PRIMERA LECTURA. Joel 4,12-21.
12Alerta, vengan las naciones al valle de Josafat, que allí me sentaré a juzgar a los pueblos vecinos. 13Mano a la hoz, madura está la mies: venid y pisad, repleto está el lagar; rebosan las cubas, porque abunda la maldad, 14turbas y más turbas en el valle de la Decisión; porque llega el día del Señor en el valle de la Decisión. 15Sol y luna se oscurecen, los astros recogen su resplandor. 16El Señor rugirá desde Sión, alzará la voz en Jerusalén y temblarán cielo y tierra; el Señor será refugio de su pueblo, alcázar de los israelitas. 17Y sabréis que yo soy el Señor, vuestro Dios, que habito en Sión, mi monte santo; Jerusalén será santa y no la atravesarán extranjeros. 18Aquel día los montes manarán licor, los collados se desharán en leche, las cañadas de Judá irán llenas de agua; brotará un manantial en el templo del Señor que engrosará el Torrente de las Acacias. 19Egipto se volvera un desierto; Edom, estepa desolada, porque violentaron a los judíos y derramaron sangre inocente en su país. 20Judá estará habitada siempre, Jerusalén sin interrupción. 21Vengaré su sangre, no quedarán impunes, y el Señor habitará en Sión.
Explicación.
4,12 El juicio de algún modo ha precedido y no se desarrolla aquí.
4,13 Ejecución de la sentencia. En un salto de la fantasía el valle repleto de hombres se transforma en un valle cubierto de mieses maduras para la siega. Guerreros como espigas granadas que abatirá una hoz gigantesca. O se transforma en gigantesca tina de lagar, repleta de uvas, que unos pies estrujan sacándoles la sangre (Is 63,1-6).
4,14 Es el Valle de la Decisión o sentencia: Is 10,22s; 28,33.
4,15-16a La mención del "día del Señor" conduce a la visión de una teofanía dominada por las tinieblas estelares; en medio de las cuales retumba como un rugido el trueno o "voz del Señor".
4,16b La voz que espanta al universo puede ser reconocida como llamada que atrae al refugio.
4,17 La confesión plena incluye: el nombre Yhwh, el título "vuestro Dios", su morada "Sión". Siendo Jerusalén ciudad santa, por la presencia del Señor, no pueden entrar en ella extranjeros o profanos. La traducción "extranjero" de zar es de signo nacionalista; la traducción "profano" abre la puerta a quienes se consagren (cfr. Is 56).
4,18 Recogiendo el tema de Ez 47 anuncia la transformación de la naturaleza como signo de la nueva era. La tradicional "leche y miel" será entonces leche y licor (Am 9,13). Una fuente maravillosa en el templo suplirá a la lluvia y los manantiales (Dt 11,11 y 8,7).
4,19 El castigo de dos enemigos sirve de contraste. ¿Por qué ha seleccionado esos dos? Quizá por una razón histórica que desconocemos. O bien, Egipto por su papel histórico y Edom por su asonancia con sangre. Gn 4,12; Jl 3,17.
4,20-21 En la conclusión figura Judá (no Israel) con su capital, Jerusalén. El día del Señor ha inaugurado una era perpetua, y la clave es que él habita en Sión.
SALMO. 97,1-2.5-6.11-12.
1EI Señor reina, la tierra goza,
12Alerta, vengan las naciones al valle de Josafat, que allí me sentaré a juzgar a los pueblos vecinos. 13Mano a la hoz, madura está la mies: venid y pisad, repleto está el lagar; rebosan las cubas, porque abunda la maldad, 14turbas y más turbas en el valle de la Decisión; porque llega el día del Señor en el valle de la Decisión. 15Sol y luna se oscurecen, los astros recogen su resplandor. 16El Señor rugirá desde Sión, alzará la voz en Jerusalén y temblarán cielo y tierra; el Señor será refugio de su pueblo, alcázar de los israelitas. 17Y sabréis que yo soy el Señor, vuestro Dios, que habito en Sión, mi monte santo; Jerusalén será santa y no la atravesarán extranjeros. 18Aquel día los montes manarán licor, los collados se desharán en leche, las cañadas de Judá irán llenas de agua; brotará un manantial en el templo del Señor que engrosará el Torrente de las Acacias. 19Egipto se volvera un desierto; Edom, estepa desolada, porque violentaron a los judíos y derramaron sangre inocente en su país. 20Judá estará habitada siempre, Jerusalén sin interrupción. 21Vengaré su sangre, no quedarán impunes, y el Señor habitará en Sión.
Explicación.
4,12 El juicio de algún modo ha precedido y no se desarrolla aquí.
4,13 Ejecución de la sentencia. En un salto de la fantasía el valle repleto de hombres se transforma en un valle cubierto de mieses maduras para la siega. Guerreros como espigas granadas que abatirá una hoz gigantesca. O se transforma en gigantesca tina de lagar, repleta de uvas, que unos pies estrujan sacándoles la sangre (Is 63,1-6).
4,14 Es el Valle de la Decisión o sentencia: Is 10,22s; 28,33.
4,15-16a La mención del "día del Señor" conduce a la visión de una teofanía dominada por las tinieblas estelares; en medio de las cuales retumba como un rugido el trueno o "voz del Señor".
4,16b La voz que espanta al universo puede ser reconocida como llamada que atrae al refugio.
4,17 La confesión plena incluye: el nombre Yhwh, el título "vuestro Dios", su morada "Sión". Siendo Jerusalén ciudad santa, por la presencia del Señor, no pueden entrar en ella extranjeros o profanos. La traducción "extranjero" de zar es de signo nacionalista; la traducción "profano" abre la puerta a quienes se consagren (cfr. Is 56).
4,18 Recogiendo el tema de Ez 47 anuncia la transformación de la naturaleza como signo de la nueva era. La tradicional "leche y miel" será entonces leche y licor (Am 9,13). Una fuente maravillosa en el templo suplirá a la lluvia y los manantiales (Dt 11,11 y 8,7).
4,19 El castigo de dos enemigos sirve de contraste. ¿Por qué ha seleccionado esos dos? Quizá por una razón histórica que desconocemos. O bien, Egipto por su papel histórico y Edom por su asonancia con sangre. Gn 4,12; Jl 3,17.
4,20-21 En la conclusión figura Judá (no Israel) con su capital, Jerusalén. El día del Señor ha inaugurado una era perpetua, y la clave es que él habita en Sión.
SALMO. 97,1-2.5-6.11-12.
1EI Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
2Nubes y nubarrones lo rodean,
2Nubes y nubarrones lo rodean,
Justicia y Derecho sostienen su trono.
5Los montes se derriten como cera ante el Señor,
ante el Dueño de toda la tierra.
ante el Dueño de toda la tierra.
6Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
11 Amanece la luz para el honrado
y la alegría para los rectos de corazón.
12Festejad, justos, al Señor,
12Festejad, justos, al Señor,
dad gracias a su nombre santo.
Explicación.
Explicación.
97,1 "Islas"o costas: el mundo occidental mediterráneo; tema favorito de Isaías 11: 41, 1.5; 42,4.10.12; 49,1; 51,5.
97,2 Los
"nubarrones" pueden ser parte del aparato teofánico: Dt 4,11; JI 2,2;
Sof 1,15. El Señor se muestra ... encubierto. Para el estrado o
basamento del trono: Prov 16, 12; 20,28; 25,5.
97,5 "Como cera" Sal 68,3; Miq 1,4; quizá imagine los ríos de lava de un volcán.
97,6 Los cielos hacen de testigos notariales: Sal 50,6. La "gloria" de la teofanía: compárese con Is 35,2; 40,5.
97,11 "Amanece" corrigiendo una consonante, como Sal 112,4.
Transposición cristiana.
Heb 1,6 aplica a
Cristo el v. 7 según la versión griega. Mt 25, 31-46 dramatiza en
escena un juicio final. Lc 21,28 da a entender que para los elegidos
será un momento de dicha. LA VERDADERA DICHA.
27 Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud alzó la voz y le dijo:
- ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
28 Pero él repuso:
- Mejor: ¡dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen!
Explicación.
Centro del tríptico: Reacción favorable. Dichoso
(27), del pasado/origen de Jesús (madre). Jesús completa lo dicho,
interpretando la predicción de su madre (1,48: "me llamarán dichosa
todas las generaciones") (28): se refiere al presente y prescinde del
parentesco de sangre: la verdadera dicha está en la fidelidad al
mensaje; lo cumplen: nueva norma de conducta (cf. 1,48; 6,47; 8,21).
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