Primera Lectura: Isaías 6,
1-8
Vocación de Isaías (Jr 1; Ez 2; Sal 99; Éx 3-4;
Jue 6,12-24).
1El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor
sentado sobre un trono alto y excelso; la orla de su manto llenaba el templo.
2Por encima de él había serafines erguidos, con seis alas cada uno: con dos
alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se
cernían. 3Y clamaban alternándose: ¡Santo, santo, santo, el Señor de los
ejércitos, la tierra está llena de su gloria! 4Y temblaban los umbrales de las
puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. 5Yo dije:
“¡Ay de mí, estoy perdido!
Yo, hombre de labios impuros
que habito en medio de un pueblo
de labios impuros,
he visto con mis ojos al Rey
y Señor de los ejércitos”.
6Y voló hacia mí uno de los serafines con un
ascua en la mano, que había retirado del altar con unas tenazas; 7la aplicó a
mi boca y me dijo:
“Mira: esto ha tocado tus labios,
ha desaparecido tu culpa,
está perdonado tu pecado”.
8Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
-¿A quién mandaré?,
¿quién irá de nuestra parte?
Contesté:
-Aquí estoy, mándame.
EXPLICACIÓN.
6,1-4. La teofanía crea una sensación de
plenitud. La orla o haldas de una túnica cubren el templo, el humo lo llena, la
gloria llena la tierra. Llenan y desbordan, porque el Señor no está
circunscrito. El templo es escabel de la grandeza supracósmica, el humo vela y
desvela, la tierra es templo gigantesco.
El Señor está sentado en su trono, como rey. Su
corte celeste son los serafines: se mantienen erguidos y se cubren
respetuosamente. Entonan un canto alternante. Los ejércitos son los astros
celestes. La teofanía, en vez de provocar un terremoto, hace que se estremezca
el templo y se llene de humo (cfr. Éx 19; Sal 104,32).
6,5-7. El profeta siente su pequeñez limitada,
incapaz de abarcar en vida la grandeza del Señor; siente más su limitación
ética, su mancha y pecado, por el cual es solidario de todo el pueblo. La
purificación es como rito eficaz que borra los pecados. Los labios son el
órgano de la predicación profética.
6,8. La actividad profética es misión
encomendada por Dios. El profeta toma la pregunta como dirigida a él, desafío e
invitación, y se ofrece sin resistencia; no como Moisés o Jeremías (Éx 3-4).
Salmo
Responsorial: 93 (92)
1EI Señor reina, de majestad vestido,
el Señor, vestido y ceñido de poder.
Así está firme el orbe y no vacila.
2Tu trono está firme desde siempre,
el Señor, vestido y ceñido de poder.
Así está firme el orbe y no vacila.
2Tu trono está firme desde siempre,
tú eres eterno.
5Tus mandatos son eficaces;
a tu casa corresponde la santidad,
Señor, por días sin término.
Señor, por días sin término.
EXPLICACIÓN.
93,1 Propone el tema de la realeza: compárese con Is
24,23; 52,7; Sal 47,9. Yhwh es rey, tiene una "casa" o
palacio, se sienta en un "trono" estable, "se viste" el
manto real," se ciñe" el fajín del poder, pronuncia
"decretos" inmutables. El "orbe" está asentado sobre el océano
subterráneo de agua dulce (Apsu ).
93,2 El "trono" es celeste: Is 6,1; 66,1
"Eterno" designa un tiempo indefinido.
93,5 Por el contexto, creo que se refiere a los
decretos cósmicos, como en otros textos: Gn 1; Sal 148,6; Job 28,26; Jr 5,22;
31,35s.
Trasposición cristiana.
El evangelio presenta narrativamente la victoria de
Jesús sobre las aguas: Mt 8,24-27par; alusiones escatológicas se leen en Lc
21,25 Y Ap 12, 15; 17,15. La violencia se desata contra Jesús, hasta la
aparente victoria de su muerte; al vencerla con su resurrección se inaugura su
reinado.
Evangelio: Mateo 10, 24-33
24 Un discípulo no es más que su
maestro, ni un esclavo más que su amo.
25 Ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Y si al cabeza de familia le han puesto de mote Belcebú, ¡cuánto más a los de su casa!
26 Conque no les cojáis miedo, porque nada hay cubierto que no deba descubrirse ni nada escondido que no deba saberse;
27 lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la azotea.
28 Tampoco tengáis miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar la vida; temed si acaso al que puede acabar con vida y cuerpo en el fuego.
29 ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo caerá al suelo sin que lo sepa vuestro Padre.
30 Pues, de vosotros, hasta los pelos de la cabeza están contados.
31 Conque no tengáis miedo, que vosotros valéis más que todos los gorriones juntos.
32 En conclusión: Por todo el que se pronuncie por mí ante los hombres, me pronunciaré también yo ante mi Padre del cielo,
33 pero al que me niegue ante los hombres, lo negaré yo a mi vez ante mi Padre del cielo.
25 Ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Y si al cabeza de familia le han puesto de mote Belcebú, ¡cuánto más a los de su casa!
26 Conque no les cojáis miedo, porque nada hay cubierto que no deba descubrirse ni nada escondido que no deba saberse;
27 lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la azotea.
28 Tampoco tengáis miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar la vida; temed si acaso al que puede acabar con vida y cuerpo en el fuego.
29 ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo caerá al suelo sin que lo sepa vuestro Padre.
30 Pues, de vosotros, hasta los pelos de la cabeza están contados.
31 Conque no tengáis miedo, que vosotros valéis más que todos los gorriones juntos.
32 En conclusión: Por todo el que se pronuncie por mí ante los hombres, me pronunciaré también yo ante mi Padre del cielo,
33 pero al que me niegue ante los hombres, lo negaré yo a mi vez ante mi Padre del cielo.
EXPLICACIÓN.
Los hombres pueden suprimir la
vida física, pero no la persona (28, cf. 10,22). Confianza en el Padre (29-31,
cf. 5,10b; tienen a Dios por rey; 6,25-34). De la postura que tome el
discípulo ante los hombres depende su suerte final (32s).
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