jueves, mayo 03, 2012

Viernes 25 de Mayo del 2012.


Primera Lectura: Hechos 25,13-21

13 Transcurridos unos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para cumplimentar a Festo;
14 como se entretuvieron allí varios días, Festo puso al rey en antecedentes del caso de Pablo, diciéndole:
- Tengo aquí cierto individuo que Félix ha dejado preso;
15 cuando estuve en la ciudad de Jerusalén, los sumos sacerdotes y los senadores judíos presentaron querella contra él, exigiendo su condena.
16 Les respondí que no es costumbre romana ceder a un individuo sin más ni más; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para tener ocasión de defenderse de lo que se le inculpa.
17 Cuando se reunieron aquí, yo, sin dilación alguna, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a ese hombre.
18 Pero, cuando los acusadores lo rodearon, no aducían ningún cargo grave de los que yo supnía:
19 se trataba de ciertas controversias con él acerca de su propia religión y, en particular, acerca de un tal Jesús, que había muerto, pero que Pablo sostenía que estaba vivo.
20 Yo, no sabiendo a qué atenerme en los asuntos que se discutían, le propuse si quería ir a la ciudad de Jerusalén y ser juzgado allí sobre aquello.
21 Pero como Pablo ha apelado, pidiendo seguir en la cárcel hasta que decida el Augusto, he dado orden de dejarlo preso hasta que pueda remitirlo al César.
EXPLICACIÓN.
                Visita a Cesarea de Agripa II, biznieto de Herodes el Grande (Lc 1,5), acompañado de su hermana Berenice (13). Agripa tiene por "mujer" a su hermana, mientras que Herodes Antipas había tomado la mujer de Filipo (Lc 3,1-19).

                 Al igual que había hecho el comandante romano en su informe a Félix (23,26-30), también Festo deforma los hechos para quedar bien (comp. v. 16 con v.11). Repite, prácticamente en los mismos términos lo ocurrido en la sesión anterior. Lc pretende subrayar el alcance de la apelación de Pablo al César, que motiva su viaje a Roma, meta señalada por el Señor (23,11; cf. 19,21) (14-21). Curiosidad de Agripa (22, cf. Lc 23,8).
Salmo Responsorial: 103 (102)

(Eclo 18,8-14)
1Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi interior,
a su santo nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
11Pues como se eleva el cielo sobre la tierra,
así vence su misericordia a sus fieles.
12Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
19EI Señor afirmó en el cielo su trono,
su reinado gobierna el universo. 
20Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes,

EXPLICACIÓN.

103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.

103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.

103,3 El "perdonador": el verbo hebreo es raro en el salterio: 25,11, el adjetivo en 86,5, el sustantivo en 130,4. "Médico": Ex 15, 26 y otros.

103,4 "Rescatador" título y acción frecuentes en ls 40-55: significa recobrar una propiedad o una libertad: rescate extremo, del poder de la Muerte. "Coronador": puede significar ceñir una corona o turbante y también, rodear protegiendo. Aquí encaja mejor el segundo significado.

103,5 "Saciador": puede incluir bienes materiales y espirituales. "Como un águila": superada una enfermedad mortal, el hombre se siente rejuvenecido.

103,19 Este verso nos coge por sorpresa. Lo justificamos suponiendo que el Señor se sienta después de la victoria de la misericordia y para recibir el homenaje de su corte y de la creación.

103,20-21 La equivalencia o vinculación de "ángeles" y "astros" la podemos apreciar comparando textos de Job que, tratando el mismo tema, cambian los sujetos: 4,18; 15, 15; 25,3.5; 38,7. Los seres celestes están al servicio inmediato del Señor para cumplir sus encargos.

Trasposición cristiana.

Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.

Evangelio: Juan 21,15-19

15. Cuando acabaron de almorzar, le preguntó Jesús a Simón Pedro:
- Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?
Le respondió:
- Señor, sí; tú sabes que te quiero.
Le dijo:
- Apacienta mis corderos.
16. Le preguntó de nuevo, por segunda vez:
- Simón de Juan, ¿me amas?
Le respondió:
- Señor, sí; tú sabes que te quiero.
Le dijo:
- Pastorea mis ovejas.
17. La tercera vez le preguntó:
- Simón de Juan, ¿me quieres?
Pedro se puso triste porque la tercera vez le había preguntado: “¿Me quieres?”, y le respondió:
- Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.
Le dijo:
- Apacienta mis ovejas.
18. Sí, te lo aseguro: Cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás los brazos y otro te pondrá el cinturón para llevarte adonde no quieres.
19. Esto lo dijo indicando con qué clase de muerte iba a manifestar la gloria de Dios.
Y dicho esto, añadió:
-Sígueme.

EXPLICACIÓN.

                         En el episodio anterior (21,7), Jesús no se ha hecho eco del gesto de Pedro. Terminada la comida se dirige a él (cf. 20,27, con Tomás) (15). Evita que el problema personal interfiera en su contacto con la comunidad. Iniciativa de Jesús (le preguntó). Simón de Juan. Cf. 1,42. Ha pretendido destacarse del grupo ostentando ser el primero en la adhesión a Jesús (13,37). La pregunta (¿me amas más que éstos?), enfrenta a Pedro con su actitud, en presencia de los demás. Después de sus negaciones, Pedro evita toda comparación; te quiero, amor de amigo, en lugar de “te amo”, amor de identificación. Se remite al conocimiento de Jesús (tú sabes). Apacentar, procurar alimento, que, como el que da Jesús, es el don de la propia persona (14,15.21); corderos, los pequeños; ovejas, los grandes: totalidad del rebaño.

                        Segunda pregunta (16), más breve e incisiva: si realmente está identificado con él y lo toma por modelo, renunciando a todo otro ideal de Mesías. Igual respuesta de Pedro. Pastorear, dar la vida por las ovejas, como hace el pastor modelo (10,11); disposición propia de todo discípulo.
La tercera vez (17) recuerda la triple negación. Pedro había profesado dos veces ser amigo de Jesús (“tú sabes que te quiero”); “ser amigo”; renunciar a la idea de un Mesías de poder (18,10), a la relación de inferior a superior (13,6-8), al trabajo como siervo o asalariado (15,15). Se puso triste: Jesús parece desconfiar de sus afirmaciones anteriores y le hace recordar su obstinación (Pedro/Piedra). Tú lo sabes todo, nueva rectificación (cf. 13,37s). Apacienta mis ovejas sintetiza los dos encargos anteriores.

                       Pedro dará la vida en la cruz, como Jesús (18-19). Así se asociará hasta el final a su misión de pastor. Cuando era joven, actuaba a su arbitrio, sin objetivo (ibas adonde querías); desde ahora tendrá que ser coherente con el seguimiento, aunque le cueste (adonde no quieres).
SÍNTESIS.

                    La mentalidad tipificada por Pedro, la del Mesías/la Iglesia de poder es el gran obstáculo para el seguimiento; considera a Jesús un líder a quien se presta una adhesión independiente de la comunidad y del mundo. Libertad y responsabilidad del discípulo en el seguimiento. Vínculo personal de amistad con Jesús. Cada cual ha de recorrer su propio camino y asumir su propia responsabilidad. La presencia de Jesús está asegurada.

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