13Salió esta vez a la orilla del mar. Toda la multitud fue acudiendo adonde estaba él, y se puso a enseñarles.
Leví: Llamada de los excluidos de Israel (Mt 9,9; Lc 5,27-28)
14Yendo de paso vio a Leví de Alfeo sentado al mostrador de los impuestos y le dijo:
-Sígueme.
El se levantó y lo siguió.
La nueva comunidad. Oposición a los letrados (Mt 9,10-13; Lc 5,29-32)
15Sucedió que, estando él recostado a la mesa en su casa, muchos recaudadores y descreídos se fueron reclinando a la mesa con Jesús y sus discípulos; de hecho, eran muchos y lo seguían.
16Los fariseos letrados, al ver que comía con los descreídos y recaudadores, decían a los discípulos:
-¿Por qué come con los recaudadores y descreídos?
17Lo oyó Jesús y les dijo:
-No sienten necesidad de médico los que son fuertes, sino los que se encuentran mal. No he venido a invitar justos, sino pecadores.
Explicación.
Jesús, el Hombre-Dios, ejerce en la tierra (universalidad) las funciones de Dios mismo (10). Los letrados allí sentados (6) representan la doctrina teológica oficial, que domina aún la mente de los presentes; se resisten a aceptar que un hombre pueda actuar como Dios (7); el Hombre, el que posee la plenitud del Espíritu de Dios (1,10) (8-10). Contacto del Reino con los paganos, no para derrotarlos (mesianismo davídico), sino para darles vida. La humanidad no judía no tiene que incorporarse a Israel (oposición entre en casa, v. 1, y tu casa, v. 11). La gente no sólo queda admirada (12), sino que acepta este mensaje de Jesús y vuelve a escuchar su enseñanza. El mar, apertura al mundo pagano (13, cf. 1,16).
(2,14). La figura del paralítico, la humanidad fuera de Israel, se Concreta en la de Leví, excluido de Israel por su profesión recaudador,
considerado como pecador/descreído). Jesús lo llama como a los cuatro primeros (1,16-21a). Los no israelitas, marginados, entran en el Reino de Dios.
(2,15-17). Su casa/hogar (posesivo ambiguo, de Jesús y de Leví), figura de la nueva comunidad del Reino (banquete mesiánico), compuesta de dos grupos: los discípulos, procedentes de la institución judía (cf. Is 54,13), y los seguidores, muy numerosos, que no proceden de ella (excluidos de Israel); recostado, reclinarse, postura de hombres libres (15). Protesta de los maestros de la Ley, que pretenden mostrar a los discípulos lo impropio de la conducta de su maestro. Los recaudadores y descreídos/pecadores eran considerados impuros y estaban religiosamente discriminados (16). Los que son fuertes, los que ocupan una posición de fuerza, los jefes (d. Is 1,23-24; 3,1.2.25; 5,22; 22,3); los que se encuentran mal, los oprimidos, como en 1,32. Justos, los satisfechos de sí mismos que no desean cambio ni piensan necesitar salvación; pecadores, los que son conscientes de necesitarla (17).
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