domingo, enero 01, 2012

Martes 24 de enero del 2012. Mc 3,31-35.

La nueva familia de Jesús
(Mt 12,46-50; Lc 8,19-21)


31Llegó su madre con sus hermanos y, quedándose fuera, lo mandaron llamar. 32Una multitud de gente estaba sentada en torno a él. Le dijeron:
-Oye, tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera.
33Él les contestó:
-¿ Quiénes son mi madre y mis hermanos?
34Y, paseando la mirada por los que estaban sentados en corro en torno a él, añadió:
-Mirad a mi madre y a mis hermanos. 35Cualquiera que cumpla el designio de Dios, ése es hermano mío y hermana y madre.


Explicación.
En paralelo con los Doce, que estaban con Jesús en casa» (3,20), aparece el grupo de seguidores que no procede de la institución judía. Contraste entre la familia que se queda fuera y los que están sentados en torno a Jesús (= «estar con Jesús», cf 3,14, la adhesión incondicional y permanente). La madre, sin nombre, es figura del antiguo Israel, del que procede Jesús; los hermanos, de los judíos de su comarca. No se trata tanto de las personas como de mostrar la hostilidad hacia Jesús del ambiente donde se ha criado (31-32). La nueva familia, independiente de raza o pueblo. Única condición para pertenecer, cumplir el designo de Dios = dar la adhesión a Jesús (34-35; d. 2,5: la fe). Jesús no se considera vinculado a su pueblo (madre, hermanos), que rechaza el mensaje, sino a cualquier hombre que le dé su adhesión.

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