sábado, septiembre 01, 2012

LECTURAS DEL JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE DEL 2012.


Primera Lectura: I Corintios 8, 1b-7. 11-13

1b"todos tenemos conocimiento", ya lo sabemos. (El conocimiento engríe, lo constructivo es el amor). 2Quien se figure haber terminado de conocer algo, aún no ha empezado a conocer como es debido. 3En cambio, al que ama a Dios, Dios lo reconoce.
             4Esto supuesto, en lo de comer carne de los sacrificios sabemos que en el mundo un ídolo no representa nada y que nadie es Dios más que uno; 5pues aunque hay los llamados dioses, ya sea en el cielo, ya en la tierra -y de hecho hay numerosos dioses y numerosos señores-, 6para nosotros no hay más que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos destinados nosotros, y un sólo Señor, Jesús Mesías, por quien existe el universo y por quien existimos nosotros.
             7Sin embargo, no es de todos ese conocimiento: algunos, acostumbrados a la idolatría hasta hace poco, comen pensando que la carne está consagrada al ídolo, y su conciencia, por estar insegura, se mancha.
11Es decir, que por tu conocimiento irá al desastre el inseguro, un hermano por quien el Mesías murió.
          12Al pecar de esa manera contra los hermanos, haciendo daño a su conciencia insegura, pecáis contra Cristo. 13Por esa razón, si un alimento pone en peligro a un hermano mío, nunca volveré a probar la carne, para no poner en peligro a mi hermano.

EXPLICACIÓN.

           El problema debía de ser común en Corinto, pues en las carnicerías se vendía la carne de animales sacrificados que no había sido utilizada en los templos; otras veces, el oferente invitaba a sus amigos a consumir, en un banquete celebrado en el templo, la carne sobrante del sacrificio. Al cristiano no le basta ser consciente e la propia libertad ha de saber utilizarla como vehículo del amor (1-3).

            La cuestión en sí misma es un falso problema, pues los ídolos no son nada y los sacrificios ofrecidos a ellos no cambian en nada el alimento. Podía, sin embargo, crear problema a los cristianos de tradición judía e incluso a paganos recientemente convertidos, que no se habían emancipado del todo de las creencias anteriores (4-7).

           Lo que uno come o deja de comer no tiene nada que ver con Dios; el cristiano es libre, pero su libertad debe ir guiada por el amor; no se puede hacer daño a los que no están aún libres de la antigua mentalidad (8-11). El Señor toma como propio el daño hecho a otros (12). Propósito tajante de Pablo (13).

Salmo Responsorial: 139 (138)

1Señor, tú me sondeas y me conoces.
2Me conoces cuando me siento
o me levanto,
de lejos percibes mis pensamientos.
3Disciernes mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. 
13Tú has creado mis entrañas
me has tejido en el seno materno.
14Te doy gracias
porque te has distinguido con portentos
y son maravillosas tus obras.
23Sondéame, Dios, y conoce mi corazón,
ponme a prueba para conocer mis sentimientos:
24mira si mi conducta es ofensiva
y guíame por el camino eterno.  

EXPLICACIÓN.

139,1 "Sondeas": véanse Jr 17,10; Sal 44,22; Job 28,27.

139,2 Compárense las polaridades con las de Dt 6,7; Is 37,28s.

139, 14ab (Adelanto la explicación de este difícil verso). La interpretación varía según se lea primera (texto masorético) o segunda persona, según se reduzca al verbo plh o a pl Alternativas: de modo portentoso he sido distinguido; con tus portentos te has distinguido; soy / eres prodigioso. Hace sentido como conclusión de la segunda sección.

139,13.14c.15.16 Ordeno los versos guiado por el paralelismo. Distingo dos unidades: el organismo y el destino. Del organismo menciona riñones, aliento y huesos; el destino es el curso de los días, conocido o fijado desde el comienzo.

139,13 "Riñones": sede de pasiones, con frecuencia unidos a corazón.

139,14c Forma buen paralelismo con la primera frase de 15: "aliento / huesos", "conoces perfectamente / no se te oculta".

139,23 Repitiendo verbos, retorna al comienzo, esta vez en forma de petición; sometiéndose al escrutinio del juez que todo lo conoce.

139,24 "Ofensiva": no pienso que se refiera a los ídolos. El "camino eterno": puede ser el buen camino tradicional, según Jr 6,16; 18,15; o bien el camino duradero, que no perece, como el de Sal 1,6.

Evangelio: Lucas 6, 27-38

27 Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian,
28 bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan.
29 Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica;
30 a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
31 O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten.
32 Pues si queréis a los que os quieren, ¡vaya generosidad! También los descreídos quieren a quien los quiere.
33 Y si hacéis el bien a los que os hacen el bien, ¡vaya generosidad! También los descreídos lo hacen.
34 Y si prestáis sólo cuando pensáis recibir, ¡vaya generosidad! También los descreídos se prestan unos a otros con intención de recobrar lo prestado.
35 ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien, y prestad sin esperar nada; así tendréis una gran recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los desgraciados y malvados.
36 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.
37 No juzguéis y no os juzgarán, no condenéis y no os condenarán, perdonad y os perdonarán,
38 dad y os darán: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante; pues la medida que uséis la usarán con vosotros.


EXPLICACIÓN.

27-49. Segunda parte del sermón del llano, dirigida al pueblo (6,17b) (27). Dos secciones: 6,21-38, el amor generoso y universal y 6,39-49, disposiciones del oyente.

27-38. Tema central del sermón y fundamento de la nueva sociedad: el amor sin distinciones, incluso a los enemigos. Hacer y desear (bendecid, rezad) el bien (28).Desarmar la violencia con la no violencia (29); generosidad sin límites (30). Principio: tratar bien a todos, prescindiendo de cómo ellos nos tratan (31). Amor desinteresado, no proceder como los descreídos (32-34). No se habla de obedecer a Dios, sino de parecerse a él, de actuar como él actúa (hijos del Altísimo, como Jesús, cf. 1,32, realización perfecta de ese ideal) (35). Compasivos, benevolencia universal (Sal 103,8; 111,4) (36). Por eso, no erigirse en censor de los demás; la indulgencia obtiene indulgencia; el perdón obtiene perdón (37); la generosidad obtiene generosidad. Son aspectos del amor; al ejercerlo con los otros, el hombre abre sus puertas al amor de Dios. Por eso, la medida del don divino la señala el hombre mismo (38).

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