sábado, septiembre 03, 2011

Jueves 29 de septiembre de 2011. Jn 1,47-51.

47. Jesús vio a Natanael, que se le acercaba, y comentó: - Mirad un israelita de veras, en quien no hay falsedad. 48. Natanael le preguntó: -¿De qué me conoces? Jesús le contestó: -Antes que te llamara Felipe, estando tú bajo la higuera, me fijé en ti. 49. Natanael le respondió: - Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres rey de Israel. 50. Jesús le contestó: -¿Es porque te he dicho que me fijé en ti debajo de la higuera por lo que crees? Pues cosas más grandes verás. 51. Y le dijo: - Sí, os lo aseguro: Veréis el cielo quedar abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar por el Hombre. EXPLICACIÓN. Jesús describe a Natanael como a modelo de israelita. La mención de la higuera alude a Os 9,10 (LXX): “Como racimo en el desierto encontré a Israel, como en breva en la higuera me fijé en sus padres”. El profeta describía la elección del pueblo; Natanael representa precisamente al Israel elegido que ha conservado la fidelidad a Dios; Jesús renueva la elección (47-48). Reacción entusiasta de Natanael: Rabbí: maestro fiel a la tradición (cf. V.45: Moisés en la Ley); Hijo de Dios: Mesías, el rey mesiánico (v.45: los profetas), interpretando como rey de Israel, el prometido sucesor de David (Sal 2,2.6s; 2 Sm 7.14; Sal 89,4s.27), que restauraría la grandeza del pueblo, no como en boca de Juan Bautista (1,33-34; el Hijo de Dios_ el portador del Espíritu). La obra del Mesías no se limita a la elección de Israel (higuera). Primera declaración de Jesús sobre sí mismo. Alude a la visión de Jacob en Betel (Gn 28,11-27). Promesa (51: Veréis): la comunicación permanente con Dios en Jesús (el cielo quedar abierto). El Hombre (el portador del Espíritu): el proyecto salvador de Dios no se basa en la realeza davídica (49, de Natanael), sino en la plenitud humana (51). La promesa se realizará en la cruz, cuando vean al que traspasaron (19,37), en quien brilla la gloria/amor (cf. 19,34: sangre y agua).

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