martes, mayo 01, 2012

Viernes 4 de Mayo del 2012.


Primera Lectura: Hechos 13,26-33

26 Hermanos, descendientes de Abrahán y vosotros los adeptos, a nosotros se nos ha enviado ese mensaje de salvación.
27 Porque los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús y, al condenarlo, cumplieron las profecías que se leen cada sábado;
28 aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, pidieron que lo mandara ejecutar.
29 Cuando realizaron todo lo que estaba escrito de él, lo descolgaron del madero y lo pusieron en un sepulcro.
30 Pero Dios lo resucitó de la muerte;
31 durante muchos días se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
32 Y nosotros os damos la buena noticia, que la promesa hecha a los padres,
33 Dios nos la ha cumplido a nosotros los hijos resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo:

Hijo mío eres tú,
yo te he engendrado hoy (Sal 2,7).

EXPLICACIÓN.

               En la segunda parte (26-37) subraya que los destinatarios de la liberación obrada por Jesús son el pueblo de Israel y los que se le asimilan (26, cf. vv. 16.24). Excusa, en parte, al pueblo y a las autoridades (cf. 3,17) y salva el escollo de la muerte de Jesús (Mesías fracasado) presentándola como cumplimiento de profecías que habían sido mal interpretadas (cf. 3,18) (27); la sentencia que pronunciaron contra él fue una aberración legal (28). Insiste en el cumplimiento de las profecías (29).

               Según esta presentación, la muerte no es un descrédito para Jesús, pues entraba en los planes de Dios, ni tampoco excluye al pueblo judío de las promesas de Dios. La promesa hecha a los padres se ha cumplido plenamente en Jesús, pues al resucitarlo Dios de entre los muertos lo ha constituido Mesías/Hijo, como lo confirma la cita del Sal 2,7; la rec. occ. transcribe también la continuación: "Pídemelo: te daré en herencia las naciones; en posesión, hasta los confines de la tierra" (Sal 2,8) (30-33).

Salmo Responsorial: 2

(Sal 110; Heb 1,2.5)

6. “Yo mismo he ungido a mi rey
en Sión, mi monte santo”.
7. Voy a recitar el decreto del Señor:
Me ha dicho: “Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy”.
8. Pídemelo y de daré las naciones en herencia
en propiedad los confines del mundo.
9. Los triturarás con cetro de hierro,
los desmenuzarás como cacharros de loza.
10. Pues ahora, reyes, sed sensatos,
escarmentad los que regís el mundo:
11. servid al Señor con temor,
12. temblando rendidle homenaje *,

EXPLICACIÓN.

2.6 Con énfasis la primera persona.

2.8 El soberano ofrece cumplir una petición del nuevo rey: 1 Re 3,1-15; Sal 21,5; Is 7,11.

2.9 Alternativa: “los apacentarás”, cfr, Miq 5,1-5.

2.11 Texto dudoso y discutido. Según una corrección aceptada, “besadle los pies”, en gesto de homenaje. Someterse en sensatez.

Transposición cristiana. Toda la tradición ha leído este como mesiánico. Lo citan Hch 4,25s; 13,33; Heb 2,7; 5,5; Ap 12,5; 19,15; véase también 1 Cor 15,24-28.

Evangelio: Juan 14, 6-14

6. Respondió Jesús:
- Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie se acerca al Padre sino por mí.
7. Si llegáis a conocerme del todo, conoceréis también a mi Padre; aunque ya ahora lo conocéis y lo estáis viendo presente.
8. Felipe le dijo:
- Señor, haz que veamos al Padre, y nos basta.
9. Jesús le contestó:
-Tanto tiempo como llevo con vosotros y ¿no has llegado a conocerme, Felipe? Quien me ve a mí está viendo al Padre; ¿cómo dices tú: “Haz que veamos al Padre”?
10. ¿No crees que yo estoy identificado con el Padre y el Padre conmigo? Las exigencias que yo os propongo no las propongo como cosa mía: es el Padre, quien, viviendo en mí, realiza sus obras.
11. Creedme: yo estoy identificado con el Padre y el Padre conmigo; y si no, creedlo por las obras mismas.
12. Sí, os lo aseguro: Quien me presta adhesión, hará obras como las mías y aun mayores; porque yo me voy con el Padre,
13. y cualquier cosa que pidáis en unión conmigo, la haré; así la gloria del Padre se manifestará en el Hijo.
14. Lo que pidáis unidos a mí, yo lo haré.

EXPLICACIÓN.

                   El camino (6) supone una meta; la verdad, un contenido, que es la vida (1,4). Jesús es la vida porque es el único que la posee en plenitud y puede comunicarla (5,26). Por ser la vida plena es la verdad total, es decir, puede conocerse y formularse como la plena realidad del hombre y de Dios. Es el único camino, porque sólo su vida y su muerte muestran al hombre el itinerario que lo lleva a realizarse. Para el discípulo, Jesús es la vida, porque de él la recibe; esta nueva vida experimentada y consciente es la verdad; el camino, la asimilación progresiva a Jesús, da un carácter dinámico de crecimiento a su vida y verdad. El Padre no está materialmente lejano, el acercamiento a él es el de la semejanza.

                    El Padre está presente en Jesús (7). La petición de Felipe (8) denota su falta de comprensión. Había visto en Jesús al Mesías que podía deducirse de la Ley y los Profetas (1,43-45); no ha comprendido que Jesús no es la realización de la Ley, sino del amor y la lealtad de Dios (1,14.17). En el episodio de los panes (6,5-7) no comprendía la alternativa de Jesús. Sigue en las categorías de la antigua alianza. Ve en Jesús al enviado de Dios (cf. 12,13), pero no la presencia de Dios en el mundo.

                    Jesús le contesta con una queja (9). La convivencia con él, ya prolongada, no ha ampliado su horizonte. La presencia del Padre en Jesús es dinámica (10); a través de él ejerce su actividad. Las exigencias de Jesús reflejan las múltiples facetas del amor, lo concretan y lo acrecientan; por eso comunican Espíritu y vida (3,34; 6,63) y hacen presente a Dios mismo, que es Espíritu (4,24); formulan la acción del Padre en Jesús y, por su medio, con los hombres. Total sintonía de Jesús con el Padre (11). El último criterio, las obras.

                    La obra de Jesús ha sido sólo un comienzo, el futuro reserva una labor más extensa (12). Las señales hechas por Jesús no son, pues, irrepetibles por lo extraordinarias; son obras que liberan al hombre; ofreciéndole vida. Con este dicho da ánimos a los suyos para el futuro trabajo; la liberación ha de ir adelante. Jesús cambia el rumbo de la historia; toca a los suyos continuar en la dirección marcada por él. Los discípulos no están solos en su trabajo ni en su camino, Jesús seguirá actuando con ellos. A través de Jesús, el amor del Padre (su gloria) seguirá manifestándose en la ayuda a los discípulos para su misión (13). La oración de la comunidad expresa su vinculación a Jesús (14); se hace desde la realidad de la unión con él y a través de él, pidiendo ayuda para realizar su obra.

SÍNTESIS.

La comunidad de Jesús tiene que recorrer un camino, metáfora que expresa el dinamismo de la vida, que es crecimiento. El hombre se realiza por el camino de la solidaridad y la entrega. Jesús acompaña siempre a los suyos en ese camino. El Padre estará con ellos, pero su presencia no será estática, como un templo, sino también itinerante y activa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario