Primera Lectura: Lamentaciones
2, 2. 10-14. 18-19
2El Señor destruyó sin
compasión todas las moradas de Jacob,
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá,
derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes.
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá,
derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes.
10Los ancianos de Sión se sientan en el suelo
silenciosos,
se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal;
se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal;
las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo
la cabeza.
11 Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura mis
entrañas,
se derrama por tierra mi hiel,
se derrama por tierra mi hiel,
por la ruina de la capital de mi pueblo,
muchachos y niños de pecho desfallecen por las
calles de la ciudad.
12Preguntaban a sus madres: ¿dónde hay pan y vino?,
12Preguntaban a sus madres: ¿dónde hay pan y vino?,
mientras desfallecían, como los heridos,
por las calles de la ciudad,
mientras expiraban en brazos de sus madres.
13¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad
de Jerusalén?,
¿a quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella?
Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte?
14Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas;
¿a quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella?
Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte?
14Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas;
y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu
suerte,
sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
18Grita con toda el alma al Señor; laméntate, Sión,
derrama torrentes de lágrimas, de día y de noche,
no te concedas reposo, no descansen tus ojos.
19Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia,
derrama como agua tu corazón en presencia del Señor,
19Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia,
derrama como agua tu corazón en presencia del Señor,
levanta hacia él las manos, por la vida de tus
niños
(desfallecidos de hambre en las encrucijadas):
(desfallecidos de hambre en las encrucijadas):
EXPLICACIÓN.
2,2 Sin compasión: Ez
9,5.10. Demolió: Sal 79,13. Profanó: Is 43,28. La humillación del rey, dado su
carácter sagrado, es una profanación; es decir, Dios mismo rechaza la
consagración y deja que lo traten como a un cualquiera.
2,10 Gestos de duelo: pueden verse Job 2,8.12; Is
3,2s; 47,1; Ez 27,30; Jr 4,8, etc. La tierra (suelo) como plano de humillación
recurre en el capítulo: 1 b.2c.9a.1 Oac.11 b. 21 a.
2,11 Job 16,14.
2,12 Es una de las escenas más patéticas de la
serie.
2,13 El poeta busca en vano comparaciones: ¿aliviará
el dolor el sentirse en compañía de otros que sufren? Aun ese consuelo menguado
es imposible. El mar como imagen de inmensidad: Is 11,9.
2,14 En esta estrofa se adensa el recuerdo de
Jeremías: su polémica con los falsos profetas (5,31; 23,13-32; 27-28; 29,8-9),
la referencia a los oráculos (23,33-40), su expresión "cambiar la
suerte" (32,44-33,7). Lo que no lograron hacer los profetas lo quiere
conseguir el poeta conduciendo al pueblo por el llanto a la conversión.
2,18 El texto hebreo del primer verso es dudoso;
admitimos las correcciones comúnmente aceptadas. Para valorar la imagen hay que
tener en cuenta que en hebreo la misma palabra significa ojo y fuente. Véanse
Sal 77, 3 y 42,4, también Jr 13,17; 14,17. Pupila (= niña): "niña del
ojo", como en hebreo.
2,19 La visión de los hijos en brazos de las madres
conduce a la imagen de la ciudad como madre que ha de interceder por sus hijos.
Un verso advenedizo se ha introducido al final de la estrofa:
"desfallecidos de hambre en los cruces de las calles".
Salmo Responsorial: 74
(73)
(Sal 76; Lam 2; Eclo 36,1-22)
1 ¿Por qué, oh Dios, nos tienes abandonados
y humea tu cólera contra las ovejas de tu
rebaño?
2Acuérdate de la comunidad que fundaste antaño,
2Acuérdate de la comunidad que fundaste antaño,
que rescataste como tribu de tu propiedad
del Monte Sión donde habitabas.
del Monte Sión donde habitabas.
3Dirige tus pasos a estas ruinas perpetuas,
a todo el destrozo del enemigo en el
santuario.
4Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
plantaron como señal sus estandartes.
5Apareció como quien se abre paso a hachazos
hacia arriba en la espesura;
plantaron como señal sus estandartes.
5Apareció como quien se abre paso a hachazos
hacia arriba en la espesura;
6arrancaron todos los relieves,
los trituraron con martillos y mazas;
7prendieron fuego a tu santuario,
7prendieron fuego a tu santuario,
profanaron por tierra la morada de tu nombre.
20Fíjate en la alianza: que están llenos
los escondrijos del país de reductos de violencia.
21Que el oprimido no salga defraudado,
que pobres y afligidos puedan alabar tu
nombre.
EXPLICACIÓN.
74,1-2 Establecen la tonalidad de la pieza. La
pregunta es mezcla de estupor y reproche. Estupor por la nueva imagen del
Señor, que no concuerda con la antigua. Reproche porque no es justo deshacer lo
hecho, rechazar lo elegido, repudiar lo rescatado, consagrar una morada y
dejarla profanar.
74,1 El incendio de la "cólera humea": Is
65.5.
74,2 "Fundar" o adquirir: Ex 15,16; Dt 32,6.
74,3-9 El Señor, como un soberano distraído u olvidadizo, es invitado a inspeccionar personalmente el templo en ruinas: no son recientes, ahí están hace tiempo, y el dueño sin darse por enterado. El orante se ofrece de guía y, con las ruinas a la vista, le cuenta o describe a Dios lo que pasó. El guía se atreve incluso a leer los pensamientos de los devastadores.
74,3-9 El Señor, como un soberano distraído u olvidadizo, es invitado a inspeccionar personalmente el templo en ruinas: no son recientes, ahí están hace tiempo, y el dueño sin darse por enterado. El orante se ofrece de guía y, con las ruinas a la vista, le cuenta o describe a Dios lo que pasó. El guía se atreve incluso a leer los pensamientos de los devastadores.
74,4 En plena ceremonia litúrgica resuena el
"rugido" del enemigo, como de una fiera que aterroriza a los
presentes. Plantan sus "estandartes" como señales de victoria.
74,5-6 El texto es muy difícil. Es la escena de una
soldadesca ebria de venganza y destrucción. Yo lo imagino así: se abren camino
a hachazos por el magnífico templo como si fuera por la fraga o la breña. Otros
imaginan un entramado artificioso y decorativo, en el cual se ensañan.
74,7 Todo acaba con el incendio. El edificio sagrado
queda profanado. Como fondo habría que recordar los trabajos de construcción
del templo, 1 Re 7; véanse también Lam 3,11; Is 64,10.
74,20 La "alianza" sigue en vigor; el
texto no ha perecido en el incendio del templo. El segundo hemistiquio es
dudoso; procuro mantener el texto hebreo.
Trasposición cristiana.
La clave de trasposición consiste en tomar el templo
como símbolo de la Iglesia, perseguida a través de los siglos. A través de ella
se persigue la causa del Señor glorificado. A veces el pueblo cristiano no
descubre las señales de la presencia de Dios, no oye la voz unívoca de un
profeta acreditado. La respuesta permanente es el templo del cuerpo, muerto y
resucitado.
Evangelio: Mateo
8, 5-17
5 Al entrar en
Cafarnaún se le acercó un centurión
6 rogándole:
- Señor, mi criado está echado en casa con parálisis, sufriendo terriblemente.
7 Jesús le contestó:
- Voy yo a curarlo.
8 El centurión le replicó:
- Señor, yo no soy quien para que entres bajo mi techo, pero basta una palabra tuya para que mi criado se cure.
9 Porque yo, que estoy bajo la autoridad de otros, tengo soldados a mis órdenes, y si le dijo a uno que se vaya, se va; o a otro que venga, viene; y si le dijo a mi siervo que haga algo, lo hace.
10 Al oír esto, Jesús dijo admirado a los que lo seguían:
- Os aseguro que en ningún israelita he encontrado tanta fe.
11 Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente a sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios;
12 en cambio, a los destinados al reino los echarán afuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
13 Y al centurión le dijo:
- Vete; lo que has creído, que se te cumpla.
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
6 rogándole:
- Señor, mi criado está echado en casa con parálisis, sufriendo terriblemente.
7 Jesús le contestó:
- Voy yo a curarlo.
8 El centurión le replicó:
- Señor, yo no soy quien para que entres bajo mi techo, pero basta una palabra tuya para que mi criado se cure.
9 Porque yo, que estoy bajo la autoridad de otros, tengo soldados a mis órdenes, y si le dijo a uno que se vaya, se va; o a otro que venga, viene; y si le dijo a mi siervo que haga algo, lo hace.
10 Al oír esto, Jesús dijo admirado a los que lo seguían:
- Os aseguro que en ningún israelita he encontrado tanta fe.
11 Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente a sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios;
12 en cambio, a los destinados al reino los echarán afuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
13 Y al centurión le dijo:
- Vete; lo que has creído, que se te cumpla.
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
14 Al llegar Jesús a casa de
Pedro encontró a la suegra echada con fiebre,
15 le tocó la mano y se le pasó la fiebre; ella se levantó y se puso a servirle.
16 Al anochecer le llevaron muchos endemoniados; con su palabra expulsó a los espíritus y curó a todos los enfermos,
17 para que se cumpliese lo que dijo el profeta Isaías:
El cogió nuestras dolencias
y quitó nuestras enfermedades. (Is 53,4).
EXPLICACIÓN.
5 - 13. Vuelta a Cafarnaún (4,13). El pagano es también religiosamente impuro. La salvación es universal, no reconoce fronteras entre hombres o pueblos. No hay acción de Jesús con el enfermo, sólo palabra: alusión al mensaje que será predicado entre los paganos después de su muerte-resurrección. Contraste con la poca fe de Israel (11-12). El banquete, símbolo del reino de Dios. Los paganos se incorporan al Israel mesiánico.
15 le tocó la mano y se le pasó la fiebre; ella se levantó y se puso a servirle.
16 Al anochecer le llevaron muchos endemoniados; con su palabra expulsó a los espíritus y curó a todos los enfermos,
17 para que se cumpliese lo que dijo el profeta Isaías:
El cogió nuestras dolencias
y quitó nuestras enfermedades. (Is 53,4).
EXPLICACIÓN.
5 - 13. Vuelta a Cafarnaún (4,13). El pagano es también religiosamente impuro. La salvación es universal, no reconoce fronteras entre hombres o pueblos. No hay acción de Jesús con el enfermo, sólo palabra: alusión al mensaje que será predicado entre los paganos después de su muerte-resurrección. Contraste con la poca fe de Israel (11-12). El banquete, símbolo del reino de Dios. Los paganos se incorporan al Israel mesiánico.
14 - 17.
La fiebre, que impide el servicio/colaboración con Jesús, está en relación con
el fuego (3,10.11.12; Eclo 48,1.3.9). La suegra representaa,
pues, al grupo con el que Pedro se ha vinculado y que profesa la concepción
mesiánica del Bautista, la del Mesías juez que castigará a malvados y
pecadores. Jesús intenta liberar a Pedro. Para la misión pagana el discípulo
tiene que estar libre de su mentalidad nacionalista violenta. Fuerza de la
palabra de Jesús (16). Mt adapta el texto del profeta.