martes, octubre 01, 2013

LECTURAS DEL MARTES 29 DE OCTUBRE DEL 2013.

PRIMERA LECTURA. Romanos 8,18-25.

   18Sostengo además que los sufrimientos del tiempo presente son cosa de nada comparados con la gloria que va a revelarse reflejada en nosotros.
           19De hecho, la humanidad otea impaciente aguardando a que se revele lo que es ser hijo de Dios; 20porque, aun sometida al fracaso (no por su gusto, sino por aquel que la sometió), esta misma humanidad abriga una esperanza: 21que se verá liberada de la esclavitud a la decadencia, para alcanzar la libertad y la gloria de los hijos de Dios.
          22Sabemos bien que hasta el presente la humanidad entera sigue lanzando un gemido universal con los dolores de su parto. 23Más aún: incluso nosotros, que poseemos el Espíritu como primicia, gemimos en lo íntimo a la espera de la plena condición de hijos, del rescate de nuestro ser, 24pues con esta esperanza nos salvaron. Ahora bien, esperanza de lo que se ve ya no es esperanza; ¿quién espera lo que ya ve? 25En cambio, si esperamos algo que no vemos, necesitamos constancia para aguardar.

Explicación.

Precisa Pablo lo dicho en 8,17: no hay comparación entre sufrimientos y gloria (18). La humanidad, mejor que "la creación", según el contexto y el uso de Pablo (cf. 2 Cor 5,17; Gál 6,15; también Mc 16,15); se trata de la humanidad en general, por oposición a los que tienen el Espíritu, la misma humanidad corrompida descrita en caps. 1-3. El que la sometió (20), Dios, formulación religiosa de las consecuencias del pecado. Pero la humanidad sabe que la sanción es transitoria. La libertad no es sólo liberación del pecado, sino participación de la gloria divina (19-21).

          Los cristianos conocen el sentido de la historia: un parto difícil. Y saben formlar la esperanza: la filiación plena, la liberación de la persona (22-25).

SALMO. 126,1-6.

1Cuando cambió el Señor la suerte de Sión,
creíamos soñar;
2se nos llenaba de risas la boca,
la lengua de júbilo.
Hasta los paganos comentaban:
«El Señor ha estado grande con ellos».
3-EI Señor ha estado grande con nosotros,
y celebramos fiesta.
4Cambia, Señor, nuestra suerte,
como los cauces del Negueb.
5Los que siembran con lágrimas
cosechan con júbilo.
6AI ir iba llorando
llevando la bolsa de semilla;
al volver vuelve cantando
llevando sus gavillas.
126 Género y situación. Acción de gracias por una restauración y petición para que se complete. En la mayoría de los textos en que aparece la fórmula "cambiar la suerte", se refiere a la vuelta del destierro de Babilonia: Dt 30,3; ocho veces en el bloque Jr 29,14-33,26. Parece bastante probable que el salmo expresa el gozo por la vuelta del destierro en la primera repatriación, o en tiempo de Nehemías.
El gozo y el sueño. Tan grande es el gozo, que les parece un sueño. ¿Es pesimismo?: en la vida las dichas son sueño. ¿Es cautela?: por si acaso, no entregarse al gozo.
¿Realistas o soñadores? El salmo confiesa entre líneas que los soñadores tenían razón: como Isaías Segundo, como cuantos preparan los grandes cambios de la suerte.
Dos imágenes. a) Una lluvia torrencial puede llenar los cauces de torrentes y fertilizar algunas zonas de páramos (Job 38,25-27). Del mismo modo se llenarán los cauces de Judá con las corrientes de nuevos repatriados. b) Había años en que los labradores tenían que quitarse el pan de la boca para reservar simiente. Sembrar, aparte la fatiga del trabajo, era pasar hambre; pero no era estéril. Así la marcha al destierro, vista desde el retorno, no aparece estéril: fue siembra costosa para una cosecha gozosa. La palabra hebrea significa semilla vegetal y estirpe humana: Is 65,9; Jr 31,27; Os 2,25. 
126,1-2a Forma pareja con el 124 como faceta complementaria.
126,2b Los paganos han sido testigos de la acción del Señor a favor de su pueblo: Sal 98,2; Is 52,1.
126,5 Puede compararse con Is 9,2; Sal 4,8.
126,6 Léase Bar 5,5-6.9.

Trasposición cristiana.
 La resurrección de Cristo es el inaudito cambio de la suerte; tanto que los apóstoles, al ser testigos de ella, no acababan de creerlo. Su cuerpo muerto ha sido la semilla fecunda (Jn 12,24). Siembra y cosecha en Jn 4,36-38. 

EVANGELIO. Lucas 13,18-21.

18 Continuó:
- ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Con qué lo compararé?
19 Se parece al grano de mostaza que un hombre sembró, en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros anidaron en sus ramas.
20 E insistió:
- ¿Con qué compararé el reino de Dios?
21 Se parece a la levadura que metió una mujer en medio quintal de harina, y todo acabó por fermentar.


EXPLICACIÓN.

Centro del tríptico: contenido de la enseñanza de Jesús, en forma de parábolas. Figura masculina (19). Contraste entre la pequeñez de los principios y el desarrollo del reino de Dios. En su huerto, Jesús renuncia a la imagen del cedro (Ez 17,23), indicando que el reino de Dios no tendrá el esplendor humano esperado por el judaísmo; vse. Mc 4,30-32; los pájaros, integración de los paganos en el Reino (Dn 4,12.21; Ez 17,23; 31,6).

Figura femenina (21). Acción oculta, pero eficaz. Esta levadura se opone a la de los fariseos (12,1b). No habrá implantación esplendorosa del Reino: estará compenetrado con la realidad humana, hasta lograr que ésta alcance su madurez.

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