Primera Lectura: Isaías
61, 9-11
9Su estirpe será célebre
entre las naciones,
y sus vástagos entre los
pueblos.
Los que vean reconocerán
que son la estirpe que
bendijo el Señor.
11Como el suelo echa sus
brotes, como un jardín
hace germinar sus semillas,
así el Señor hará brotar la
justicia
y su fama frente a todos los
pueblos
La nueva Jerusalén (Is 49; 54;
60)
10Desbordó de gozo con el
Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un
traje de gala
y me ha envuelto en un manto
de triunfo,
como novio que se pone la
corona
o novia que se adorna con
sus joyas.
EXPLICACIÓN.
61,9 En imagen vegetal, la
bendición patriarcal que revela la acción de Dios.
61,11. Más importante es la
bendición de la justicia que distinguirá a la estirpe elegida. Se anulará la
maldición del pecado (59,9-15); la nueva vid dará el fruto esperado (5,7); en
virtud de ella, serán Robles del Justo (61,3). La ciudad, hecha un jardín de
justicia, empieza a resonar con cánticos de alabanza que escuchan otros
pueblos; porque la alabanza sin la justicia no se aceptaba (1,10-20). La ciudad
se podrá llamar Villafiel (1,26) y las puertas Alabanza (60,18).
61,10. Si bien este verso
forma inclusión con el 1, por el tema de los novios, prefiero leerlo como
introducción a lo que sigue. También se podría leer como transición: entre un
mensaje para el pueblo y otro para Jerusalén (cambios que suceden varias veces
en 40-55). El heraldo se viste como pide la fiesta.
Interleccional: Mi
corazón se regocija por el Seño, mi salvador. 1Samuel 2, 1. 4-8
1Y Ana rezó esta oración:
“Mi corazón se regocija
por el Señor,
mi poder se exalta por Dios,
mi boca se ríe
de mis enemigos,
porque celebro tu salvación.
4Se rompen los arcos
de los valientes,
mientras los cobardes
se ciñen de valor;
5los hartos se contratan
por el pan,
mientras los hambrientos
engordan;
la mujer estéril
da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos
queda baldía.
6El Señor da la muerte y la
vida,
hunde en el abismo y
levanta;
7da la pobreza y la riqueza,
el Señor humilla y enaltece.
8Él levanta del polvo al
desvalido,
Alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente
entre príncipes
y que herede un trono
glorioso,
pues el Señor
son los pilares de la tierra
y sobre ellos afianzó el
orbe.
EXPLICACIÓN.
2.1. El comienzo se destaca
por su construcción: tres enunciados muy paralelos, morfológicamente en tercera
persona, desembocan violentamente en el hemistiquio que hace explícito el
diálogo: mente, poder (cuerno), boca, yo-tú. La tercera pieza sirve para cerrar
en inclusión el salmo, indicando que el yo anónimo es el rey.
La salvación equivale a la
victoria, y así se podría traducir. Véanse Sal 5,12; 9,2; 35,21.
2,5. Véase Sal 113,9.
2,6. En medio del himno
suena esta confesión central: aquí se exalta el Señor, más que en su poderío
cósmico. Porque la estéril tiene una matriz muerta (Rom 4,193, dar la
fecundidad es hacer revivir. Véase Sal 30,4). Este verso con el siguiente,
repitiendo el nombre del Señor, le asigna siete particicipos comenzados por m-;
auténtica concentración de predicados.
2,7. Véase Sal 75,8.
2,8. Véase Sal 113,7 y 24,2;
75,4; 104,5. Lo cósmico aparece aquí con una estabilidad que contrasta con los
cambios de la historia.
Evangelio: Lucas 2,41-51
Evangelio: Lucas 2,41-51
41 Sus padres iban en
peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.
EXPLICACIÓN.
María y José, exactos
cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el niño entraba a formar
parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la Ley (42). Jesús demuestra su
independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40:
"niño"; 2,12.16: "niño de pecho").
Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.
Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.
No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).
Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.
Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.
No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).
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