Primera Lectura: Jeremías
7, 1-11
1Palabras que el Señor dirigió a Jeremías:
2Ponte a la puerta del templo y proclama allí: Escuchad, judíos, la palabra del
Señor, los que entráis por estas puertas a adorar al Señor, 3así dice el Señor
de los ejércitos, Dios de Israel:
Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones,
y habitaré con vosotros en este lugar;
4no os hagáis ilusiones
con razones falsas, repitiendo:
“el templo del Señor, el templo del Señor,
el templo del Señor”.
5Si enmendáis vuestra conducta
y vuestras acciones,
si juzgáis rectamente los pleitos,
6si no explotáis al emigrante,
al huérfano y a la viuda,
si no derramáis sangre inocente en este lugar,
para vuestro mal,
7entonces habitaré con vosotros en este lugar,
desde antiguo y para siempre.
8Os hacéis ilusiones
con razones falsas, que no sirven:
9¿de modo que robáis, matáis,
cometéis adulterio,
juráis en falso, quemáis incienso a Baal,
seguís a dioses extranjeros y desconocidos,
10y después entráis a presentaros ante mí
en este templo que lleva mi nombre,
y decís: “Estamos salvados”,
para seguir cometiendo tales abominaciones?
11¿Creéis que es una cueva de bandidos
este templo que lleva mi nombre?
Atención, que yo lo he visto –oráculo del
Señor-.
EXPLICACIÓN.
7,1-2. La palabra será protagonista, el templo,
caja de resonancia.
7,4. Miq 3,11. La frase suena como estribillo
para ser coreado por una multitud. Suena a profesión devota, y expresa una
confianza mágica. Tres veces “templo” frente a tres veces “palabra”.
7,6. Categorías sociológicas de proletarios.
“Derramar sangre inocente”: en sentido estricto, homicidios en el templo o por
sentencias injustas del tribunal del templo; en sentido amplio, otras
injusticias que menoscaban la vida del inocente: Dt 19,10; Is 59,7; Prov 6,17.
La idolatría redunda en daño de los idólatras más que en daño de Dios.
7,7. El templo centra la tierra prometida y
comparte su suerte. Por parte de Dios, promesa y entrega eran perpetuas.
7,9. Varios delitos contra el decálogo. Véase
Os 4,2.
7,10 “Salvados” connota algún peligro.
Irónicamente, para seguir cometiendo crímenes.
7,11. “Cueva” donde se pueden refugiar y
planear impunemente. Lo cita Mt 21,13.
Salmo
Responsorial: 84 (83)
2¡Qué delicia es tu morada,
Señor de los Ejércitos!
Señor de los Ejércitos!
3Mi aliento se consume anhelando
los atrios del Señor;
los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne exultan
por el Dios vivo.
por el Dios vivo.
4Hasta el gorrión ha encontrado una casa,
la golondrina un nido
la golondrina un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los Ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
tus altares, Señor de los Ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
5Dichosos los que habitan en tu casa
alabándote siempre.
alabándote siempre.
6Dichoso el que saca de ti fuerzas
8Caminan de baluarte en baluarte,
11Pues vale más un día en tus atrios
que mil en mi estancia;
11Pues vale más un día en tus atrios
que mil en mi estancia;
O pisar el
umbral de la casa de Dios
que morar en la tienda del malvado.
que morar en la tienda del malvado.
EXPLICACIÓN.
84,2 El predicado "amables" es en hebreo
intenso por su ascendencia: Is 5,1; Jr 11,15; Dt 33,12; Sal 60,7; 127,5. Léase
lo que dice Ez 24,16.21 del templo. Casi podemos decir que el orante está
enamorado del templo.
84,3 El ansia es total: aliento o espíritu, corazón
o mente, carne o cuerpo.
84,4 La imagen del ave suena casi a proyección
sentimental. El poeta se detiene complacido en el doble sentido de casa: el ave
ha puesto casa para sus polluelos, en la casa de Dios: huésped acogido a la
hospitalidad ancha de Dios. ¡Ouién fuera como ella!
84,5-6 El orante empareja a los
"habitantes" con los peregrinos". Sal 65,5 parece preferir a los
que habitan; véase también Sal 91,1.
El salmo dedica más espacio al peregrino.
84,6-8 Con mediana probabilidad podemos distinguir
una decisión previa y tres etaPas de peregrinación. Según el texto hebreo, el
orante está pensando o planeando "calzadas": Jr 31,21. a) Primera
etapa: creo que el autor explota el doble sentido de varias palabras:
"valle de Baká = Valmorera = Valdellanto", ''Transforman =
eben", "lluvia de otoño = Maestro", "lo viste de albercas =
lo cubre de bendiciones". b) Segunda etapa: en sentido propio
"baluartes" o plazas fuertes que jalonan el itinerario; o el
renovarse de las fuerzas (cfr. Is 40,31); o las fortificaciones de la capital
(Sal 48,4). e) Tercera parte: la presencia de Dios en el templo: compárese con
Is 35,2; 40,4; Jr 31,3; Sal 63,3.
84,11 "Uno / mil" es convencional para
encarecer con énfasis: Dt 32,20; Jos 23,10; Is 30,17. "Estancia":
corrigiendo el texto. "Pisar el umbral": en hebreo un verbo rebuscado
derivado de "umbral": parece designar una actividad modesta, de
portero.
Trasposición cristiana.
En clave cristológica: Jesús es más que el templo
(Mt 12,6), es manifestación de Dios (Jn 14,9), es morada nuestra (Jn 15,4).
Jesús glorificado: (Jn 2,19-21). En clave eclesiológica. La Iglesia presente es
templo de Dios (Ef 2,21 s). La Iglesia celeste (Heb 13,14; 2 Cor 5,1).
Evangelio: Mateo 13, 24-30
24 Les propuso otra parábola:
- Se parece el reino de Dios a un hombre que sembró semilla buena en su campo;
25 mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
26 Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga apareció también la cizaña.
27 Los obreros fueron a decirle al propietario:
- Señor, ¿no sembraste en tu campo semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?
28 Él les declaró:
- Es obra de un enemigo.
Los obreros preguntaron:
- ¿Quieres que vayamos a escardarla?
29 Respondió él:
- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo.
30 Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.
EXPLICACIÓN.
24 - 30. Se dirige de nuevo a las multitudes (cf. 13,34). Trata ahora del reino de Dios. Las malas hierbas, no espontáneas, sino obra de un enemigo, cuando la comunidad no está comprometida (todos dormían; cf. 25,5; 26,40). Imposible eliminar lo malo sin daño de lo bueno. No hay juicio inmediato y definitivo (cf. 3,12).
- Se parece el reino de Dios a un hombre que sembró semilla buena en su campo;
25 mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.
26 Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga apareció también la cizaña.
27 Los obreros fueron a decirle al propietario:
- Señor, ¿no sembraste en tu campo semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?
28 Él les declaró:
- Es obra de un enemigo.
Los obreros preguntaron:
- ¿Quieres que vayamos a escardarla?
29 Respondió él:
- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo.
30 Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.
EXPLICACIÓN.
24 - 30. Se dirige de nuevo a las multitudes (cf. 13,34). Trata ahora del reino de Dios. Las malas hierbas, no espontáneas, sino obra de un enemigo, cuando la comunidad no está comprometida (todos dormían; cf. 25,5; 26,40). Imposible eliminar lo malo sin daño de lo bueno. No hay juicio inmediato y definitivo (cf. 3,12).
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