domingo, enero 01, 2012

Lunes 16 de enero del 2012. Mc 2,18-22.

(Mt 9,14-17; Lc 5,33-39)


18Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Fueron a preguntarle:
-Los discípulos de Juan y los fariseos discípulos ayunan; entonces, ¿por qué razón tus discípulos no ayunan?
19Les replicó Jesús:
-¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras el novio está con ellos? En tanto tienen al novio con ellos no pueden ayunar. 20Pero llegará un día en que les arrebaten al novio; entonces, aquel día, ayunarán.
21Nadie le cose una pieza de paño sin estrenar a un manto pasado; si no, el remiendo tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. 22Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos; si no, el vino reventará los odres y se pierden el vino y los odres; no, a vino nuevo, odres nuevos.



EXPLICACIÓN.


18-22. Centro: Ayuno como expresión de arrepentimiento para obtener el perdón (mención en primer lugar de los discípulos del Bautista, los que no aceptado su papel de precursor ni, por tanto, el cambio de alianza anunciado por él; d. 1,7s). Reprochan a Jesús no imponer esa disciplina ascética a sus discípulos, no asimilarse a la tradición (18). Jesús niega valor religioso a la ascética tradicional y, en particular, al ayuno, que vale solamente como expresión individual de tristeza; los suyos, que han obtenido el perdón y el Espíritu por la fe (2,5.10), viven en ambiente de alegría (comparación con la boda). Jesús, el novio/esposo toma el puesto de Dios en la alianza (cf 1,8; 14,24: «la alianza mía»; cf. Jr 31,31). La nueva comunidad no se construye sobre una disciplina de normas, sino sobre la libertad en la amistad/adhesión a Jesús (los amigos del novio). Cuando llegue el momento de la tristeza (su muerte), ayunarán; aquel día (en el AT, «el día de Yahvé», el de su intervención decisiva en la historia), el de la muerte de Jesús (19-20). Más en general, las instituciones de la antigua alianza (manto, odres viejos) son incapaces de contener y expresar la nueva realidad del Reino. El vino, símbolo del amor nupcial (Cant 1,2; 7,10; 8,2). Todo intento de armonizar lo nuevo con lo viejo, el mensaje de Jesús con las categorías del pasado, está condenado al fracaso; se estropearía aún más lo antiguo y sería la ruina de lo nuevo (21-22).

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