Primera Lectura: Sabiduría
1,13-15;2,23-24
1 13Dios no hizo la
muerte ni goza destruyendo a los vivientes.
14Todo lo creó para que subsistiera;
14Todo lo creó para que subsistiera;
las
criaturas del mundo son saludables:
no hay en ellas veneno de muerte ni el
abismo impera en la tierra.
15Porque la justicia es inmortal.
15Porque la justicia es inmortal.
2 23Dios creó al
hombre para la inmortalidad
y
lo hizo imagen de su propio ser;
24pero la muerte entró en el mundo por
la envidia del diablo
y los de su partido pasarán por ella.
y los de su partido pasarán por ella.
EXPLICACIÓN.
1,13
Se remonta el autor al origen de la muerte, concepto de dos dimensiones: a) la
muerte física, patrimonio de todo hombre 7,1 (cfr. Gn 2-3; Ez 18,28-32; Rom
5,12-21; b) Y la muerte escatológica, definitiva, propia de los malvados en
este libro. Compárese con Is 45,7; Dt 32,39.
1,14
Comentario libre a Gn 1: todo es bueno, impera la vida. Véase 2,22s.
1,15 El autor lo rubrica con una de
esas frases que evitan la precisión para cargarse de sentido. Frase lapidaria,
triunfal, que va a dominar con su resonancia todo el libro.
2,23-24 Por el tema estos dos versos
empalman directamente con 1,13-14, "el partido de la muerte".
"Para la inmortalidad": como capacidad y destino, vinculado a ser
imagen de Dios: Gn 1,26-27. El Dios de la vida comunica vida e inmortalidad a
sus imágenes. "Diablo" llama el autor a la serpiente del paraíso (Ap
12,9 Y 20,2) o a la envidia homicida de Caín: véanse Jn 8,44 y Rom 5,12; Heb
2,14. Por todo el contexto se ve que el autor piensa en la muerte definitiva,
no en la muerte que da paso a la vida, como es la del justo.
Salmo Responsorial: 30 (29)
2 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí
y no has dado la victoria a mis enemigos.
2 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí
y no has dado la victoria a mis enemigos.
4
Señor, alzaste mi vida del Abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
5
Tañed para el Señor, sus adictos,
dad gracias a su nombre santo:
6 Un instante dura su cólera,
toda la vida su favor;
al atardecer se hospeda el llanto,
al amanecer el júbilo.
dad gracias a su nombre santo:
6 Un instante dura su cólera,
toda la vida su favor;
al atardecer se hospeda el llanto,
al amanecer el júbilo.
11
Escucha, Señor, ten piedad,
Señor, socórreme.
12 Cambiaste mi luto en danza,
Señor, socórreme.
12 Cambiaste mi luto en danza,
13b
Señor Dios mío, te daré gracias siempre.
EXPLICACIÓN.
30,2
El verbo significa tirar de, jalar. El enemigo triunfante podría ser la Muerte
personificada, como en Jr 9,20; Sal 49,15; Job 28,22.
30,4 "Bajar a la fosa" es expresión descriptiva corriente: Sal 28,1; 88,5; 143,7.
30,4 "Bajar a la fosa" es expresión descriptiva corriente: Sal 28,1; 88,5; 143,7.
30,6 Alternativa: "su cólera inspirada ansiedad, su favor da vida".
Compárese con Is 54,7.
30,12
Del luto ritual pasa a la danza festiva: Éx 15,20; Jue 11,34; 21,21.
30,13 "Por siempre": ¿qué significa esta frase en el horizonte mental
del autor? Lo ha dicho en el v.7 y fue presunción. Esta vez la muerte no ha
lanzado la carcajada del triunfo, pero al final cantará victoria (Sal 49,9). Si
esta vez no ha sucedido, pronto bajará el orante a la fosa y ya no alabará a su
Dios. Para él "por siempre" significa mientras viva: Ex 21,6; Lv
25,46.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
En el horizonte cristiano la última frase consigue la plenitud de sentido. Primero en Cristo (Jn 17), después en los cristianos. Pablo llama a la muerte "el último enemigo" (1 Cor 15,26) y anuncia su derrota final (1 Cor 15,56).
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
En el horizonte cristiano la última frase consigue la plenitud de sentido. Primero en Cristo (Jn 17), después en los cristianos. Pablo llama a la muerte "el último enemigo" (1 Cor 15,26) y anuncia su derrota final (1 Cor 15,56).
Segunda Lectura: II
Corintios 8,7.9.13-15
7Tenéis abundancia de todo: de fe, de
dones de palabra, de conocimiento, de empeño para todo y de ese amor vuestro
por mí: pues que sea también abundante vuestro donativo.
9porque ya sabéis lo generoso que fue
nuestro Señor, Jesús Mesías: siendo rico, se hizo pobre por vosotros para
enriqueceros con su pobreza.
13No se trata de aliviar a otros
pasando vosotros estrecheces, sino que, por exigencia de la igualdad, 14en el
momento actual vuestra abundancia remedia la falta que ellos tienen, para que
un día la abundancia de ellos remedie vuestra falta, y así haya igualdad,
15como dice la Escritura: "Al que recogía
mucho no le sobraba y al que recogía poco no le faltaba" (Éx
16,18).
EXPLICACIÓN.
Exhortación a que sean generosos (7). Aduce, en primer lugar, el
ejemplo del Señor: su generosidad sin límites es norma para el cristiano (8-9).
Les pide también que muestren su coherencia con el propósito inicial (10-12).
Apela finalmente al principio de igualdad; la situación económica de la
comunidad de Corinto es mejor que la de Jerusalén; la solidaridad se impone.
Cita de Éx 16,18; igual ración de maná para todos (13-15).
Evangelio: Marcos 5,21-43
(Mt 9,18-19; Lc 8,40-42a)
21Cuando
Jesús atravesó de nuevo al otro lado, gran multitud de gente se congregó adonde
estaba él, y él se quedó junto al mar.
22Llegó
un jefe de sinagoga, de nombre Jairo, y al verlo cayó a sus pies,
23rogándole con insistencia:
-Mi
hijita está en las últimas; ven a aplicarle las manos para que se salve y viva.
24aJesús
se fue con él.
La
mujer con flujos: El Israel marginado (Mt
9,20-22; Lc 8,42b-48)
24bLo
seguía gran multitud de gente, apretujándolo.
25Una mujer que llevaba doce años con un flujo de sangre, 26que había sufrido mucho por obra de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle nada, sino más bien poniéndose peor, 27 como había oído hablar de Jesús, acercándose entre la multitud, le tocó por detrás el manto. 28Porque ella se decía: «Si le toco aunque sea la ropa, me salvaré». 29Inmediatamente se secó la fuente de su hemorragia, y notó en su cuerpo que estaba curada de aquel tormento.
25Una mujer que llevaba doce años con un flujo de sangre, 26que había sufrido mucho por obra de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle nada, sino más bien poniéndose peor, 27 como había oído hablar de Jesús, acercándose entre la multitud, le tocó por detrás el manto. 28Porque ella se decía: «Si le toco aunque sea la ropa, me salvaré». 29Inmediatamente se secó la fuente de su hemorragia, y notó en su cuerpo que estaba curada de aquel tormento.
30Jesús,
dándose cuenta interiormente de la fuerza que había salido de él, se volvió
inmediatamente entre la multitud preguntando:
-¿Quién
me ha tocado la ropa?
3ILos discípulos le contestaron:
3ILos discípulos le contestaron:
-Estás
viendo que la multitud te apretuja ¿y sales preguntando «quién me ha tocado»?
32El
miraba a su alrededor para distinguir a la que había sido. 33La mujer, asustada
y temblorosa, consciente de lo que le había ocurrido, ,se acercó, se postró
ante él y le confesó toda la verdad. 34Elle dijo:
-Hija,
tu fe te ha salvado. Márchate en paz y sigue sana de tu tormento.
Nueva
vida para la hija de Jairo/Israel (Mt
9,23-26; Lc 8,49-56)
35
Aún estaba hablando cuando llegaron de casa del jefe de sinagoga para decirle:
-Tu
hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?
36pero
Jesús, sin hacer caso del mensaje que transmitían, le dijo al jefe de sinagoga:
-No
temas; ten fe y basta.
37No
dejó que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38Llegaron a la casa del jefe de sinagoga y contempló el alboroto de los que
lloraban gritando sin parar. 39Luego entró y les dijo:
-¿Qué
alboroto y qué lloros son éstos? La chiquilla no ha muerto, está durmiendo.
40Ellos
se reían de él.
Pero
él, después de echarlos fuera a todos, se llevó consigo al padre de la
chiquilla, a la madre y a los que habían ido con él y fue adonde estaba la
chiquilla.
4ICogió
a la chiquilla de la mano y le dijo:
-Talitha,
qum (que significa: «Muchacha, a ti te
digo, levántate»).
42Inmediatamente
se puso en pie la muchacha y echó a andar (tenía doce años) .. Se quedaron
viendo visiones.
43Les advirtió con insistencia que nadie se enterase y encargó que se le diera de comer.
43Les advirtió con insistencia que nadie se enterase y encargó que se le diera de comer.
EXPLICACIÓN.
5,21-6,1ª. Tríptico. La situación
de Israel y la alternativa de Jesús.
a) (5,21-24a): La multitud judía acude a Jesús, el que ha roto con la institución, mostrando su descontento con ésta y aceptando el contacto de Jesús con los paganos (21). La multitud se desdobla en dos personajes: la hija de Jairo, que representa el pueblo sometido a la institución (jefe de sinagoga), y la mujer con flujos, que representa al pueblo marginado por ella (impura). El pueblo sometido a la institución (hijita del jefe de sinagoga; cf v. 42: doce años) está en peligro de muerte. El jefe de sinagoga (cargo) no encuentra remedio en su sistema y opta como persona (Jairo) por acudir a Jesús, el excomulgado por ella.
b) (5,24b-34). Otra multitud, ésta de
seguidores (lo seguía, cf. 2,15) que no proceden de la institución judía
(cf. 3,32.34; 4,10: «los que estaban en torno a él»: su cercanía y adhesión a
Jesús están expresadas aquí por apretujándolo) (24b). Mujer impura por
su enfermedad (Lv 15,25-30), enferma y estéril, que representa al Israel (25: doce
años) marginado por la institución. Mientras ha aceptado la marginación que
le impone la Ley, no ha encontrado solución. Ahora, mezclada con el grupo no
israelita, viola la Ley que le prohibía tocar a Jesús (27-28). Es decir, los
marginados de Israel encuentran en Jesús una alternativa a su situación (d.
1,39-45). La fuerza de vida que sale de Jesús, el Espíritu. Hija (cf.
Sof 3,14; Zac 9,9: «hija de Sión»). A nivel narrativo, curación; a nivel
teológico, salvación por la fe.
c) (5,35-6,1): No hay situación
desesperada para la fe. La muerte significa que este pueblo sometido a la
institución, al abandonarla por no poder sufrir más su opresión, queda sin
alternativa, sin acceso a Dios y excluido de su sociedad (d. 6,34). Jesús le
ofrece la alternativa que necesita (35-36). Los tres discípulos que forman el
primer grupo de la lista de los Doce, los más recalcitrantes (cf. 3,16s) (37).
Las designaciones de la niña van cambiando: en boca de Jairo, mi hijita, dependencia
y cariño (23); los emisarios, tu hija, dependencia (35); Jesús, la
chiquilla, pequeñez, pero no dependencia (40.41), y muchacha (casadera),
independencia, porvenir fecundo (41.42); Jesús, que le da vida y fecundidad, es
«el Esposo» (2,19). La orden que nadie se entere, imposible a nivel
histórico, muestra el sentido teológico de la perícopa. La inmadurez de este'
pueblo hace que no pueda enfrentarse aún con las consecuencias de la adhesión
pública a Jesús, tiene que crecer (que se le diera de comer).
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