lunes, febrero 06, 2012

LUNES 20 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 9,14-29.

El niño epiléptico (Mt 17,14-20; Lc 9,37-43a)


14Al llegar él adonde estaban los discípulos vio en torno a ellos una gran multitud} a unos letrados que discutían con ellos. 15 Al ver a Jesús, toda la multitud quedo desconcertada; pero, en seguida, echando a correr, se pusieron a saludarlo. 16Él les preguntó:
-¿De qué discutís con ellos?
17Uno de la multitud le contestó:
-Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que lo deja mudo. 18 Cada vez: que lo agarra, lo tira por tierra, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, pero no han tenido fuerza.
19Reaccionó Jesús diciéndoles:
-¡Generación sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros?, ¿hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo.
20Se lo llevaron y, en cuanto lo vio el espíritu, empezó a retorcer al chiquillo; cayó por tierra y rodaba echando espumarajos. 21Jesús le preguntó al padre:
-¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?
Respondió:
-Desde pequeño; 22y muchas veces lo ha tirado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, conmuévete y ayúdanos.
23Jesús le replicó:
-¡Ese «si puedes»! Todo es posible para el que tiene fe.
24Inmediatamente el padre del chiquillo gritó:
-¡Fe tengo, ayúdame en lo que me falta!
25 Al ver Jesús que una multitud acudía corriendo, intimó al espíritu inmundo:
-¡Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él!
26Entre gritos y violentas convulsiones salió. El chiquillo se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que había muerto. 27Pero Jesús, cogiéndolo de la mano, lo levantó y se puso en pie.
28Cuando entró en casa sus discípulos le preguntaron aparte:
-¿Por qué no hemos podido echarlo nosotros?
29Él les replicó:
-Esta ralea no puede salir con nada, más que pidiéndolo.



EXPLICACIÓN.

La mención de los letrados señala la temática común a esta escena y a la anterior (9,11): la llegada del Mesías preparada por Ellas. Los letrados acosan a los discípulos (14). La situación de la multitud está representada por dos figuras: el chiquillo epiléptico (desesperación causada por la doctrina de los letrados, que promete una salvación milagrosa en un futuro incierto, renunciando a todo esfuerzo por remediar la injusticia) y el padre (esperanza en Jesús). Los discípulos, que no comprenden el mesianismo de Jesús (8,30.32s; 9,10s), son incapaces de responder a los letrados y de ofrecer alternativa al pueblo (17-18). Generación infiel: Ia del Mesías, que incluye a los discípulos (8,12.38) (19). El pueblo oprimido se rebela violentamente (espíritu inmundo); mal antiguo en Israel (21: desde pequeño). Esa doctrina lo lleva a conatos de violencia que lo destruyen: el fuego, en relación con Elías (1,30s; 9,4), el agua con Moisés (9,4, éxodo violento). Oración vacilante del padre (si algo puedes) y respuesta de Jesús (22-23). Nueva oración: confía en Jesús, pero reconoce su propia ambigüedad (24). Se acerca la multitud los seguidores no israelitas. Liberación del chiquillo/pueblo (25-26) que equivale a la resurrección de un muerto (5,41); coger de la mano: levantar, cf. 1,31, 5,41 s (27). Pregunta de los discípulos en privado en casa de Israel mesiánico (3,20; 7,17); aparte, incomprensión (cf. 4,34;6,32; 7,33; 9,2). Fracaso en su actividad (cf. 6,7) (28). La respuesta de Jesús Implica que también ellos están poseídos por ese espíritu (reformismo violento), necesitan pedirle a él que los libere de su infidelidad; cf. 10,47,48) (29).

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