MI CUENTO DE CADA DÍA.
sábado, septiembre 03, 2011
jueves 15 de septiembre de 2011. Jn 19,25-27 o Lc 2,33-35.
JUAN
La madre y el discípulo:
Israel integrado en la nueva comunidad.
(Jn 19,25-27)
19, 25. Estaban presentes junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena.
26. Jesús entonces, viendo a la madre y, al lado de ella, a su discípulo predilecto, dijo a la madre:
-Mujer, mira a tu hijo.
27. Luego dijo al discípulo:
-Mira a tu madre.
Y desde aquella hora la acogió el discípulo en su casa.
EXPLICACIÓN.
25-27. Según el contexto, hay dos mujeres al pie de la cruz (25): la madre de Jesús, María la de Cleofás (quizá patronímico), y su hermana, María Magdalena. En la escena siguiente (26-27), esta última está sustituida por el discípulo predilecto.
La presencia significa fidelidad. Cada una de las dos mujeres representa la comunidad de una alianza: la madre, la de la alianza antigua, el resto de Israel, la esposa fiel de Dios (2,4: “Mujer”). María Magdalena, la comunidad de la nueva alianza, la esposa del Mesías (20,13.15: “Mujer”).
El papel de la madre, la antigua comunidad, termina en la cruz; el de María Magdalena comienza en ella. La identidad de nombre indica el común papel de esposa (María de Betania, 11,1-3; 12,2, anticipaba la figura de la nueva esposa, como la resurrección de Lázaro anticipaba la de Jesús).
La nueva comunidad (María Magdalena) es hermana de la antigua (la madre de Jesús). Existe, pues, una relación de fraternidad, de igualdad, entre el pueblo antiguo y fiel y la nueva comunidad. Ha cesado el privilegio de Israel.
Cambia el juego de personajes (26). La nueva comunidad, representada en cuanto esposa por María Magdalena, lo está ahora, en cuanto amigo, por el discípulo predilecto de Jesús. Jesús ve a la madre (no “a su madre”, v.25; cf. 2,1.3.5.12); del Israel fiel tuvo origen el Mesías (4,22) y, en consecuencia, la comunidad mesiánica.
Encargo de Jesús a la madre y al discípulo, en términos de reconocimiento mutuo (26: Mira a tu hijo; 27: Mira a tu madre). El antiguo Israel debe reconocer su legítima descendencia (hijo) en la comunidad nueva y universal. La nueva comunidad debe reconocer su origen (madre) en el Israel fiel a Dios. Éste se integra en la comunidad universal (la acogió el discípulo en casa).
LUCAS.
33 Su padre y su madre estaban sorprendidos por lo que se decía del niño.
34 Simeón los bendijo y dijo a María su madre:
- Mira, éste está puesto para que en Israel unos caigan y otros se levanten, y como bandera discutida
35 -y a ti, tus anhelos te los truncará una espada-; así quedarán al descubierto las ideas de muchos.
EXPLICACIÓN.
Sorpresa de María y José (33). Palabras de Simeón a María (34s): levantar, caer, lo expresado por ella en su cántico (1,52s); alusión a la piedra que hace tropezar (Is 8,14) y que se convierte en cimiento (Is 28,6; Lc 20,17s). Bandera discutida, señal o estandarte al que se dará o negará la adhesión (Is 11,10.12); la contradicción lo llevará a la cruz. Tus anhelos los truncará (una espada) (35: lit. "traspasará tu psykhê": el término psykhê, traducción de nephesh, significa entre otras cosas "ansia, anhelo", cf. Sal 107,9): la madre/Israel experimentará en la muerte de Jesús el fracaso de la salvación que esperaba, cuya consecuencia será la ruina del pueblo (cf. Ez 14,17); la espada puede aludir a la destrucción de Jerusalén por el ejército romano, que echa abajo para siempre la esperanza de una restauración gloriosa. La cruz pondrá de manifiesto las perversas intenciones de muchos en Israel.
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