viernes, junio 01, 2012

19 DE JUNIO DEL 2012.


Primera Lectura: I Reyes 21, 17-29

17Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías, el tesbita:
18-Anda, baja al encuentro de AJab, rey de Israel, que vive en Samaría. Mira, está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. 19Dile: “Así dice el Señor: En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre”.
20Ajab dijo a Elías:
-¿Con que me has sorprendido, enemigo mío?
Y Elías repuso:
-¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, 21aquí estoy para castigarte. Te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita que mea a la pared, esclavo o libre. 22Haré con tu casa como la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. 24ª los de AJab que mueran en poblado, los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado, los devorarán las aves del cielo. 23(También ha hablado el Señor contra Jezabel: “Los perros la devorarán en el campo de Yezrael”)*.
25(Y  es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Señor reprueba, empujado por su mujer, Jezabel. 26Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas).
27En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
28El Señor dirigió la palabra a Elías, el tesbita:
29-¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.

EXPLICACIÓN.

21,17. Como Natán frente a David, toca esta vez a Elías denunciar su culpa al rey.
21,19. No matar y no codiciar son dos preceptos del decálogo, que el rey ha violado (también esto se parece al doble delito de David). Éx 20,13.15.
21,20. En su réplica, Ajab parece reconocerse culpable, no arrepentido.
21,21-24. El autor posterior ha añadido una amplificación a la sentencia. Es evidente su intención de igualar este oráculo a otros dos precedentes, contra Jeroboán y contra Basá.
21,23. Parece una adición introducida a raíz de los sucesos durante la revuelta de Jehú. Este versículo va detrás del v.24.
21,24. 1 Re 14,11.
21,25-26. Comentario de un editor que ve en la idolatría la raíz de todos los delitos, también los de injusticia. Los dioses cananeos de fecundidad no inculcan la justicia humana, como lo hace el Dios de Israel con los términos de su alianza.
21,27-29. La penitencia de Ajab logra mitigar la sentencia, sin anularla del todo. De hecho, su dinastía continúa en sus hijos, y termina en ellos. Y no podemos decir que su muerte haya sido del todo ignominiosa.

Salmo Responsorial: 51

3Misericordia, oh Dios, por tu bondad,
                   por tu inmensa compasión borra mi culpa,
                   4lava del todo mi delito 
y limpia mi pecado.
5Pues yo reconozco mi culpa
y tengo siempre presente mi pecado.
                   6Contra ti solo pequé,
cometí la maldad que repruebas.
IITápate el rostro ante mi pecado
                   y borra toda mi culpa.
16De homicidio líbrame, oh Dios,
Dios y Salvador mío,
y mi lengua aclamará tu justicia. 

EXPLICACIÓN.

51,3-11 En el reino del pecado. Doce veces en diez versos es una presencia envolvente, "tengo siempre presente". Tres binas se destacan: lo que Dios posee, bondad y compasión; lo que pide al hombre, sinceridad y sensatez; lo que el hombre pide, gozo y alegría.

La presencia en la conciencia de pecados y culpas y delitos revela algo más profundo: la condición pecadora del hombre. Nosotros emplearíamos dos símbolos espaciales: en lo hondo, en la raíz, en el cimiento. Los hebreos prefieren el símbolo temporal: de nacimiento, en la concepción: véanse Is 48,8; Os 12,4; Sal 58,4.
El pecado aparece también en dos imágenes: como mancha, como deuda; y sin imagen, como responsabilidad. Por eso el perdón es lavar una mancha, cancelar una deuda.

51,3 Al apelar a la piedad y compasión de la otra parte, implícitamente se reconoce culpable.
51,6a "Contra ti solo". Si el salmo está estilizado como pronunciado por David, parece olvidar a Urías. Leído detrás del anterior, parece olvidar al prójimo. Sin embargo, la frase hace sentido en contexto de alianza: una parte es ofensora respecto a la otra. Véase para David 2 Sm 12,9.
51,6b En el esquema de un juicio bilateral el verso es claro: el orante aprueba la validez del discurso de Dios. Parafraseo: con tu discurso pruebas tu inocencia, del proceso sales inocente. Si se tratase de que Dios salga justificado frente a todo juicio humano, la condena de un culpable surtiría el mismo efecto.
51, 16a "Sangre" damim significa en sentido propio el homicidio, en sentido amplio cualquier violencia. En clave davídica, el asesinato de Urías.
Trasposición cristiana
El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones.
En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.

Evangelio: Mateo 5, 43-48

43 Os han enseñado que se mandó: "Amarás a tu prójimo..." (Lv 19,18)  y odiarás a tu enemigo.
44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
45 para ser hijos de vuestro Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos.
              46 Si queréis a los que os quieren, ¿qué recompensa merecéis? ¿No hacen eso mismo también los recaudadores? 
47 Y si mostráis afecto sólo a vuestra gente, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen eso mismo también los paganos?
48 Por consiguiente, sed buenos del todo, como es bueno vuestro Padre del cielo.

EXPLICACIÓN.

Amarás a tu prójimo (42, Lv 19,18); odiarás a tu enemigo, principio esenio (cf. Sal 139,19-22). (43) Como Dios creador no discrimina, lo mismo sus hijos (44s). No pueden conformarse al uso de la sociedad (46s). Con la frase final (48) Jesús descalifica la "perfección" propuesta por los letrados, basada en la observancia de la Ley. Lo que hace al hombre perfecto (bueno del todo) y semejante al Padre es el amor que no conoce excepciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario