ÚNICA SEÑAL: SU MENSAJE.
29 Las multitudes se apiñaban a su alrededor, y él se puso a decir:
- Esta generación es una generación perversa. Pide una señal, y señal no se le dará excepto la señal de Jonás.
30 Porque, igual que Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así va a serlo también el Hombre para esta generación.
31 En el juicio, la reina del Sur se pondrá en pie para carearse con esta generación y hará que la condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y hay más que Salomón aquí.
32 En el juicio, los habitantes de Nínive se alzarán a carearse con esta generación y harán que la condenen, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y hay más que Jonás aquí.
EXPLICACIÓN.
Responde a los que exigían una señal (11,16), y no han reconocido "el dedo/la fuerza" de Dios en la obra liberadora de Jesús (cf. 11,20). Esta generación, la del Mesías, infiel como la del éxodo (cf. 7,31; 9,41). Como en tiempo de Jonás, necesitan la enmienda para evitar la destrucción, y a ella los invita Jesús (5,32; Jon 3) (29-32). De nuevo los paganos dan ejemplo (cf. 10,13-15) (30). Más que Salomón (31), por ser el Mesías; su sabiduría es el mensaje que expresa el designio de Dios (7,30.35); más que Jonás (32), porque no sólo exhorta a la enmienda, sino que anuncia y realiza el reinado de Dios.
MI CUENTO DE CADA DÍA.
lunes, febrero 06, 2012
MARTES 28 DE FEBRERO DEL 2012. Mt 6,7-15.
7 Pero, cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán más caso.
8 No seáis como ellos, que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
9 Vosotros rezad así:
Padre nuestro del cielo
proclámese ese nombre tuyo,
10 llegue tu reinado,
realícese en la tierra tu designio del cielo;
11 nuestro pan del mañana dánoslo hoy
12 y perdónanos nuestras deudas,
que también nosotros
perdonamos a nuestros deudores;
13 y no nos dejes ceder a la tentación,
sino líbranos del Malo.
14 Pues si perdonáis sus culpas a los demás, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
15 Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.
EXPLICACIÓN.
La oración (5-14). Tu cuarto, tu puerta, metáforas para designar la interioridad. La palabrería en la oración (7) indica falta de fe. Vuestro Padre sabe lo que os hace falta, la oración dispone a recibirlo.
El Padrenuestro (9-13), modelo de petición. Nueva relación con Dios (Padre), comunitaria. La conducta de este Padre guía la de los discípulos; del cielo, transcendencia e invisibilidad. La primera parte (9s) tiene como centro al Padre (tu nombre, etc.), y pide por la extensión del Reino a la humanidad entera. La segunda (11-13), tiene por centro la comunidad que pide por sí misma.
Proclámese: el nombre designa a la persona según su aspecto característico, aquí a Dios que obra como Padre. Paralelo con 5,16: "glorifiquen los hombres a vuestros Padre del cielo", gracias a la actividad de la comunidad cristiana. Llegue tu reinado: éste se realizará por la opción contra el dinero y la fidelidad a ella (5,3.10). Realícese, etc., que se lleve a efecto el plan de Dios sobre la humanidad. La experiencia de vida impulsa a desear que esa vida se extienda.
Pan del mañana (11), tal es el sentido del término gr. epiousion (aram, mahar, según san Jerónimo). Se pide que la unión y alegría propias de la comunidad final (banquete mesiánico, 8,11) sean un hecho en la comunidad presente. Relación con la eucaristía. Se pide el perdon/amor de Dios (12); la condición es el perdón/amor al prójimo. Los deudores incluyen a enemigos y perseguidores (5,43ss). La tentación, el Malo remiten a la escena del desierto (4,1-11): se pide no actuar sin atender al plan de Dios, no caer en el providencialismo irresponsable y, sobre todo, en la ambición de gloria y poder (5,10: fidelidad). Como para Jesús, esto significaría renunciar a la misión liberadora. Necesidad de perdón (14-15).
8 No seáis como ellos, que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
9 Vosotros rezad así:
Padre nuestro del cielo
proclámese ese nombre tuyo,
10 llegue tu reinado,
realícese en la tierra tu designio del cielo;
11 nuestro pan del mañana dánoslo hoy
12 y perdónanos nuestras deudas,
que también nosotros
perdonamos a nuestros deudores;
13 y no nos dejes ceder a la tentación,
sino líbranos del Malo.
14 Pues si perdonáis sus culpas a los demás, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
15 Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.
EXPLICACIÓN.
La oración (5-14). Tu cuarto, tu puerta, metáforas para designar la interioridad. La palabrería en la oración (7) indica falta de fe. Vuestro Padre sabe lo que os hace falta, la oración dispone a recibirlo.
El Padrenuestro (9-13), modelo de petición. Nueva relación con Dios (Padre), comunitaria. La conducta de este Padre guía la de los discípulos; del cielo, transcendencia e invisibilidad. La primera parte (9s) tiene como centro al Padre (tu nombre, etc.), y pide por la extensión del Reino a la humanidad entera. La segunda (11-13), tiene por centro la comunidad que pide por sí misma.
Proclámese: el nombre designa a la persona según su aspecto característico, aquí a Dios que obra como Padre. Paralelo con 5,16: "glorifiquen los hombres a vuestros Padre del cielo", gracias a la actividad de la comunidad cristiana. Llegue tu reinado: éste se realizará por la opción contra el dinero y la fidelidad a ella (5,3.10). Realícese, etc., que se lleve a efecto el plan de Dios sobre la humanidad. La experiencia de vida impulsa a desear que esa vida se extienda.
Pan del mañana (11), tal es el sentido del término gr. epiousion (aram, mahar, según san Jerónimo). Se pide que la unión y alegría propias de la comunidad final (banquete mesiánico, 8,11) sean un hecho en la comunidad presente. Relación con la eucaristía. Se pide el perdon/amor de Dios (12); la condición es el perdón/amor al prójimo. Los deudores incluyen a enemigos y perseguidores (5,43ss). La tentación, el Malo remiten a la escena del desierto (4,1-11): se pide no actuar sin atender al plan de Dios, no caer en el providencialismo irresponsable y, sobre todo, en la ambición de gloria y poder (5,10: fidelidad). Como para Jesús, esto significaría renunciar a la misión liberadora. Necesidad de perdón (14-15).
LUNES 27 DE FEBRERO DEL 2012. Mt 25,31-46.
31Cuando el Hombre llegue en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono real y reunirán ante él a todas las naciones. El separara a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras, 33y pondrá a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda. 34Entonces dirá el rey a los de su derecha:
-Venid, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 35Porque, tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, 36estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y fuisteis a verme.
37Entonces los justos replicarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo llegaste como forastero y te recogimos o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
40Y el rey les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes lo hicisteis conmigo.
41Después dirá a los de su izquierda:
-Apartaos de mí, malditos, id al fuego perenne preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, 43fui forastero y no me recogisteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
44Entonces también éstos replicarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?
45y él les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que dejasteis de hacerla con uno de ésos tan insignificantes dejasteis de hacerla conmigo.
46Éstos irán al castigo definitivo y los justos a la vida definitiva.
EXPLICACIÓN.
31-46. Escena complementaria de «la llegada» descrita en 24,30s. Allí, como salvación para los suyos; aquí se explica la suerte de los paganos (24,30: todas las tribus de la" tierra; 25,32: todas las naciones); en ambos casos, llegada del Hombre acompañado de sus ángeles. Época histórica después de la destrucción de Jerusalén (24,29). No juicio de los judíos- (19,28), sino únicamente de los paganos. El rey, época del reinado del Hombre (13,41), que se inaugura con la destrucción de Jerusalén (16,28) y dura hasta el fin de esta edad. La suerte de los paganos depende de cuál haya sido su actitud con los más desvalidos (34-36), con quienes se identifica Jesús (40). Se formulan así para los paganos las condiciones para obtener la vida definitiva, como antes para los judíos (19,16-19). El castigo definitivo es la muerte para siempre (46).
-Venid, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 35Porque, tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, 36estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y fuisteis a verme.
37Entonces los justos replicarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo llegaste como forastero y te recogimos o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
40Y el rey les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes lo hicisteis conmigo.
41Después dirá a los de su izquierda:
-Apartaos de mí, malditos, id al fuego perenne preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, 43fui forastero y no me recogisteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
44Entonces también éstos replicarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?
45y él les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que dejasteis de hacerla con uno de ésos tan insignificantes dejasteis de hacerla conmigo.
46Éstos irán al castigo definitivo y los justos a la vida definitiva.
EXPLICACIÓN.
31-46. Escena complementaria de «la llegada» descrita en 24,30s. Allí, como salvación para los suyos; aquí se explica la suerte de los paganos (24,30: todas las tribus de la" tierra; 25,32: todas las naciones); en ambos casos, llegada del Hombre acompañado de sus ángeles. Época histórica después de la destrucción de Jerusalén (24,29). No juicio de los judíos- (19,28), sino únicamente de los paganos. El rey, época del reinado del Hombre (13,41), que se inaugura con la destrucción de Jerusalén (16,28) y dura hasta el fin de esta edad. La suerte de los paganos depende de cuál haya sido su actitud con los más desvalidos (34-36), con quienes se identifica Jesús (40). Se formulan así para los paganos las condiciones para obtener la vida definitiva, como antes para los judíos (19,16-19). El castigo definitivo es la muerte para siempre (46).
DOMINGO 26 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 1,12-15.
12Inmediatamente el Espíritu lo empujó al desierto. 13Estuvo en el desierto cuarenta días, tentado por Satanás; estaba entre las fieras y los ángeles le prestaban servicio.
Mt 4,12-17; Lc 4,14-15)
14Cuando entregaron a Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar la buena noticia de parte de Dios. 15Decía:
-Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de Dios. Enmendaos y tened fe en esta buena noticia.
EXPLICACIÓN.
El Espíritu, fuerza de vida y amor, lo empuja al desierto, que representa la sociedad judía (12). Toda la vida pública de Jesús (40 días, cf. los 40 años del éxodo de Israel) va a ser camino (1,2) hacia la tierra prometida (muerte-resurrección). Repetidamente se le presentará la tentación del poder (Satanás; d. 1,24.34.37; 3,11s; 8,l1.32s; 10,2; 11,9s; 12,15), vivirá entre enemigos mortales (las fieras, d. Dn 7) y tendrá colaboradores en su labor (los ángeles; cf. 1,2.4, donde Juan Bautista se identifica con el mensajero/ángel anunciado) (13).
14-15. Puente entre la introducción y el primer periodo: Jesús llega detrás de Juan (1,7), una vez terminada por la violencia la misión de éste. En Galilea, lejos del centro religioso y político del país. Se presenta como profeta, hablando de parte de Dios. La presencia del «Hombre», Jesús, comprometido por amor a los hombres a llevar su misión salvadora hasta la muerte, ha producido el cambio de época, la etapa definitiva de la historia (se ha cumplido el plazo); lo anterior queda superado de modo irreversible. La buena noticia (cf 1,1): la prometida intervención de Dios en la historia va a abrir la posibilidad de una sociedad nueva y justa, digna del hombre, la alternativa que Dios propone a la humanidad (aspecto social del reinado de Dios, la nueva tierra prometida); exige como condición de parte del hombre la renuncia a la injusticia (punto de partida) (enmendaos) y la confianza en que esa meta (punto de llegada) puede alcanzarse (tened fe).
Para comprender este evangelio es preciso tener presente los dos períodos en que se divide, según se indica en la introducción. Aquí empieza el primero de ellos, que abarca hasta 8,26.
Mt 4,12-17; Lc 4,14-15)
14Cuando entregaron a Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar la buena noticia de parte de Dios. 15Decía:
-Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de Dios. Enmendaos y tened fe en esta buena noticia.
EXPLICACIÓN.
El Espíritu, fuerza de vida y amor, lo empuja al desierto, que representa la sociedad judía (12). Toda la vida pública de Jesús (40 días, cf. los 40 años del éxodo de Israel) va a ser camino (1,2) hacia la tierra prometida (muerte-resurrección). Repetidamente se le presentará la tentación del poder (Satanás; d. 1,24.34.37; 3,11s; 8,l1.32s; 10,2; 11,9s; 12,15), vivirá entre enemigos mortales (las fieras, d. Dn 7) y tendrá colaboradores en su labor (los ángeles; cf. 1,2.4, donde Juan Bautista se identifica con el mensajero/ángel anunciado) (13).
14-15. Puente entre la introducción y el primer periodo: Jesús llega detrás de Juan (1,7), una vez terminada por la violencia la misión de éste. En Galilea, lejos del centro religioso y político del país. Se presenta como profeta, hablando de parte de Dios. La presencia del «Hombre», Jesús, comprometido por amor a los hombres a llevar su misión salvadora hasta la muerte, ha producido el cambio de época, la etapa definitiva de la historia (se ha cumplido el plazo); lo anterior queda superado de modo irreversible. La buena noticia (cf 1,1): la prometida intervención de Dios en la historia va a abrir la posibilidad de una sociedad nueva y justa, digna del hombre, la alternativa que Dios propone a la humanidad (aspecto social del reinado de Dios, la nueva tierra prometida); exige como condición de parte del hombre la renuncia a la injusticia (punto de partida) (enmendaos) y la confianza en que esa meta (punto de llegada) puede alcanzarse (tened fe).
Para comprender este evangelio es preciso tener presente los dos períodos en que se divide, según se indica en la introducción. Aquí empieza el primero de ellos, que abarca hasta 8,26.
SÁBADO 25 DE FEBRERO DEL 2012. Lc 5,27-32.
27. Después de esto, salió, se quedó mirando a un recaudador llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le djo:
- Sígueme.
28 Él, abandonándolo todo, se levantó y empezó a seguirlo.
29 Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y había gran número de recaudadores y otra gente, que estaban recostados a la mesa con ellos.
30 Los fariseos y sus letrados protestaban diciendo a los discípulos:
-¿Por qué razón coméis y bebéis con los recaudadores y descreídos?
31 Jesús les replicó:
- No sienten necesidad de médico los sanos, sino los que se encuentran mal,
32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se arrepientan.
EXPLICACIÓN.
Lo expuesto en la figura del paralítico se concreta en la persona de Leví, el recaudador/pecador, marginado, excluido de Israel. Llamada en paralelo con la de los primeros discípulos (5,1-11). A diferencia de éstos (5,10), Jesús lo invita expresamente a seguirlo (27). Abandonándolo todo (28, cf. 5,11: "dejándolo todo"), se levantó y empezó a seguirlo (cf. 5,11: "lo siguieron"). Tanto en la ruptura como en el seguimiento el grupo no israelita es más radical.
Banquete en casa de Leví o de Jesús (ambiguo) (29): Leví, a diferencia del grupo israelita, entiende el "seguimiento" de Jesús como una fiesta (el banquete del Reino). Derribada la barrera de la marginación religiosa, afluencia de pecadores/descreídos que, como Leví, dan su adhesión a Jesús; recostados (postura de los hombres libres) a la mesa con ellos. Estar a la mesa con Jesús significa participar en el reino de Dios, simbolizado por el banquete mesiánico. La nueva comunidad humana admite en su seno a todo hombre dispuesto a renunciar a la injusticia y a seguir a Jesús. Escándalo de fariseos y letrados (30), adversarios de Jesús (5,21); reproche a los discípulos, que implica una crítica a su maestro. Éste explica su conducta de la que se deriva la de ellos (31). Para recibir la salvación, hay que desearla. Los justos no la desean; piensan que no necesitan cambiar (32).
- Sígueme.
28 Él, abandonándolo todo, se levantó y empezó a seguirlo.
29 Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y había gran número de recaudadores y otra gente, que estaban recostados a la mesa con ellos.
30 Los fariseos y sus letrados protestaban diciendo a los discípulos:
-¿Por qué razón coméis y bebéis con los recaudadores y descreídos?
31 Jesús les replicó:
- No sienten necesidad de médico los sanos, sino los que se encuentran mal,
32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se arrepientan.
EXPLICACIÓN.
Lo expuesto en la figura del paralítico se concreta en la persona de Leví, el recaudador/pecador, marginado, excluido de Israel. Llamada en paralelo con la de los primeros discípulos (5,1-11). A diferencia de éstos (5,10), Jesús lo invita expresamente a seguirlo (27). Abandonándolo todo (28, cf. 5,11: "dejándolo todo"), se levantó y empezó a seguirlo (cf. 5,11: "lo siguieron"). Tanto en la ruptura como en el seguimiento el grupo no israelita es más radical.
Banquete en casa de Leví o de Jesús (ambiguo) (29): Leví, a diferencia del grupo israelita, entiende el "seguimiento" de Jesús como una fiesta (el banquete del Reino). Derribada la barrera de la marginación religiosa, afluencia de pecadores/descreídos que, como Leví, dan su adhesión a Jesús; recostados (postura de los hombres libres) a la mesa con ellos. Estar a la mesa con Jesús significa participar en el reino de Dios, simbolizado por el banquete mesiánico. La nueva comunidad humana admite en su seno a todo hombre dispuesto a renunciar a la injusticia y a seguir a Jesús. Escándalo de fariseos y letrados (30), adversarios de Jesús (5,21); reproche a los discípulos, que implica una crítica a su maestro. Éste explica su conducta de la que se deriva la de ellos (31). Para recibir la salvación, hay que desearla. Los justos no la desean; piensan que no necesitan cambiar (32).
VIERNES 24 DE FEBRERO DEL 2012. Mt 9,14-15.
14 Se acercaron entonces los discípulos de Juan a preguntarle:
- Nosotros y los fariseos ayunamos a menudo, ¿por qué razón tus discípulos no ayunan?
15 Jesús les contestó:
- ¿Pueden estar de luto los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que les arrebaten al novio y entonces ayunarán.
EXPLICACIÓN.
La práctica religiosa de los discípulos de Juan se ha asimilado a la de los fariseos (cf. 3,7). Reproche: Jesús no se atiene a la tradición ascética ni impone disciplina a sus discípulos. Jesús compara su convivencia con los discípulos a un banquete de bodas, donde él representa al novio/esposo (cf. 3,11) en el simbolismo de la alianza (Os 2), cambio de alianza (Jr 31,31-34): amistad, alegría, libertad. El ayuno, expresión de tristeza, incompatible con la presencia de Jesús.
- Nosotros y los fariseos ayunamos a menudo, ¿por qué razón tus discípulos no ayunan?
15 Jesús les contestó:
- ¿Pueden estar de luto los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que les arrebaten al novio y entonces ayunarán.
EXPLICACIÓN.
La práctica religiosa de los discípulos de Juan se ha asimilado a la de los fariseos (cf. 3,7). Reproche: Jesús no se atiene a la tradición ascética ni impone disciplina a sus discípulos. Jesús compara su convivencia con los discípulos a un banquete de bodas, donde él representa al novio/esposo (cf. 3,11) en el simbolismo de la alianza (Os 2), cambio de alianza (Jr 31,31-34): amistad, alegría, libertad. El ayuno, expresión de tristeza, incompatible con la presencia de Jesús.
JUEVES 23 DE FEBRERO DEL 2012. Lc 9,22-25.
22 Y añadió:
- El Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y, al tercer día, resucitar.
23 Y, dirigiéndose a todos, dijo:
- El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y entonces me siga;
24 porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, ése la pondrá a salvo.
25 Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si acaba perdiéndose o malográndose él mismo?
EXPLICACIÓN.
Jesús integra el concepto de Mesías en el más universal de el Hombre, que, además, incluye a los que reciban el Espíritu y lo sigan (cf. 5,24; 6,5). Su destino no es el triunfo terreno; oposición de los dirigentes (cf. 6,22s); la muerte no es la última palabra (resucitar) (2).
Todos (23), también los discípulos no representados por los Doce (cf. Mc 8,34). Negarse a sí mismo, renunciar a toda ambición de dinero, prestigio o poder; cargar con la cruz, aceptar la hostilidad de la sociedad injusta (6,22); cada día, constancia (8,15). La vida física no es el valor supremo; falsa y verdadera salvación (24). La ambición destruye al hombre (25).
- El Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y, al tercer día, resucitar.
23 Y, dirigiéndose a todos, dijo:
- El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y entonces me siga;
24 porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, ése la pondrá a salvo.
25 Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si acaba perdiéndose o malográndose él mismo?
EXPLICACIÓN.
Jesús integra el concepto de Mesías en el más universal de el Hombre, que, además, incluye a los que reciban el Espíritu y lo sigan (cf. 5,24; 6,5). Su destino no es el triunfo terreno; oposición de los dirigentes (cf. 6,22s); la muerte no es la última palabra (resucitar) (2).
Todos (23), también los discípulos no representados por los Doce (cf. Mc 8,34). Negarse a sí mismo, renunciar a toda ambición de dinero, prestigio o poder; cargar con la cruz, aceptar la hostilidad de la sociedad injusta (6,22); cada día, constancia (8,15). La vida física no es el valor supremo; falsa y verdadera salvación (24). La ambición destruye al hombre (25).
MIÉRCOLES 22 DE FEBRERO DEL 2012. Mt 6,1-6;16-18.
6 1 Cuidado con hacer vuestras obras de piedad delante de la gente para llamar la atención: si no, os quedáis sin recompensa de vuestro Padre del cielo.
2 Por tanto, cuando des limosna no lo anuncies a toque de trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en la calle para que la gente los alabe. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro.
3 Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha,
4 para que tu limosna quede escondida; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
5 Cuando recéis, no hagáis como los hipócritas, que son amigos de rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse ante la gente. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro.
6 Tú, en cambio, cuando quieras rezar, métete en tu cuarto, echa la llave a tu puerta y rézale a tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
16 Cuando ayunéis, no os pongáis cariacontecidos, como los hipócritas, que se afean la cara para ostentar ante la gente que ayunan. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro.
17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara,
18 para no ostentar tu ayuno ante la gente, sino ante tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
EXPLICACIÓN.
Contra el modo de proceder de los fariseos. Principio general (1): las obras de piedad no deben practicarse para ganar prestigio y adquirir con ello una posición de poder o privilegio. Los que así obran no gozan del reinado de Dios (la recompensa, como en 5,12).
Hipócrita, el que ejecuta acciones que no corresponden a su actitud interior. La limosna (2-4), para obtener fama tiene como único premio la fama misma. Lo escondido, la esfera del Padre; la recompensa es la comunicación personal con el Padre.
La oración (5-14). Tu cuarto, tu puerta, metáforas para designar la interioridad. La palabrería en la oración (7) indica falta de fe. Vuestro Padre sabe lo que os hace falta, la oración dispone a recibirlo.
El ayuno sincero, que nace de un sentimiento interior (16-18).
2 Por tanto, cuando des limosna no lo anuncies a toque de trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en la calle para que la gente los alabe. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro.
3 Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha,
4 para que tu limosna quede escondida; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
5 Cuando recéis, no hagáis como los hipócritas, que son amigos de rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse ante la gente. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro.
6 Tú, en cambio, cuando quieras rezar, métete en tu cuarto, echa la llave a tu puerta y rézale a tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
16 Cuando ayunéis, no os pongáis cariacontecidos, como los hipócritas, que se afean la cara para ostentar ante la gente que ayunan. Ya han recibido su recompensa, os lo aseguro.
17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara,
18 para no ostentar tu ayuno ante la gente, sino ante tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará.
EXPLICACIÓN.
Contra el modo de proceder de los fariseos. Principio general (1): las obras de piedad no deben practicarse para ganar prestigio y adquirir con ello una posición de poder o privilegio. Los que así obran no gozan del reinado de Dios (la recompensa, como en 5,12).
Hipócrita, el que ejecuta acciones que no corresponden a su actitud interior. La limosna (2-4), para obtener fama tiene como único premio la fama misma. Lo escondido, la esfera del Padre; la recompensa es la comunicación personal con el Padre.
La oración (5-14). Tu cuarto, tu puerta, metáforas para designar la interioridad. La palabrería en la oración (7) indica falta de fe. Vuestro Padre sabe lo que os hace falta, la oración dispone a recibirlo.
El ayuno sincero, que nace de un sentimiento interior (16-18).
MARTES 21 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 9,30-37.
(Mt 17,22-23; Lc 9,43b-45)
30Se marcharon de allí y fueron atravesando Galilea; no quería que nadie se enterase, 31porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía:
-Al Hombre lo van a entregar en manos de ciertos hombres, y lo matarán; pero, después que lo maten, a los tres días resucitará.
32pero ellos no entendían aquel dicho y les daba miedo preguntarle.
33ªy llegaron a Cafarnaún.
Los Doce y «el chiquillo»: Los dos grupos de seguidores (Mt 18,1-5; Lc 9,46-48)
33bCuando llegó a la casa, les preguntó:
-¿De qué hablabais por el camino?
34Ellos guardaron silencio, pues en el camino habían discutido entre ellos quién era el más grande. 35Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
-Si uno quiere ser primero, ha de ser último de todos y servidor de todos.
36Y cogiendo a un criadito, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
37 -El que acoge a un chiquillo de éstos como si fuera a mí mismo, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado.
EXPLICACIÓN.
Introducción (9,30-33a): Viaje hasta Cafarnaún. Ante la incomprensión de los discípulos, Jesús reitera la enseñanza (cf. 8,31) sobre el destino del Hombre (él y sus seguidores). Insistencia sobre la muerte (lo matarán, pero después que lo maten), para hacer resaltar la resurrección, la continuidad de la vida (30-31). Los discípulos, refractarios a la enseñanza (32).
33b-50. Primer tríptico.
a) (9,33b-37): En Cafarnaún, en la casa/hogar (gr. oikia), figura de la comunidad (2,15: los dos grupos de seguidores: discípulos/israelitas y «pecadores»}. Pregunta comprometedora (33). Ambición de preeminencia, según el criterio del judaísmo, en contraste con la enseñanza anterior (34). El silencio muestra su obcecación (cf. 3,5). Llamó, porque no «están con él», sino distanciados; los Doce, los discípulos en cuanto constituyen el Israel mesiánico; Jesús va a recordarles lo que significa «estar con él" (3,14). Primero, el que está más cerca de Jesús en el seguimiento (la verdadera preeminencia). Se explicita la primera condición (8,34): ser último de todos y servidor de todos equivale a «renegar de sí mismo», renunciando a toda ambición (35). El criadito (lit. «el chiquillo» o pequeño servidor, cf. Mt 18,2), al mismo tiempo el último de todos y el servidor de todos; cogiendo, Jesús no lo llama, porque «está con él»: es figura de los seguidores no israelitas (no incluidos en los Doce/los discípulos) (3,32.34; 4,10; 5,24b; 7,14; 8,34; 9,25); en medio, como modelo; lo abrazó, amor e identificación (3,35: «hermano mío y hermana y madre») (36). En la misión, llevan la presencia de Jesús y del Padre (37). Me muestra las tendencias y tensiones existentes en su época.
30Se marcharon de allí y fueron atravesando Galilea; no quería que nadie se enterase, 31porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía:
-Al Hombre lo van a entregar en manos de ciertos hombres, y lo matarán; pero, después que lo maten, a los tres días resucitará.
32pero ellos no entendían aquel dicho y les daba miedo preguntarle.
33ªy llegaron a Cafarnaún.
Los Doce y «el chiquillo»: Los dos grupos de seguidores (Mt 18,1-5; Lc 9,46-48)
33bCuando llegó a la casa, les preguntó:
-¿De qué hablabais por el camino?
34Ellos guardaron silencio, pues en el camino habían discutido entre ellos quién era el más grande. 35Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
-Si uno quiere ser primero, ha de ser último de todos y servidor de todos.
36Y cogiendo a un criadito, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
37 -El que acoge a un chiquillo de éstos como si fuera a mí mismo, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado.
EXPLICACIÓN.
Introducción (9,30-33a): Viaje hasta Cafarnaún. Ante la incomprensión de los discípulos, Jesús reitera la enseñanza (cf. 8,31) sobre el destino del Hombre (él y sus seguidores). Insistencia sobre la muerte (lo matarán, pero después que lo maten), para hacer resaltar la resurrección, la continuidad de la vida (30-31). Los discípulos, refractarios a la enseñanza (32).
33b-50. Primer tríptico.
a) (9,33b-37): En Cafarnaún, en la casa/hogar (gr. oikia), figura de la comunidad (2,15: los dos grupos de seguidores: discípulos/israelitas y «pecadores»}. Pregunta comprometedora (33). Ambición de preeminencia, según el criterio del judaísmo, en contraste con la enseñanza anterior (34). El silencio muestra su obcecación (cf. 3,5). Llamó, porque no «están con él», sino distanciados; los Doce, los discípulos en cuanto constituyen el Israel mesiánico; Jesús va a recordarles lo que significa «estar con él" (3,14). Primero, el que está más cerca de Jesús en el seguimiento (la verdadera preeminencia). Se explicita la primera condición (8,34): ser último de todos y servidor de todos equivale a «renegar de sí mismo», renunciando a toda ambición (35). El criadito (lit. «el chiquillo» o pequeño servidor, cf. Mt 18,2), al mismo tiempo el último de todos y el servidor de todos; cogiendo, Jesús no lo llama, porque «está con él»: es figura de los seguidores no israelitas (no incluidos en los Doce/los discípulos) (3,32.34; 4,10; 5,24b; 7,14; 8,34; 9,25); en medio, como modelo; lo abrazó, amor e identificación (3,35: «hermano mío y hermana y madre») (36). En la misión, llevan la presencia de Jesús y del Padre (37). Me muestra las tendencias y tensiones existentes en su época.
LUNES 20 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 9,14-29.
El niño epiléptico (Mt 17,14-20; Lc 9,37-43a)
14Al llegar él adonde estaban los discípulos vio en torno a ellos una gran multitud} a unos letrados que discutían con ellos. 15 Al ver a Jesús, toda la multitud quedo desconcertada; pero, en seguida, echando a correr, se pusieron a saludarlo. 16Él les preguntó:
-¿De qué discutís con ellos?
17Uno de la multitud le contestó:
-Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que lo deja mudo. 18 Cada vez: que lo agarra, lo tira por tierra, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, pero no han tenido fuerza.
19Reaccionó Jesús diciéndoles:
-¡Generación sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros?, ¿hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo.
20Se lo llevaron y, en cuanto lo vio el espíritu, empezó a retorcer al chiquillo; cayó por tierra y rodaba echando espumarajos. 21Jesús le preguntó al padre:
-¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?
Respondió:
-Desde pequeño; 22y muchas veces lo ha tirado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, conmuévete y ayúdanos.
23Jesús le replicó:
-¡Ese «si puedes»! Todo es posible para el que tiene fe.
24Inmediatamente el padre del chiquillo gritó:
-¡Fe tengo, ayúdame en lo que me falta!
25 Al ver Jesús que una multitud acudía corriendo, intimó al espíritu inmundo:
-¡Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él!
26Entre gritos y violentas convulsiones salió. El chiquillo se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que había muerto. 27Pero Jesús, cogiéndolo de la mano, lo levantó y se puso en pie.
28Cuando entró en casa sus discípulos le preguntaron aparte:
-¿Por qué no hemos podido echarlo nosotros?
29Él les replicó:
-Esta ralea no puede salir con nada, más que pidiéndolo.
EXPLICACIÓN.
La mención de los letrados señala la temática común a esta escena y a la anterior (9,11): la llegada del Mesías preparada por Ellas. Los letrados acosan a los discípulos (14). La situación de la multitud está representada por dos figuras: el chiquillo epiléptico (desesperación causada por la doctrina de los letrados, que promete una salvación milagrosa en un futuro incierto, renunciando a todo esfuerzo por remediar la injusticia) y el padre (esperanza en Jesús). Los discípulos, que no comprenden el mesianismo de Jesús (8,30.32s; 9,10s), son incapaces de responder a los letrados y de ofrecer alternativa al pueblo (17-18). Generación infiel: Ia del Mesías, que incluye a los discípulos (8,12.38) (19). El pueblo oprimido se rebela violentamente (espíritu inmundo); mal antiguo en Israel (21: desde pequeño). Esa doctrina lo lleva a conatos de violencia que lo destruyen: el fuego, en relación con Elías (1,30s; 9,4), el agua con Moisés (9,4, éxodo violento). Oración vacilante del padre (si algo puedes) y respuesta de Jesús (22-23). Nueva oración: confía en Jesús, pero reconoce su propia ambigüedad (24). Se acerca la multitud los seguidores no israelitas. Liberación del chiquillo/pueblo (25-26) que equivale a la resurrección de un muerto (5,41); coger de la mano: levantar, cf. 1,31, 5,41 s (27). Pregunta de los discípulos en privado en casa de Israel mesiánico (3,20; 7,17); aparte, incomprensión (cf. 4,34;6,32; 7,33; 9,2). Fracaso en su actividad (cf. 6,7) (28). La respuesta de Jesús Implica que también ellos están poseídos por ese espíritu (reformismo violento), necesitan pedirle a él que los libere de su infidelidad; cf. 10,47,48) (29).
14Al llegar él adonde estaban los discípulos vio en torno a ellos una gran multitud} a unos letrados que discutían con ellos. 15 Al ver a Jesús, toda la multitud quedo desconcertada; pero, en seguida, echando a correr, se pusieron a saludarlo. 16Él les preguntó:
-¿De qué discutís con ellos?
17Uno de la multitud le contestó:
-Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que lo deja mudo. 18 Cada vez: que lo agarra, lo tira por tierra, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, pero no han tenido fuerza.
19Reaccionó Jesús diciéndoles:
-¡Generación sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros?, ¿hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo.
20Se lo llevaron y, en cuanto lo vio el espíritu, empezó a retorcer al chiquillo; cayó por tierra y rodaba echando espumarajos. 21Jesús le preguntó al padre:
-¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?
Respondió:
-Desde pequeño; 22y muchas veces lo ha tirado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, conmuévete y ayúdanos.
23Jesús le replicó:
-¡Ese «si puedes»! Todo es posible para el que tiene fe.
24Inmediatamente el padre del chiquillo gritó:
-¡Fe tengo, ayúdame en lo que me falta!
25 Al ver Jesús que una multitud acudía corriendo, intimó al espíritu inmundo:
-¡Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él!
26Entre gritos y violentas convulsiones salió. El chiquillo se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que había muerto. 27Pero Jesús, cogiéndolo de la mano, lo levantó y se puso en pie.
28Cuando entró en casa sus discípulos le preguntaron aparte:
-¿Por qué no hemos podido echarlo nosotros?
29Él les replicó:
-Esta ralea no puede salir con nada, más que pidiéndolo.
EXPLICACIÓN.
La mención de los letrados señala la temática común a esta escena y a la anterior (9,11): la llegada del Mesías preparada por Ellas. Los letrados acosan a los discípulos (14). La situación de la multitud está representada por dos figuras: el chiquillo epiléptico (desesperación causada por la doctrina de los letrados, que promete una salvación milagrosa en un futuro incierto, renunciando a todo esfuerzo por remediar la injusticia) y el padre (esperanza en Jesús). Los discípulos, que no comprenden el mesianismo de Jesús (8,30.32s; 9,10s), son incapaces de responder a los letrados y de ofrecer alternativa al pueblo (17-18). Generación infiel: Ia del Mesías, que incluye a los discípulos (8,12.38) (19). El pueblo oprimido se rebela violentamente (espíritu inmundo); mal antiguo en Israel (21: desde pequeño). Esa doctrina lo lleva a conatos de violencia que lo destruyen: el fuego, en relación con Elías (1,30s; 9,4), el agua con Moisés (9,4, éxodo violento). Oración vacilante del padre (si algo puedes) y respuesta de Jesús (22-23). Nueva oración: confía en Jesús, pero reconoce su propia ambigüedad (24). Se acerca la multitud los seguidores no israelitas. Liberación del chiquillo/pueblo (25-26) que equivale a la resurrección de un muerto (5,41); coger de la mano: levantar, cf. 1,31, 5,41 s (27). Pregunta de los discípulos en privado en casa de Israel mesiánico (3,20; 7,17); aparte, incomprensión (cf. 4,34;6,32; 7,33; 9,2). Fracaso en su actividad (cf. 6,7) (28). La respuesta de Jesús Implica que también ellos están poseídos por ese espíritu (reformismo violento), necesitan pedirle a él que los libere de su infidelidad; cf. 10,47,48) (29).
DOMINGO 19 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 2,1-12.
Mt 9,2-8; Lc 5,17-26)
2 'Entró de nuevo en Cafarnaún y, pasados unos días se supo que estaba en casa. 2 Se congregaron tantos que ya no se cabía ni a la puerta, y él les exponía el mensaje.
3Llegaron llevándole un paralítico transportado entre cuatro. 4Como no podían acercárselo por causa de la multitud, levantaron el techo del lugar donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
5Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
-Hijo, se te perdonan tus pecados.
6Pero estaban sentados allí unos letrados y empezaron a razonar en su interior:
7¿Cómo habla éste así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?
8Jesús, intuyendo cómo razonaban dentro de ellos, les dijo al momento:
-¿Por qué razonáis así? 9¿Qué es más fácil, decirle al paralítico «se te perdonan tus pecados» o decirle «levántate, carga con tu camilla y echa a andar»? 1OPues para que veáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados ... -le dice al paralítico:
11-A ti te digo: Levántate, carga con tu camilla y márchate a tu casa.
12Se levantó, cargó en seguida con la camilla y salió a la vista de todos. Todos se quedaron atónitos y alababan a Dios diciendo:
-Nunca hemos visto cosa igual.
EXPLICACIÓN.
Jesús vuelve sin publicidad a Cafarnaún (cf. v. 45). La casa (gr. oikos), figura de «la casa de Israel" (1). Gran concurso de gente. Jesús expone el mismo mensaje proclamado por el leproso curado (v. 45), la apertura universal del reinado de Dios (2). Se escenifica el mensaje en la curación del paralítico, figura de la humanidad fuera de Israel: ésta acude a «la casa de Israel» buscando su salvación en Jesús. El paralítico y sus portadores representan dos aspectos de esa humanidad: los cuatro portadores (alusión a los cuatro puntos cardinales, universalidad) manifiestan su anhelo de salvación; el paralítico, incapaz de valerse por sí mismo, su situación prácticamente de muerte (3). Rompen el cerco judío (4). Jesús ve la fe de los portadores (revelada en sus acciones), pero habla sólo al paralítico (prueba de la identidad de unos y otro). La fe o adhesión a Jesús y a su mensaje no sólo cancela el pasado de injusticia (5, cf. 1,4), sino que da vida (Espíritu, cf. 1,8) al hombre (12). Jesús, el Hombre-Dios, ejerce en la tierra (universalidad) las funciones de Dios mismo (10). Los letrados allí sentados (6) representan la doctrina teológica oficial, que domina aún la mente de los presentes; se resisten a aceptar que un hombre pueda actuar como Dios (7); el Hombre, el que posee la plenitud del Espíritu de Dios (1,10) (8-10). Contacto del Reino con los paganos, no para derrotarlos (mesianismo davídico), sino para darles vida. La humanidad no judía no tiene que incorporarse a Israel (oposición entre en casa, v. 1, y tu casa, v. 11). La gente no sólo queda admirada (12), sino que acepta este mensaje de Jesús y vuelve a escuchar su enseñanza.
2 'Entró de nuevo en Cafarnaún y, pasados unos días se supo que estaba en casa. 2 Se congregaron tantos que ya no se cabía ni a la puerta, y él les exponía el mensaje.
3Llegaron llevándole un paralítico transportado entre cuatro. 4Como no podían acercárselo por causa de la multitud, levantaron el techo del lugar donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
5Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
-Hijo, se te perdonan tus pecados.
6Pero estaban sentados allí unos letrados y empezaron a razonar en su interior:
7¿Cómo habla éste así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios solo?
8Jesús, intuyendo cómo razonaban dentro de ellos, les dijo al momento:
-¿Por qué razonáis así? 9¿Qué es más fácil, decirle al paralítico «se te perdonan tus pecados» o decirle «levántate, carga con tu camilla y echa a andar»? 1OPues para que veáis que el Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados ... -le dice al paralítico:
11-A ti te digo: Levántate, carga con tu camilla y márchate a tu casa.
12Se levantó, cargó en seguida con la camilla y salió a la vista de todos. Todos se quedaron atónitos y alababan a Dios diciendo:
-Nunca hemos visto cosa igual.
EXPLICACIÓN.
Jesús vuelve sin publicidad a Cafarnaún (cf. v. 45). La casa (gr. oikos), figura de «la casa de Israel" (1). Gran concurso de gente. Jesús expone el mismo mensaje proclamado por el leproso curado (v. 45), la apertura universal del reinado de Dios (2). Se escenifica el mensaje en la curación del paralítico, figura de la humanidad fuera de Israel: ésta acude a «la casa de Israel» buscando su salvación en Jesús. El paralítico y sus portadores representan dos aspectos de esa humanidad: los cuatro portadores (alusión a los cuatro puntos cardinales, universalidad) manifiestan su anhelo de salvación; el paralítico, incapaz de valerse por sí mismo, su situación prácticamente de muerte (3). Rompen el cerco judío (4). Jesús ve la fe de los portadores (revelada en sus acciones), pero habla sólo al paralítico (prueba de la identidad de unos y otro). La fe o adhesión a Jesús y a su mensaje no sólo cancela el pasado de injusticia (5, cf. 1,4), sino que da vida (Espíritu, cf. 1,8) al hombre (12). Jesús, el Hombre-Dios, ejerce en la tierra (universalidad) las funciones de Dios mismo (10). Los letrados allí sentados (6) representan la doctrina teológica oficial, que domina aún la mente de los presentes; se resisten a aceptar que un hombre pueda actuar como Dios (7); el Hombre, el que posee la plenitud del Espíritu de Dios (1,10) (8-10). Contacto del Reino con los paganos, no para derrotarlos (mesianismo davídico), sino para darles vida. La humanidad no judía no tiene que incorporarse a Israel (oposición entre en casa, v. 1, y tu casa, v. 11). La gente no sólo queda admirada (12), sino que acepta este mensaje de Jesús y vuelve a escuchar su enseñanza.
SÁBADO 18 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 9,2-13.
La transfiguración (Mt 17,1-13; Lc 9,28-36)
2 A los seis días Jesús se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, los hizo subir a un monte alto, aparte, a ellos solos, y se transfiguró delante de ellos: 3sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún batanero en la tierra es capaz de blanquear.
4Se les apareció Elías con Moisés; estaban conversando con Jesús. 5Reaccionó Pedro diciéndole a Jesús:
-Rabbí, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6Es que no sabía cómo reaccionar, porque estaban aterrados.
7Se formó una nube que los cubría, y hubo una voz desde la nube:
-Éste es mi Hijo, el amado: escuchadlo.
8Y, de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9Mientras bajaban del monte les advirtió que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hombre resucitase de la muerte. 10Ellos se atuvieron a este aviso, aunque discutían entre sí qué significaba aquel «resucitar de la muerte». 11Entonces le hicieron esta pregunta:
-¿Cómo dicen los letrados que Elías tiene que venir primero?
12Él les repuso:
-¡De modo que Elías viene primero y lo pone todo en orden! Entonces, ¿cómo está escrito que el Hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? 13OS digo más: no sólo Elías ha venido ya, sino que lo han tratado a su antojo, como estaba escrito de él.
EXPLICACIÓN.
Ante la resistencia manifestada por Pedro (8,32), muestra Jesús a los tres discípulos más recalcitrantes (3,16s, sobrenombres; cf. 5,37) el estado final del Hombre, que, con su entrega, ha superado la muerte (cf. 8,31.35). El monte alto, lugar de una importante (altura) manifestación divina; aparte, incomprensión (4,34). La escena anticipa la resurrección (2). Color blanco, imposible de obtener en este mundo, la condición divina del Hombre (cf. 16,5) (3). Elías (los profetas) con Moisés (la Ley) se aparecen a los discípulos, pero no hablan con ellos, sino con Jesús, reciben instrucciones de él (Éx 34,35): Jesús es el punto de llegada del A T; éste no tiene ya un mensaje directo para los cristianos, su validez o caducidad se juzga a partir de Jesús (4).
Rabbí, el que enseña ateniéndose a la tradición judía, sólo en boca de Pedro (9,5; 11,21) Y de Judas (14,45). Pedro quiere poner en pie de igualdad a Jesús, Moisés y Elías (tres chozas), integrando el mesianismo de Jesús en las categorías del AT: Moisés (éxodo de Egipto con muerte de los enemigos), Elías (celo reformador y violento, cf. 1 Re 18,40; 19,14ss; 2 Re 1,9-12; Eclo 48,1ss; cf. Mc 1,29-31). No interpretan su gloria como estado final, sino como inicial, para la restauración de Israel (5). Terror ante la gloria que se manifiesta en Jesús, que, por su anterior resistencia, sienten como una amenaza; la propuesta de Pedro ha intentado congraciárselo (6). Nube, la presencia divina (cf. Éx 40,34-38).
La voz manifiesta a los discípulos la identidad de Jesús (cf 1, 11) y refrenda su enseñanza: es el único a quien deben escuchar (cf. Dt 18,15.18): EI AT queda ya sin voz propia; mirando a Jesús la comunidad cristiana integra o descarta la doctrina del AT (7-8).
Los discípulos han Interpretado mal la manifestación; no deben divulgar su error. Siendo anticipo de la resurrección, sólo después de la muerte de Jesús encontrara su contexto interpretativo. Debería prepararlos para la escena de Getsemaní (14,33) (9). No comprenden la expresión resucitar de la muerte; han disociado la escena anterior de la muerte de Jesús; esperan esa gloria para su vida mortal (10). Contra la doctrina de los letrados, los, discípulos ya no ven necesario que Elías tenga que preparar la situación antes de la acción del Mesías (cf. Mal 3, 23, Prov 48,10) (11). Elías ha venido (Juan Bautista, cf. 1,6), pero no imponiendo un orden. El Hombre va a ser despreciado (Sal 89,39, del rey Mesías: cf. 8,31); trato a Elías/Juan (1 Re 19,2-10 Jezabel/Herodías; cf. 6,17.27) (12-13).
2 A los seis días Jesús se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, los hizo subir a un monte alto, aparte, a ellos solos, y se transfiguró delante de ellos: 3sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún batanero en la tierra es capaz de blanquear.
4Se les apareció Elías con Moisés; estaban conversando con Jesús. 5Reaccionó Pedro diciéndole a Jesús:
-Rabbí, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6Es que no sabía cómo reaccionar, porque estaban aterrados.
7Se formó una nube que los cubría, y hubo una voz desde la nube:
-Éste es mi Hijo, el amado: escuchadlo.
8Y, de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9Mientras bajaban del monte les advirtió que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hombre resucitase de la muerte. 10Ellos se atuvieron a este aviso, aunque discutían entre sí qué significaba aquel «resucitar de la muerte». 11Entonces le hicieron esta pregunta:
-¿Cómo dicen los letrados que Elías tiene que venir primero?
12Él les repuso:
-¡De modo que Elías viene primero y lo pone todo en orden! Entonces, ¿cómo está escrito que el Hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? 13OS digo más: no sólo Elías ha venido ya, sino que lo han tratado a su antojo, como estaba escrito de él.
EXPLICACIÓN.
Ante la resistencia manifestada por Pedro (8,32), muestra Jesús a los tres discípulos más recalcitrantes (3,16s, sobrenombres; cf. 5,37) el estado final del Hombre, que, con su entrega, ha superado la muerte (cf. 8,31.35). El monte alto, lugar de una importante (altura) manifestación divina; aparte, incomprensión (4,34). La escena anticipa la resurrección (2). Color blanco, imposible de obtener en este mundo, la condición divina del Hombre (cf. 16,5) (3). Elías (los profetas) con Moisés (la Ley) se aparecen a los discípulos, pero no hablan con ellos, sino con Jesús, reciben instrucciones de él (Éx 34,35): Jesús es el punto de llegada del A T; éste no tiene ya un mensaje directo para los cristianos, su validez o caducidad se juzga a partir de Jesús (4).
Rabbí, el que enseña ateniéndose a la tradición judía, sólo en boca de Pedro (9,5; 11,21) Y de Judas (14,45). Pedro quiere poner en pie de igualdad a Jesús, Moisés y Elías (tres chozas), integrando el mesianismo de Jesús en las categorías del AT: Moisés (éxodo de Egipto con muerte de los enemigos), Elías (celo reformador y violento, cf. 1 Re 18,40; 19,14ss; 2 Re 1,9-12; Eclo 48,1ss; cf. Mc 1,29-31). No interpretan su gloria como estado final, sino como inicial, para la restauración de Israel (5). Terror ante la gloria que se manifiesta en Jesús, que, por su anterior resistencia, sienten como una amenaza; la propuesta de Pedro ha intentado congraciárselo (6). Nube, la presencia divina (cf. Éx 40,34-38).
La voz manifiesta a los discípulos la identidad de Jesús (cf 1, 11) y refrenda su enseñanza: es el único a quien deben escuchar (cf. Dt 18,15.18): EI AT queda ya sin voz propia; mirando a Jesús la comunidad cristiana integra o descarta la doctrina del AT (7-8).
Los discípulos han Interpretado mal la manifestación; no deben divulgar su error. Siendo anticipo de la resurrección, sólo después de la muerte de Jesús encontrara su contexto interpretativo. Debería prepararlos para la escena de Getsemaní (14,33) (9). No comprenden la expresión resucitar de la muerte; han disociado la escena anterior de la muerte de Jesús; esperan esa gloria para su vida mortal (10). Contra la doctrina de los letrados, los, discípulos ya no ven necesario que Elías tenga que preparar la situación antes de la acción del Mesías (cf. Mal 3, 23, Prov 48,10) (11). Elías ha venido (Juan Bautista, cf. 1,6), pero no imponiendo un orden. El Hombre va a ser despreciado (Sal 89,39, del rey Mesías: cf. 8,31); trato a Elías/Juan (1 Re 19,2-10 Jezabel/Herodías; cf. 6,17.27) (12-13).
VIERNES 17 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8,34-9,1
34Convocando a la multitud con sus discípulos, les dijo:
-Si uno quiere venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga; 35 porque el que quiera poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía y de la buena noticia la pondrá a salvo. 36Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida. 37Y ¿qué podrá pagar para recobrarla? 38 Además, si uno se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta generación idólatra y descreída, también el Hombre se avergonzara de él cuando llegue con la gloria de su Padre entre los ángeles santos.
9 1Y añadió:
-Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reinado de Dios con fuerza.
EXPLICACIÓN.
Los dos grupos de seguidores (los discípulos, israelitas; la multitud, no israelita, cf. 3,32; 5,24b; 7,14.33). Condiciones para el seguimiento, es decir, para la construcción de la sociedad nueva: renunciar a toda ambición y rivalidad (renegar de sí mismo; cf. 9,35.42-50) Y aceptar hasta lo último, como Jesús, la hostilidad de la sociedad injusta (cargar con su cruz) (34). El destino del Hombre (31) es propio de todos los que aspiran a la plenitud humana (34). La opción es razonable: el egoísmo insolidario acaba en la muerte; la entrega por la difusión del mensaje hace superar la muerte (35). El «ser» contra la vanidad del «tener» y el «poder»; fracaso irreversible (36-37). Advertencia sobre todo para los discípulos: no ceder a la presión de la sociedad en que viven (esta generación, cf. 8,12; Dt 32,5), que, por su exclusivismo nacionalista, es infiel a Dios (38). El reinado de Dios conocerá un impulso extraordinario dentro de aquella generación, debido a la entrada de los paganos en el Reino después de la destrucción de Jerusalén (13,28-32;14,62); con fuerza de vida (cf. 5,30; 12,24; 13,26; 14;62) (9,1).
-Si uno quiere venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga; 35 porque el que quiera poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía y de la buena noticia la pondrá a salvo. 36Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida. 37Y ¿qué podrá pagar para recobrarla? 38 Además, si uno se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta generación idólatra y descreída, también el Hombre se avergonzara de él cuando llegue con la gloria de su Padre entre los ángeles santos.
9 1Y añadió:
-Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reinado de Dios con fuerza.
EXPLICACIÓN.
Los dos grupos de seguidores (los discípulos, israelitas; la multitud, no israelita, cf. 3,32; 5,24b; 7,14.33). Condiciones para el seguimiento, es decir, para la construcción de la sociedad nueva: renunciar a toda ambición y rivalidad (renegar de sí mismo; cf. 9,35.42-50) Y aceptar hasta lo último, como Jesús, la hostilidad de la sociedad injusta (cargar con su cruz) (34). El destino del Hombre (31) es propio de todos los que aspiran a la plenitud humana (34). La opción es razonable: el egoísmo insolidario acaba en la muerte; la entrega por la difusión del mensaje hace superar la muerte (35). El «ser» contra la vanidad del «tener» y el «poder»; fracaso irreversible (36-37). Advertencia sobre todo para los discípulos: no ceder a la presión de la sociedad en que viven (esta generación, cf. 8,12; Dt 32,5), que, por su exclusivismo nacionalista, es infiel a Dios (38). El reinado de Dios conocerá un impulso extraordinario dentro de aquella generación, debido a la entrada de los paganos en el Reino después de la destrucción de Jerusalén (13,28-32;14,62); con fuerza de vida (cf. 5,30; 12,24; 13,26; 14;62) (9,1).
Etiquetas:
1,
34-9,
VIERNES 17 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8
JUEVES 16 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8,27-33.
27Salió Jesús con sus discípulos para las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino les hizo esta pregunta:
-¿Quién dice la gente que soy yo?
28Ellos le contestaron:
-Juan Bautista; otros, Elías; otros, en cambio, uno de los profetas.
29Entonces él les preguntó:
-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Intervino Pedro y le dijo:
-Tú eres el Mesías,
30Pero él les conminó a que no lo dijeran a nadie.
31Empezó a enseñarles que el Hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los senadores, los sumos ,sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y, a los tres días, resucitar.
32y exponía el mensaje abiertamente. Entonces Pedro lo tomó consigo y empezó a increparlo. 33Él se volvió y, de cara a sus discípulos, increpó a Pedro diciéndole:
-¡Quítate de mi vista, Satanás!, porque tu Idea no es la de Dios, sino la humana.
EXPLICACIÓN.
Puente entre el primero y el segundo período. En territorio pagano. Comienza el tema del camino (9,33s; 10,32.52; 11,8; cf 1,2) que lleva a Jerusalén (10,32.33; 11,11) Y se responde a la cuestión de la identidad de Jesús (4,41; 6,14-16). Las dos preguntas de Jesús corresponden a los dos momentos de la curación del ciego (8,24.27: «los hombres-): la gente (los hombres) no ve en Jesús ruptura con la tradición (Juan, Elías, profeta) (27-28; d. 6,14-16). A la segunda pregunta, Pedro, por propia iniciativa, se hace representante del grupo (cf. 1,36). Su declaración no es aceptada por Jesús: el Mesías, determinado, se identifica con el de la expectación popular nacionalista (29-30): les conminó, como a los espíritus inmundos (1,25; 3,12) o al viento/espíritu (4,39).
Enseñar, dar una información que se aplica a la vida de los discípulos (seguidores israelitas). En lugar del concepto judío de «Mesías», el universal de el Hombre (2,10; 2,28), el portador del Espíritu de Dios (1,10), que, por ello, posee la plenitud humana; por extensión, los que siguen su camino. «El Hombre», intolerable para los poderes de la sociedad judía (sumos sacerdotes, senadores, letrados, las tres categorías que componían el Gran Consejo o Sanedrín); tenía que padecer, etc.: reacción inevitable de la sociedad injusta al mensaje de Jesús. Desenlace de su actividad: la muerte no pone fin a la vida. Tres días, breve lapso de tiempo (Os 6,2) (31). Les exponía el mensaje, como antes a la multitud, pero sin parábolas (cf. 2,2; 4,33; cf. 4,26-29: la entrega).
-¿Quién dice la gente que soy yo?
28Ellos le contestaron:
-Juan Bautista; otros, Elías; otros, en cambio, uno de los profetas.
29Entonces él les preguntó:
-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Intervino Pedro y le dijo:
-Tú eres el Mesías,
30Pero él les conminó a que no lo dijeran a nadie.
31Empezó a enseñarles que el Hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los senadores, los sumos ,sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y, a los tres días, resucitar.
32y exponía el mensaje abiertamente. Entonces Pedro lo tomó consigo y empezó a increparlo. 33Él se volvió y, de cara a sus discípulos, increpó a Pedro diciéndole:
-¡Quítate de mi vista, Satanás!, porque tu Idea no es la de Dios, sino la humana.
EXPLICACIÓN.
Puente entre el primero y el segundo período. En territorio pagano. Comienza el tema del camino (9,33s; 10,32.52; 11,8; cf 1,2) que lleva a Jerusalén (10,32.33; 11,11) Y se responde a la cuestión de la identidad de Jesús (4,41; 6,14-16). Las dos preguntas de Jesús corresponden a los dos momentos de la curación del ciego (8,24.27: «los hombres-): la gente (los hombres) no ve en Jesús ruptura con la tradición (Juan, Elías, profeta) (27-28; d. 6,14-16). A la segunda pregunta, Pedro, por propia iniciativa, se hace representante del grupo (cf. 1,36). Su declaración no es aceptada por Jesús: el Mesías, determinado, se identifica con el de la expectación popular nacionalista (29-30): les conminó, como a los espíritus inmundos (1,25; 3,12) o al viento/espíritu (4,39).
Enseñar, dar una información que se aplica a la vida de los discípulos (seguidores israelitas). En lugar del concepto judío de «Mesías», el universal de el Hombre (2,10; 2,28), el portador del Espíritu de Dios (1,10), que, por ello, posee la plenitud humana; por extensión, los que siguen su camino. «El Hombre», intolerable para los poderes de la sociedad judía (sumos sacerdotes, senadores, letrados, las tres categorías que componían el Gran Consejo o Sanedrín); tenía que padecer, etc.: reacción inevitable de la sociedad injusta al mensaje de Jesús. Desenlace de su actividad: la muerte no pone fin a la vida. Tres días, breve lapso de tiempo (Os 6,2) (31). Les exponía el mensaje, como antes a la multitud, pero sin parábolas (cf. 2,2; 4,33; cf. 4,26-29: la entrega).
MIÉRCOLES 15 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8,22-26.
22ª Y llegaron a Betsaida.
Curación de un ciego: Incomprensión de los discípulos
22b Le llevaron un ciego y le suplicaron que lo tocase. 23Cogiendo de la mano al ciego lo condujo fuera de la aldea; le echó saliva en los ojos, le aplicó las manos y le preguntó:
-¿Ves algo?
24Empezó a ver y dijo:
-Veo a los hombres, porque percibo como árboles que andan.
25Luego le aplicó otra vez las manos a los ojos y vio del todo: quedó normal y lo distinguía todo a distancia.
26Jesús lo mandó a su casa diciéndole:
-¡Ni entrar siquiera en la aldea!
EXPLICACIÓN.
En paralelo con las curaciones de 6,54-56. El ciego, como el sordo de 7,32-37, representa a los discípulos; en los profetas «abrir los ojos de los ciegos», equivale a liberar de la opresión (cf. Is 35,5s; 61,1) (22b). Cogiéndolo de la mano, lo condujo fuera de la aldea (23), cf. Jr 31/38,32 LXX: «cuando los cogí de la mano para conducirlos fuera de Egipto»; se trata, pues, de una liberación; el lugar de la opresión es la aldea, la sociedad judía dominada ideológicamente por «la ciudad» (Jerusalén, cf 11,19; 14,13), con su expectación de la gloria nacional; ésta ciega a los discípulos, impidiéndoles comprender el mesianismo de Jesús. Curación en dos momentos: los hombres (cf, 7,8: «la tradición de los hombres»; 4,11: «los de fuera») componen la aldea; como árboles, que ni ven ni oyen (4,12). El segundo momento los capacita para ver y entender. El significado de «la aldea» justifica que Jesús prohíba volver -a ella (26). Termina el primer período de la vida pública de Jesús.
Curación de un ciego: Incomprensión de los discípulos
22b Le llevaron un ciego y le suplicaron que lo tocase. 23Cogiendo de la mano al ciego lo condujo fuera de la aldea; le echó saliva en los ojos, le aplicó las manos y le preguntó:
-¿Ves algo?
24Empezó a ver y dijo:
-Veo a los hombres, porque percibo como árboles que andan.
25Luego le aplicó otra vez las manos a los ojos y vio del todo: quedó normal y lo distinguía todo a distancia.
26Jesús lo mandó a su casa diciéndole:
-¡Ni entrar siquiera en la aldea!
EXPLICACIÓN.
En paralelo con las curaciones de 6,54-56. El ciego, como el sordo de 7,32-37, representa a los discípulos; en los profetas «abrir los ojos de los ciegos», equivale a liberar de la opresión (cf. Is 35,5s; 61,1) (22b). Cogiéndolo de la mano, lo condujo fuera de la aldea (23), cf. Jr 31/38,32 LXX: «cuando los cogí de la mano para conducirlos fuera de Egipto»; se trata, pues, de una liberación; el lugar de la opresión es la aldea, la sociedad judía dominada ideológicamente por «la ciudad» (Jerusalén, cf 11,19; 14,13), con su expectación de la gloria nacional; ésta ciega a los discípulos, impidiéndoles comprender el mesianismo de Jesús. Curación en dos momentos: los hombres (cf, 7,8: «la tradición de los hombres»; 4,11: «los de fuera») componen la aldea; como árboles, que ni ven ni oyen (4,12). El segundo momento los capacita para ver y entender. El significado de «la aldea» justifica que Jesús prohíba volver -a ella (26). Termina el primer período de la vida pública de Jesús.
miércoles, febrero 01, 2012
MARTES 14 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8,14-21.
14 A los discípulos se les había olvidado coger panes y llevaban en la barca más que un pan. 15Jesús les estaba advirtiendo:
-Mirad: cuidado con la levadura de los fariseos y con la levadura de los herodianos.
16Pero ellos estaban diciéndose unos a otros:
-No tenemos panes.
17 Al darse cuenta, les dijo Jesús:
-¡Cómo! ¿Diciéndoos que no tenéis panes? ¿No acabáis de reflexionar ni de entender? ¿Tenéis la mente obcecada? 18¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? (No os acordáis? 19Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántos cestos llenos de sobras recogisteis?
Le contestaron:
-Doce.
20-Y cuando partí los siete para los cuatro mil; ¿cuántas espuertas llenas de sobras recogisteis?
Le contestaron:
-Siete.
21Él les dijo:
-Y ¿todavía no entendéis?
EXPLICACIÓN.
Coger panes en tierra judía (Dalmanuta), llevar consigo la doctrina del judaísmo, superioridad judía; el único pan, la doctrina de Jesús (compartir y servir igualmente a judíos y paganos, 6,41; 8,6), la única necesaria; no les basta, siguen queriendo combinarla con su nacionalismo (4,35-51; cf. 2,21s). La levadura se consideraba un principio corruptor del pan/doctrina (el término designaba también al pan fermentado); de los fariseos, su ideología mesiánica nacionalista (11); de los herodianos (cf 3,6; 12,13, mejor que «de Herodes»), reconocer un rey no querido por Dios, aludiendo también al Mesías de poder (6,21): ambas ideologías corrompen el mensaje. Los discípulos siguen sin comprender (Jr 5,20; Is 6,9s; Ez 12,2; 4,11s, «los de fuera»; 7,18) (18), obcecados (3,5, de los fariseos; 6,52). Jesús les recuerda los episodios de los panes; del único pan que llevan puede salir la abundancia (19-21).
-Mirad: cuidado con la levadura de los fariseos y con la levadura de los herodianos.
16Pero ellos estaban diciéndose unos a otros:
-No tenemos panes.
17 Al darse cuenta, les dijo Jesús:
-¡Cómo! ¿Diciéndoos que no tenéis panes? ¿No acabáis de reflexionar ni de entender? ¿Tenéis la mente obcecada? 18¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? (No os acordáis? 19Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántos cestos llenos de sobras recogisteis?
Le contestaron:
-Doce.
20-Y cuando partí los siete para los cuatro mil; ¿cuántas espuertas llenas de sobras recogisteis?
Le contestaron:
-Siete.
21Él les dijo:
-Y ¿todavía no entendéis?
EXPLICACIÓN.
Coger panes en tierra judía (Dalmanuta), llevar consigo la doctrina del judaísmo, superioridad judía; el único pan, la doctrina de Jesús (compartir y servir igualmente a judíos y paganos, 6,41; 8,6), la única necesaria; no les basta, siguen queriendo combinarla con su nacionalismo (4,35-51; cf. 2,21s). La levadura se consideraba un principio corruptor del pan/doctrina (el término designaba también al pan fermentado); de los fariseos, su ideología mesiánica nacionalista (11); de los herodianos (cf 3,6; 12,13, mejor que «de Herodes»), reconocer un rey no querido por Dios, aludiendo también al Mesías de poder (6,21): ambas ideologías corrompen el mensaje. Los discípulos siguen sin comprender (Jr 5,20; Is 6,9s; Ez 12,2; 4,11s, «los de fuera»; 7,18) (18), obcecados (3,5, de los fariseos; 6,52). Jesús les recuerda los episodios de los panes; del único pan que llevan puede salir la abundancia (19-21).
LUNES 13 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8,11-13.
11Salieron unos fariseos y empezaron a discutir con él, exigiéndole, para tentarlo, una señal del cielo. 12Dando un profundo suspiro, dijo:
-¡Cómo!, ¿esta generación exige una señal? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal.
13Los dejó, se embarcó de nuevo y se marchó al otro lado.
EXPLICACIÓN.
Travesía en paralelo con la de 6,47-53. El mal espíritu, representado allí por el viento contrario (6,48), está personificado aquí por los fariseos, que continúan la tentación del desierto (11: para tentarlo, cf 1,13)). En vista del éxodo liberador propuesto por Jesús en favor de los paganos (8,1-9), exigen de él una señal espectacular (cf. Sal 78,24; 105,40), prenda de una intervención divina extraordinaria cf.13,4). Quieren ver en Jesús un mesianismo inspirado en la acción liberadora de Moisés, que salvó a Israel destruyendo a los enemigos.
-¡Cómo!, ¿esta generación exige una señal? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal.
13Los dejó, se embarcó de nuevo y se marchó al otro lado.
EXPLICACIÓN.
Travesía en paralelo con la de 6,47-53. El mal espíritu, representado allí por el viento contrario (6,48), está personificado aquí por los fariseos, que continúan la tentación del desierto (11: para tentarlo, cf 1,13)). En vista del éxodo liberador propuesto por Jesús en favor de los paganos (8,1-9), exigen de él una señal espectacular (cf. Sal 78,24; 105,40), prenda de una intervención divina extraordinaria cf.13,4). Quieren ver en Jesús un mesianismo inspirado en la acción liberadora de Moisés, que salvó a Israel destruyendo a los enemigos.
DOMINGO 12 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 1,40-45.
40Se le acercó un leproso y le suplicó de rodillas:
-Si quieres, puedes limpiarme.
41Conmovido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
-Quiero, queda limpio.
43 Al momento se le quitó la lepra y quedó limpio. 43Reprimiéndolo, lo sacó fuera enseguida 44 y le dijo:
-¡Cuidado con decirle nada a nadie! Al contrario, ve a que te examine el sacerdote y ofrece por tu purificación lo que prescribió Moisés como prueba contra ellos.
45Pero él, al salir, se puso a proclamar y a divulgar el mensaje a más y mejor; en consecuencia, Jesús no podía ya entrar manifiestamente en ninguna ciudad; se quedaba fuera, en despoblado, pero acudían a él de todas partes.
EXPLICACIÓN.
El leproso es el caso extremo y el prototipo de la marginación religiosa. y social, impuesta por la Ley (Lv 13,45s). Al acercarse a Jesús está violando la Ley. Si quieres, puedes, dicho de Dios en Sab 12,18 (40). Conmovido, usado de Dios en el judaísmo (en el NT, sólo de Jesús): el amor de Dios por los hombres, manifestado en Jesús. Él no reconoce marginación alguna; la establecida por la Ley no corresponde a lo que Dios es y quiere: el reinado de Dios no excluye a nadie de la salvación. Viola la ley, toando al leproso (41). Es pronto para divulgar un mensaje tan radical, la invalidez de la ley de lo puro/impuro y la Igualdad de todos !os hombres ante el Reino. Los ritos impuestos por Moisés (no por Dios; cf Lv 14,1-32) demuestran la dureza de aquel pueblo (como prueba contra ellos, cf Dt 31,26) (42-44). Desobediencia del hombre. En consecuencia, Jesús queda marginado, pero aumenta el concurso de gente (45). Se abre así el Reino a todos los excluidos como Impuros por la Ley judía, incluidos los paganos.
-Si quieres, puedes limpiarme.
41Conmovido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
-Quiero, queda limpio.
43 Al momento se le quitó la lepra y quedó limpio. 43Reprimiéndolo, lo sacó fuera enseguida 44 y le dijo:
-¡Cuidado con decirle nada a nadie! Al contrario, ve a que te examine el sacerdote y ofrece por tu purificación lo que prescribió Moisés como prueba contra ellos.
45Pero él, al salir, se puso a proclamar y a divulgar el mensaje a más y mejor; en consecuencia, Jesús no podía ya entrar manifiestamente en ninguna ciudad; se quedaba fuera, en despoblado, pero acudían a él de todas partes.
EXPLICACIÓN.
El leproso es el caso extremo y el prototipo de la marginación religiosa. y social, impuesta por la Ley (Lv 13,45s). Al acercarse a Jesús está violando la Ley. Si quieres, puedes, dicho de Dios en Sab 12,18 (40). Conmovido, usado de Dios en el judaísmo (en el NT, sólo de Jesús): el amor de Dios por los hombres, manifestado en Jesús. Él no reconoce marginación alguna; la establecida por la Ley no corresponde a lo que Dios es y quiere: el reinado de Dios no excluye a nadie de la salvación. Viola la ley, toando al leproso (41). Es pronto para divulgar un mensaje tan radical, la invalidez de la ley de lo puro/impuro y la Igualdad de todos !os hombres ante el Reino. Los ritos impuestos por Moisés (no por Dios; cf Lv 14,1-32) demuestran la dureza de aquel pueblo (como prueba contra ellos, cf Dt 31,26) (42-44). Desobediencia del hombre. En consecuencia, Jesús queda marginado, pero aumenta el concurso de gente (45). Se abre así el Reino a todos los excluidos como Impuros por la Ley judía, incluidos los paganos.
SÁBADO 11 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 8,1-10.
8 1 Por aquellos días, como había otra vez una gran multitud y no tenían qué comer, convocó a los discípulos y les dijo:
2-Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer; 3y si los mando a su casa en ayunas, desfallecerán en el camino. Además, algunos de ellos han venido de lejos.
4Le replicaron sus discípulos:
-¿Cómo va a poder nadie saciar a éstos de pan aquí en descampado?
5Él les preguntó:
-¿Cuántos panes tenéis?
Contestaron:
-Siete.
6Mandó a la multitud que se echara en el suelo; tomando los siete panes, pronunció una acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; ellos los sirvieron a la multitud. Tenían además unos cuantos pececillos; los bendijo y encargó que los sirvieran también.
8Comieron todos hasta saciarse y recogieron los trozos que habían sobrado: siete espuertas. 9Eran unos cuatro mil, y él los despidió.
Travesía. La doctrina de fariseos y herodianos (Mt 12,38s; 16,1-12; Lc 11,16-29; 12,54-56)
10Se montó en la barca con sus discípulos y fue derecho a la región de Dalmanuta.
EXPLICACIÓN.
El pan del éxodo para los paganos (cf. 7,31), en paralelo con el dado a los judíos (6,38-46). En aquellos días, los del cumplimiento de las promesas (cf. 1,9). Nótense las diferencias de términos con el otro episodio: «cestos» (6,43), corresponde a un término usado en Palestina; espuertas (8,8), a otro usado en territorio griego; siete panes, totalidad (cf. 6,38.41:, «cinco panes»), siete espuertas (8,8), en relación con las 70 naciones (su número, según la creencia del tiempo), en lugar de «doce cestos» (Israel) (6,43); cuatro mil (8,8,cf. 2,3: «cuatro»), representación de la humanidad entera (cuatro puntos cardinales). Jesús toma la iniciativa (1); me conmueve, cf 6,34 (2). La multitud ha dado ya su adhesión a Jesús (llevan ya tres días conmigo, cf. Os 6,2); de lejos, de pueblos paganos (Is 5,25; Jr 4,6.20; 31/38,10). Echarse, libertad (d. 2,15); en el suelo, lit. «en la tierra», universalidad (cf 2,10; 4,26.31). Los discípulos, al servicio de los pueblos paganos (6). Compartiendo el pan, como don .de Dios, se puede satisfacer el hambre del mundo. Jesús realiza el éxodo (alternativa) fuera de la sociedad pagana injusta, lo mismo que antes de la sociedad judía.
2-Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer; 3y si los mando a su casa en ayunas, desfallecerán en el camino. Además, algunos de ellos han venido de lejos.
4Le replicaron sus discípulos:
-¿Cómo va a poder nadie saciar a éstos de pan aquí en descampado?
5Él les preguntó:
-¿Cuántos panes tenéis?
Contestaron:
-Siete.
6Mandó a la multitud que se echara en el suelo; tomando los siete panes, pronunció una acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; ellos los sirvieron a la multitud. Tenían además unos cuantos pececillos; los bendijo y encargó que los sirvieran también.
8Comieron todos hasta saciarse y recogieron los trozos que habían sobrado: siete espuertas. 9Eran unos cuatro mil, y él los despidió.
Travesía. La doctrina de fariseos y herodianos (Mt 12,38s; 16,1-12; Lc 11,16-29; 12,54-56)
10Se montó en la barca con sus discípulos y fue derecho a la región de Dalmanuta.
EXPLICACIÓN.
El pan del éxodo para los paganos (cf. 7,31), en paralelo con el dado a los judíos (6,38-46). En aquellos días, los del cumplimiento de las promesas (cf. 1,9). Nótense las diferencias de términos con el otro episodio: «cestos» (6,43), corresponde a un término usado en Palestina; espuertas (8,8), a otro usado en territorio griego; siete panes, totalidad (cf. 6,38.41:, «cinco panes»), siete espuertas (8,8), en relación con las 70 naciones (su número, según la creencia del tiempo), en lugar de «doce cestos» (Israel) (6,43); cuatro mil (8,8,cf. 2,3: «cuatro»), representación de la humanidad entera (cuatro puntos cardinales). Jesús toma la iniciativa (1); me conmueve, cf 6,34 (2). La multitud ha dado ya su adhesión a Jesús (llevan ya tres días conmigo, cf. Os 6,2); de lejos, de pueblos paganos (Is 5,25; Jr 4,6.20; 31/38,10). Echarse, libertad (d. 2,15); en el suelo, lit. «en la tierra», universalidad (cf 2,10; 4,26.31). Los discípulos, al servicio de los pueblos paganos (6). Compartiendo el pan, como don .de Dios, se puede satisfacer el hambre del mundo. Jesús realiza el éxodo (alternativa) fuera de la sociedad pagana injusta, lo mismo que antes de la sociedad judía.
VIERNES 10 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 7,31-37.
31Dejó Jesús la comarca de Tiro, pasó por Sidón y llegó de nuevo al mar de Galilea por mitad del territorio de la Decápolis.
Incomprensión de los discípulos: El sordomudo
32Le llevaron un sordo tartamudo y le suplicaron que le aplicase la mano. 33Lo tomó aparte, separándolo de la multitud, le metió los dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34Levantando la mirada al cielo dio un suspiro y le dijo:
-Effatá (esto es: «ábrete»).
35Inmediatamente se le abrió el oído, se le soltó la traba de la lengua y hablaba normalmente. 36Les advirtió que no lo dijeran a nadie, pero, cuanto más se lo advertía, más y más lo pregonaban ellos. 37Extraordinariamente impresionados, decían:
-¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
EXPLICACIÓN.
Los casos de sordera o ceguera en el Evangelio (cf.8,24b; 10,46b) escenifican la incomprensión expresada en 4,12 (<
Incomprensión de los discípulos: El sordomudo
32Le llevaron un sordo tartamudo y le suplicaron que le aplicase la mano. 33Lo tomó aparte, separándolo de la multitud, le metió los dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34Levantando la mirada al cielo dio un suspiro y le dijo:
-Effatá (esto es: «ábrete»).
35Inmediatamente se le abrió el oído, se le soltó la traba de la lengua y hablaba normalmente. 36Les advirtió que no lo dijeran a nadie, pero, cuanto más se lo advertía, más y más lo pregonaban ellos. 37Extraordinariamente impresionados, decían:
-¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
EXPLICACIÓN.
Los casos de sordera o ceguera en el Evangelio (cf.8,24b; 10,46b) escenifican la incomprensión expresada en 4,12 (<
JUEVES 9 DE FEBRERO DE 2012. Mc 7,24-30.
24Se marchó desde allí a la comarca de Tiro. Entró en una casa, no queriendo que nadie se enterase, pero no pudo pasar inadvertido. 2 Una mujer que había oído hablar de él, y cuya hijita tenía un espíritu inmundo, llegó en seguida y se echó a sus pies. 26La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. 27Elle dijo:
-Deja que primero se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros.
28Le contestó ella:
-Señor, también los perros debajo de la mesa comen las migajas que dejan caer los chiquillos.
29Elle dijo:
-Por eso que has dicho, puedes marcharte: el demonio ha salido de tu hija.
30 Al llegar a su casa encontró a la chiquilla echada en la cama; el demonio se había marchado.
EXPLICACIÓN.
La sociedad pagana, antes considerada desde el punto de vista de los esclavos (5,2-20), está ahora representada por la sirofenicia (clase dominante) y su hija (clase dominada), en paralelo con Jairo y su hija (sociedad judía institucional) (cf 5,23 Y 7,25: hijita; 5,35 y 7,25.29: su/tu hija; 5,39ss y 7,30: la chiquilla); la clase dominada tiene un espíritu inmundo (25, cf 5,2), está endemoniada (7,26.29.30, cf. 5,15), es decir, alienada por el fanatismo de una ideología que la lleva a la autodestrucción. La sociedad pagana legitimaba la esclavitud (5,2ss, geraseno), reconocía derechos a una parte de sus miembros y los negaba a los restantes (esclavos, en paralelo con los marginados en Israel). La mujer, en paralelo con Jairo, le pide la liberación de la hija, es decir, que los oprimidos dejen su actitud de violencia. Jesús no expulsa este demonio; replica a la mujer enunciando el principio discriminatorio que los judíos aplicaban a los paganos (27: perros), equivalente al que ella aplica dentro de su sociedad. Ella responde reconociendo el derecho de todos (28) y renunciando así a la discriminación social. Por este mismo hecho queda liberada la chiquilla (clase antes dominada) de su ideología violenta (el demonio), que tenía su origen en la violencia del sistema (cf. 5,12) (29-30). Al renunciar a la injusticia (1,15: «enmendaos») se abre para el paganismo la posibilidad del reinado de Dios (cf 8,1ss).
-Deja que primero se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros.
28Le contestó ella:
-Señor, también los perros debajo de la mesa comen las migajas que dejan caer los chiquillos.
29Elle dijo:
-Por eso que has dicho, puedes marcharte: el demonio ha salido de tu hija.
30 Al llegar a su casa encontró a la chiquilla echada en la cama; el demonio se había marchado.
EXPLICACIÓN.
La sociedad pagana, antes considerada desde el punto de vista de los esclavos (5,2-20), está ahora representada por la sirofenicia (clase dominante) y su hija (clase dominada), en paralelo con Jairo y su hija (sociedad judía institucional) (cf 5,23 Y 7,25: hijita; 5,35 y 7,25.29: su/tu hija; 5,39ss y 7,30: la chiquilla); la clase dominada tiene un espíritu inmundo (25, cf 5,2), está endemoniada (7,26.29.30, cf. 5,15), es decir, alienada por el fanatismo de una ideología que la lleva a la autodestrucción. La sociedad pagana legitimaba la esclavitud (5,2ss, geraseno), reconocía derechos a una parte de sus miembros y los negaba a los restantes (esclavos, en paralelo con los marginados en Israel). La mujer, en paralelo con Jairo, le pide la liberación de la hija, es decir, que los oprimidos dejen su actitud de violencia. Jesús no expulsa este demonio; replica a la mujer enunciando el principio discriminatorio que los judíos aplicaban a los paganos (27: perros), equivalente al que ella aplica dentro de su sociedad. Ella responde reconociendo el derecho de todos (28) y renunciando así a la discriminación social. Por este mismo hecho queda liberada la chiquilla (clase antes dominada) de su ideología violenta (el demonio), que tenía su origen en la violencia del sistema (cf. 5,12) (29-30). Al renunciar a la injusticia (1,15: «enmendaos») se abre para el paganismo la posibilidad del reinado de Dios (cf 8,1ss).
MIÉRCOLES 8 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 7,14-23.
14Y convocando esta vez a la multitud les dijo:
-¡Escuchadme todos y entended! 15Nada que entra de era puede manchar al hombre; no, lo que le sale de dentro es lo que mancha al hombre.
17Cuando entró en casa, separándose de la multitud, le preguntaron sus discípulos el sentido de la parábola. 18El les dijo:
-¿Así que tampoco vosotros sois capaces de entender? ¿No os dais cuenta de que nada que entra de fuera puede manchar al hombre? 19Porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.
(Con esto declaraba puros todos los alimentos.)
20Yañadió:
-Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre; 21porque de dentro, del corazón del hombre, salen las malas ideas: incestos, robos, homicidios, 22adulterios, codicias, perversidades, fraudes, desenfreno, envidia, insultos, arrogancia, desatino. 23Todas esas maldades salen de dentro y manchan al hombre.
EXPLICACIÓN
(7,14-15): Jesús convoca a los seguidores no israelitas (14: la multitud, d. 3,32; 5,24b); de ellos y de los discípulos espera que, a diferencia de «los de fuera», oigan y entiendan (cf. 4,12). Los discípulos se identifican así con «los Doce», y la multitud con «los que estaban en torno a él» de 4,10. Les expone el principio válido para la humanidad judía y pagana: nada externo puede separar al hombre de Dios, sólo el hombre mismo puede causar esta separación. Algunos mss. añaden el v. 16: «Si uno tiene oídos para oír, que escuche», cf 4,9.23.
(7,17-23): Los discípulos no comprenden un dicho que suprime la diferencia entre Israel y los paganos. Se separan de los otros seguidores y preguntan a Jesús en privado, interpretando el dicho como una parábola (4,11: las parábolas son para "los de fuera») (17). Jesús se lo reprocha: están a la altura de "los de fuera» (¿tampoco vosotros?, cf.4,11s) (18). Les explica el dicho (cf. 4,34): es la conducta injusta con los demás y el egoísmo, manifestado por la ambición de dinero (codicia) o el desenfreno de las costumbres lo que mancha al hombre. La relación con Dios no depende de la observancia de normas o de gestos religiosos, sino de la relación con los hombres (18-23).
-¡Escuchadme todos y entended! 15Nada que entra de era puede manchar al hombre; no, lo que le sale de dentro es lo que mancha al hombre.
17Cuando entró en casa, separándose de la multitud, le preguntaron sus discípulos el sentido de la parábola. 18El les dijo:
-¿Así que tampoco vosotros sois capaces de entender? ¿No os dais cuenta de que nada que entra de fuera puede manchar al hombre? 19Porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.
(Con esto declaraba puros todos los alimentos.)
20Yañadió:
-Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre; 21porque de dentro, del corazón del hombre, salen las malas ideas: incestos, robos, homicidios, 22adulterios, codicias, perversidades, fraudes, desenfreno, envidia, insultos, arrogancia, desatino. 23Todas esas maldades salen de dentro y manchan al hombre.
EXPLICACIÓN
(7,14-15): Jesús convoca a los seguidores no israelitas (14: la multitud, d. 3,32; 5,24b); de ellos y de los discípulos espera que, a diferencia de «los de fuera», oigan y entiendan (cf. 4,12). Los discípulos se identifican así con «los Doce», y la multitud con «los que estaban en torno a él» de 4,10. Les expone el principio válido para la humanidad judía y pagana: nada externo puede separar al hombre de Dios, sólo el hombre mismo puede causar esta separación. Algunos mss. añaden el v. 16: «Si uno tiene oídos para oír, que escuche», cf 4,9.23.
(7,17-23): Los discípulos no comprenden un dicho que suprime la diferencia entre Israel y los paganos. Se separan de los otros seguidores y preguntan a Jesús en privado, interpretando el dicho como una parábola (4,11: las parábolas son para "los de fuera») (17). Jesús se lo reprocha: están a la altura de "los de fuera» (¿tampoco vosotros?, cf.4,11s) (18). Les explica el dicho (cf. 4,34): es la conducta injusta con los demás y el egoísmo, manifestado por la ambición de dinero (codicia) o el desenfreno de las costumbres lo que mancha al hombre. La relación con Dios no depende de la observancia de normas o de gestos religiosos, sino de la relación con los hombres (18-23).
MARTES 7 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 7,1-13.
7 1Se congregaron alrededor de él los fariseos y algunos letrados llegados de Jerusalén 2y notaron que algunos de sus discípulos comían los panes con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
3Es que los fariseos, y los judíos en general, no comen sin lavarse las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores; 4y, al volver de la plaza, no comen sin antes hacer abluciones; y se aferran a otras muchas cosas que han recibido por tradición, como enjuagar vasos, jarras y ollas.
5Le preguntaron entonces los fariseos y los letrados:
-¿ Por qué razón no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen el pan con manos impuras?
6Él les contestó:
-¡Qué bien profetizó Isaías acerca de vosotros los hipócritas! Así está escrito:
Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
7 El culto que me dan es inútil,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos (Is 29,13).
8Dejáis el mandamiento de Dios para aferraros a la traición de los hombres.
9Yañadió:
-¡Qué bien echáis a un lado el mandamiento de Dios ara implantar vuestra tradición! 10Porque Moisés dijo:
«Sustenta a tu padre y a tu madre» y «el que deje en la miseria a su padre o a su madre tiene pena de muerte»; 11en cambio, vosotros decís: Si uno le declara a su padre o a su madre: «Eso mío con lo que podría ayudarte lo ofrezco en donativo al templo», 12ya no le dejáis hacer nada por el padre o la madre, 13invalidando el mandamiento de Dios con esa tradición que os habéis transmitido. Y de éstas hacéis muchas.
EXPLICACIÓN.
La estricta observancia de los ritos de purificación caracteriza a los judíos (3, primera vez en Me), representados por los fariseos (3); establecen así una discriminación dentro del mismo pueblo (4: al volver de la plaza). Los discípulos no reconocen ya discriminación dentro de Israel (2, los panes, alusión a los compartidos con la multitud marginada, 6,41), aunque siguen en su mentalidad nacionalista (6,52) y la mantienen respecto a los paganos (travesía). La Ley de lo puro/impuro da a Israel el sentido de superioridad sobre los demás pueblos. Por eso, para preparar la ida de Jesús fuera del territorio israelita (7,24) Y el reparto del pan a los paganos (8,1-9), coloca Mc en el centro de la sección la denuncia que hace Jesús de la tradición del judaísmo y su nueva definición de pureza e impureza.
Los fariseos, apoyados por letrados de Jerusalén; continúa la vigilancia del centro sobre Jesús (cf 3,22) (1). El lavado de los fariseos no era solamente higiénico, sino religioso, según un complicado ritual (3-4). Se escandalizan de la conducta de los discípulos, que han roto con la tradición de los mayores (5); en boca de fariseos, ésta es la supuesta tradición oral comunicada por Dios a Moisés en el Sinaí, transmitida por éste a Josué y después de generación en generación; le atribuían la misma autoridad divina que a la tradición escrita.
Invectiva de Jesús. Ve realizarse en letrados y fariseos el texto de Is 29,13 LXX: culto hipócrita a Dios, manifestado con signos exteriores (labios), que encubre un alejamiento de su designio. De hecho, esas observancias y la separación que significan no son de Dios, que no discrimina (cf 1,39-45); la tradición de los mayores es sólo humana y carece de la autoridad que le atribuyen (6-8). Ejemplo de la perversión a que los lleva la tradición que enseñan (9-13); la utilizan para esquivar la voluntad de Dios claramente expresada en el mandamiento (Éx 20,12; 21,17; Lv 20,9; cf. Mt 15,4). La piedad hacia Dios habría de expresarse en el amor al prójimo (cf 12,28-30). Pretenden honrar a Dios desentendiéndose del hombre o despreciándolo. «La tradición de los mayores» (5) o tradición de los hombres (8) se identifica con la de los fariseos y letrados (13: vuestra tradición). Jesús no limita su juicio negativo de la tradición al caso propuesto (13).
3Es que los fariseos, y los judíos en general, no comen sin lavarse las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores; 4y, al volver de la plaza, no comen sin antes hacer abluciones; y se aferran a otras muchas cosas que han recibido por tradición, como enjuagar vasos, jarras y ollas.
5Le preguntaron entonces los fariseos y los letrados:
-¿ Por qué razón no siguen tus discípulos la tradición de los mayores, sino que comen el pan con manos impuras?
6Él les contestó:
-¡Qué bien profetizó Isaías acerca de vosotros los hipócritas! Así está escrito:
Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
7 El culto que me dan es inútil,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos (Is 29,13).
8Dejáis el mandamiento de Dios para aferraros a la traición de los hombres.
9Yañadió:
-¡Qué bien echáis a un lado el mandamiento de Dios ara implantar vuestra tradición! 10Porque Moisés dijo:
«Sustenta a tu padre y a tu madre» y «el que deje en la miseria a su padre o a su madre tiene pena de muerte»; 11en cambio, vosotros decís: Si uno le declara a su padre o a su madre: «Eso mío con lo que podría ayudarte lo ofrezco en donativo al templo», 12ya no le dejáis hacer nada por el padre o la madre, 13invalidando el mandamiento de Dios con esa tradición que os habéis transmitido. Y de éstas hacéis muchas.
EXPLICACIÓN.
La estricta observancia de los ritos de purificación caracteriza a los judíos (3, primera vez en Me), representados por los fariseos (3); establecen así una discriminación dentro del mismo pueblo (4: al volver de la plaza). Los discípulos no reconocen ya discriminación dentro de Israel (2, los panes, alusión a los compartidos con la multitud marginada, 6,41), aunque siguen en su mentalidad nacionalista (6,52) y la mantienen respecto a los paganos (travesía). La Ley de lo puro/impuro da a Israel el sentido de superioridad sobre los demás pueblos. Por eso, para preparar la ida de Jesús fuera del territorio israelita (7,24) Y el reparto del pan a los paganos (8,1-9), coloca Mc en el centro de la sección la denuncia que hace Jesús de la tradición del judaísmo y su nueva definición de pureza e impureza.
Los fariseos, apoyados por letrados de Jerusalén; continúa la vigilancia del centro sobre Jesús (cf 3,22) (1). El lavado de los fariseos no era solamente higiénico, sino religioso, según un complicado ritual (3-4). Se escandalizan de la conducta de los discípulos, que han roto con la tradición de los mayores (5); en boca de fariseos, ésta es la supuesta tradición oral comunicada por Dios a Moisés en el Sinaí, transmitida por éste a Josué y después de generación en generación; le atribuían la misma autoridad divina que a la tradición escrita.
Invectiva de Jesús. Ve realizarse en letrados y fariseos el texto de Is 29,13 LXX: culto hipócrita a Dios, manifestado con signos exteriores (labios), que encubre un alejamiento de su designio. De hecho, esas observancias y la separación que significan no son de Dios, que no discrimina (cf 1,39-45); la tradición de los mayores es sólo humana y carece de la autoridad que le atribuyen (6-8). Ejemplo de la perversión a que los lleva la tradición que enseñan (9-13); la utilizan para esquivar la voluntad de Dios claramente expresada en el mandamiento (Éx 20,12; 21,17; Lv 20,9; cf. Mt 15,4). La piedad hacia Dios habría de expresarse en el amor al prójimo (cf 12,28-30). Pretenden honrar a Dios desentendiéndose del hombre o despreciándolo. «La tradición de los mayores» (5) o tradición de los hombres (8) se identifica con la de los fariseos y letrados (13: vuestra tradición). Jesús no limita su juicio negativo de la tradición al caso propuesto (13).
LUNES 6 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 6,53-56.
53 Atravesaron hasta tocar tierra, llegaron a Genesaret y atracaron.
Curaciones (Mt 14,34-36)
54Al bajar ellos de la barca, algunos lo reconocieron y, en seguida, 55recorriendo toda aquella comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal, hasta donde oían que estaba.
56En cualquier parte que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron obtuvieron la salud.
EXPLICACIÓN.
La obcecación (52; cf 3,5, de los fariseos) corresponde al viento contrario (48). De hecho, no llegan a Betsaida, sino a Genesaret, en territorio judío (53).
6,54-56). Las curaciones continúan la de la mujer con flujos (5,27s.34: tocar, curarse/salvarse); es decir, muchos marginados encuentran vida en la alternativa de Jesús.
Curaciones (Mt 14,34-36)
54Al bajar ellos de la barca, algunos lo reconocieron y, en seguida, 55recorriendo toda aquella comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal, hasta donde oían que estaba.
56En cualquier parte que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron obtuvieron la salud.
EXPLICACIÓN.
La obcecación (52; cf 3,5, de los fariseos) corresponde al viento contrario (48). De hecho, no llegan a Betsaida, sino a Genesaret, en territorio judío (53).
6,54-56). Las curaciones continúan la de la mujer con flujos (5,27s.34: tocar, curarse/salvarse); es decir, muchos marginados encuentran vida en la alternativa de Jesús.
DOMINGO 5 DE FEBRERO DEL 2012. Mc 1,29-39.
En casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón. (Mt 8,14-17; Lc 4,38-44)
29 Al salir de la sinagoga fue derecho a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan. 30La suegra de Simón yacía en cama con fiebre. Enseguida le hablaron de ella; 31él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Entusiasmo popular en Cafarnaún. Curaciones
32Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. 33La ciudad entera estaba congregada a la puerta. 34Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era.
Intento de retener a Jesús.
35Por la mañana, se levantó muy de madrugada y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar. 36Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron 37 y le dijeron:
- ¡Todo el mundo te busca!
38El les respondió:
-Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido.
39Fue predicando por las sinagogas de ellos; por toda Galilea, y expulsando los demonios.
EXPLICACIÓN.
(1,29-31): Jesús no aprovecha el entusiasmo popular. Otro obstáculo al reinado de Dios, representado por la enfermedad de la suegra de Pedro. La fiebre (en griego, de la raíz «fuego») recuerda el celo violento de Elías (Eclo 48,1-3.9; 1 Re 19,10.14). Simón está vinculado a círculos reformistas violentos, y Jesús pretende liberarlo para que pueda seguirlo. El servicio equivale al seguimiento de Jesús, y esa fiebre lo impide. La curación se efectúa en sábado.
d) (1,32-34): La gente de Cafarnaún, que en la sinagoga ha preferido Jesús a los letrados, sigue, sin embargo, en las categorías religiosas (respeto al descanso del sábado: cuando se puso el sol). Los que se encontraban mal, el pueblo que sufre, ante la indiferencia de los dirigentes
(cf. Ez 34,4); endemoniados, los poseídos (fanáticos de la ideología), públicamente conocidos por su violencia (32). La población de Cafarnaún estaba congregada (verbo de la misma raíz que «sinagoga») a la puerta: deseaba que Jesús se hiciera líder de una institución paralela la
oficial, conservando los valores tradicionales (33). Los demonios siguen intentando atraer a Jesús al mesianismo nacionalista (34).
e) (1,35-38): Jesús se aleja de la casa y de la ciudad, es decir, de ese deseo popular, y pide por los suyos y por el pueblo, que no comprenden su actitud. Simón arrastra a los otros; se hacen portavoces de la gente; desean que, aprovechando el entusiasmo despertado en Cafarnaún, Jesús acepte el papel de líder. Él rechaza su propuesta y los invita a continuar la misión.
Actividad parecida a la de la sinagoga de Cafarnaún; normalmente, los sábados: anunciar la cercanía del reinado de Dios en toda Galilea, al pueblo que, por estar integrado en la institución (sinagogas), no sospechaba la existencia de una alternativa. Sigue la conexión entre proclamación y liberación de demonios (39).
29 Al salir de la sinagoga fue derecho a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan. 30La suegra de Simón yacía en cama con fiebre. Enseguida le hablaron de ella; 31él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Entusiasmo popular en Cafarnaún. Curaciones
32Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. 33La ciudad entera estaba congregada a la puerta. 34Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era.
Intento de retener a Jesús.
35Por la mañana, se levantó muy de madrugada y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar. 36Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron 37 y le dijeron:
- ¡Todo el mundo te busca!
38El les respondió:
-Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido.
39Fue predicando por las sinagogas de ellos; por toda Galilea, y expulsando los demonios.
EXPLICACIÓN.
(1,29-31): Jesús no aprovecha el entusiasmo popular. Otro obstáculo al reinado de Dios, representado por la enfermedad de la suegra de Pedro. La fiebre (en griego, de la raíz «fuego») recuerda el celo violento de Elías (Eclo 48,1-3.9; 1 Re 19,10.14). Simón está vinculado a círculos reformistas violentos, y Jesús pretende liberarlo para que pueda seguirlo. El servicio equivale al seguimiento de Jesús, y esa fiebre lo impide. La curación se efectúa en sábado.
d) (1,32-34): La gente de Cafarnaún, que en la sinagoga ha preferido Jesús a los letrados, sigue, sin embargo, en las categorías religiosas (respeto al descanso del sábado: cuando se puso el sol). Los que se encontraban mal, el pueblo que sufre, ante la indiferencia de los dirigentes
(cf. Ez 34,4); endemoniados, los poseídos (fanáticos de la ideología), públicamente conocidos por su violencia (32). La población de Cafarnaún estaba congregada (verbo de la misma raíz que «sinagoga») a la puerta: deseaba que Jesús se hiciera líder de una institución paralela la
oficial, conservando los valores tradicionales (33). Los demonios siguen intentando atraer a Jesús al mesianismo nacionalista (34).
e) (1,35-38): Jesús se aleja de la casa y de la ciudad, es decir, de ese deseo popular, y pide por los suyos y por el pueblo, que no comprenden su actitud. Simón arrastra a los otros; se hacen portavoces de la gente; desean que, aprovechando el entusiasmo despertado en Cafarnaún, Jesús acepte el papel de líder. Él rechaza su propuesta y los invita a continuar la misión.
Actividad parecida a la de la sinagoga de Cafarnaún; normalmente, los sábados: anunciar la cercanía del reinado de Dios en toda Galilea, al pueblo que, por estar integrado en la institución (sinagogas), no sospechaba la existencia de una alternativa. Sigue la conexión entre proclamación y liberación de demonios (39).
SÁBADO 4 DE FEBRERO DE 2012. Mc 6,30-34.
(Lc 9,10)
30Los enviados se congregaron donde estaba Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y todo lo que habían enseñado. 31Él les dijo:
-Venid vosotros solos aparte, a un lugar despoblado, y descansad un poco.
Es que eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
32y se marcharon en la barca, aparte, a un lugar despoblado.
33Los vieron marcharse y muchos los reconocieron; entonces, desde todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar ·0 una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Explicación.
Los enviados han ejercido en la misión una actividad (enseñar = proponer e! mensaje tomando pie de! AT) que Jesús no les había encomendado. Él «enseña» solamente a público judío (1,21 b; 2,13; 4,1; 6,2; 9,31, etc.), no cuando habla a grupos en los que hay quienes no proceden de la institución judía (8,34; 9,35ss, etc.). En la misión universal debían proclamar la buena noticia, pero sin mezclar categorías judías (cf. 4,35-5,1). El término aparte (31) indica que Jesús pretende subsanar la incomprensión de los discípulos (cf 4,34).
Situación de Israel. La gente no va detrás de Jesús, sino del grupo entero; quiere decir que han conocido también la actividad de los discípulos en la misión reciente (33). Conmovido, cf. 1,41; Jesús renuncia a la instrucción particular a sus discípulos para ocuparse de la multitud. Como ovejas sin pastor, cf. Ez 34,8.31, abandonados por los dirigentes, sin un sentido para su vida. La situación de este pueblo equivale a la de muerte de la hija de Jairo. La enseñanza, ahora sin parábolas, propone la posibilidad de una alternativa (34).
30Los enviados se congregaron donde estaba Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y todo lo que habían enseñado. 31Él les dijo:
-Venid vosotros solos aparte, a un lugar despoblado, y descansad un poco.
Es que eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
32y se marcharon en la barca, aparte, a un lugar despoblado.
33Los vieron marcharse y muchos los reconocieron; entonces, desde todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar ·0 una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Explicación.
Los enviados han ejercido en la misión una actividad (enseñar = proponer e! mensaje tomando pie de! AT) que Jesús no les había encomendado. Él «enseña» solamente a público judío (1,21 b; 2,13; 4,1; 6,2; 9,31, etc.), no cuando habla a grupos en los que hay quienes no proceden de la institución judía (8,34; 9,35ss, etc.). En la misión universal debían proclamar la buena noticia, pero sin mezclar categorías judías (cf. 4,35-5,1). El término aparte (31) indica que Jesús pretende subsanar la incomprensión de los discípulos (cf 4,34).
Situación de Israel. La gente no va detrás de Jesús, sino del grupo entero; quiere decir que han conocido también la actividad de los discípulos en la misión reciente (33). Conmovido, cf. 1,41; Jesús renuncia a la instrucción particular a sus discípulos para ocuparse de la multitud. Como ovejas sin pastor, cf. Ez 34,8.31, abandonados por los dirigentes, sin un sentido para su vida. La situación de este pueblo equivale a la de muerte de la hija de Jairo. La enseñanza, ahora sin parábolas, propone la posibilidad de una alternativa (34).
VIERNES 3 DE FEBRERO DE 2012. Mc 6,14-29.
14Como su fama se había extendido, llegó a oídos del rey Herodes. Unos decían:
-Juan Bautista ha resucitado de la muerte y por eso las potencias actúan por su medio.
15Otros, en cambio, opinaban:
-Es Elías.
Otros, por su parte, decían:
-Es un profeta comparable a los antiguos.
16Pero Herodes, al oírlo, decía:
-Aquel Juan a quien yo le corté la cabeza, ése ha resucitado.
17Porque el tal Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, debido a Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado. 18Porque Juan le decía a Herodes:
-No te está permitido tener como tuya la mujer de tu hermano.
19Herodías, por su parte, se la tenía guardada a Juan y quería quitarle la vida, pero no podía; 20porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo tenía protegido. Cuando lo escuchaba quedaba perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21Llegó el día oportuno cuando Herodes, por su aniversario, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a los notables de Galilea. 22Entró la hija de la dicha Herodías y danzó, gustando mucho a Herodes y a sus comensales. El rey le dijo a la muchacha:
-Pídeme lo que quieras, que te lo daré.
23Y le juró repetidas veces:
-Te daré cualquier cosa que me pidas, incluso la mitad de mi reino.
24Salió ella y le preguntó a su madre:
-¿Qué le pido?
La madre le contestó:
-La cabeza de Juan Bautista.
25Entró ella enseguida, a toda prisa, adonde estaba el rey, y le pidió:
-Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
26El rey se entristeció mucho, pero, debido a los juramentos y a los convidados, no quiso desairarla. 27El rey mandó inmediatamente un verdugo, con orden de que le llevara la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, 28le llevó la cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha: y la muchacha se la dio a su madre.
29 Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.
Explicación.
Las opiniones sobre Jesús lo asimilan a figuras de! pasado, sin comprender la novedad de su mensaje ni la calidad de su persona. Opinión de Herodes (14-17). La muerte de Juan, e! predicador del cambio de vida, se debió a la denuncia del adulterio público de Herodes y Herodías, pero este adulterio sirve de trasfondo a la infidelidad a Dios de los dirigentes judíos, llamada «adulterio» por los profetas: los notables de Galilea están en e! banquete de Herodes (21), perseguido de Juan {no en el banquete mesiánico, 2,15), reconociéndolo por rey legítimo. Estos son «los herodianos» (3,6; 8,15; ~2.'13). En el plano figurado, Herodías, la adúltera, representa a estos dirigentes, la hija, al pueblo sin voluntad propia y juguete en sus manos (paralelos con la hija de Jairo: 5,35 y 6,22: hija; 5,41.42 y 6,28: muchacha). Juan no habría denunciado solamente la inmoralidad personal de Herodes, sino el connubio entre los dirigentes judíos y el poder del tirano. La muerte de Juan a manos de! poder civil, por instigación del poder judío (Herodías), preludia la muerte de Jesús.
-Juan Bautista ha resucitado de la muerte y por eso las potencias actúan por su medio.
15Otros, en cambio, opinaban:
-Es Elías.
Otros, por su parte, decían:
-Es un profeta comparable a los antiguos.
16Pero Herodes, al oírlo, decía:
-Aquel Juan a quien yo le corté la cabeza, ése ha resucitado.
17Porque el tal Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, debido a Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado. 18Porque Juan le decía a Herodes:
-No te está permitido tener como tuya la mujer de tu hermano.
19Herodías, por su parte, se la tenía guardada a Juan y quería quitarle la vida, pero no podía; 20porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo tenía protegido. Cuando lo escuchaba quedaba perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21Llegó el día oportuno cuando Herodes, por su aniversario, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a los notables de Galilea. 22Entró la hija de la dicha Herodías y danzó, gustando mucho a Herodes y a sus comensales. El rey le dijo a la muchacha:
-Pídeme lo que quieras, que te lo daré.
23Y le juró repetidas veces:
-Te daré cualquier cosa que me pidas, incluso la mitad de mi reino.
24Salió ella y le preguntó a su madre:
-¿Qué le pido?
La madre le contestó:
-La cabeza de Juan Bautista.
25Entró ella enseguida, a toda prisa, adonde estaba el rey, y le pidió:
-Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
26El rey se entristeció mucho, pero, debido a los juramentos y a los convidados, no quiso desairarla. 27El rey mandó inmediatamente un verdugo, con orden de que le llevara la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, 28le llevó la cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha: y la muchacha se la dio a su madre.
29 Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.
Explicación.
Las opiniones sobre Jesús lo asimilan a figuras de! pasado, sin comprender la novedad de su mensaje ni la calidad de su persona. Opinión de Herodes (14-17). La muerte de Juan, e! predicador del cambio de vida, se debió a la denuncia del adulterio público de Herodes y Herodías, pero este adulterio sirve de trasfondo a la infidelidad a Dios de los dirigentes judíos, llamada «adulterio» por los profetas: los notables de Galilea están en e! banquete de Herodes (21), perseguido de Juan {no en el banquete mesiánico, 2,15), reconociéndolo por rey legítimo. Estos son «los herodianos» (3,6; 8,15; ~2.'13). En el plano figurado, Herodías, la adúltera, representa a estos dirigentes, la hija, al pueblo sin voluntad propia y juguete en sus manos (paralelos con la hija de Jairo: 5,35 y 6,22: hija; 5,41.42 y 6,28: muchacha). Juan no habría denunciado solamente la inmoralidad personal de Herodes, sino el connubio entre los dirigentes judíos y el poder del tirano. La muerte de Juan a manos de! poder civil, por instigación del poder judío (Herodías), preludia la muerte de Jesús.
JUEVES 2 DE FEBRERO DEL 2012. Lc 2,22-40.
22 Cuando llegó el tiempo de que se purificasen conforme a la Ley de Moisés, llevaron al niño a la ciudad de Jerusalén para presentarlo al Señor
23 (tal y como está prescrito en la Ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor)
24 y ofrecer un sacrificio (conforme a lo mandado en la Ley del Señor: Un par de tórtolas o dos pichones).
25 Había por cierto en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel, y el Espíritu Santo descansaba sobre él.
26 El Espíritu Santo le había avisado que no moriría sin ver al Mesías del Señor.
27 Impulsado por el Espíritu fue al templo y, en el momento en que entraban los padres con el niño Jesús para cumplir con él lo que era costumbre según la Ley,
28 él lo cogió en brazos y bendijo a Dios diciendo:
29 -Ahora, mi Dueño, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
30 porque mis ojos han visto la salvación
31 que has puesto a disposición de todos los pueblos:
32 una luz que es revelación para las naciones
y gloria para tu pueblo, Israel.
33 Su padre y su madre estaban sorprendidos por lo que se decía del niño.
34 Simeón los bendijo y dijo a María su madre:
- Mira, éste está puesto para que en Israel unos caigan y otros se levanten, y como bandera discutida
35 -y a ti, tus anhelos te los truncará una espada-; así quedarán al descubierto las ideas de muchos.
36 Había también una profetisa. Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Esta era de edad muy avanzada: de casada había vivido siete años con su marido
37 y luego, de viuda, hasta los ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día.
38 Presentándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
39 Cuando dieron término a todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su pueblo de Nazaret.
40 El niño, por su parte, crecía y se robustecía, llenándose de saber, y el favor de Dios descansaba sobre él.
EXPLICACIÓN.
Las profecías sobre Jesús no se hacen al tiempo de su circuncisión (cf. 1,64.67), sino en Jerusalén, en el templo (22). José y María siguen integrando a Jesús en la cultura y religión judía. Pretenden cumplir con él todos los requisitos de la Ley. Todo primogénito varón debía ser consagrado a Dios (Éx 13,2.12.15) para el servicio del santuario (más tarde reservado a la tribu de Leví; Nm 3,12) y rescatado mediante el pago de una suma (Nm 18,15s); Lc no describe los ritos ni menciona el rescate (22-24). Tórtolas, pichones, sacrificio expiatorio de los pobres (Lv 12,8).
Dos figuras: Simeón y Ana. Simeón, justo (cf.16), participa de la expectación mesiánica (el Consuelo = el Mesías) cf. Is 40,1; 63,13s) (25); va al templo porque lo lleva el Espíritu, para encontrarse con Jesús. Cántico (29-32), profecía sobre Jesús. Ahora, cf. 2,11: "hoy". El ámbito de la salvación rebasa Israel (31) (no en María y Zacarías). El Mesías-luz librará a los paganos de las tinieblas/opresión (Is 25,7; 40,5; 42,6, etc); Israel, iluminado por él, alcanzará la gloria a que Dios lo destinaba (Is 46,13; 45,25).
Sorpresa de María y José (33). Palabras de Simeón a María (34s): levantar, caer, lo expresado por ella en su cántico (1,52s); alusión a la piedra que hace tropezar (Is 8,14) y que se convierte en cimiento (Is 28,6; Lc 20,17s). Bandera discutida, señal o estandarte al que se dará o negará la adhesión (Is 11,10.12); la contradicción lo llevará a la cruz. Tus anhelos los truncará (una espada) (35: lit. "traspasará tu psykhê": el término psykhê, traducción de nephesh, significa entre otras cosas "ansia, anhelo", cf. Sal 107,9): la madre/Israel experimentará en la muerte de Jesús el fracaso de la salvación que esperaba, cuya consecuencia será la ruina del pueblo (cf. Ez 14,17); la espada puede aludir a la destrucción de Jerusalén por el ejército romano, que echa abajo para siempre la esperanza de una restauración gloriosa. La cruz pondrá de manifiesto las perversas intenciones de muchos en Israel.
Ana (36), arraigada en el pasado (genealogía) y en la institución (vive en el templo). Viuda (37), cf. Jr 51,5. Simeón continúa la línea del cántico de María (caída-levantamiento); Ana, la de Zacarías (la liberación de Jerusalén de los enemigos externos) (38).
María y José cumplen los ritos legales, pero la consagración del niño no dependía de ceremonias (1,35). Vuelta a Nazaret (39).
En Jesús hay crecimiento físico y un saber divino. El Espíritu preparaba a Juan para ser profeta (1,15). La sabiduría va dando a Jesús una visión profunda del plan de Dios. La presencia continua del favor divino indica una limpidez sin obstáculos. (40).
23 (tal y como está prescrito en la Ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor)
24 y ofrecer un sacrificio (conforme a lo mandado en la Ley del Señor: Un par de tórtolas o dos pichones).
25 Había por cierto en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel, y el Espíritu Santo descansaba sobre él.
26 El Espíritu Santo le había avisado que no moriría sin ver al Mesías del Señor.
27 Impulsado por el Espíritu fue al templo y, en el momento en que entraban los padres con el niño Jesús para cumplir con él lo que era costumbre según la Ley,
28 él lo cogió en brazos y bendijo a Dios diciendo:
29 -Ahora, mi Dueño, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
30 porque mis ojos han visto la salvación
31 que has puesto a disposición de todos los pueblos:
32 una luz que es revelación para las naciones
y gloria para tu pueblo, Israel.
33 Su padre y su madre estaban sorprendidos por lo que se decía del niño.
34 Simeón los bendijo y dijo a María su madre:
- Mira, éste está puesto para que en Israel unos caigan y otros se levanten, y como bandera discutida
35 -y a ti, tus anhelos te los truncará una espada-; así quedarán al descubierto las ideas de muchos.
36 Había también una profetisa. Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Esta era de edad muy avanzada: de casada había vivido siete años con su marido
37 y luego, de viuda, hasta los ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día.
38 Presentándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
39 Cuando dieron término a todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su pueblo de Nazaret.
40 El niño, por su parte, crecía y se robustecía, llenándose de saber, y el favor de Dios descansaba sobre él.
EXPLICACIÓN.
Las profecías sobre Jesús no se hacen al tiempo de su circuncisión (cf. 1,64.67), sino en Jerusalén, en el templo (22). José y María siguen integrando a Jesús en la cultura y religión judía. Pretenden cumplir con él todos los requisitos de la Ley. Todo primogénito varón debía ser consagrado a Dios (Éx 13,2.12.15) para el servicio del santuario (más tarde reservado a la tribu de Leví; Nm 3,12) y rescatado mediante el pago de una suma (Nm 18,15s); Lc no describe los ritos ni menciona el rescate (22-24). Tórtolas, pichones, sacrificio expiatorio de los pobres (Lv 12,8).
Dos figuras: Simeón y Ana. Simeón, justo (cf.16), participa de la expectación mesiánica (el Consuelo = el Mesías) cf. Is 40,1; 63,13s) (25); va al templo porque lo lleva el Espíritu, para encontrarse con Jesús. Cántico (29-32), profecía sobre Jesús. Ahora, cf. 2,11: "hoy". El ámbito de la salvación rebasa Israel (31) (no en María y Zacarías). El Mesías-luz librará a los paganos de las tinieblas/opresión (Is 25,7; 40,5; 42,6, etc); Israel, iluminado por él, alcanzará la gloria a que Dios lo destinaba (Is 46,13; 45,25).
Sorpresa de María y José (33). Palabras de Simeón a María (34s): levantar, caer, lo expresado por ella en su cántico (1,52s); alusión a la piedra que hace tropezar (Is 8,14) y que se convierte en cimiento (Is 28,6; Lc 20,17s). Bandera discutida, señal o estandarte al que se dará o negará la adhesión (Is 11,10.12); la contradicción lo llevará a la cruz. Tus anhelos los truncará (una espada) (35: lit. "traspasará tu psykhê": el término psykhê, traducción de nephesh, significa entre otras cosas "ansia, anhelo", cf. Sal 107,9): la madre/Israel experimentará en la muerte de Jesús el fracaso de la salvación que esperaba, cuya consecuencia será la ruina del pueblo (cf. Ez 14,17); la espada puede aludir a la destrucción de Jerusalén por el ejército romano, que echa abajo para siempre la esperanza de una restauración gloriosa. La cruz pondrá de manifiesto las perversas intenciones de muchos en Israel.
Ana (36), arraigada en el pasado (genealogía) y en la institución (vive en el templo). Viuda (37), cf. Jr 51,5. Simeón continúa la línea del cántico de María (caída-levantamiento); Ana, la de Zacarías (la liberación de Jerusalén de los enemigos externos) (38).
María y José cumplen los ritos legales, pero la consagración del niño no dependía de ceremonias (1,35). Vuelta a Nazaret (39).
En Jesús hay crecimiento físico y un saber divino. El Espíritu preparaba a Juan para ser profeta (1,15). La sabiduría va dando a Jesús una visión profunda del plan de Dios. La presencia continua del favor divino indica una limpidez sin obstáculos. (40).
MIÉRCOLES 1 DE FEBRERO DE 2012. Mc 6,1-6.
(Mt 13,53-58; Lc 4,16-30)
1bFue a su tierra, seguido de sus discípulos. 2Cuando llegó el día de precepto se puso a enseñar en la sinagoga; la mayoría, al oírlo, se decía impresionada:
-¿De dónde le vienen a éste esas cosas? ¿Qué clase de saber le han comunicado a éste, y qué portentos son esos que le salen de las manos? 3¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón? y ¿no están sus hermanas aquí con nosotros? y se escandalizaban de él.
4Jesús les dijo:
-Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian a un profeta.
No le fue posible de ningún modo actuar allí con fuerza; sólo curó a unos pocos enfermos aplicándoles las manos. 6y estaba sorprendido de su falta de fe.
Entonces fue dando una vuelta por las aldeas de alrededor, enseñando.
EXPLICACIÓN.
1b-6. Colofón de la segunda sección: No se nombra a Nazaret, porque su tierra/su patria es el pueblo judío (1b). La escena tipifica la actitud hacia Jesús de la mayoría del pueblo, identificado con la postura de los letrados (3,22). Nadie acude a Jesús a su llegada: rechazo. Primer contacto, el día de precepto, en que tienen que ir a la sinagoga. Están impresionados por su enseñanza, pero no reconocen que su autoridad sea la del Espíritu (cf 1,22). No pronuncian su nombre, sólo pronombres despectivos para él y su actividad (éste, eso). Si su autoridad no es de Dios, no puede ser más que del demonio (d. 3,22: agente de Belcebú); por eso dan sentido peyorativo a su saber (magia) y lo mismo a su actividad (no «hace» prodigios, le salen, como instrumento de otro). Hijo de María, indigno de llamarse hijo de un padre. Rechazo total (cf. 3,31ss: «madre y hermanos»), Jesús se presenta como profeta, es decir, como inspirado por el Espíritu de Dios, desmintiendo la acusación de magia (4). La falta de fe impide su actividad. En lugares periféricos sí escuchan su enseñanza (5-6).
1bFue a su tierra, seguido de sus discípulos. 2Cuando llegó el día de precepto se puso a enseñar en la sinagoga; la mayoría, al oírlo, se decía impresionada:
-¿De dónde le vienen a éste esas cosas? ¿Qué clase de saber le han comunicado a éste, y qué portentos son esos que le salen de las manos? 3¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón? y ¿no están sus hermanas aquí con nosotros? y se escandalizaban de él.
4Jesús les dijo:
-Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian a un profeta.
No le fue posible de ningún modo actuar allí con fuerza; sólo curó a unos pocos enfermos aplicándoles las manos. 6y estaba sorprendido de su falta de fe.
Entonces fue dando una vuelta por las aldeas de alrededor, enseñando.
EXPLICACIÓN.
1b-6. Colofón de la segunda sección: No se nombra a Nazaret, porque su tierra/su patria es el pueblo judío (1b). La escena tipifica la actitud hacia Jesús de la mayoría del pueblo, identificado con la postura de los letrados (3,22). Nadie acude a Jesús a su llegada: rechazo. Primer contacto, el día de precepto, en que tienen que ir a la sinagoga. Están impresionados por su enseñanza, pero no reconocen que su autoridad sea la del Espíritu (cf 1,22). No pronuncian su nombre, sólo pronombres despectivos para él y su actividad (éste, eso). Si su autoridad no es de Dios, no puede ser más que del demonio (d. 3,22: agente de Belcebú); por eso dan sentido peyorativo a su saber (magia) y lo mismo a su actividad (no «hace» prodigios, le salen, como instrumento de otro). Hijo de María, indigno de llamarse hijo de un padre. Rechazo total (cf. 3,31ss: «madre y hermanos»), Jesús se presenta como profeta, es decir, como inspirado por el Espíritu de Dios, desmintiendo la acusación de magia (4). La falta de fe impide su actividad. En lugares periféricos sí escuchan su enseñanza (5-6).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)