PRIMERA LECTURA. Nehemías 8,1-12.
Lectura de la Ley.
1Entonces todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que se abre ante la Puerta del Agua, y pidió a Esdras, el letrado, que trajera el libro de la Ley de Moisés, que Dios había dado a Israel. 2El sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. 3Era a mediados de septiembre. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. 4Esdras, el letrado estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. A su derecha se encontraban Matitías, Sema, Anayas, Urías, Jelcías y Maseyas; a su izquierda, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. 5Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado-, y cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. 6Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "Amén, amén". Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. 7Los levitas Josué, Baní, Serebías, Yamín, Acub, Sabtay, Hodiyías, Maseyas, Quelitá, Azarías, Yozabad, Janán y Felayas explicaron la Ley al pueblo, que se mantenía en sus puestos. Leían el libro de la Ley de Dios traduciéndolo y explicándolo para que se entendiese la lectura. 9El gobernador Nehemías, el sacerdote y letrado Esdras y los levitas que instruían al pueblo, viendo que la gente lloraba al escuchar la lectura de la Ley, le dijeron: -Hoy es un día consagrado al Señor, vuestro Dios. No estéis tristes ni lloréis. 10Después añadió: -Id a casa, comed buenas tajadas, bebed vinos generosos y enviad porciones a los que no tienen nada, porque hoy es día consagrado a nuestro Dios. No ayunéis, que al Señor le gusta que estéis fuertes. 11Los levitas acallaban al pueblo, diciendo: -Silencio, que es un día santo; no estéis tristes. 12El pueblo se fue, comió, bebió, envió porciones y organizó una gran fiesta, porque había comprendido lo que le habían explicado.
Explicación.
8,1 Da la impresión de que la ceremonia se celebra por iniciativa popular y en sitio profano; mientras que las ceremonias litúrgicas eran convocadas por los sacerdotes. Actúa Esdras, no el sumo sacerdote Eliasib o Yoyadá; quizá porque éste no era partidario o entusiasta de la reforma. Junto a Esdras encontramos a Nehemías, en buen acuerdo del poder civil con un representante del religioso, en sucesión aproximada de Zorobabel y Josué (sucesor de David y sumo sacerdote). Algunos piensan que la presencia de Nehemías en el v.9 se debe a la adición de un glosador. El libro leído podría ser el Deuteronomio de Josías, quizá ampliado (2 Re 22), o un Pentateuco relativamente completado: es decir, narración, Ley y parénesis, que ofrecía lectura para bastantes días.
8,2 Dt 31,12 menciona "hombres, mujeres, niños y emigrantes". Y una adición del v.13 incluye también a los niños antes del uso de razón.
8,3 Dt 31,9-13.
8,4 Incluido Esdras, aparecen catorce personas en la tribuna.
8,5 El rito indica que se va a escuchar la lectura como Ley o instrucción del Señor.
8,8 Es dudoso y discutido el sentido de la palabra hebrea mprs. Si le damos el sentido de "traducir", indicaría que el pueblo ya no entendía el hebreo y necesitaba una traducción aramea. Si traducimos " a trozos", indicaría que Esdras leía desde su púlpito una sección o perícopa y los levitas la repetían en grupos a su alcance, y la comentaban.
8,9 El llanto del pueblo podía deberse a las amenazas y reproches que escuchaban (como en Jue 2,4). Era un gesto de compunción anticipada, que se debía reservar para la liturgia penitencial.
8,10 La última frase se podría traducir: "el gozo (=la fiesta) del Señor será vuestra fuerza". El gozo ha de ser compartido por todos, como enseña Dt 26,11 y 16,11.
SALMO. 19,8-11.
8 La ley del Señor es perfecta:
devuelve el respiro;
el precepto del Señor es fiable:
instruye al ignorante;
9 los mandatos del Señor son rectos:
alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida:
da luz a los ojos;
10 el respeto del Señor es puro:
dura para siempre;
los mandamientos del Señor son genuinos;
justos sin excepción;
11 son más valiosos que el oro,
que el metal más fino;
son más dulces que la miel
que destila un panal.
Explicación.
19,8-11 Tercera sección. Sin transición ni introducción entre un tema nuevo. Entra la ley abriendo paso a seis sentencias de una regularidad exasperante, como materializando en lenguaje el orden que intenta establecer. Sólo sies: falta una para la perfección.
Los predicados son en gran parte corpóreos: respiración, corazón, ojos; es límpida y pura, es estable y ofrece apoyo. Es razonable, no teme dar razones y así educa al inexperto sin dejarlo en su ignorancia. Es lúcida, no exige obediencia ciega, sino que ilumina los ojos. Da alegría interna, no es carga insoportable.
El último verso propone dos coparaciones: oro, símbolo y medida de valor; miel, manjar el más sabroso (Prov 16,24). El autor piensa en el contenido más que en la formalidad de la ley.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Rom 10,18 aplica el v.4 a la predicación del evangelio. El cristiano contempla la creación restaurada en Cristo. Los antiguos explotaron el símbolo del sol como esposo; su salida del tálamo de María en el nacimiento, su carrera "desde el Padre hasta el Padre"; su calor es el Espíritu. La reflexión sobre ley y gracia anticipa la enseñanza de Pablo.
EVANGELIO. Lucas 10,1-12.
1 Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".
10 Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a las calles y decideles:
11 "Hasta el polvo de este pueblo que se no ha pegado a los pies nos lo limpiamos, ¡para vosotros! De todos modos, sabed que está cerca el reinao de Dios".
12 Os digo qu el día aquel le será más llevadero a Sodoma que a ese pueblo.
Explicación.
Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta, mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el paganismo (en Mt y Mc, Galilea).
Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2). Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos). No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4). Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad, figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf. 9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos: integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).
En caso de no aceptación, dejar constancia de la oportunidad que se rechaza; sacudirme el polvo, cf. 9,1 (19s). Precedencia de la casa (5-7) sobre el pueblo/ciudad (8-12): contacto personal. Excluirse voluntariamente del Reino equivale a condenarse a la ruina; Sodoma, la ciudad maldita por excelencia (12).
Lectura de la Ley.
1Entonces todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que se abre ante la Puerta del Agua, y pidió a Esdras, el letrado, que trajera el libro de la Ley de Moisés, que Dios había dado a Israel. 2El sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. 3Era a mediados de septiembre. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. 4Esdras, el letrado estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. A su derecha se encontraban Matitías, Sema, Anayas, Urías, Jelcías y Maseyas; a su izquierda, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. 5Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado-, y cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. 6Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "Amén, amén". Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. 7Los levitas Josué, Baní, Serebías, Yamín, Acub, Sabtay, Hodiyías, Maseyas, Quelitá, Azarías, Yozabad, Janán y Felayas explicaron la Ley al pueblo, que se mantenía en sus puestos. Leían el libro de la Ley de Dios traduciéndolo y explicándolo para que se entendiese la lectura. 9El gobernador Nehemías, el sacerdote y letrado Esdras y los levitas que instruían al pueblo, viendo que la gente lloraba al escuchar la lectura de la Ley, le dijeron: -Hoy es un día consagrado al Señor, vuestro Dios. No estéis tristes ni lloréis. 10Después añadió: -Id a casa, comed buenas tajadas, bebed vinos generosos y enviad porciones a los que no tienen nada, porque hoy es día consagrado a nuestro Dios. No ayunéis, que al Señor le gusta que estéis fuertes. 11Los levitas acallaban al pueblo, diciendo: -Silencio, que es un día santo; no estéis tristes. 12El pueblo se fue, comió, bebió, envió porciones y organizó una gran fiesta, porque había comprendido lo que le habían explicado.
Explicación.
8,1 Da la impresión de que la ceremonia se celebra por iniciativa popular y en sitio profano; mientras que las ceremonias litúrgicas eran convocadas por los sacerdotes. Actúa Esdras, no el sumo sacerdote Eliasib o Yoyadá; quizá porque éste no era partidario o entusiasta de la reforma. Junto a Esdras encontramos a Nehemías, en buen acuerdo del poder civil con un representante del religioso, en sucesión aproximada de Zorobabel y Josué (sucesor de David y sumo sacerdote). Algunos piensan que la presencia de Nehemías en el v.9 se debe a la adición de un glosador. El libro leído podría ser el Deuteronomio de Josías, quizá ampliado (2 Re 22), o un Pentateuco relativamente completado: es decir, narración, Ley y parénesis, que ofrecía lectura para bastantes días.
8,2 Dt 31,12 menciona "hombres, mujeres, niños y emigrantes". Y una adición del v.13 incluye también a los niños antes del uso de razón.
8,3 Dt 31,9-13.
8,4 Incluido Esdras, aparecen catorce personas en la tribuna.
8,5 El rito indica que se va a escuchar la lectura como Ley o instrucción del Señor.
8,8 Es dudoso y discutido el sentido de la palabra hebrea mprs. Si le damos el sentido de "traducir", indicaría que el pueblo ya no entendía el hebreo y necesitaba una traducción aramea. Si traducimos " a trozos", indicaría que Esdras leía desde su púlpito una sección o perícopa y los levitas la repetían en grupos a su alcance, y la comentaban.
8,9 El llanto del pueblo podía deberse a las amenazas y reproches que escuchaban (como en Jue 2,4). Era un gesto de compunción anticipada, que se debía reservar para la liturgia penitencial.
8,10 La última frase se podría traducir: "el gozo (=la fiesta) del Señor será vuestra fuerza". El gozo ha de ser compartido por todos, como enseña Dt 26,11 y 16,11.
SALMO. 19,8-11.
8 La ley del Señor es perfecta:
devuelve el respiro;
el precepto del Señor es fiable:
instruye al ignorante;
9 los mandatos del Señor son rectos:
alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida:
da luz a los ojos;
10 el respeto del Señor es puro:
dura para siempre;
los mandamientos del Señor son genuinos;
justos sin excepción;
11 son más valiosos que el oro,
que el metal más fino;
son más dulces que la miel
que destila un panal.
Explicación.
19,8-11 Tercera sección. Sin transición ni introducción entre un tema nuevo. Entra la ley abriendo paso a seis sentencias de una regularidad exasperante, como materializando en lenguaje el orden que intenta establecer. Sólo sies: falta una para la perfección.
Los predicados son en gran parte corpóreos: respiración, corazón, ojos; es límpida y pura, es estable y ofrece apoyo. Es razonable, no teme dar razones y así educa al inexperto sin dejarlo en su ignorancia. Es lúcida, no exige obediencia ciega, sino que ilumina los ojos. Da alegría interna, no es carga insoportable.
El último verso propone dos coparaciones: oro, símbolo y medida de valor; miel, manjar el más sabroso (Prov 16,24). El autor piensa en el contenido más que en la formalidad de la ley.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Rom 10,18 aplica el v.4 a la predicación del evangelio. El cristiano contempla la creación restaurada en Cristo. Los antiguos explotaron el símbolo del sol como esposo; su salida del tálamo de María en el nacimiento, su carrera "desde el Padre hasta el Padre"; su calor es el Espíritu. La reflexión sobre ley y gracia anticipa la enseñanza de Pablo.
EVANGELIO. Lucas 10,1-12.
1 Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".
10 Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a las calles y decideles:
11 "Hasta el polvo de este pueblo que se no ha pegado a los pies nos lo limpiamos, ¡para vosotros! De todos modos, sabed que está cerca el reinao de Dios".
12 Os digo qu el día aquel le será más llevadero a Sodoma que a ese pueblo.
Explicación.
Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta, mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el paganismo (en Mt y Mc, Galilea).
Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2). Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos). No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4). Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad, figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf. 9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos: integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).
En caso de no aceptación, dejar constancia de la oportunidad que se rechaza; sacudirme el polvo, cf. 9,1 (19s). Precedencia de la casa (5-7) sobre el pueblo/ciudad (8-12): contacto personal. Excluirse voluntariamente del Reino equivale a condenarse a la ruina; Sodoma, la ciudad maldita por excelencia (12).
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