lunes, septiembre 01, 2014

LECTURAS DEL DOMINGO 7 DE SEPTIEMBRE DEL 2014.

PRIMERA LECTURA. Ezequiel 33,7-9.

7A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabras de mi boca, les darás la alarma de mi parte. 8Si yo digo al malvado: ¡Malvado, eres reo de muerte!, y tú no hablas poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero ati te pediré cuenta de su sangre; 9pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, y él no cambia de conducta, él morirá por su culpa y tú salvarás la vida.

Explicación.

33,7 En la aplicación es el Señor quien nombra al centinela: nueva categoría para definir al profeta; Véanse Jr 6,17; Is 56,10.

33,8 Dios retrasa la ejecución de la sentencia para dar tiempo a la conversión.

SALMO. 95,1-2.6-9.

(Heb 3,7-4,10)

1Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
2entremos a su presencia con acción de gracias,
vitoreándolo al son de instrumentos. 

6Entrad, doblegados rindamos homenaje
bendiciendo al Señor, Creador nuestro.
7Que él es nuestro Dios y nosotros su pueblo,
el rebaño de su aprisco.  

¡Ojalá le hagáis caso hoy!:
8«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de la prueba en el desierto:
9cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mi acción.

Explicación.

95,1-2 Invitatorio primero. Se pone en marcha la procesión entre gritos, aclamaciones y música.  

95,6-7a Invitatorio segundo. Entrada y homenaje al "Hacedor" del pueblo: Is 27,7; 44,2; 51,13 etc.), y pastor del "rebaño": Sal 74,1; 79,13; 100,3.
95,7b Una voz invita a escuchar "hoy" un mensaje actualizado.
95,8-9 Por la etimología, Meribá suena a Fuente del careo, Masá, a someter a prueba; compárese con Dt 33,8. 
Trasposición cristiana.

Nos la da hecha el comentario de Heb 3,7-4,11, aplicado a la situación cristiana.
SEGUNDA LECTURA. Romanos 13,8-10.

  8 A nadie le quedéis debiendo nada, fuera del amor mutuo, pues el que ama al otro tiene cumplida la Ley. 9De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" (Éx 20,13-17; Dt 5,17-21) y cualquier otro mandamiento que haya se resumen en esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lv 19,18). 10El amor no causa daño al prójimo y, por tanto, el cumplimiento de la Ley es el amor.

Explicación.

Continúa el tratado sobre el amor, interrumpido por 13,1-7. El deber nace del amor, no tiene una norma en sí mismo. El amor al hombre engendra un deber universal, pero no definido por códigos; nace de la situación. Ésta era la exigencia profunda de la Ley (Éx 20,13-17; Dt 5,17-21; Lv 19,18) (8-10).

EVANGELIO. Mateo 18,15-20.

15 Si tu hermano te ofende, ve y házselo ver, a solas entre los dos. Si te hace caso, has ganado a tu hermano.
16 Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que toda la cuestión quede zanjada apoyándose en dos o tres testigos (Dt 19,15).
                   17 Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un recaudador.
                   18 Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
19 Os lo digo otra vez: Si dos de vosotros llegan a un acuerdo aquí en la tierra acerca de cualquier asunto por el que hayan pedido, surtirá su efecto por obra de mi Padre del cielo,
20 pues donde están dos o tres reunidos apelando a mí, allí en medio de ellos, estoy yo.

Explicación.

Te ofende, según la mayoría de los mss. y versiones; exigido además por los paralelos en el texto (cf. vv. 21.35). La ofensa crea división y ésta ha de ser reparada lo antes posible. El ofendido ha de tomar la iniciativa; el ofensor ha de reconocer su falta (15). Caso particular de lo expuesto en la parábola de la oveja perdida. Si el ofensor no acepta la reconciliación, se hará todo lo posible. Si la rehúsa hasta el fin, es como el que no conoce a Dios (pagano), como el que hace caso omiso de su voluntad (recaudador; 17). La comunidad puede reconciliar o expulsar (cf. 16,19); su decisión, refrendada por Dios (18). El mismo principio con otras palabras (19s). Las decisiones no se toman a la ligera ni por el mero parecer humano (petición): la eficacia se debe a la presencia de Jesús entre los que apelan a él.

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