domingo, abril 01, 2012

Lunes 23 de abril del 2012. Jn 6,22-29.

22.Al día siguiente, la multitud que se había quedado al otro lado del mar se dio cuenta de que allí no había habido más que un bote y que no había entrado Jesús con sus discípulos en aquella barca, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
23. Llegaron a Tiberíades otros botes cerca del lugar donde habían comido el pan, cuando el Señor pronunció la acción de gracias.
24. Así, al ver la gente que Jesús no estaba allí ni sus discípulos tampoco, se montaron ellos en los botes y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
25. Lo encontraron al otro lado del mar y le preguntaron:
-Maestro, ¿desde cuándo estás aquí?
26. Les contestó Jesús:
-Sí, os lo aseguro. No me buscáis por haber visto señales, sino por haber comido pan hasta saciaros.
27. Trabajad, no por el alimento que se acaba, sino por el alimento que dura dando vida definitiva, el que os va a dar el Hombre, pues a éste el Padre, Dios, lo ha marcado con su sello.
28. Le preguntaron:
-¿Qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?
29. Respondió Jesús:
-Éste es el trabajo que Dios quiere, que prestéis adhesión al que él ha enviado.


Explicación.

Comienza la explicación del episodio de los panes. Los que habían comido acuden a Jesús, deseosos de continuar en una situación que les aseguraba el sustento sin esfuerzo propio (22,24).
Explicación de Jesús: Han sido los beneficiarios del amor de Dios, expresado a través de Jesús y los suyos, pero ellos recuerdan sólo la satisfacción del hambre; por eso buscan a Jesús (25-26). El don del pan era una invitación a la generosidad; no era solamente donación de algo (el pan), expresaba la donación de la persona. Al retener solamente el aspecto material, la satisfacción de la propia necesidad, la han vaciado de su contenido y no han respondido al amor.
Aviso (27): No basta encontrar solución a la necesidad material; hay que aspirar a la plenitud humana, y esto requiere colaboración del hombre (Trabajad). Han limitado su horizonte: el alimento que se acaba (el pan) da sólo una vida que perece; el que no se acaba (el amor), da vida definitiva. El pan ha de ser expresión del amor. Ellos ven el pan sin comprender el amor, y en Jesús ven al hombre, sin descubrir el Espíritu. Jesús, el Hombre portador del Espíritu (sellado por el Padre). Creen que Dios va a prescribir algún mandamiento u observancia; no conocen el amor gratuito (28). Lo único necesario es la adhesión a Jesús (29).

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