Primera
Lectura: Isaías
53:10-11
10El
Señor quería triturarlo con el sufrimiento:
si
entrega su vida como expiación,
verá
su descendencia, prolongará sus años
y
por su medio triunfará el plan del Señor.
11Por
los trabajos soportados
verá
la luz, se saciará de saber;
mi
siervo inocente rehabilitará a todos
porque
cargó con sus crímenes.
EXPLICACIÓN.
53,10-11a.
En salmos de acción de gracias, la liberación consistía en
conservar la vida librando de la muerte. Aquí la liberación tiene
que alcanzar el más allá de la muerte. Sólo una liberación total
librará de la destrucción total, y la muerte ya no será
definitiva. Se ha cumplido el designio de Dios: véanse 42,21; 44,28;
46,10; 48,14.
“Expiación”
es término típico del culto (Lv 4-5; 7; 14). Vida larga y
descendencia pertenecen a las bendiciones clásicas (Dt 4,40; 5,33;
30,20; Sal 91,16). Tener éxito: Sal 1,3. El texto hebreo de 11ª es
dudoso: dice sólo “verá”, el griego añade el complemento
“luz”; para “ver + saciarse” cfr. Sal 17,15.
53,11b-12.
Dios confirma el mensaje. Anula el juicio humano declarando inocente
a su siervo. Más aún, su pasión inocente servirá para llevar a la
justicia a los demás. Esos hombres rehabilitados, liberados de una
condena merecida, serán el despojo o botín de la victoria. Su
pasión y muerte ha sido “intercesión” aceptada, su silencio ha
sido escuchado. El NT cita o alude a este texto, según la siguiente
lista de versículos: 52,15;
Rom 15,21; 53,1:
Rom 10,16; 4:
Mt 8,17; Heb 2,10; 5:
Rom 4,25; 1 Pe 2,24; 6:
2 Cor 5,21; 7:
Mt 26,63; Hch 8,32; 8:
Mt 27,26; Hch 8,33; 9:
Mt 27,57; 1 Pe 2,22; 10:
1 Pe 2,1; 12:
Lc 22,37.
Salmo Responsorial: Salmo 33:4-5, 18-20, 22
Salmo Responsorial: Salmo 33:4-5, 18-20, 22
4
Que la palabra del Señor es recta
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.
18
Mira: el ojo del Señor sobre sus fieles,
que esperan en su misericordia,
19 para librar su vida de la muerte
y mantenerlos en tiempo de hambre.
que esperan en su misericordia,
19 para librar su vida de la muerte
y mantenerlos en tiempo de hambre.
20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
que es nuestro auxilio y escudo;
22
Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.
Señor, como lo esperamos de ti.
EXPLICACIÓN.
33,4-5
Del Señor quiere decir mucho en poco espacio y lo estiliza en tres
aspectos: "palabra - obra - amor". Al principio insiste en
la "justicia": ¿por qué? El salmo va a presentar a un
Dios que parece discriminar pueblos, parece elegir arbitrariamente,
parece complacerse en el fracaso humano. Aunque el salmo no se ocupa
de teodicea, quiere asentar como programa la justicia de su Dios en
palabras, obras y sentimientos. A la justicia acompaña la
misericordia, para que no sea despiadada ni inexorable; retoma en los
vv. 18 y 22.
33,18-19
El destino del pueblo escogido es un sistema de contrastes. A la
derrota militar no se opone la victoria militar de Israel, sino la
intervención del Señor. A la mirada universal escrutadora, la
mirada protectora. Todo lo domina la "misericordia", que
alcanza el límite último de la vida y la muerte.
33,19 También el rey de Israel puede fracasar en sus planes, si ésos no respetan el designio del Señor. En tiempo de guerra y en tiempo de hambre lo importante es "confiar" en el Señor, cuyo "designio" es "conservar la vida": Gn 50,20. Por eso al final del salmo se impone la "esperanza" y "confianza" enla "misericordia" del Señor.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.
33,19 También el rey de Israel puede fracasar en sus planes, si ésos no respetan el designio del Señor. En tiempo de guerra y en tiempo de hambre lo importante es "confiar" en el Señor, cuyo "designio" es "conservar la vida": Gn 50,20. Por eso al final del salmo se impone la "esperanza" y "confianza" enla "misericordia" del Señor.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.
Segunda
Lectura: Hebreos
4:14-16
14Teniendo,
pues, un sumo sacerdote extraordinario que ha pasado a través de los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, mantegamos firmes la fe que
profesamos.15Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno probado en todo igual
que nosotros, excluido del pecado. 16Acerquémonos, por tanto,
confiadamente al tribunal de la gracia para alcanzar misericordia y
obtener la gracia de un auxilio oportuno.
EXPLICACIÓN.
Pasar
a través del santuario y de la cortina hasta el lugar Santísimo una
vez al año, el día de la Expiación, era la razón de ser del sumo
sacerdote judío, Jesús, sumo sacerdote verdadero (cf. 3,1), ha
pasado, no a través de un santuario terrestre, sino, por su
muerte-resurrección, ha entrado en la esfera divina (a
través de los cielos) hasta
la presencia misma de Dios; así puede obtener la reconciliación
definitiva. Éste es el gran estímulo para la fe (14).
Introducción:
Jesús, sumo sacerdote, representante de los hombres ante Dios, se ha
identificado con nosotros; todo temor está excluido, hay
misericordia para el pasado y ayuda para el futuro (15-16).
35Se
le acercaron los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
-Maestro,
queremos que lo que te pidamos lo hagas por nosotros.
36Elles
preguntó:
-¿Qué
queréis que haga por vosotros?
37Le contestaron ellos:
37Le contestaron ellos:
-Concédenos
sentamos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda el día de tu
gloria.
38Jesús
les replicó:
-No
sabéis lo que pedís; ¿sois capaces de pasar el trago que yo voy a
pasar, o de dejaros sumergir por las aguas que me van a sumergir a
mí?
39Le
contestaron:
-Sí,
lo somos.
Jesús les dijo:
Jesús les dijo:
-El
trago que voy a pasar yo, lo pasaréis, y las aguas que me van a
sumergir a mí os sumergirán a vosotros:
40pero
el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no está en mi mano
concederlo más que a aquellos a quienes esté destinado.
41
Al oírlo, los otros diez dieron rienda suelta a su indignación
contra Santiago y Juan.
Instrucción
de Jesús: El servicio (Mt
20,25-28; Lc 22,24-27)
42Jesús
los convocó y les dijo:
-Sabéis
que los que figuran como jefes de las naciones las dominan, y que sus
grandes les imponen su autoridad.
43No ha de ser así entre vosotros; al contrario, entre vosotros, el que quiera hacerse grande ha de ser servidor vuestro, 44y el que quiera ser primero, ha de ser siervo de todos; 45porque tampoco el Hombre ha venido para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.
43No ha de ser así entre vosotros; al contrario, entre vosotros, el que quiera hacerse grande ha de ser servidor vuestro, 44y el que quiera ser primero, ha de ser siervo de todos; 45porque tampoco el Hombre ha venido para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.
EXPLICACIÓN.
(10,35-45): Como después del segundo anuncio de la muerte (9,31), se manifiesta la ambición de los discípulos (d. 9,34). Santiago y Juan, «los Truenos» (= los autoritarios, 3,17). Sin darse por enterados del anuncio anterior, esperan que Jesús ocupará el trono de Israel y solicitan para ellos los primeros puestos (35-37). Jesús les propone otro programa: aceptar una muerte como la suya (38; d. 8,34); pasar el trago (lit. "beber la copa») y ser sumergido por las aguas (lit. «ser bautizado») son figuras de su muerte (cf. 14,23s.36; 1,9), en el doble aspecto, activo y libre (entregarse) y pasivo (ser entregado) (38). Aunque lo acepten, no serán los únicos, y Jesús no juzga de la calidad de la entrega; es cosa del Padre (cf. 4,27; 13,32) (30-40). La ambición, causa de división (cf. 9,50); los diez, como en el cisma de las tribus (1 Re 12) (41).
(10,35-45): Como después del segundo anuncio de la muerte (9,31), se manifiesta la ambición de los discípulos (d. 9,34). Santiago y Juan, «los Truenos» (= los autoritarios, 3,17). Sin darse por enterados del anuncio anterior, esperan que Jesús ocupará el trono de Israel y solicitan para ellos los primeros puestos (35-37). Jesús les propone otro programa: aceptar una muerte como la suya (38; d. 8,34); pasar el trago (lit. "beber la copa») y ser sumergido por las aguas (lit. «ser bautizado») son figuras de su muerte (cf. 14,23s.36; 1,9), en el doble aspecto, activo y libre (entregarse) y pasivo (ser entregado) (38). Aunque lo acepten, no serán los únicos, y Jesús no juzga de la calidad de la entrega; es cosa del Padre (cf. 4,27; 13,32) (30-40). La ambición, causa de división (cf. 9,50); los diez, como en el cisma de las tribus (1 Re 12) (41).
c)
Centro (10,42-46a):
Al tomar como contraste para la conducta en la comunidad a los
poderes paganos, Jesús compara con ellos el ideal mesiánico de los
discípulos (42). La nueva sociedad (el reino de Dios) excluye el
poder o el dominio; servidor
vuestro (d.
9,35), actitud dentro de
la comunidad (43); siervo/esclavo (primera
vez en Mc) de
todos, actitud
con los de fuera, aludiendo a la situación de la humanidad pagana,
donde la sociedad legitimaba la esclavitud (cf. 5,2-20; 7,24-31); la
denominación implica, pues, solidaridad con esos oprimidos (44). El
Hombre (Jesús y los que aspiran a la plenitud humana) no reclama ser
Servido (dominar, ser grande a la manera de este mundo); dentro de la
comunidad, su actitud es el servicio; respecto a los
oprimidos/esclavos la de entregar su vida para rescatarlos (45).
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