I LECTURA EZEQUIEL
16,1-15,60,63 o Ezequiel 16,59-63.
Una historia de amor
(Ez 20 y 23; Os 2)
1Me dirigió la palabra
el Señor:
2-Hijo de Adán
denuncia a Jerusalén
sus abominaciones,
3diciendo: ¡Esto dice
el Señor: Jerusalén,
eres cananea de casta
y de cuna:
tu padre era amorreo y
tu madre era hitita.
4[Fue así tu
alumbramiento]:
el día en que naciste
no te cortaron el
ombligo,
no te bañaron ni
frotaron con sal,
ni te envolvieron en
pañales.
5Nadie se apiadó de ti
haciéndote uno de
estos menesteres,
por compasión,
sino que te arrojaron
a campo abierto,
asqueados de ti, el
día que naciste.
6Pasando yo a tu lado,
te vi
chapoteando en tu
propia sangre:
“Sigue viviendo y
crece
como brote campestre”.
7Creciste y te hiciste
moza, llegaste a la sazón;
tus senos se afirmaron
y el vello te brotó,
pero estabas desnuda y
en cueros.
8Pasando de nuevo a tu
lado,
te vi en la edad del
amor;
extendí sobre ti mi
manto
para cubrir tu
desnudez;
me comprometí con
juramento,
hice alianza contigo
-oráculo del Señor- y
fuiste mía.
9Te bañé, te limpié la
sangre y te ungí con aceite.
10Te vestí de bordado,
te calcé de marsopa;
te ceñí de lino, te
revestí de seda.
11Te engalané con
joyas:
te puse pulseras en
los brazos
y un collar al cuello.
12Te puse un anillo en
la nariz,
pendientes en las
orejas
y diadema de lujo en
la cabeza.
13Lucías joyas de oro
y plata
y vestidos de lino,
seda y bordado;
comías flor de harina,
miel y aceite;
estabas guapísima
y prosperaste más que
una reina.
14Cundió entre los
pueblos la fama de tu belleza,
completa con las
galas, con lo que te atavié
-oráculo del Señor-.
15Te sentiste segura
de tu belleza
y, amparada en tu
fama, fornicaste
y te prostituiste con
el primero que pasaba.
59Pues así dice el
Señor:
Actuaré contigo
conforme a tus acciones,
pues menospreciaste el
juramento
y quebrantaste la
alianza.
60Pero yo me acordaré
de la alianza
que hice contigo
cuando eras moza
y haré contigo una
alianza eterna.
61Tú te acordarás de
tu conducta
y te sonrojarás, al
acoger a tus hermanas,
las mayores y las más
pequeñas;
pues yo te las daré
como hijas,
mas no en virtud de tu
alianza.
62Yo mismo hará
alianza contigo
y sabrás que yo soy el
Señor,
63para que te acuerdes
y te sonrojes
y no vuelvas a abrir
la boca de vergüenza,
cuando yo te perdone
todo lo que hiciste
-oráculo del Señor.
EXPLICACIÓN.
16. En este capítulo
despliega Ezequiel un amplio cuadro histórico de Jerusalén en imagen
matrimonial. Lo han precedido, que sepamos, Oseas, Isaías y Jeremías. Oseas 1-2
comienza en plena situación conyugal; Jeremías 2-3 se remonta al noviazgo, con
dejo melancólico; Ezequiel se remonta al nacimiento, ligando la imagen al
motivo popular del niño expósito. Si Jeremías ya encadenado imágenes originales
y expresivas, Ezequiel se detiene en detalles realistas, hasta brutales. Oseas
compone un poema concentrado y bien trabado; Jeremías abre el flanco a
amplificaciones; Ezequiel construye una alegoría de correspondencias
intelectuales. Es probable que su texto original haya recibido adiciones
secundarias; no es fácil decidir si lo hizo el mismo Ezequiel en recitaciones
sucesivas, o alguno de sus discípulos.
El delito crece en
boca del fiscal: por los antecedentes, por la contumacia, por otros agravantes.
La pena invoca la ley añade detalles que agravarán la infamia. Porque habla y
se querella el ofendido, la sentencia no asume un tono objetivo y refrenado,
sino que suena como arenga elocuente, intensamente personal. La pasión poética
de Ezequiel encarna la reacción personal de Dios, el misterio revelado de su
amor.
16,2. Ezequiel recibe
el cargo de fiscal, como Is 58.
16,3. “Cananea” era la
población a la llegada de los israelitas (en la versión bíblica); gente
malfamada por sus prácticas cúlticas e inmoralidad: Lv 18,3.24-30; Gn 9,25
(Canaán en el puesto de Cam). “Amorreo” significa occidental; designa a grupos
semíticos de la región: Nm 21,13; Jos 10,5. Los hititas formaban grupos de
población avecindados en Canaán en tiempo de los patriarcas: Gn 23; 25, 9s;
26,34; 27,46. Dicha de Jerusalén, la genealogía no es inverosímil; dicha de
Israel, no es real. Es más bien un juicio religioso global: su origen es pagano
y aun ilegítimo. Como el comienzo, el resto.
16,4-5. Véase Os 11,
que se remonta a la niñez de Efraín. El exponer o abandonar a las criaturas, sobre todo niñas, no era tan raro
en la antigüedad: en la ciudad quedaba esperanza de que alguien las adoptara,
en el campo quedaban expuestas a las fieras. En lo humano, la criatura está
abandonada, nacida para morir.
16,6. Atraviesa la
soledad el Señor, y su paso es salvador: véanse Dt 32,10 y Os 9,10. Pronuncia
una palabra, casi creadora, como bendición eficaz: la criatura deberá la vida a
ese imperativo de Dios. Apenas una vida vegetal, no cultivada.
16,8. El Señor conoce
el sitio: pasa de nuevo y la reconoce. La cubre (cfr. Rut 3,9). Con su pura
iniciativa la toma como novia, como esposa en alianza (cfr. Prov 2,17), con
juramento. Después del imperativo inicial, casi todo es acción.
16,9. Tareas de la
familia de la novia, que aquí desempeña el novio.
16,10. Tejidos y
materiales propios de un rey o del templo: Éx 26-29; Sal 45.
16,11-12. Regalo de
boda que luce la novia en la ceremonia: Gn 24,22.29.47; Cant 3,11; 4,4.
16,13. La referencia a
la comida parece interrumpir el curso a la descripción, a no ser que se
atribuya a esos manjares la virtud de embellecer las formas (cfr. Sal 104,15);
también puede deberse al influjo de Os 2,10.
16,14. Verso de
resumen y transición.
16,15. Cambio de
sujeto: correspondencia de ella; como en Dt 32,15. Is 1,21 supone una primera
época de fidelidad; Jeremías coloca la fidelidad en el desierto; Ezequiel salta
violentamente de la boda a la infidelidad. La confianza en sí es comienzo de
pecado: Is 30,12; 47,10; Jr 13,25; 17,5; Sal 49,7; 62,11 etc.
La palabra “fornicar”
significando la infidelidad es correlativa de la imagen conyugal. Su uso es
fluido: puede referirse a la prostitución sacra, puede designar la idolatría
como infidelidad al Dios único y celoso, puede convertirse en metáfora tópica y
aun lexicalizada. Es expresión frecuente en la literatura profética y muy
frecuente en Ezequiel. El verso termina en hebreo con un sintagma
ininteligible.
16,59-63. Después del
trágico cuadro, trazado con amplitud y con amplificaciones, alguien ha añadido
una última palabra de consuelo y esperanza. No para anular cuanto precede, sino
para colocarlo en un horizonte más ancho. Hoy tenemos que leer estas líneas
unidas a las precedentes, para que hagan sentido; pero tenemos que leer lo
precedente desembocando en este final. Varios elementos aseguran la unión de
ambas piezas.
El tema es una nueva
alianza, una renovación de la antigua. Jerusalén ha sido infiel y ha sido justamente castigada.
Pero el Señor es fiel a sí mismo, a su compromiso, y vuelve a recibir a la
infiel. Sólo que ella no puede volver con la actitud de antes. Si al ver su
culpa y sus consecuencias, se sentía avergonzada y fracasada, al recibir el
perdón inmerecido, su sonrojo se ahonda y permanece como fondo de contraste de
las nuevas relaciones. El terrible pecado ha exaltado así la increíble
misericordia. Ya no podrá alegar mérito ni confiar en su belleza (cfr. Rom
5,20).
16,61. El cambio es
sorprendente. Jerusalén, esposa perdonada y reconciliada, recibe otros hijos:
pueblos extranjeros o pueblos convertidos y perdonados. No por derecho de
conquista, sino por don del Señor, porque él los llama y atrae.
16,62. En todo el
capítulo es la única fórmula de reconocimiento, que adquiere así fuerza
conclusiva.
16,63. La memoria
humilde de Jerusalén responderá a la memoria compasiva (60) del Señor.
SALMO ISAÍAS 12,2-6.
(Sal 98).
2Siendo Dios mi salvador,
confío y no temo
porque mi fuerza y
poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3Sacarás agua con gozo
del manantial de la
salvación.
4Aquel día,
recitaréis: Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos
sus hazañas,
proclamad que su
nombre es excelso.
5Tañed para el Señor,
que hizo proezas,
que las reconozca toda
la tierra;
6grita jubilosa, Sión,
la princesa,
que es grande en medio
de ti el Santo de Israel.
EXPLICACIÓN.
12,2. Confiar y no
temer: 7,1-9; 8,12. Con una cita de Éx 15,2.
12,3. La salvación es
como una fuente inagotable. Puede evocar las fuentes milagrosas del desierto
(Éx 17,6), enlaza con la fuente de Siloé (8,6), y es en último término Dios
como fuente siempre manante (Jr 2,13).
12,4-5. Nombre y
renombre: nombre revelado para la invocación (Éx 3,15), renombre ganado con sus
proezas y que el pueblo escogido debe difundir a todo el mundo.
12,6. Sión representa
tradicionalmente a la comunidad, como capital del reino. El título Santo: 6,3;
8,13.
EVANGELIO DE MATEO 19,3-12.
3 Se le acercaron unos fariseos y le
preguntaron para tentarlo:
- ¿Le está permitido a uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?
4 Él les contestó:
- ¿No habéis leído aquello? Ya al principio el creador los hizo varón y hembra (Gn 1,27)
5 y dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser" (Gn 2,24).
6 De modo que ya no son dos, sino un solo ser; luego lo que Dios ha unido que no lo separe un hombre.
7 Ellos insistieron:
- Y, entonces, ¿por qué prescribió Moisés darle acta de divorcio cuando se la repudia? (Dt 24,1).
8 Él les contestó:
- Por vuestra obstinación, por eso os consintió Moisés repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no era así.
9 Ahora os digo yo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegal- y se casa con otra, comete adulterio.
10 Los discípulos le replicaron:
- Si tal es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.
11 Pero él les dijo:
- No todos pueden con eso que habéis dicho, sólo los que han recibido el don.
12 Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reinado de Dios. El que pueda entenderlo, que lo entienda.
EXPLICACIÓN.
3 - 12. Continúa el viaje a Jerusalén (16,21). Jesús no enseña a las multitudes, pero las cura (14,14) (1s). Los fariseos suponen la legitimidad del repudio; quieren que decida en una controversia a propósito de Dt 24,1. Es una tentación, pues se trata del ejercicio del poder a nivel doméstico. Jesús argumenta a partir del proyecto creador (4-6); un solo ser,igualdad de hombre y mujer, inseparabilidad. Citan a Moisés (7). Moisés cedió a la obstinación del pueblo frustrando el plan de Dios (8). Jesús propone el ideal del matrimonio humano. Protesta de los discípulos; en tales condiciones, mejor renunciar al matrimonio (10). Esto no es posible más que para aquellos que encuentran en el trabajo por el reinado de Dios su plena realización humana (11-12).
- ¿Le está permitido a uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?
4 Él les contestó:
- ¿No habéis leído aquello? Ya al principio el creador los hizo varón y hembra (Gn 1,27)
5 y dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser" (Gn 2,24).
6 De modo que ya no son dos, sino un solo ser; luego lo que Dios ha unido que no lo separe un hombre.
7 Ellos insistieron:
- Y, entonces, ¿por qué prescribió Moisés darle acta de divorcio cuando se la repudia? (Dt 24,1).
8 Él les contestó:
- Por vuestra obstinación, por eso os consintió Moisés repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no era así.
9 Ahora os digo yo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegal- y se casa con otra, comete adulterio.
10 Los discípulos le replicaron:
- Si tal es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.
11 Pero él les dijo:
- No todos pueden con eso que habéis dicho, sólo los que han recibido el don.
12 Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reinado de Dios. El que pueda entenderlo, que lo entienda.
EXPLICACIÓN.
3 - 12. Continúa el viaje a Jerusalén (16,21). Jesús no enseña a las multitudes, pero las cura (14,14) (1s). Los fariseos suponen la legitimidad del repudio; quieren que decida en una controversia a propósito de Dt 24,1. Es una tentación, pues se trata del ejercicio del poder a nivel doméstico. Jesús argumenta a partir del proyecto creador (4-6); un solo ser,igualdad de hombre y mujer, inseparabilidad. Citan a Moisés (7). Moisés cedió a la obstinación del pueblo frustrando el plan de Dios (8). Jesús propone el ideal del matrimonio humano. Protesta de los discípulos; en tales condiciones, mejor renunciar al matrimonio (10). Esto no es posible más que para aquellos que encuentran en el trabajo por el reinado de Dios su plena realización humana (11-12).
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