martes, agosto 01, 2017

LECTURAS DEL SÁBADO 5 DE AGOSTO DEL 2017.

PRIMERA LECTURA. Levítico 25,1.8-17 o Apocalipsis 21,1-5.


Levítico 25,1.8-17

1El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí:

Año jubilar (Dt 15,1-11).

>>8Haz el cómputo de siete semanas de años, siete por siete, o sea, cuarenta y nueve años. 9A toque de trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El día de la expiación haréis resonar la trompeta por todo vuestro país.
10>>Santificaréis el año cincuenta y promulgaréis manumisión en el país para todos sus moradores. Celebraréis jubileo, cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia.
11>>El año cincuenta es para vosotros jubilar, no sembraréis ni segaréis el grano de ricio ni cortaréis las uvas de cepas bordes. 12Porque es jubileo, lo considerarás sagrado. Comeréis de la cosecha de vuestros campos.
13>>En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. 14Cuando realicéis operaciones de compra y venta con alguien de vuestro pueblo, no os perjudiquéis unos a otros. 15Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo. Él, a su vez, se lo cobrará según el número de cosechas anuales: 16cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas. 17Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Respeta a tu Dios. Yo soy el Señor, vuestro Dios.

Explicación.

25,8-17. No está claro si este descanso es acumulativo o suple a uno de los sabásticos. Tampoco nos consta que se haya practicado con rigor. En él confluyen el descanso del campo, la manumisión de esclavos, la condonación de deudas. La tierra de Canaán vuelve a la supuesta situación inicial, cuando Josué la repartió por suerte. Ese punto de referencia, vuelta cíclica a un momento ideal, ha de regular las operaciones comerciales del tiempo intermedio. Parece una medida teórica para evitar el acaparamiento de terrenos y el excesivo enriquecimiento de algunos, que denuncian y combaten los profetas. Tiene doble carácter, sagrado y social. Véase Dt 15,1-11. 


Apocalipsis 21,1-5.


1 Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.
2 Y Vi bajar del cielo, de junto a Dios, a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, ataviada como una novia que se adorna para su esposo.
3 Y oí una voz potente que decía desde el trono:

Ésta es la morada de Dios con los hombres;
él habitará con ellos
y ellos serán su pueblo (Ez 37,27).
Dios en persona estará con ellos
y será su Dios.
Él enjugará las lágrimas de sus ojos,
ya no habrá más muerte ni luto
ni llanto ni dolor,
pues lo de antes ha pasado.

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo:
- Todo lo hago nuevo.
Y añadió:
- Escribe, que estas palabras son fidedignas y verídicas.


Explicación.


Visión del cielo y tierra nuevos, cf. Is 65,17. Nueva creación, definitiva, que no se opone a la antigua, pero que representa un salto cualitativo respecto a ella, en función de la nueva realidad del hombre y de su relación con Dios. No desaparece el mundo en la infinitud de Dios, se transforma en mundo de Dios, una vez eliminado todo lo que, debido a la alineación del hombre, le impedía ser transfigurado por el amor de Dios. El mar, concebido como el residuo del caos primitivo, no tiene lugar en el orden nuevo; cf. Is 51,9s (1).

Nueva visión (2). Idealmente, Jerusalén debía haber sido la ciudad cuyo centro era Dios, presente en el templo, pero había sido infiel a esta vocación; no es ella la que es glorificada. Nueva Jerusalén, cf. Is 60,1-9; 65, 18s; Ez 48,35; el prototipo de la nueva sociedad, don de Dios a los hombres, en la nueva creación; ciudad santa, santificada por la presencia divina. Como una novia: van a celebrarse las bodas del Cordero (19,7-9), símbolo de la relación de fidelidad y amor entre Jesús y la humanidad nueva.

La voz de Dios o de Jesús (desde el trono) (3-4): la ciudad misma es la morada de Dios (cf. Éx 29,45; Is 12,6; Ez 37,27; Zac 8,8), no necesitará un templo (cf. 21,22; Éx 25,8); ha terminado el misterio del santuario; la presencia de Dios no inspira temor; ellos serán su pueblo, formado ahora por hombres de todas las naciones (cf. 5,9s) (3). Amor y ternura de Dios; consuelo definitivo, cf. Is 25,8; 35,10; 65,16-19. Lo de antes, el doloroso proceso de la humanidad (4). 

Por primera vez en el libro se explicita que es Dios quien habla (5)




SALMO. 67,2-3.5.7-8.

(Nm 6,22-27) 

2Dios tenga piedad y nos bendiga, 
muéstrenos su rostro radiante, 
3para que conozca la tierra tus caminos, 
todas las naciones tu salvación. 
5Que lo celebren jubilosas las naciones 
porque riges el mundo con justicia, 
riges los pueblos con rectitud 
y gobiernas las naciones de la tierra.  
 7La tierra ha dado su cosecha: 
nos bendice Dios, nuestro Dios. 
8Nos bendice Dios: Que lo respeten 
todos los confines del orbe. 



EXPLICACIÓN.
 
67,2 Todo parte de la "piedad" de Dios: actitud y acto gratuito que al hombre le es sugerido invocar. El "bendecir" de Dios es bienhacer, porque diciendo hace. La humanidad comienza con una bendición: Gn 1 ,28. Un "rostro" benévolo irradia luz: Prov 16,15; EcI 8,1.

67,3 Los "caminos" son el modo de actuar.  
 
67,5 El gobierno de Dios es justo, como cantan los salmos 96 y 98.

67,7 La bendición equivale a la lluvia que fertiliza la tierra. Aunque dice "nuestro Dios", no pronuncia el nombre de Yhwh.

Transposición cristiana.
 
Tratándose de bendición, es obligado citar el comienzo de la carta a los Efesios.  



EVANGELIO. Mateo 14,1-12.

1 Por aquel entonces oyó al tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús
2 y dijo a sus servidores:
                        - Ése es Juan Bautista; ha resucitado y por eso las potencias actúan por su medio.
                       3 Porque Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado; el motivo había sido Herodías, mujer de su hermano Felipe,
4 pues Juan le decía que no le estaba permitido tenerla por mujer.
                       5 Quería quitarle la vida, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
6 El día del cumpleaños de Herodes danzó la hija de Herodías delante de todos, y le gusto tanto a Herodes
7 que juró darle lo que pidiera.
                       8 Ella, instigada por su madre, le dijo:
                       - Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.
                       9 El rey lo sintió; pero debido al juramento y a los invitados ordenó que se la dieran,
10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
11 Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la muchacha y ella se la llevó a su madre.
                      12 Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterreraron y fueron a contárselo a Jesús.

EXPLICACIÓN.

1 - 12.                Nueva sección. Intranquilidad de Herodes: ve en Jesús un Juan resucitado, activado por fuerzas oscuras (1). Juan había reprochado el adulterio de Herodes (Lv 20,21). El miedo al pueblo impedía a Herodes matar a Juan (5, cf. 26,3-5). Sentido teológico: el adulterio, figura de la infidelidad a Dios (cf. 12,39). Paralelo entre la hija de Jairo y la de Herodías (muchacha), ambas figuras del pueblo sometido a los dirigentes, representados aquí por Herodías. Al dar estos su fidelidad a Herodes, poder tiránico y asesino, se han hecho infieles a Dios. El pueblo sometido (la hija), sin iniciativa ni decisión propia (dependiente de la madre), se esfuerza también por complacer a Herodes. Juan Bautista denunciaba esta alianza ilegítima de los dirigentes con Herodes. Los dirigentes convencen al pueblo de que pida la muerte de Juan. Opinión popular dividida: unos tienen a Juan por profeta (5), otros (la hija) piden su muerte.

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