EZEQUIEL 43,1-7.
Vuelve la gloria (Éx
40,34s; 1 Re 8,10s; 10,19; 11,23)
1Me condujo a la
puerta oriental: 2vi la gloria de Dios de Israel que venía de oriente, con
estruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria. 3La visión que tuve
era [como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad]
como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar. Y caí rostro en
tierra. 4La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental.
5Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del
Señor llenaba el templo.
6Entonces oí a uno
que me hablaba desde el templo –el hombre seguía a mi lado-, 7y me decía: -Hijo
de Adán, éste es el sitio de mi trono,
el sitio de las
plantas de mis pies,
donde voy a residir
para siempre
en medio de los hijos
de Israel.
La casa de Israel y
sus monarcas
ya no profanarán mi
nombre santo
con sus fornicaciones
ni con los cadáveres
de sus reyes difuntos.
EXPLICACIÓN.
43,1-11. Llega el
momento culminante: a la visión trágica de los cap. 8-11 responde, a unos
veinte años de distancia, esta visión de esperanza. La Gloria del Señor retorna
al lugar de donde partió. Ello no significa volver al pasado como si nada
hubiera ocurrido; se trata de un nuevo comienzo que brota de la experiencia del
doble fracaso: fracaso del pecado, “las abominaciones que perpetraron”, fracaso
del castigo, “los consumió mi ira”. Una promesa del Señor inaugura la nuera era
“para siempre”; el anuncio de la obediencia del pueblo la contempla. ha
precedido el don del espíritu del capítulo 36.
43,2. Rápidamente se
desanda el camino de 11,23 y 10,19. La Gloria llega desde oriente, como un
esplendor, y la primera respuesta es el reflejo de la tierra (comparar con Is
6).
43,3. Después le toca
a Ezequiel ser el primer adorador humano, representando al pueblo, en un gesto
profético (como Josué en Jos 5). No habla de humo ni de nube.
43,7. Trono pueden
ser el arca, el templo, la ciudad (Jr 3,16s; 14,21; 17,12); el templo es
también estrado (Sal 99,5; 132,7; Is 60,13). Ambos son atribuidos de realeza,
porque el Señor será el rey de Israel..
SALMO 85 (84),9-14.
9Voy a escuchar lo que dice Dios:
el Señor propone* la paz
a su pueblo, a sus leales,
a los que recobran la esperanza.
10Ya se acerca su Salvación a sus fieles,
para que la Gloria habite en nuestra tierra.
11 Lealtad y Fidelidad se encuentran,
Justicia y Paz se besan;
12Fidelidad brota de la tierra,
Justicia se asoma desde el cielo.
13Pues el Señor dará la prosperidad
y nuestra tierra dará su cosecha.
14Justicia caminará delante de él
encaminando sus pasos.
Justicia y Paz se besan;
12Fidelidad brota de la tierra,
Justicia se asoma desde el cielo.
13Pues el Señor dará la prosperidad
y nuestra tierra dará su cosecha.
14Justicia caminará delante de él
encaminando sus pasos.
EXPLICACIÓN.
85,9 Alguien
en la asamblea escucha y comunica el oráculo de respuesta (Sal 81.6c); sólo que
Dios no toma la palabra en primera persona. Por eso, los versos 10-14 podrían
ser comentario litúrgico. Es un mensaje "de paz": Dios los ha
reconciliado. Se dirige a un pueblo que responde con su "lealtad" a
la lealtad divina y con su "esperanza" a las promesas.
"Recobran" o se convierten a la esperanza. * O: anuncia.
85,10-14 Es una escena de transfiguración poética. Definen el
horizonte "cielo y tierra"; los personajes apenas se mueven; Justicia
aparece tres veces. Compárese esta escena con la de Is 32,16s. ¿Son cualidades
divinas o virtudes humanas? Divina es Gloria, y acción suya Salvación; las
otras las posee ejemplarmente y se las comunica al hombre para su bienestar
íntegro.
85,10 "Está cerca": véase Is 56,1. La Gloria vuelve a
habitar en el templo: se ha de entender sobre el fondo de Ez 10 Y 43.
85,11 Por la ley del paralelismo, los dos verbos se predican de todos
los sujetos.
85,12 Señala la dimensión vertical y cósmica de la escena.
"Brotar" es imagen de ascendencia ilustre: léanse Is 45,8; 61,11, una
cosecha de virtudes humanas.
85,13 La prosperidad abarca también el campo material: Sal 72,16.
Dios, el dador, da "el bien", que en el caso presente es la lluvia;
véase Is 55,10.
85,14 Ahí pudo terminar la escena, cuando sobreviene algo inesperado:
el Señor se pone en camino, y por delante, abriéndole paso, avanza Justicia. El
final es sorprendente: el Señor cuya Gloria reside en el templo sigue caminando
por la historia. Otros corrigen y leen en el segundo hemistiquio paz o
rectitud.
Trasposición cristiana.
No encuentro en el NT una escena tan sugestiva, pero encuentro
dispersas todas las cualidades mencionadas. Véanse entre otros muchos Rom
14,17; Heb 5,9; Lc 2,30. Algunos Padres aplican el v. 13 al nacimiento del
Mesías.
EVANGELIO DE MATEO
23,1-12.
1 Entonces Jesús, dirigiéndose a las
multitudes y a sus discípulos,
2 declaró:
- En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos.
3 Por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y cumplidlo..., pero no imitéis sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen.
4 Lían fardos pesados y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo.
5 Todo lo hacen para llamar la atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el manto:
6 les encantan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas,
7 que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "Rabbí".
8 Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ·Rabbí", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos;
9 y no os llamaréis "padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo;
10 tampoco dejaréis que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el Mesías.
11 El más grande de vosotros será servidor vuestro.
12 A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.
2 declaró:
- En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos.
3 Por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y cumplidlo..., pero no imitéis sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen.
4 Lían fardos pesados y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo.
5 Todo lo hacen para llamar la atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el manto:
6 les encantan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas,
7 que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "Rabbí".
8 Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ·Rabbí", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos;
9 y no os llamaréis "padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo;
10 tampoco dejaréis que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el Mesías.
11 El más grande de vosotros será servidor vuestro.
12 A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.
EXPLICACIÓN.
Fardos pesados, cf. 11,30: carga insoportable sin prestar ayuda alguna. No buscan el bien del hombre, sino dominar con la doctrina (4). Exhibicionismo de letrados y fariseos (5-7; cf. 6,1-18): se constituyen en casta privilegiada. Rabbí: "señor mío, monseñor". Insiste en la igualdad entre los discípulos (8): ningún rango o privilegio. Padre (9): título de los maestros, en cuanto transmisores de la tradición y modelos de conducta. Lo mismo que Jesús no tiene padre humano, tampoco los suyos han de reconocerlo en el sentido dicho. Único modelo, el Padre del cielo (5,48). Director o guía espiritual (10): sólo a Jesús hay que seguir. La verdadera grandeza (11). Dios juzga las actitudes humanas (12).
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