lunes, septiembre 01, 2014

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 17 DE SEPTIEMBRE DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Gálatas 6,14-18.

14Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme más que de la Cruz de nuestro Señor, Jesús Mesías, en la cual el mundo quedó crucificado para mí y yo para el mundo. 15¡Circuncisión o no circuncisión, qué más da! 16Lo que importa es una nueva humanidad. Paz y misericordia para todo el que sigue esta norma y para el Israel de Dios.
               17En adelante, que nadie me amargue más la vida, que yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
               18El favor de nuestro Señor, Jesús Mesías, os acompañe, hermanos, amén.

EXPLICACIÓN.

La cruz, expresión del amor hasta el fin, es la única gloria de Pablo; ella ha cambiado su vida, haciéndolo morir a todos los falsos valores (14). También los ritos religiosos carecen de valor. Nueva humanidad, mejor que "nueva creación", como en Rom 8,19; 2 Cor 5,17; se trata de la nueva humanidad renovada por el Espíritu (15). El Israel de Dios no parece designar a la comunidad cristiana como tal (sería la única vez en Pablo), sino a una parte de ella: a los judíos que han dado su adhesión a Jesús, Mesías crucificado; la otra parte de la comunidad está designada como todos los que siguen esta norma, los de origen pagano (16).

              Las marcas que lleva Pablo han de interpretarse mejor en sentido físico (cf. 2 Cor 11,23-27) que metafórico (14-17); hay un posible contraste con la circuncisión mencionada anteriormente; las señales de pertenecer a Jesús son las cicatrices que le ha procurado su esfuerzo por el bien de los hombres (17). Bendición final; solamente en esa carta aparece en ella el apelativo hermanos (18).

SALMO. Gálatas 2,16.20; Filipenses 1,20,21.

GAL.16pero comprendimos que ningún hombre es rehabilitado por observar la Ley, sino por la fe en Jesús Mesías. Por eso también nosotros hemos creído en el Mesías Jesús, para ser rehabilitados por la fe en el Mesías y no por observar la Ley, pues por observar la Ley "no será rehabilitado ningún mortal" (Sal 143,2 LXX). 
20y mi vivir humano de ahora es un vivir de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
FIL 20Tal es mi expectación y mi esperanza, que en ningún caso saldré fracasado, sino que, viva o muera, ahora como siempre se manifestará públicamente en mi persona la grandeza de Cristo. 21Porque para mí vivir es Cristo y morir ganancia.

Explicación.

GAL Pecadores, "descreídos". Inutilidad de la Ley para la salvación; fe común de Pedro y de Pablo; sólo la adhesión (la fe) a Jesús como Salvador (Mesías) libera de los pecados y crea la nueva relación del hombre con Dios (15-16). Cuando era judío, Pablo vivía para la Ley, pues ésta concentra la atención del hombre en la obsevancia de sus preceptos; es ahora cuando, libre de la Ley, vive para Dios. Está identificado con la muerte de Jesús y la adhesión a él en su vida. Decisión irreversible (19-21).

FIL Éste, sin embargo, no es seguro: puede obtener la libertad o ser condenado a muerte. Pablo no se espanta, para él la muerte es cosa accidental, pues lleva dentro de sí la vida de Cristo, por la fe o adhesión total a él. La grandeza del Mesías, que da la fortaleza para arrostrar la persecución, es ya visible en la persona de Pablo (20). Dilema: vida o muerte. Expresa sus propios sentimientos: morir es ganancia, porque significa estar con el Señor; pr otra parte, vivir es más necesario, por el bien de los demás. El criterio de preferencia es el progreso del evangelio (21-24).
 

EVANGELIO. Lucas 9,23-26.

23 Y, dirigiéndose a todos, dijo:
- El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y entonces me siga;
24 porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, ése la pondrá a salvo.
25 Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si acaba perdiéndose o malográndose él mismo?
26 Porque si uno se avergüenza de mí o de mis palabras, también el Homre se avergonzará de él cuando llegue con su gloria, con la del Padre y la de los ángeles santos.


Explicación.

Todos (23), también los discípulos no representados por los Doce (cf. Mc 8,34). Negarse a sí mismo, renunciar a toda ambición de dinero, prestigio o poder; cargar con la cruz, aceptar la hostilidad de la sociedad injusta (6,22); cada día, constancia (8,15). La vida física no es el valor supremo; falsa y verdadera salvación (24). La ambición destruye al hombre (25). No ceder a la presión social (26).

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