 2,2: expía nuestros pecados). La segunda, la imagen del juicio, donde Jesús aboga en favor de los suyos (2,2: tenemos un defensor).

Según Lv 17,11, la sangre «expía» mediante la vida que se dice estar «en» la sangre. La fuerza de vida de Jesús (el Espíritu/amor) liberada por su muerte, acto supremo de amor, de los límites individuales, actúa eliminando gradualmente la injusticia de la conducta en los que dan la adhesión a Dios a través de él.

Nadie es perfectamente coherente con su compromiso cristiano, y todos han tenido parte en la injusticia del mundo (tener pecado) (8); en quien lo reconoce, Dios no sólo cancela el pasado pecador, sino que elimina la injusticia interior, que vicia la relación con Dios y con los hombres (cf. Jr 40,8); fiel, porque cumple sus promesas; justo, porque no tolera la injusticia y ayuda a salir de ella (9). Los disidentes que proclaman ser y haber sido impecables niegan la necesidad de salvación (cf. Jn 8,37) (10).

Confianza del autor (2,1: Hijos, lit. «hijitos»). Actuar injustamente o hacer daño a otros no se compagina con la vida cristiana (para que no pequéis), pero, en todo caso, el perdón está asegurado (2,1-2) para los que viven en la luz (cf. 1,7), es decir, para los que mantienen la opción. Defensor, sentido del gr. parakletos en contexto judicial; cf. Jn 14,16,26; 15,26; 16,7 (“valedor”, más general). La defensa de Jesús es válida porque el pecado, obstáculo para el acceso a Dios, ha sido virtualmente eliminado por su muerte.

Salmo. 103,1-4.8-9.13-14.17-18


(Eclo 18,8-14) 
1Bendice, alma mía, al Señor 

y todo mi interior,
a su santo nombre. 
2Bendice, alma mía, al Señor 
y no olvides sus beneficios.
3ÉI perdona todas tus culpas, 
cura todas tus dolencias. 
4ÉI rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad y compasión.
8«EI Señor es compasivo y clemente, 
paciente y misericordioso».
9No está siempre pleiteando
ni guarda rencor perpetuo.
13Como un padre se enternece con sus hijos, 
así se enternece el Señor con sus fieles.
14Pues él conoce nuestra condición 
y se acuerda de que somos barro.  
17pero la misericordia del Señor con sus fieles 
dura desde siempre hasta siempre;
su justicia pasa de hijos a nietos,
18para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos. 
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.
103,3-6 Los seis participios son enumerativos. Podemos agrupar tres: perdona el pecado, causa, cura la enfermedad, consecuencia, salva de la muerte, castigo o destino. Los otros tres introducen la terna "compasión, misericordia, bondad" y la bina "justicia y derecho" a favor de los "oprimidos".
103,3 El "perdonador": el verbo hebreo es raro en el salterio: 25,11, el adjetivo en 86,5, el sustantivo en 130,4. "Médico": Ex 15, 26 y otros.
103,4 "Rescatador" título y acción frecuentes en ls 40-55: significa recobrar una propiedad o una libertad: rescate extremo, del poder de la Muerte. "Coronador": puede significar ceñir una corona o turbante y también, rodear protegiendo. Aquí encaja mejor el segundo significado.
103,9-10 Empieza el comentario con cuatro oraciones negativas, que no niegan los verbos, sino los adverbios. Acusa y pleitea, pero no perpetuamente; paga y castiga, pero no como merecemos. A la queja de Lam 5,20, a la pregunta de Sal 77,8 responde: "no para siempre"; el doble castigo de Is 40,1 lo corrige: "no como merecemos". La medida del castigo no es el delito, porque su justicia está temperada y superada por la misericordia.
103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.
103, 14 Términos de alfarería. Nadie como el alfarero conoce el material empleado y el modelado impreso (Gn 6,5). Nuestra fragilidad de cerámica es nuestra mayor ventaja, porque nuestro alfarero es nuestro padre. Léase el desarrollo paralelo de Eclo 18,8-14.
103,17 -18 La "misericordia" parece limitarse a la comunidad de los fieles, se desplaza hacia la lealtad debida a la "alianza"; la "justicia" es exigencia de observancia. Entonces, ¿es una misericordia condicionada? Cabe otra explicación: que, una vez perdonados, se enmienden y cumplan los mandamientos; lo contrario sería presunción: Eclo 5,4-6. La misericordia y el perdón no son carta blanca para el delito.
Transposición cristiana.
Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.

Evangelio. Mateo 11,25-30


25 En aquella ocasión exclamó Jesús:
                   - Bendito seas, Padre, Señor del cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla;
26 sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
                  27 Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
                  28 Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro. 
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro,
30 pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

EXPLICACIÓN.

25 - 30.      Los intelectuales no entienden las obras del Mesías, pero sí el pueblo sencillo. Es la ausencia de todo interés torcido lo que permite discernir el plan de Dios. (11,19b). Los sabios y entendidos (Is 29,14): sus mezquinos intereses inutilizan su ciencia. Me lo ha entregado todo, cf. 1,23: "Dios con nosotros"; 3,17; "mi Hijo", La relación íntima entre Jesús y el Padre, por la comunidad de Espíritu (3,16); sólo conoce al Padre quien recibe el Espíritu de Jesús y experimenta el amor de Dios como Padre. El conocimiento de Dios a través del estudio de la Ley (sabios y entendidos) no es verdadero conocimiento. Se atribuye al Padre o a Jesús o que depende de la disposición del hombre (27). "Cansados y agobiados" por la enseñanza de los sabios y entendidos. Jesús es maestro, pero no domina (28). Yugo, las exigencias que se derivan de su mensaje. Para acercarse a Dios no hay que observar la Ley, basta con acercarse a Jesús.

LECTURAS DEL DOMINGO 28 DE ABRIL DEL 2019


PRIMERA LECTURA. Hechos 5,12-16.

12 Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en medio del pueblo. Todos los fieles se reunían unánimes en el pórtico de Salomón;
13 ninguno de los demás se atrevía a juntárseles, aunque el pueblo se hacía lenguas de ellos.
14 Más y más creyentes se iban adhiriendo al Señor, multitud de hombres y mujeres,
15 hasta el punto de sacar los enfermos a la calle y ponerlos en catres y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre algunos de ellos.
16 Muchísima gente de los pueblos de alrededor acudía a Jerusalén llevando enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos ellos se curaban.

EXPLICACIÓN.

La tercera hoja (5,12-16), considerada por la mayoría de comentaristas como el tercer sumario, al desconectarla sin motivo del contexto anterior, describe la proyección de la comunidad hacia afuera. La comunidad creyente aparece ya netamente diferenciada del pueblo de Israel, y aun cuando va todavía al templo, no sube para celebrar la oración litúrgica oficial sino para reunirse en el pórtico de Salomón (12s). La figura de Pedro va adquiriendo cada vez más relieve dentro y fuera de la comunidad (13-16, cf. Mc 6,55s).  

SALMO. 118,2-4.13-15.22-24.

2Diga la casa de Israel: 

es eterna su misericordia. 
3Diga la Casa de Aarón
es eterna su misericordia. 
4Digan los fieles del Señor: 
es eterna su misericordia. 
 13Empujaban a empellones para derribarme: 
pero el Señor fue mi auxilio. 
14EI Señor es mi fuerza y mi brío:
él fue mi salvador.
15Escuchad clamores de victoria
en las tiendas de los vencedores: 
«La diestra del Señor hace proezas, 
22-La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular.
23Es el Señor quien lo ha hecho
y nos parece un milagro.
24Éste es el día en que actuó el Señor: 
¡vamos a festejarlo y a celebrarlo!  
Explicación.
118,1-4 El estribillo es fórmula litúrgica de uso múltiple: Jr 33,11; 1 Cr 16; 2 Cr 5,13; 7,3; Esd 3,11 Y varias veces en el salterio. 
118,13 El verbo significa dar un empellón para que una tapia caiga, un hombre pierda el equilibrio, pierda su posición, su puesto, su postura. Puede ser mortal.
118,15 ''Tiendas'': algunos imaginan los sombrajos montados para la fiesta de las chozas; otros, un campamento militar. Pero "tiendas" puede designar las moradas de los judíos, aludiendo al desierto o a las andanzas patriarcales. La impresión es que las voces llegan de fuera. ''Vencedores'': en contexto militar; sin especificar, "justos, honrados". Creo que el verso prepara el diálogo ante la puerta.
118, 15b-16 El texto del canto es una elaboración de Ex 15,2. 
118,22-23 Reflexión coral en imagen arquitectónica. Aparejadores o maestros canteros valoran la calidad de cada piedra. Desechan una que no les parece de buena calidad, o que está mal tallada o no encaja en el aparejo. Más tarde, Dios revela el valor único de aquella piedra, que será usada como ángulo de unión de dos paños del edificio o como remate del templo: véanse 1 Re 6,7; Zac 4,7.
118,22 Lc 20,17par; 1 Pe 2,4.7; Hch 4,11.
118,24 "Actuó": tomando el verbo en sentido absoluto. Es uno de los di as históricos en que el Señor ha actuado de modo particular; otro modo de decir "día del Señor", con sentido favorable. La comunidad festeja al Señor, no el día. 
Transposición cristiana.
Éste es el salmo pascual por excelencia. Así nos lo enseña la tradición a partir del NT. La imagen de la piedra desechada, angular, la recogen Mt 21 ,42; Mc 12,1 Os; Lc 20,17; Hch 4,11; 1 Pe 2,6s. La aclamación Hosana: Mt 21,9; Mc 11,9s; Lc 19,18; Jn 12,13.
El salmo nos ayuda a meditar las etapas principales de la muerte y resurrección de Jesucristo.  
SEGUNDA LECTURA. Apocalipsis 1,9-13.17-19.
9 Yo, Juan, hermano vuestro, que comparto con vosotros la lucha, el linaje real y la constancia cristiana, me encontraba en la isla de Patmos por proclamar el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesús.
10 Un domingo me arrebató el Espíritu y oí a mis espaldas una voz vibrante como una trompeta, que decía:
11 "Lo que vas a ver, escríbelo en un libro y mándalo a estas siete iglesias: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea".
12 Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba; al volverme vi siete candelabros de oro
13 y en medio de los candelabros una figura humana vestida de túnica talar con una faja dorada a la altura del pecho. 
17 Al verlo caí a sus pies como muerto. Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: "No temas, yo soy el primero y el último,
18 el que vive. Estuve muerto, pero como ves estoy vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo.
19 Escribe esto que has visto: lo que está sucediendo y lo que va a suceder después.

Explicación,

Se nombran las ciudades donde éstas se encuentran (9-11).

Los siete candelabros de oro (12), dispuestos en círculo (en medio de los candelabros), no equivalen al candelabro judío de los siete brazos; representan a las siete iglesias o comunidades (1,20), que sustituyen ahora al antiguo templo. Una figura humana (13), lit. "como un hijo de hombre"

Terror de Juan (17). Victoria y poder de Jesús sobre la muerte (cf. 1 Cor 15,26.57), descrita con la imagen de tener las llaves de la muerte y del abismo. Lo que está sucediendo corresponde a la primera parte del libro (2,1-3,22); lo que va a suceder después es el contenido de la segunda parte (4,1-22,5).  

EVANGELIO. Juan 20,19-31.

La nueva Pascua: Creación de la comunidad mesiánica.
(Jn 20,19-23)

19. Ya anochecido, aquel día primero de la semana, estando atrancadas las puertas del sitio donde estaban los discípulos, por miedo a los dirigentes judíos, llegó Jesús, haciéndose presente en el centro, y les dijo:
- Paz con vosotros.
20. Y dicho esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos sintieron la alegría de ver al Señor.
21. Les dijo de nuevo:
- Paz con vosotros. Igual que el Padre me ha enviado a mí, os envío yo también a vosotros.
22. Y dicho esto sopló y les dijo:
-Recibid Espíritu Santo.
23. A quienes dejéis libres de los pecados, quedarán libren de ellos; a quienes se los imputéis, les quedarán imputados.

Tomás: La fe de los que no hayan visto.
(Jn 20, 24-29)

24. Pero Tomás, es decir, Mellizo, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.
25. Los otros discípulos le decían:
-Hemos visto al Señor en persona.
Pero él les dijo:
-Como no vea en sus manos la señal de los clavos y, además, no meta mi dedo en la señal de los clavos y meta mi mano en su costado, no creo.
26. Ocho días después estaban de nuevo dentro de casa sus discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús estando las puertas atrancadas, se hizo presente en el centro y dijo:
- Paz con vosotros.
27. Luego dijo a Tomás:
- Trae aquí tu dedo, mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel.
28. Reaccionó Tomás diciendo:
-¡Señor mío y Dios mío!
29. Le dijo Jesús:
- ¿Has tenido que verme en persona par acabar de creer? Dichosos los que, sin haber visto, llegan a creer.

Colofón de la vida de Jesús.
Jn 20,30-31

30. Ciertamente, Jesús realizó todavía, en presencia de sus discípulos, otras muchas señales que no están escritas en este libro:
31. éstas muchas señales escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y, creyendo, tengáis vida unidos a él. 

EXPLICACIÓN.

19-23. El mismo día en que comienza la nueva creación (19: primero de la semana); esta realidad va a ser considerada ahora desde el punto de vista de la nueva Pascua., con alusión al éxodo del Mesías. Los discípulos, todos los que dan su adhesión a Jesús; no hay nombres propios ni limitación alguna. Con las puertas atrancadas, etc. Muestra su desamparo en medio de un ambiente hostil. El miedo denota la inseguridad; aún no tienen experiencia de Jesús vivo (16,16). Como José de Arimatea, son discípulos clandestinos (19,38). Situación como la del Antiguo Israel en Egipto (Éx 14,10); pero están en la noche (Ya anochecido) en que el Señor va a sacarlos de la opresión (Éx 12,42; Dt 16,1).

Jesús se hace presente, como había prometido (14,18s; 16, 18ss). En el centro; fuente de vida, punto de referencia, factor de unidad. Paz con vosotros, cf. 14,27s; 16,33; el saludo les confirma que ha vencido al mundo y a la muerte. Les muestra los signos de su amor y de su victoria (20). El que está vivo delante de ellos es el mismo que murió en la cruz; se les muestra como el Cordero de Dios, el de la Pascua nueva y definitiva, cuya sangre los libera de la muerte (Éx 12,12s); el Cordero preparado para ser comido esta noche (Éx 12,8), es decir, para que puedan asimilarse a él. La permanencia de las señales en las manos y el costado indica la permanencia de su amor; Jesús será siempre el Mesías-rey crucificado, del que brotan la sangre y el agua. Alegría, cf. 16,20.22.

La repetición del saludo (21) introduce la misión, a la que tendía la elección de los discípulos (15,16; 17,18). Ha de ser cumplida como él la cumplió, demostrando el amor hasta el fin (manos y costado). El Espíritu (22) los capacitará para la misión. Sopló o “exhaló su aliento”, verbo usado en Gn 2,7 para indicar la infusión en el hombre del aliento de vida. Jesús les infunde ahora su propio aliento, el Espíritu (19,30). Crea la nueva condición humana, la de “espíritu” (3,6; 7,39). Por el “amor y lealtad” que reciben (1,17). Culmina la obra creadora; esto significa “nacer de Dios” (1,13), estar capacitado para “hacerse hijo de Dios” (1,12). Quedan liberados “del pecado del mundo” (1,19) y salen de la esfera de la opresión. La experiencia de vida que da el Espíritu es “la verdad que hace libres” (8,31s); quedan “consagrados con la verdad” (17,17s). El éxodo del Mesías no se hace saliendo físicamente del “mundo” injusto (17,15), sino dando la adhesión a Jesús y, de este modo, dejando de pertenecer a él (17,6.14).

Resultado positivo y negativo de la misión (23), en paralelo con la de Jesús. El pecado, la represión o supresión de la vida que impide la realización del proyecto creador, se comete al aceptar los valores de un orden injusto. Los pecados son las injusticias concretas que se derivan de esa aceptación.

El testimonio de los discípulos (15,26s), la manifestación del amor del Padre (9,4), obtendrá las mismas respuestas que el de Jesús: habrá quienes lo acepten y quienes se endurezcan en su actitud (15, 18-21; 16,1-4).

Al que lo acepta y es admitido en el grupo cristiano, rompiendo de hecho con el sistema injusto, la comunidad le declara que su pasado ya no pesa sobre él; Dios refrenda esta declaración infundiéndole el Espíritu que lo purifica (19,34) y lo consagra (17,16s). A los que rechazan el testimonio, persistiendo en la injusticia, su conducta perversa, en contraste con la actividad a favor de los hombres que ejerce el grupo cristiano, les imputa sus pecados. La confirmación divina significa que estos hombres se mantienen voluntariamente en la zona de la reprobación (3,36).

24-29. Mellizo (24), cf. 11,16: parecido con Jesús por su prontitud para acompañarlo en la muerte. Los Doce, en Jn, la comunidad cristiana en cuanto heredera de las promesas de Israel (6,70); esta cifra no designa a la comunidad después de la muerte-resurrección de Jesús, cuando las promesas se han cumplido (cf. 21,2: siete nombres, comunidad universal). Tomás no había entendido el sentido de la muerte de Jesús (14,5); la concebía como un final, no como un encuentro con el Padre. Separado de la comunidad (no estaba con ellos), no ha participado de la experiencia común, no ha recibido el Espíritu ni la misión. Es uno de los Doce, con referencia al pasado.

La frase de los discípulos (Hemos visto al Señor, cf. 20,18) formula la experiencia que los ha transformado. Esta nueva realidad muestra por sí sola que Jesús no es una figura del pasado, sino que está vivo y activo entre los suyos. Tomás no acepta el testimonio. No admite que el que ellos han visto sea el mismo que él había conocido. Exige una prueba individual y extraordinaria.

Ocho días después (26): el día permanente de la nueva creación es “primero” por su novedad y “octavo” (número que simboliza el mundo futuro) por su plenitud. En él va surgiendo el mundo definitivo. Dentro, en la esfera de Jesús, la tierra prometida. Las puertas atrancadas ya no indican temor; trazan la frontera entre la comunidad y el mundo, al que Jesús no se manifiesta (14,22s). Llegó, lit. “llega”; ya no se trata de fundar la comunidad (20,19: “llegó”), sino de la presencia habitual de Jesús con los suyos. Jesús se hace presente a la comunidad, no a Tomás en particular. Jn menciona solamente el saludo (Paz con vosotros), que en el episodio anterior abría cada una de las partes. No siendo ya éste el primer encuentro, el saludo remite al segundo saludo, anterior (20,21): cada vez que Jesús se hace presente (alusión a la eucaristía), renueva la misión de los suyos comunicándoles su Espíritu.

Luego (27) divide la escena; ahora va a tratarse con Tomás. Unido al grupo encontrará solución a su problema. Jesús, demostrándole su amor, toma la iniciativa y lo invita a tocarlo. La insistencia de Jn en lo físico (dedo, manos, mano, meter, costado) subraya la continuidad entre el pasado y el presente de Jesús: la resurrección no lo despoja de su condición humana anterior ni significa el paso a una condición superior: es la condición humana llevada a su cumbre y asume toda su historia precedente. Ésta no ha sido solamente una etapa preliminar; ella ha realizado el estado definitivo.

Respuesta (28) tan extrema como la incredulidad anterior. El Señor es el que se ha puesto al servicio de los suyos hasta la muerte (13,5.14); es así como en Jesús ha culminado la condición humana (19,30). La expresión Señor mío reconoce esa condición. Tomás ve en Jesús el acabamiento del proyecto divino sobre el hombre y lo toma por modelo (mío).

Después del prologo (1,18: “Hijo único, Dios”) es la primera vez que Jesús es llamado simplemente Dios (cf. 1,34.49, etc.: “el Hijo de Dios”; 3,16.18, etc.: “el Hijo único de Dios”). Con su muerte en la cruz ha dado remate a la obra del que lo envió (4,34): realizar en el Hombre el amor total y gratuito propio del Padre (17,1). Se ha cumplido el proyecto creador: “un Dios era el proyecto” (1,1). Tomás descubre la identificación de Jesús con el Padre (14,9.20). Es el Dios cercano, accesible al hombre (mío).

La experiencia de Tomás no es modelo (29). Jesús se la concede para evitar que se pierda (17,12; 18,9): a él no se le encuentra sino en la nueva realidad de amor que existe en la comunidad. La experiencia de ese amor (sin haber visto) es la que lleva a la fe en Jesús vivo (llegan a creer).

SÍNTESIS.

“El día primero de la semana” alude a la celebración de la eucaristía. De Jesús brota la fuerza de vida que anima a la comunidad y le impulsa a la misión. En ella, el grupo cristiano prolonga el ofrecimiento de vida que hace el Padre a la humanidad por medio de Jesús. Ante él cada hombre ha de hacer su opción. La integración en la alternativa de Jesús da realidad a la ruptura con el sistema injusto. La opción negativa pone en evidencia la injusticia del hombre; la existencia de la comunidad es la imputación objetiva de su culpa.

La fe de la comunidad reconoce en Jesús al Hombre-Dios; tal es la formulación de su experiencia. Toda generación cristiana puede participar de ella por la comunicación del Espíritu/vida. 

LECTURAS DEL SÁBADO 27 DE ABRIL DEL 2019


PRIMERA LECTURA. Hechos 4,13-21.

 13 Observando la valentía de Pedro y Juan y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos; reconocían también que habían sido compañeros de Jesús;
14 pero, viendo junto a ellos al hombre que se había curado, en nada podían contradecirlos.
15 Les mandaron salir fuera del Consejo y se pusieron a deliberar:
                    16 - ¿Qué podemos hacer con estos hombres? Porque han dado una señal evidente, notoria para todos los que rediden en Jerusalén, y no podemos negarlo.
17 Para evitar que se siga divulgando entre el pueblo, los amenazaremos para que no vuelvan a mencionar ese nombre a hombre alguno.
                   18 Los llamaron y les prohibieron terminantemente hablar y enseñar sobre la persona de Jesús.
19 Pedro y Juan les replicaron:
                   - ¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros antes que a él? Juzgadlo vosotros.
20 Nosotros no podemos menos que contar lo que hemos visto y oído.
                   21 Con nuevas amenazas los soltaron. No encontraban manera de imponerles un castigo, por causa del pueblo, pues todos alababan a Dios por lo sucedido;

Explicación.

El Consejo no encuentra modo de replicar (cf. Lc 21,15) ante la valentía de la comunidad apostólica y la evidencia de los hechos (13s). Deliberación y decisión contundente para evitar que la noticia se siga divulgando (15-18). A pesar de las repetidas amenazas, no lograrán amordazar a la comunidad apostólica (19s). 

SALMO. 118,1.14-21.


1Dad gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterna su misericordia. 
14EI Señor es mi fuerza y mi brío:

él fue mi salvador.
15Escuchad clamores de victoria
en las tiendas de los vencedores: 
«La diestra del Señor hace proezas,
16la diestra del Señor es sublime, 
la diestra del Señor hace proezas».
17No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
18Me escarmentó, me escarmentó el Señor, 
pero no me entregó a la muerte. 
19iAbridme las puertas del triunfo
y  entraré para dar gracias al Señor! 
20-Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
21-Te doy gracias porque me respondiste 
y fuiste mi salvación.

 Explicación.

 118,1-4 El estribillo es fórmula litúrgica de uso múltiple: Jr 33,11; 1 Cr 16; 2 Cr 5,13; 7,3; Esd 3,11 Y varias veces en el salterio. 
  

118,15 ''Tiendas'': algunos imaginan los sombrajos montados para la fiesta de las chozas; otros, un campamento militar. Pero "tiendas" puede designar las moradas de los judíos, aludiendo al desierto o a las andanzas patriarcales. La impresión es que las voces llegan de fuera. ''Vencedores'': en contexto militar; sin especificar, "justos, honrados". Creo que el verso prepara el diálogo ante la puerta.
118, 15b-16 El texto del canto es una elaboración de Ex 15,2.
118,17 -18 En cierto sentido, éste es el punto culminante del relato: porque lleva la liberación al límite de la vida y la muerte, porque interpreta el peligro grave como "educación" dirigida por Dios (Dt 8,5; Jr 30,11). El proceso entero estaba controlado por Dios, y el hombre, que ha revivido, puede "contar las hazañas del Señor": Sal 71,20.
118,19-20 Llega el momento de pasar a la otra zona, al ámbito de la acción de gracias formal, y el paso se simboliza atravesando una puerta ritual: Puerta de la Inocencia o de la Victoria. EL rito se parece a las liturgias de entrada: Sal 15 y 24; Is 33,14-16; lo imita Is 26,2s.
118,21 "Respondiste": con otra vocalización, "afligiste"; de modo que la acción de gracias sintetice los dos tiempos del proceso: como Is 12,1. 
Transposición cristiana.
Éste es el salmo pascual por excelencia. Así nos lo enseña la tradición a partir del NT. La imagen de la piedra desechada, angular, la recogen Mt 21 ,42; Mc 12,1 Os; Lc 20,17; Hch 4,11; 1 Pe 2,6s. La aclamación Hosana: Mt 21,9; Mc 11,9s; Lc 19,18; Jn 12,13.
El salmo nos ayuda a meditar las etapas principales de la muerte y resurrección de Jesucristo.  


EVANGELIO. Marcos 16,9-15.

UN FINAL AÑADIDO AL EVANGELIO DE MARCOS.

Aparición a María Magdalena y a dos discípulos. (Mt 28,9-10; Jn 20,11-18; Lc 24,13-35).

9 Jesús resucitó en la mañana del primer día de la semana y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. 10Ella fue a decírselo a los que habían estado con él, que estaban de duelo y llorando, 11pero ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, se negaron a creer.
12 Después se apareció por el camino, con aspecto diferente, a dos de ellos que iban a una finca. 13También éstos fueron a anunciárselo a los demás, pero tampoco a ellos los creyeron.

Misión de los discípulos y ascensión (Mt 28,16-20; Lc 24,36-53).

14 Por último se apareció Jesús a los Once, estando ellos a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y su terquedad en no creer a los que lo habían visto resucitado. 
15 Y añadió:
-Id por el mundo entero proclamando la buena noticia a toda la humanidad.

LECTURAS DEL VIERNES 26 DE ABRIL DEL 2019


PRIMERA LECTURA. Hechos 4,1-12.

1 Mientras hablaban al pueblo se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos,
2 muy molestos porque enseñaban al pueblo anunciando que la resurrección de los muertos se había verificado en Jesús.
3 Les echaron mano y, como era ya tarde, los metieron en prisión hasta el día siguiente.
4 Pero muchos de los que habían oído el discurso creyeron, y el número de hombres adultos alcanzó la cifra de cinco mil.
5 Sucedió que al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los senadores y los letrados,
6 incluyendo al sumo sacerdote Anás, y Caifás, a Juan y Alejandro, y a cuantos pertenecían a familias de sumos sacerdotes.
7 Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron:
                    - ¿Con poder de quién o en nombre de quién habéis hecho esto vosotros?
                   8 Entonces Pedro se llenó de Espíritu Santo y les respondió:
                   - Jefes del pueblo y senadores:
9 Dado que nuestro interrogatorio de hoy versa sobre el beneficio hecho a un enfermo, para averiguar por obra de quién está curado este hombre,
10 enteraos bien todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por obra de Jesús Mesías, el Nazoreo, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de la muerte; por obra suya tenéis aquí a éste sano ante vosotros.
11 Ese Jesús es la piedra que desechasteis vosotros los constructores y que se ha convertido en piedra angular (Sal 118,22).
12 La salvación no está en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre al que tengamos que invocar para salvarnos.

EXPLICACIÓN.

La persecución por parte de las autoridades produce sus frutos: la comunidad ha llegado a la edad madura, al haber alcanzado la cifra simbólica de "cinco mil hombres adultos" (4, cf. Lc 9,14), a diferencia de las "tres mil almas" que constituían los neófitos (cf. 2,41). El "cinco" es el número del Espíritu: es inminente un nuevo "pentecostés". No se dice que hayan sido bautizados.

La sesión plenaria del Consejo revela que el suceso ha trascendido, como en el caso de Jesús (cf. lc 22,66), hasta el punto de representar ya una amenaza para los detentadores del poder, tanto político como religioso; la enumeración de cuatro sumos sacerdotes revela la real (nombres) y total (cuatro) animadversión de los dirigentes religiosos (5s). Como en el caso de Jesús (cf. Lc 20,2), interrogan a Pedro y Juan sobre cuáles son los poderes de que se creen investidos (7).

                   Pedro habla ahora inspirado por el Espíritu Santo (no se indicaba en 3,12) (8). El único autor de la restitución al hombre de su integridad personal es Jesús (9). Plena y abierta confesión de Jesús como el Mesías retoño de Jesé ("Nazoreo", cf. Is 11,1), pero sin connotar la expectación mesiánica nacionalista (cf. Lc 20,41-44; 18,38s) que llevaría consigo la apelación "Nazareno" (cf. Lc 4,34; 24,19); denuncia, esta vez sin atenuantes, la culpabilidad de los dirigentes en la muerte de Jesús; Dios ha tomado partido por él al resucitarlo de la muerte (10). Les echa en cara su rechazo culpable del Mesías (11), precisando que la salvación es universal (12: "a los hombres", sin mencionar la prioridad de Israel, cf. 3,26) y que se encuentra únicamente en Jesús. 

SALMO. 118,1-2.4.22-27.

1Dad gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterna su misericordia. 
2Diga la casa de Israel:

es eterna su misericordia. 
4Digan los fieles del Señor: 
es eterna su misericordia.  
22-La piedra que desecharon los arquitectos 

es ahora la piedra angular.
23Es el Señor quien lo ha hecho
y nos parece un milagro.
24Éste es el día en que actuó el Señor: 
¡vamos a festejarlo y a celebrarlo! 
25iSálvanos, por favor, Señor,
por favor, danos éxito, Señor!
26-¡Bendito en nombre del Señor 
el que viene!
Os bendecimos desde la casa del Señor. 
27EI Señor es Dios, él nos ilumina.
-Ordenad una procesión con ramos 
hasta los ángulos del altar. 
Explicación.
118,1-4 El estribillo es fórmula litúrgica de uso múltiple: Jr 33,11; 1 Cr 16; 2 Cr 5,13; 7,3; Esd 3,11 Y varias veces en el salterio.  
 118,22-23 Reflexión coral en imagen arquitectónica. Aparejadores o maestros canteros valoran la calidad de cada piedra. Desechan una que no les parece de buena calidad, o que está mal tallada o no encaja en el aparejo. Más tarde, Dios revela el valor único de aquella piedra, que será usada como ángulo de unión de dos paños del edificio o como remate del templo: véanse 1 Re 6,7; Zac 4,7. 
118,22 Lc 20,17par; 1 Pe 2,4.7; Hch 4,11.
118,24 "Actuó": tomando el verbo en sentido absoluto. Es uno de los di as históricos en que el Señor ha actuado de modo particular; otro modo de decir "día del Señor", con sentido favorable. La comunidad festeja al Señor, no el día.
118,25 La petición conserva todavía el valor de imperativo enfático (2 Sm 14,4; 2 Re 6,26). Más tarde se convierte en simple aclamación, apocopada en Hosana.
118,26-27a Cuidado con la distribución sintáctica correcta de la frase: "en el nombre del Señor" va con la invocación "bendito", no con el "venir": Nm 6,23-27. "Ilumine" también procede de Nm 6. La bendición es personal y después comunitaria.
118,26 Mt 21,9par.
118,27. "Ordenad": el verbo usado significa ligar, sujetar. Otros traducen: "unid con cuerdas a los peregrinos". 
Transposición cristiana.
Éste es el salmo pascual por excelencia. Así nos lo enseña la tradición a partir del NT. La imagen de la piedra desechada, angular, la recogen Mt 21 ,42; Mc 12,1 Os; Lc 20,17; Hch 4,11; 1 Pe 2,6s. La aclamación Hosana: Mt 21,9; Mc 11,9s; Lc 19,18; Jn 12,13.
El salmo nos ayuda a meditar las etapas principales de la muerte y resurrección de Jesucristo.  


EVANGELIO. Juan 21,1-14.

EPÍLOGO: LA MISIÓN DE LA COMUNIDAD Y JESÚS. (Jn 21,1-25)

La misión en acto: La pesca. (Jn 21,1-14)

21, 1. Algún tiempo después, se manifestó de nuevo Jesús a los discípulos junto al mar de Tiberíades, y se manifestó de esta manera:
2. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (es decir, Mellizo), Natanael el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos discípulos.
3. Les dijo Simón Pedro:
- Voy a pescar.
Le contestaron:
- Vamos también nosotros contigo.
Salieron y se montaron en la barca, pero aquella noche no cogieron nada.
4. Al llegar ya la mañana, se hizo presente Jesús en la playa, aunque los discípulos no sabían que era Jesús.
5. Les preguntó Jesús:
- Muchachos, ¿tenéis algo para acompañar el pan?
Le contestaron:
- No.
6. Él les dijo:
- Echad la red al lado derecho de la barca y encontraréis.
La echaron y no tenían en absoluto fuerzas para tirar de ella por la muchedumbre de peces.
7. El discípulo aquel, el predilecto de Jesús, dijo entonces a Pedro:
- Es el Señor.
Simón Pedro entonces, al oír que era el Señor, se ató la prende de encima a la cintura, pues estaba desnudo, y se tiró al mar.
8. Los otros discípulos fueron en la barca (no estaban lejos de la tierra, sino a unos cien metros) arrastrando la red con los peces.
9. Al saltar a tierra vieron puestas unas brasas, un pescado encima y pan.
10. Les dijo Jesús:
- Traed pescado del que habéis cogido ahora.
11. Subió entonces Simón Pedro y tiró hasta tierra de la red repleta de peces grandes, ciento cincuenta y tres; a pesar de ser tantos, no se rompió la red.
12. Les dijo Jesús:
- Venid, almorzad.
A ningún discípulo se le ocurría cerciorarse preguntándole: “¿Quién eres tú?”, conscientes de que era el Señor.
13. Llegó Jesús, cogió el pan y se lo fue dando, y lo mismo el pescado.
14. Así ya por tercera vez se manifestó Jesús a los discípulos después de levantarse de la muerte.

EXPLICACIÓN.

1-14. Intervalo temporal indeterminado (Algún tiempo después). La mención del mar/lago remite al episodio de los panes (6,1), aunque aquí usa Jn solamente la denominación de resonancia pagana (de Tiberíades), colocando la escena en contexto de misión. Los discípulos, totalidad; los que van a mencionarse representan a todo el grupo cristiano, y el episodio contiene una enseñanza válida para todos. La manifestación va a tener características diferentes de las dos anteriores (de esta manera). Va a ser al aire libre (misión), en medio de la actividad.

Los discípulos forman comunidad (juntos) (2). Simón Pedro; cf. 20,2.6.10. Tomás, dispuesto a morir con Jesús (11,16: Mellizo), sabe ahora adónde conduce esa muerte (20,24-29). Natanael representaba al Israel fiel llamado por Jesús (1,45-51); de Caná de Galilea, nunca dicho antes, lo pone en relación con la madre de Jesús, figura femenina del mismo Israel (2,1-5), integrado en la nueva comunidad al pie de la cruz (19,25-27). Los Zebedeos, única vez en este Evangelio, sin nombres propios. Dos discípulos anónimos. Ya no se habla de “los Doce”, los mencionados suman siete (se pensaba que los pueblos del mundo eran setenta); comunidad abierta a la humanidad entera.

Decisión individual de Pedro (3); su iniciativa arrastra a los demás. La pesca, figura de la misión. La noche, en contexto de actividad, se opone al dicho de Jesús en 9,4s: “Se acerca la noche, cuando nadie puede trabajar, etc.”; significa la ausencia de Jesús, luz del mundo. Misión sin fruto (no cogieron nada).

La luz de la mañana coincide con la presencia de Jesús (4). En la playa, límite entre la tierra y el mar, que representa “el mundo” donde se ejerce la misión. Jesús se queda en la tierra firme; su acción se ejerce por medio de los discípulos. Concentrados en su esfuerzo inútil, no lo reconocen. Jesús se dirige a ellos con un término de afecto. (Muchachos, “chiquillos”) (5). Conscientes de su fracaso, contestan secamente. Al seguir la indicación de Jesús (6), pesca inmediata y abundante.

Ante el sorprendente resultado, el discípulo predilecto reconoce a Jesús (7). Nuevo contrates con Pedro (13,23; 18,15; 20,2), que no está aún dispuesto a dar la vida con Jesús y no lo reconoce. Para indicar el cambio de actitud de Pedro, lenguaje simbólico: la oposición desnudez-vestido y la acción de tirarse al agua. En el primer simbolismo, la clave está en la frase: se ató… a la cintura, usada de Jesús cuando se ciñó el paño que significaba su servicio hasta la muerte (13,4.5). Pedro estaba desnudo: no había adoptado la actitud de Jesús; por eso la misión no ha producido fruto. Se tiró al mar, disposición a dar la vida. Ahora entiende el lavado de los pies (13,7: “lo entenderás dentro de algún tiempo”). Es el único que se tira al mar, por ser el único que ha negado a Jesús. En esta narración Jesús no responde al gesto de Pedro, se dirige siempre al grupo.

Los demás siguen juntos (8), como estaban al principio (2), y van al lugar donde está Jesús. Ven primero el fuego y la comida que él ha preparado (9), los mismos alimentos, pescado y pan, que había repartido en la segunda Pascua (6,9.11). Es el pan de vida (6,51), Jesús mismo. Les pide el fruto del trabajo (10). Dos alimentos: el que ofrece Jesús, su persona, y el que ofrecen los discípulos; el amor ejercido en la misión los lleva al don de sí que alimenta a la comunidad. En la eucaristía han de estar presentes el don de Jesús a los suyos y el don de unos a otros (1,16).

Pedro se singulariza de nuevo (11). Tampoco responde Jesús a ese gesto. Subió se contrapone a “tirarse al mar”, y señala la nueva actitud de Pedro. Ciento cincuenta y tres, tres grupos de cincuenta más un tres que es el multiplicador. “Cincuenta” designa a una comunidad del Espíritu (6,10); peces grandes equivale a “hombres adultos” (6,10; 9,20s), es decir, acabados por el Espíritu. “Tres”, número de la divinidad (Gn 18,2; Is 6,3: el triple santo), que representa a Jesús (20,28). Ciento cincuenta y tres : las comunidades del Espíritu (el fruto) se multiplican en proporción exacta con su presencia. La red no se rompe (19,24, de la túnica): unidad en la diversidad (17,21: “que todos sean uno”).

Jesús invita a todos (12); él mismo ha preparado el alimento, como un amigo (15,13-15). Los discípulos no dudan de su presencia (14,21; 16,2). Llega Jesús (13), llegada continua a la comunidad, perceptible en la eucaristía. Por tercera vez (14), la definitiva, la que va a durar siempre; manifestación modelo para la vida del grupo cristiano.

SÍNTESIS.

La vida del grupo cristiano presenta una alternancia en “dentro” y “fuera”, entre vida en común y actividad de la misión; en ambas se requiere la presencia de Jesús. Los discípulos trabajan como hombres libres ligados a Jesús por un vínculo de amistad. Él es el amigo que colabora con los suyos y se pone a su servicio, para dar fecundidad a su esfuerzo. La misión termina en la eucaristía. En ella él ofrece su persona como alimento, al que se integra la aportación de los discípulos, la de sus propias personas.