sábado, septiembre 01, 2012

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 19 DE SEPTIEMBRE DEL 2012.


Primera Lectura: I Corintios 12, 31 - 13, 13

31a¿hablan todos en lenguas?, ¿pueden todos traducirlas? 31b Pues ambicionad los dones más valiosos.
 1Y me queda por señalaros un camino excepcional.
                  Ya puedo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles que, si no tengo amor, no paso de ser una campana ruidosa o unos platillos estridentes.
                  2Ya puedo hablar inspirado y penetrar todo secreto y todo el saber; ya puedo tener toda la fe, hasta mover montañas, que, si no tengo amor, no soy nada.
                  3Ya puedo dar en limosnas todo lo que tengo, ya puedo dejarme quemar vivo que, si no tengo amor, de nada me sirve.
                  4El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe, 5no es grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva cuentas del mal, 6no simpatiza con la injusticia, simpatiza con la verdad. 7Disculpa siempre, se fía siempre, espera siempre, aguanta siempre.
                 8El amor no falla nunca. Los dichos inspirados se acabarán, las lenguas cesarán, el saber se acabará; 9porque limitado es nuestro saber y limitada nuestra inspiración y, 10cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. 11Cuando yo era niño, hablaba como un niño, tenía mentalidad de niño, discurría como un niño; cuando me hice un hombre, acabé con las niñerías. 12Porque ahora vemos confusamente en un espejo mientras entonces veremos cara a cara; ahora conozco limitadamente, entonces comprenderé como Dios me ha comprendido. 13Así que esto queda; fe, esperanza, amor; estas tres, y de ellas la más valiosa es el amor.

EXPLICACIÓN.

Los dones más valiosos, crítica implícita a la excesiva valoración del don de lenguas (cf. 14,2) (31a).

12,31b-13,13.   Con todo su valor, los dones son secundarios; si no hay amor fraterno, los dones y los heroísmos están vacíos. El amor significa la entrega de sí mismo a los demás para procurarles vida, sin buscar en nada el propio interés (12,31b-13,3). Cualidades del verdadero amor, casi personificado por Pablo. En la enumeración tiene de mira los defectos manifestados por los corintios (4-7).

                Los dones del Espíritu, tan útiles para la vida de la comunidad, dejarán de serlo en la vida futura. El amor, en cambio, continuará siempre, y con él la fe, en el sentido de total adhesión a Dios, y la esperanza, es decir, su objeto, la plenitud de vida de los hijos de Dios (Rom 8,18ss) (8-13).

Salmo Responsorial: 33 (32)

2 Dad gracias al Señor con la cítara,
tañed para él el arpa de diez cuerdas.
3 Cantadle un cántico nuevo
acompañad los vítores con bordones.
4 Que la palabra del Señor es recta
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se escogió como heredad.
22 Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.

EXPLICACIÓN.

33,1-3 y 20-22 Forman el marco. De alguna manera el comienzo mira al pasado para cantarlo, el final queda a la expectativa del futuro. Los invitados son al principio los hombres rectos y honrados, no toda la comunidad. Al final entra la primera persona, como respondiendo a la invitación inicial, o como impresionados por el contenido del himno. Un "canto nuevo" puede sugerir la ocasión nueva o el tema o la melodía; la fórmula se vuelve convencional: Sal 40,4; 96,1; 144,9; 149,1.

33,3 Sal 149,1.

33,4-19 El cuerpo del salmo desarrolla la motivación, sin orden riguroso, sin confusión. Basta observar los personajes.

33,4-5 Del Señor quiere decir mucho en poco espacio y lo estiliza en tres aspectos: "palabra - obra - amor". Al principio insiste en la "justicia": ¿por què? El salmo va a presentar a un Dios que parece discriminar pueblos, parece elegir arbitrariamente, parece complacerse en el fracaso humano. Aunque el salmo no se ocupa de teodicea, quiere asentar como programa la justicia de su Dios en palabras, obras y sentimientos. A la justicia acompaña la misericordia, para que no sea despiadada ni inexorable; retoma en los vv. 18 y 22.

33,4 Sal 11,7.
33,12 La elección es única, exclusiva, iniciativa de Dios sin mención de méritos. También esta decisión es justa: cfr. Dt 33,29.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.

Evangelio: Lucas 7, 31-35

31 Entonces, ¿a quién diré que se parece esta generación? Y, de hecho, ¿a quién se parece?
32 Se parece a esos niños sentados en la plaza que se gritan unos a otros:
"Tocamos la flauta y no bailáis,
cantamos lamentaciones y no lloráis".
33 Porque llegó Juan Bautista, que no comía ni bebía, y dijisteis: "Tiene un demonio dentro";
34 ha llegado el Hombre, que come y bebe, y decís: "¡Vaya un comilón y un borracho, amigo de recaudadores y descreídos!"
35 Pero todos los discípulos de la Sabiduría le han dado la razón.


EXPLICACIÓN.

Esta generación (31), la del Mesías, cuyo exponente son los fariseos y juristas, infiel como la del éxodo (Dt 32,5.20; Sal 95,10). Rechazan toda propuesta (5,32: "los justos") (31).

Toda novedad, motivo de crítica: Juan estaba loco (lit.: "tiene un demonio") (33); denigran el comportamiento de Jesús y quieren difamarlo por tratar con gente despreciada (cf. Dt 21,20s) (34). Los discípulos, lit. "los hijos", modismo semítico (cf. 5,34). La sabiduría de Dios, encarnada en Jesús y en su mensaje (cf. 2,40.52); alusión al designio de Dios (v.30). Dar la razón a la sabiduría es dársela a Dios, cambiando de conducta (35).

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