viernes, junio 01, 2018

LECTURAS DEL VIERNES 22 DE JUNIO DEL 2018

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

Primera Lectura 2 libro de los Reyes (11,1-4.9-18.20):

1Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la familia real. 2Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Josebá, hija del rey de Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así, se lo ocultó a Atalia y lo libro de la muerte. 3El niño estuvo escondido con ella en el templo mientras en el país reinaba Atalía.
4El año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los centuriones de los carios y de la escolta; los llamó a su presencia en el templo, se juramentó con ellos y les presentó al hijo del rey.
9Los oficiales hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunión a sus hombres, lo que estaban de servicio el sábado y los que estaban libres, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá. 10El sacerdote entregó a los oficiales las lanzas y los escudos del rey David, que se guardaban en el templo. 11Los de la escolta empuñaron las armas y se colocaron entre el altar y el templo, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, para proteger al rey. 12Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando:
-¡Viva el rey!
13Atalía oyó el clamor de la tropa y de los oficiales y se fue hacia la gente, al templo. 14Pero cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta y las trompetas tocando, se rasgó las vestiduras y gritó:
-¡Traición! ¡Traición!
15El sacerdote Yehoyadá ordenó a los oficiales que mandaban las fuerzas:
-Sacadla de las filas. Al que la siga lo matáis (pues no quería que la matasen en el templo).
16La fueron empujando con las manos, y cuando llegaba a palacio por la puerta de las caballerizas, allí la mataron.
17Yehoyadá selló el pacto entre el Señor y el rey y el pueblo, para que éste fuera el pueblo del Señor. 18Toda la población se dirigió luego al templo de Baal: lo destruyeron, derribaron sus altares, trituraron las imágenes, y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el altar. El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo. 20Toda la población hizo fiesta, y la ciudad quedó tranquila. A Atalía la habían matado a espada en el palacio.

EXPLICACIÓN.

11. El paralelo que sigue, del reino de Judá, es uno de los más importantes de la historia de los reyes. Después de Jehú ha matado a los reyes de los dos reinos y se ha proclamado rey de Israel, se podía esperar que continuaría las matanzas en el sur, hasta unificar bajo su corona los dos reinos; renovación dinástica total.

La raíz del pecado ha arraigado también en Judá: Atalía, hija de Jezabel, mujer de Jorán de Judá. Parece que la reina quiere arrebatar para su familia fenicia el trono de Judá. ¿Cuáles eran sus móviles? El autor no lo dice; sólo le interesa mostrar el fracaso de su acción. No son iguales las dos dinastías, porque la dinastía de David tiene una promesa de Dios que no tiene la del norte. El autor quiere que veamos con detalle cómo se cumple la promesa de Dios contra la expectación humana.

En la conservación de la dinastía juegan un papel decisivo el templo y el sacerdote; como si la vinculación de la dinastía con el templo fuera garantía de su permanencia. En el templo se esconde y crece el heredero legítimo, en el templo es proclamado rey.

11,1. Atalía imita la violencia de Jezabel y la crueldad de Jehú.

11,2. El libro de las Crónicas dice que Josebá era esposa del sacerdote Yehoyadá, lo cual explica que pudiera estar y moverse en el templo sin levantar sospechas.

11,4 El año séptimo tiene carácter jubilar. Tras una especie de cautividad bajo el mando legítimo, sucede una liberación. Podemos suponer que durante esos años, el sacerdote, sin revelar el secreto, ha ido consolidando el partido yahvista fiel a la memoria de David: una especie de oposición callada y expectante. En vez de Carios, otros leen Quereteos, cambiando una letra.

11,10. 2 Sm 8,7-11.

11,11. En medio del atrio y enfrente del edificio propiamente dicho había un altar: en el pasillo que forman la fachada del edificio y dicho altar, la guardia forma un doble cordón, que se alarga hasta la puerta de acceso del palacio; el pueblo queda en el atrio frente a la fachada. Desde el interior del templo o de sus dependencias sacerdotales viene el cortejo que acompaña y protege al niño rey, con Yehoyadá al frente. En este momento todavía no tocan las trompetas de rúbrica.

11,12-13. Se amplía la escena, antes concentrada en el sacerdote y la guardia: por una parte asoma Atalía, en el atrio caemos en la cuenta del pueblo que aplaude y vitorea. Señal de que la revolución de palacio podía contar con el apoyo popular.

11,15. “Seguirla” como gesto de ponerse de su parte: el sacerdote quiere prevenir una posible reacción, intimidando a los que no aprueben la acción. La reina no debe morir en el templo, pues su cadáver lo desecraría.

11,17-18. Con la renovación del pacto culmina la ceremonia. En este pacto se mencionan tres partes: el Señor, el rey, el pueblo. Su antecedente próximo es el pacto de David, cuando en Hebrón fue reconocido rey de todo Israel (2 Sm 5,3).

Según Jos 24, en la renovación de la alianza había un rito de purificación, que consistía en eliminar todas las imágenes de ídolos. Esta parte de la ceremonia se celebra esta vez al final, destruyendo pública y colectivamente el templo de Baal.

11,20. “Quedó tranquila”; es el verbo que usa el marco narrativo de Jueces y señala el comienzo de una etapa de paz.


Sal 132,11-14.17-18

11EI Señor juró a David
una promesa que no retractará: 
                   «Un fruto de tus entrañas 
                   colocaré en tu trono.
12Si tus hijos guardan mi alianza 
                   y los mandatos que les enseño, 
                   también sus hijos, por siempre,
se sentarán en tu trono».  
13EI Señor ha elegido a Sión,
la quiere como residencia suya: 
                  14«Éste es mi descanso para siempre,
aquí  habitaré, porque la quiero.
17Haré brotar un cuerno a David, 
                   preparo una lámpara para mi Ungido. 
                   18Vestiré de ignominia a sus enemigos; 
                   sobre él florecerá su diadema».

EXPLICACIÓN.

132,11 a El verso es enfático. En tiempo del Cronista es una magnífica profesión de fe y esperanza.

132,11 b-12 El primero en singular sin condiciones. El segundo en plural y condicionado: Sal 89,29-38.

132,13 Elección de Sión: Sal 68,17; 87,2.

132,17 -18 Los verbos "brotar, florecer” vienen del campo vegetal. Tanto el cuerno como la lámpara parecen designar al sucesor.

Transposición cristiana.

Éste es uno de los salmos mesiánicos clásicos: se incorpora a la serie de 2, 45, 72, 110. El NT lo cita en Hch 2,29 y 7,45-47. El cristiano como morada del 
Padre y del Hijo: Jn 14,23. Los Padres han referido el v. 8 a la resurrección y ascensión de Jesucristo.

Evangelio según san Mateo (6,19-23)

19 Dejaos de amontonar riquezas en la tierra, donde la polilla y la carcoma las echan a perder, donde los ladrones abren boquetes y roban.
20 En cambio, amontonaos riquezas en el cielo, donde ni polilla ni carcoma las echan a perder, donde los ladrones no abren boquetes ni roban.
                   21 Porque donde tengas tu riqueza tendrás el corazón.
                   22 La esplendidez da el valor a la persona. Si eres desprendido, toda tu persona vale;
23 en cambio, si eres tacaño, toda tu persona es miserable. Y si por valer tienes sólo miseria. ¡qué miseria tan grande!

EXPLICACIÓN.

Desarrolla el contenido de la primera bienaventuranza (5,3). La renuncia propia del Reino consiste en la renuncia efectiva de la riqueza. El hombre se define por los valores que estima y las seguridades que busca; ellos orientan su vida y marcan su personalidad (19-21).  La perícopa 6,22-23, continúa el tema del dinero; contiene numerosos semitismos, traducidos por sus equivalencias en nuestro idioma "Ojo perverso" = envidia, tacañería; "ojo simple", generosidad, esplendidez; sobre esta oposición se interpreta el resto. Propone el compartir (esplendidez) como opuesto a acumular riquezas.

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. 1 Pedro 4,12-19

 12Amigos míos, no os extrañéis del fuego que ha prendido ahí para poneros a prueba, como si os ocurriera algo extraño. 13 Al contrario, estad alegres en proporción a los sufrimientos que' compartís con el Mesías; así también cuando se revele su gloria, desbordaréis de alegría. 14Si os escarnecen por ser cristianos, dichosos vosotros; eso indica que el Espíritu de la gloria, que es el de Dios, reposa sobre vosotros. 15Que a ninguno de vosotros lo castiguen por ladrón, homicida o malhechor, ni tampoco por meterse en asuntos ajenos. 16Pero si sufre por ser cristiano, no tiene por qué avergonzarse; que alabe a Dios por el nombre que lleva. 17Es que ha llegado el momento del juicio y está empezando por el templo de Dios. Si lo nuestro es el principio, ¿cuál será el final con los que se rebelan contra la buena noticia de Dios? 18Si el justo a duras penas se salva, ¿qué va a ser del impío y pecador? 19Conclusión: los que padecen según ese designio de Dios, que practiquen el bien, poniéndose así en manos del Creador, que es fiel.

EXPLICACIÓN.

12-19.              Nueva alusión a la persecución local (cf. 1,6-11) (12). Anima a soportar la prueba, porque ésta hace participar de los sufrimientos del Mesías Jesús (13).  La persecución, señal de que el Espíritu está con ellos, es decir, de que Dios aprueba su proceder (14); es una gloria para el cristiano (15-16) y actualiza el juicio de Dios. Interpretación teológica en términos del A T: Dios está purificando su templo y empieza por los consagrados a él (17). Cita Prov 11,31 sólo para deducir la suerte de los malvados (18; cf. 1,9). La dificultad no interrumpe la actividad cristiana (19). 

Salmo.126,1-6

1Cuando cambió el Señor la suerte de Sión, 
creíamos soñar;
2se nos llenaba de risas la boca, 
la lengua de júbilo.
Hasta los paganos comentaban:
«El Señor ha estado grande con ellos».
3-EI Señor ha estado grande con nosotros, 
y celebramos fiesta.
4Cambia, Señor, nuestra suerte, 
como los cauces del Negueb. 
5Los que siembran con lágrimas 
cosechan con júbilo.
6AI ir iba llorando
llevando la bolsa de semilla; 
al volver vuelve cantando 
llevando sus gavillas.

Explicación.
126 Género y situaciónAcción de gracias por una restauración y petición para que se complete. En la mayoría de los textos en que aparece la fórmula "cambiar la suerte", se refiere a la vuelta del destierro de Babilonia: Dt 30,3; ocho veces en el bloque Jr 29,14-33,26. Parece bastante probable que el salmo expresa el gozo por la vuelta del destierro en la primera repatriación, o en tiempo de Nehemías.
El gozo y el sueño. Tan grande es el gozo, que les parece un sueño. ¿Es pesimismo?: en la vida las dichas son sueño. ¿Es cautela?: por si acaso, no entregarse al gozo. 
¿Realistas o soñadores? El salmo confiesa entre líneas que los soñadores tenían razón: como Isaías Segundo, como cuantos preparan los grandes cambios de la suerte.
Dos imágenesa) Una lluvia torrencial puede llenar los cauces de torrentes y fertilizar algunas zonas de páramos (Job 38,25-27). Del mismo modo se llenarán los cauces de Judá con las corrientes de nuevos repatriados. b) Había años en que los labradores tenían que quitarse el pan de la boca para reservar simiente. Sembrar, aparte la fatiga del trabajo, era pasar hambre; pero no era estéril. Así la marcha al destierro, vista desde el retorno, no aparece estéril: fue siembra costosa para una cosecha gozosa. La palabra hebrea significa semilla vegetal y estirpe humana: Is 65,9; Jr 31,27; Os 2,25. 
126,1-2a Forma pareja con el 124 como faceta complementaria.
126,2b Los paganos han sido testigos de la acción del Señor a favor de su pueblo: Sal 98,2; Is 52,1.
126,5 Puede compararse con Is 9,2; Sal 4,8.
126,6 Léase Bar 5,5-6.9.

Transposición cristiana.
 La resurrección de Cristo es el inaudito cambio de la suerte; tanto que los apóstoles, al ser testigos de ella, no acababan de creerlo. Su cuerpo muerto ha sido la semilla fecunda (Jn 12,24). Siembra y cosecha en Jn 4,36-38.

Evangelio. Mateo 10,34-39

34 No penséis que he venido a sembrar paz en la tierra: no he venido a semrar paz, sino espadas;
35 porque he venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con la madre, a la nuera con la suegra; 
36 así que los enemigos de uno serán los de su casa (Miq 7,6).
                  37 El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; 
38 y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí.
                 39 El que ponga al seguro su vida, la perderá, y el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro.

Explicación.

  Disipa un malentendido. Hay que trabajar por la paz (5,9), mediante la opción contra la riqueza (5,3), para implantar la justicia (5,6); pero este mensaje y conducta suscita una tremenda oposición. La primera lealtad, para Jesús, y ésa hasta dar la vida (37s), ahí está la realización del discípulo (38). 

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