(Mt 8,23-27; Lc 8,22-25)
35 Aquel día, caída ya la tarde, les dijo:
-Crucemos al otro lado.
36Dejando a la multitud, se lo llevaron tal como estaba, en la barca, aunque otras barcas estaban con él. 37Sobrevino un fuerte torbellino de viento; las olas se abalanzaban contra la barca, y la barca empezaba ya a llenarse; 38él se había puesto en la popa, sobre el cabezal, a dormir. Lo despertaron y le dijeron:
-Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
39Una vez despierto, conminó al viento diciéndole al mar:
-¡Silencio, estáte callado!
Cesó el viento y sobrevino una gran calma.
40Él les dijo:
-¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe?
41Les entró un miedo atroz y se decían unos a otros:
-Pero entonces, ¿quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?
Explicación.
Travesía a país pagano (35). Los discípulos (d. v. 38: Maestro) secuestran a Jesús, impidiendo que los seguidores no israelitas (otras barcas) se asocien a la misión. Quieren que ésta se desarrolle según las categorías del: judaísmo (superioridad de Israel) (36). Éste es el mal espíritu (torbellino de viento) que pone en peligro la misión y el grupo (la barca) (37). Jesús se echa a dormir (= no se deja sentir su presencia; el episodio anticipa una praxis pospascual de misión; cf. v. 35: aquel día, como en 2,20, de la muerte de Jesús). Reproche de los discípulos (38). Jesús increpa al viento como a un espíritu inmundo (cf 1,25; «silencio»: alusión al espíritu fariseo, cf. 3,4) (39). Reprocha a los discípulos su miedo, que nace de su falta de adhesión/fe (40). Dominar el mar era propio de Dios (Sal 107,29s); no entienden al Hombre-Dios: sienten miedo del poder de Jesús, temiendo represalias por su conducta anterior (41).
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