Primera
Lectura: Jeremías
31:7-9
7Así
dice el Señor: Gritad jubilosos por Jacob,
regocijaos
por el primero de los pueblos,
pregonad,
alabad, decid: El Señor ha salvado
a
su pueblo, al resto de Israel.
8Yo
os traeré del país del norte,
os
reuniré en los rincones del mundo.
Qué
gran multitud retorna;
entre
ellos hay ciegos y cojos,
preñadas
y paridas;
9si
marcharon llorando,
los
conduciré entre consuelos,
los
guiaré hacia torrentes,
por
vía llana y sin tropiezos.
Seré
un padre para Israel,
Efraín
será su primogénito.
EXPLICACIÓN.
31,7.
Creo que se dirige a Judá: el hermano que se ha quedado en casa debe
alegrarse de la vuelta del hermano pródigo, que sigue siendo
“cabeza” de naciones (Dt 28,13), “pueblo” del Señor.
31,8.
Probablemente adición que ensancha el horizonte en época posterior;
pero respetando el tema, imagen y esquema del éxodo. “Ciegos y
cojos” desfilan en Is 35,5s. “Preñadas y paridas” sintetizan
el dolor y fecundidad: preñez, que estorba el caminar y es prenda de
futuro; parto que atenaza con su dolor y suelta redoblando el gozo.
31,9.
Pasamos a la imagen paterna: Éx 4,23; Dt 8,5. “Primogénito”:
parece aludir a la historia de Manasés y Efraín, según Gn 48,8-20;
el menor antepuesto al mayor.
Salmo Responsorial: Salmo 126:1-6
1Cuando
cambió el Señor la suerte de Sión,
creíamos soñar;
creíamos soñar;
2se
nos llenaba de risas la boca,
la lengua de júbilo.
la lengua de júbilo.
Hasta
los paganos comentaban:
«El
Señor ha estado grande con ellos».
3-EI
Señor ha estado grande con nosotros,
y celebramos fiesta.
y celebramos fiesta.
4Cambia,
Señor, nuestra suerte,
como los cauces del Negueb.
5Los que siembran con lágrimas
cosechan con júbilo.
como los cauces del Negueb.
5Los que siembran con lágrimas
cosechan con júbilo.
6AI
ir iba llorando
llevando
la bolsa de semilla;
al volver vuelve cantando
llevando sus gavillas.
al volver vuelve cantando
llevando sus gavillas.
EXPLICACIÓN.
126
Género y situación. Acción
de gracias por una restauración y petición para que se complete. En
la mayoría de los textos en que aparece la fórmula "cambiar la
suerte", se refiere a la vuelta del destierro de Babilonia: Dt
30,3; ocho veces en el bloque Jr 29,14-33,26. Parece bastante
probable que el salmo expresa el gozo por la vuelta del destierro en
la primera repatriación, o en tiempo de Nehemías.
El
gozo y el sueño. Tan
grande es el gozo, que les parece un sueño. ¿Es pesimismo?: en la
vida las dichas son sueño. ¿Es cautela?: por si acaso, no
entregarse al gozo.
¿Realistas o soñadores? El salmo confiesa entre líneas que los soñadores tenían razón: como Isaías Segundo, como cuantos preparan los grandes cambios de la suerte.
¿Realistas o soñadores? El salmo confiesa entre líneas que los soñadores tenían razón: como Isaías Segundo, como cuantos preparan los grandes cambios de la suerte.
Dos
imágenes. a)
Una lluvia torrencial puede llenar los cauces de torrentes y
fertilizar algunas zonas de páramos (Job 38,25-27). Del mismo modo
se llenarán los cauces de Judá con las corrientes de nuevos
repatriados. b) Había años en que los labradores tenían que
quitarse el pan de la boca para reservar simiente. Sembrar, aparte la
fatiga del trabajo, era pasar hambre; pero no era estéril. Así la
marcha al destierro, vista desde el retorno, no aparece estéril: fue
siembra costosa para una cosecha gozosa. La palabra hebrea significa
semilla vegetal y estirpe humana: Is 65,9; Jr 31,27; Os 2,25.
126,1-2a
Forma pareja con el 124 como faceta complementaria.
126,2b
Los paganos han sido testigos de la acción del Señor a favor de su
pueblo: Sal 98,2; Is 52,1.
126,5
Puede compararse con Is 9,2; Sal 4,8.
126,6
Léase Bar 5,5-6.9.
Trasposición
cristiana.
La
resurrección de Cristo es el inaudito cambio de la suerte; tanto que
los apóstoles, al ser testigos de ella, no acababan de creerlo. Su
cuerpo muerto ha sido la semilla fecunda (Jn 12,24). Siembra y
cosecha en Jn 4,36-38.
Segunda Lectura: Hebreos 5:1-6
1Porque
todo sumo sacerdote se escoge siempre entre los hombres y se le
establece para que los represente ante Dios y ofrezca dones y
sacrificios por los pecados. 2Es capaz de ser indulgente con los
ignorantes y extraviados, porque a él también la debilidad lo
cerca. 3Por ese motivo se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus
propios pecados como por los del pueblo. 4Ahora que nadie puede
arrogarse esa dignidad; tiene que designarlo Dios, como en el caso de
Aarón.
5De la misma manera, tampoco el Mesías se adjudicó los honores de sumo sacerdote; no, el que le habló diciendo: "Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy" (Sal 95,11), 6le dijo también: "Tú eres sacerdote perpetuo en la línea de Melquisedec" (Sal 110,4).
5De la misma manera, tampoco el Mesías se adjudicó los honores de sumo sacerdote; no, el que le habló diciendo: "Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy" (Sal 95,11), 6le dijo también: "Tú eres sacerdote perpetuo en la línea de Melquisedec" (Sal 110,4).
EXPLICACIÓN.
Características
del sumo sacerdote judío. Tenía que elegirse entre los miembros de
ciertas familias (se
escoge siempre entre los hombres) y
ser desginado para su función (se
le establece). Su
misión era representar a los hombres y reconciliarlos con Dios
(5,1). Siendo un mediador de origen humano, podía comprender la
debilidad ajena por la propia (5,2). Él mismo era pecador como el
pueblo que representaba (3). Sumo sacerdote no podía serlo
cualquiera, la institución era divina (Aarón)
(4).
El autor quiere mostrar que estas condiciones se dan en Jesús. Dios, que nombró a Aarón, ha nombrado ahora a Jesús (4-5). El mismo Dios que lo llamó Hijo suyo (Sal 2,7), designación mesiánica, lo proclamó también sacerdote, pero no en la línea de Aarón, sino en la de Melquisedec, con la perpetuidad como característica (Sal 110,4, interpretado del Mesías) (6).
El autor quiere mostrar que estas condiciones se dan en Jesús. Dios, que nombró a Aarón, ha nombrado ahora a Jesús (4-5). El mismo Dios que lo llamó Hijo suyo (Sal 2,7), designación mesiánica, lo proclamó también sacerdote, pero no en la línea de Aarón, sino en la de Melquisedec, con la perpetuidad como característica (Sal 110,4, interpretado del Mesías) (6).
Curación
del ciego Bartimeo (Mt
20,29-34; Lc 18,35-43)
46bCuando
salía de Jericó con sus discípulos y una considerable multitud de
gente, el hijo de Timeo, Bartimeo, ciego, estaba sentado junto al
camino pidiendo limosna.
47 Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
47 Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
-Hijo
de David, Jesús, ten compasión de mi,
48Muchos le intimaban a que guardase silencio, pero él gritaba más y más:
48Muchos le intimaban a que guardase silencio, pero él gritaba más y más:
-Hijo
de David, ten compasión de mi,
49Jesús se detuvo y dijo:
49Jesús se detuvo y dijo:
-Llamadlo.
Llamaron
al ciego diciéndole:
-Animo, levántate, que te llama.
-Animo, levántate, que te llama.
50Él
tiró a un lado el manto, se puso en pie de un salto y se acercó a
Jesús.
51Entonces
Jesús le preguntó:
-¿qué quieres
que haga por ti?
El ciego le contestó:
El ciego le contestó:
-Rabbuni,
que recobre la vista.
52Jesús le dijo:
52Jesús le dijo:
-Vete,
tu fe te ha salvado.
Inmediatamente
recobró la vista y lo seguía en el camino.
EXPLICACIÓN.
(10,46b-52): El ciego, de nuevo figura de los discípulos/ los Doce (8,18.22b-26; 4,12), que no comprenden el mesianismo de Jesús ni su entrega (10,38.45). Hijo de Timeo, es decir, «discípulo del Apreciado» (el Mesías davídico), en oposición a Jesús, el «despreciado» en su tierra (6,4). Sentado junto al camino, el lugar donde cae el mensaje y no da fruto (4,15) (46). Nazareno, la multitud espera una actuación violenta en Jerusalén (cf. 1,9.24). La invocación del ciego/discípulos manifiesta en primer lugar su falsa concepción del Mesías, causa de su ceguera (Hijo de David; cf. 12,35-37), Y en segundo lugar su adhesión a Jesús (Jesús). En paralelo con el padre del chiquillo epiléptico (9,24), muestra fe y falta de fe y pide la ayuda de Jesús (ten compasión de mí; 9,24: «ayúdanos»). Esta petición necesitaban los discípulos para librarse de la idea mesiánica que les impedía el seguimiento y la misión, según les había dicho Jesús (9,29). La mayoría quiere impedírselo (47-48). ¿Qué quieres que haga por ti?, como a los Zebedeos (10,36) (51). Tu fe te ha salvado, como a la mujer con flujos (5,34). Seguimiento (en el camino,8,27; 9,33b.34; d. v. 46: «junto al camino») (52).
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