PRIMERA LECTURA. Proverbios 30,5-9.
Explicación.
SALMO. 119,29.72.89.101.104.163.
72Más vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.
89Tu palabra, Señor, en el cielo
está firme por siempre.
101Cohíbo mis pies de todo mal camino,
para observar tu palabra.
163Detesto y aborrezco la mentira,
EVANGELIO. Lucas 9,1-6.
1 Convocó a los Doce y les dio fuerza y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
2 Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos,
3 diciéndoles:
- No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas.
4 Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar.
5 Y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos.
6 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.
EXPLICACIÓN.
E'. Misión del Israel mesiánico. 1-6. Fuerza, con la que ha curado Jesús (5,17; 6,19; 8,46), la del Espíritu (4,14); autoridad, también del Espíritu (4,32.36). Doble aspecto de la misión (2): proclamar y curar. La expulsión de demonios, unida a la proclamación (cf. 4,36). Instrucciones: no llevar nada: el bastón (3), como arma defensiva, impropio del discípulo (6,29); no preocuparse por el sustento (12,22ss); dos túnicas, propio de gente acomodada (6,20). No ser exigentes (quedarse en la misma casa) (4). Se sacudía el polvo de las sandalias al volver a Israel desde una tierra pagana; aquí, cualquier lugar que no acepte a los discípulos rechaza al verdadero Dios (5).
Lc no señala que ejercieran la "autoridad sobre los demonios" que Jesús les había conferido (cf. 9,1) y puntualiza que "fueron de aldea en aldea" (6, reductos nacionalistas), en lugar de ir por los "pueblos/ciudades" (cf. v.5 y 10,8ss).
5Cada palabra de Dios es acendrada,
él es escudo para los que se refugian en él.
6No añadas nada a sus dichos,
6No añadas nada a sus dichos,
no te arguya y aparezca tu fraude.
7Dos cosas te he pedido a ti;
7Dos cosas te he pedido a ti;
no me las rehúses mientras viva:
8alejja de mí falsedad y mentira;
8alejja de mí falsedad y mentira;
no me des riqueza ni pobreza,
concédeme mi ración de pan;
concédeme mi ración de pan;
9no sea que me sacie y reniegue de ti,
diciendo: ¿Quién es el Señor?;
diciendo: ¿Quién es el Señor?;
no sea que necesitado robe
y abuse del nombre de mi Dios. Explicación.
30,5-6 La respuesta a tales preguntas es la
palabra de Dios, la revelación; esa palabra no tiene escoria, Sal 12,7; 18,31,
ni mengua, el hombre no debe manipularla: Dt 4,2; 12,32.
30,7-9 Todos los pecados mencionados tienen
que ver con la palabra: falsedad y mentira, frases desafiantes y arrogantes, nombrar
al 8eñor en vano. Riqueza y pobreza se entienden primero en sentido propio. Por
una ley del paralelismo los dos peligros afectan a los dos sujetos: de la riqueza
se sigue saciedad, satisfacción, confianza propia, desprecio de Dios, abuso de
su nombre; de la pobreza, el robo, la protesta contra Dios, el maldecir su
nombre. Compárese con Flp 4,12 Y 1 Tim 6,8.
SALMO. 119,29.72.89.101.104.163.
29 Aparta
de mí el camino falso
y dame
la gracia de tu voluntad. 72Más vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.
89Tu palabra, Señor, en el cielo
está firme por siempre.
101Cohíbo mis pies de todo mal camino,
para observar tu palabra.
I04Reflexiono
sobre tus decretos,
por eso
detesto toda senda falsa. 163Detesto y aborrezco la mentira,
amo tu
voluntad.
Explicación.
119,25-32
"Pegado al polvo" es estar a la muerte (Sal 44,26); el Señor lo hará "revivir".
Dt suele decir "pegado I adherido a Dios"; aquí se adhiere a
los preceptos. Contar a Dios nuestras andanzas o "caminos" es una bella
forma de oración: Dios tiene paciencia para escuchar. "Confórtame": otra
función atractiva de la ley.
119,65-72
Con cuatro menciones de "bueno" puede componer un tratado de bienes. Dios
es bueno y benéfico, buena es la instrucción de Dios y también la aflicción por
la que aprendo. El "gusto" es metáfora de discreción o discernimiento:
ls 7,15s; Sal 34,9. El pecado por "inadvertencia" (Sal 19,12s) se
cura con un escarmiento leve. En 69-70 leemos dos de las pocas imágenes del salmo:
dedicadas a enemigos malvados. El último verso adopta la forma clásica de
refrán "más vale": compárese con Prov 3,15; 8, 10.19.
119,89-96
El tema de la perpetuidad atrae motivos cósmicos de creación: duración celeste,
estabilidad de la tierra. En contraste entra la condición caduca del ombre:
perece por el sufrimiento, por la persecución del enemigo. Necesita que Dios lo
salve y le dé, mantenga la vida. La "palabra" de Dios aparece "plantada"
en el cielo, donde cobra su firmeza y seguridad (cfr. Sal 89,3). Como en
castellano, la palabra hebrea "acabado" contiene una sugerente
ambivalencia. Es lo llevado a cabo, perfecto, y es lo que se acaba. Perfil y forma
son perfección desde dentro, límite desde fuera. Sólo el mandato de Dios se
dilata inmensamente.
119,97
-104 El orante se siente satisfecho y se compara con otros: "enemigos, maestros
y ancianos". El arte está en combinar meditación con observancia para
adquirir un saber teórico y práctico. Se puede entreoír una polémica entre ley y
sabiduría, rebajando la segunda a favor de la primera. "Amar" la ley;
Dt 6,5
inculca amar al Señor. La comparación de la miel parece inspirada en Sal 19,11.
119,161-168
La declaración del v. 164, tomada a la letra, inspiró prácticas de rezo: siete
veces al día; superponiendo al ritmo biológico un ritmo espiritual, devocional.
Frente a la palabra de Dios siente el orante temor y gozo, en una extraña
polaridad. El "amor" es la fuente de la observancia. Una "paz"
sin "tropiezos" es el premio de tal amor.
Trasposición
cristiana.
Muchos
títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son
atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto,
donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los
relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida
de Cristo. La
lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia
como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y
vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña
"el camino auténtico de la vida". 1 Convocó a los Doce y les dio fuerza y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
2 Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos,
3 diciéndoles:
- No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas.
4 Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar.
5 Y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos.
6 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.
EXPLICACIÓN.
E'. Misión del Israel mesiánico. 1-6. Fuerza, con la que ha curado Jesús (5,17; 6,19; 8,46), la del Espíritu (4,14); autoridad, también del Espíritu (4,32.36). Doble aspecto de la misión (2): proclamar y curar. La expulsión de demonios, unida a la proclamación (cf. 4,36). Instrucciones: no llevar nada: el bastón (3), como arma defensiva, impropio del discípulo (6,29); no preocuparse por el sustento (12,22ss); dos túnicas, propio de gente acomodada (6,20). No ser exigentes (quedarse en la misma casa) (4). Se sacudía el polvo de las sandalias al volver a Israel desde una tierra pagana; aquí, cualquier lugar que no acepte a los discípulos rechaza al verdadero Dios (5).
Lc no señala que ejercieran la "autoridad sobre los demonios" que Jesús les había conferido (cf. 9,1) y puntualiza que "fueron de aldea en aldea" (6, reductos nacionalistas), en lugar de ir por los "pueblos/ciudades" (cf. v.5 y 10,8ss).
No hay comentarios:
Publicar un comentario