viernes, enero 01, 2016

LECTURAS DEL MARTES 26 DE ENERO DEL 2016.

Primera Lectura: 2 Timoteo 1,1-8 o Tito 1,1-5.


  1Pablo, apóstol del Mesías Jesús por designio de Dios, conforme a las promesas de vida que hay en Jesús Mesías, 2a Timoteo, hijo querido: Te deseo el favor, la misericordia y la paz de Dios Padre y del Mesías Jesús, Señor nuestro.
                        3Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia, como aprendí de mis antepasados, cuando te encomiendo en mis oraciones noche y día. 4Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría 5refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y que estoy seguro tienes también tú.
                        6Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos; 7porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino un espíritu de valentía, de amor y de dominio propio.
                       8Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de que yo esté en la cárcel por él. Al contrario, sufre conmigo por el evangelio, con la fuerza de Dios: 


Explicación.


 Saludo parecido al de la primera carta (1-2). Exordio: La acción de gracias tiene un cálido tono personal. Pablo fue educado en su tradición familiar, y lo mismo lo ha sido Timoteo, éste como cristiano (3-5).

                   Mientras en 1 Tim 4,13-16, el don concedido a Timoteo se refería a la enseñanza, en este pasaje concierne al testimonio; frutos del Espíritu son la valentía, el amor y la autodisciplina. Parece referirse, por tanto, a la actividad exterior, sin temer la persecución ni considerarla humillante. (8). 


O


 1Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesús Mesías, para que crean los elegidos de Dios: para que conozcan la verdad propia de la piedad que se apoya 2en la esperanza de vida eterna. Dios, que no miente, 3había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales; al llegar el momento ha cumplido su palabra públicamente con la predicación que me han confiado por disposición de Dios nuestro Salvador.
                     4Querido Tito, hijo legítimo en la fe común: te deseo el favor y la paz de Dios Padre y del Mesías Jesús salvador nuestro.
5Mi intención al dejarte en Creta era que acabaras de organizar lo que faltaba y nombrases responsables en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di yo;



EXPLICACIÓN.

1-4. Remitente y destinatario. Usa el autor un tono solemne; de hecho, toda la carta se mantiene en ese tono, sin calor personal. Aduce Pablo sus títulos para su misión como apóstol. Desde tiempos inmemoriales (2), cf. Ef 1,4. La promesa divina se realiza en la predicación del apóstol. Hijo legítimo, convertido por Pablo (cf. 1 Cor 4,15).

Pablo ha fundado comunidades en Creta (no hay ninguna otra noticia de este viaje) y ha dejado encargado a Tito de terminar la organización. Responsables (5), cf. 1 Tim 5,17. 

Salmo: 96,1-3.7-8.10

(Sal 98; Is 44-55) 

1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera; 
2cantad al Señor, bendecid su nombre, 
pregonad día tras día su victoria.  
3Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. 
7Tributad al Señor, familias de los pueblos, 
tributad al Señor gloria y poder. 
8Tributad al Señor la gloria de su nombre, 
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. 
10Decid a los paganos: El Señor es rey: 
él afianzó el orbe, y no vacilará;
él gobierna los pueblos rectamente.
Explicación.
96,1 Teóricamente, el canto es nuevo la primera vez que se canta, no cuando se repite. ¿Es nuevo un canto hecho de retazos usados? Creo que el autor se mueve con el espíritu de novedad que anima al profeta del destierro.
96,7-9 El autor toma los dos primeros versos del Sal 29, sustituyendo las "divinidades" por "familias de pueblos". Añade el tema del tributo y vasallaje y ensancha el horizonte a toda la tierra.
96,10 La segunda frase está tomada del Sal 93,1, la tercera falta en el paralelo 1 Cr 16,31; algunos suprimen ambas para que quede el clamor escueto.
Transposición cristiana.
Se pueden seguir dos pistas: el adviento y el reinado. Dejando la primera para el Sal 98, me fijo en la segunda. El Apocalipsis canta el reinado del Padre y de su Mesías: 11,15.17; 12,10-12; 19,6; véanse también 1 Cor 15,25; Col 1,13.
Evangelio: Marcos 3,31-35 o Lucas 10,1-9.

La nueva familia de Jesús 


(Mt 12,46-50; Lc 8,19-21) 


31Llegó su madre con sus hermanos y, quedándose fuera, lo mandaron llamar. 32Una multitud de gente estaba sentada en torno a él. Le dijeron: 
-Oye, tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera. 
33Él les contestó: 
-¿ Quiénes son mi madre y mis hermanos? 
34Y, paseando la mirada por los que estaban sentados en corro en torno a él, añadió: 
-Mirad a mi madre y a mis hermanos. 35Cualquiera que cumpla el designio de Dios, ése es hermano mío y hermana y madre. 

Explicación.



En paralelo con los Doce, que estaban con Jesús en casa» (3,20), aparece el grupo de seguidores que no procede de la institución judía. Contraste entre la familia que se queda fuera y los que están sentados en torno a Jesús (= «estar con Jesús», cf 3,14, la adhesión incondicional y permanente). La madre, sin nombre, es figura del antiguo Israel, del que procede Jesús; los hermanos, de los judíos de su comarca. No se trata tanto de las personas como de mostrar la hostilidad hacia Jesús del ambiente donde se ha criado (31-32). La nueva familia, independiente de raza o pueblo. Única condición para pertenecer, cumplir el designo de Dios = dar la adhesión a Jesús (34-35; d. 2,5: la fe). Jesús no se considera vinculado a su pueblo (madre, hermanos), que rechaza el mensaje, sino a cualquier hombre que le dé su adhesión.


o


1 Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".


Explicación.


Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta, mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el paganismo (en Mt y Mc, Galilea).

Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2). Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos). No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4). Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad, figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf. 9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos: integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).

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