Primera Lectura: Génesis 3:9-15, 20
9Pero el Señor Dios llamó al hombre:
-¿Dónde estás?
10El contestó:
-Te oí en el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo y me escondí.
11El Señor Dios le replicó:
-Y ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿A que has comido del árbol prohibido?
12El hombre respondió:
-La mujer que me diste por compañera me alargó el fruto y comí.
13El Señor Dios dijo a la mujer.
-¿Qué has hecho?
Ella respondió:
-La serpiente me engañó y comí.
14El Señor Dios dijo a la serpiente:
-Por haber hecho eso, maldita tú entre todos los animales domésticos y salvajes;
te arrastrarás sobre el vientre y comerás el polvo toda tu vida:
15pongo hostilidad entre ti y la mujer*, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.
20El hombre llamó a su mujer Eva*, por ser la madre de todos los que viven.
Explicación.
3,7-10. La relación mutua se turba con la vergüenza y surge el encubrimiento. La relación con Dios se turba con la cautela y el miedo, y sucede otro encubrimiento; Ap 3,18; Eclo 23,18-19.
3,12. 1 Tim 2,14.
3,14-19. La sentencia recoge en orden inverso el interrogatorio; contiene elementos etiológicos o de explicación por las causas de la condición actual del hombre, de la mujer, de la serpiente. Imperará la tensión; en la mujer entre ansia y sumisión, en el hombre entre alimento y sudor. Ha vencido la serpiente porque ha introducido el mal: victoria limitada, porque el bien vencerá; toda la historia quedará bajo el signo de dicha hostilidad. En hebreo el sujeto de "herirá" es el linaje, en latín es la mujer (ipsa). Miq 7,17.
3,15. Is 11,8. *La Vulgata lee "ella".
3,20. *Un juego de palabras liga el nombre de Eva a la raíz de vivir hwh (= vitalidad).
Salmo Responsorial: Salmo 98:1-4
(Sal 96; Is 40-55)
Segunda Lectura: Efesios 1:3-6, 11-12
3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías que, por medio del Mesías, nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu!
4Porque nos eligió con él antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor; 5destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio-, 6a ser un himno a su gloriosa generosidad.
La derramó sobre nosotros por medio de su Hijo querido,
11Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio), 12para que los que ya esperábamos en el Mesías fuéramos un himno a su gloria.
Explicación.
Bendición a la manera judía, pero de contenido cristiano (cf. 2 Cor 1,3; 1 Pe 1,3); la bendición humana a Dios responde a las bendiciones divinas a los hombres. Desde el cielo (3): la prepos. griega en indica al mismo tiempo el lugar donde está Dios y el lugar desde dode actúa. La bendición de Dios es comunicación de vida. En el AT, concernía tanto a la vida física personal (abundancia y longevidad), como a la del linaje (fecundidad). En el NT, la bendición de Dios comunica la vida de Dios mismo, mediante la infusión de su Espíritu en el hombre.
Prehistoria del proyecto de Dios (4-6a): desde siempre quiso formar un pueblo (dimensión comunitaria) de hijos suyos (dimensión personal). Es el amor a los demás el que consagra y purifica al hombre (4); él es el distintivo de la nueva comunidad. El ejecutor de este proyecto había de ser Jesús, Mesías/Salvador. Generosidad (6a) o bien "favor, gracia, benevolencia"; así a menudo en la carta (1-6a).
Dios empieza a realizar el proyecto por medio de su Hijo (6b-7),
La realización comenzó por los judíos (11-12), que ya tenían la esperanza del Mesías/Salvador;
Evangelio: Lucas 1:26-38
26 A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea que se llamaba Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
28 Entrando adonde estaba ella, el ángel le dijo:
- Alégrate, favorecida, el Señor está contigo.
29 Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquél.
30 El ángel le dijo:
- No temas, María, que Dios te ha concedido tu favor.
31 Mira, vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús.
32 Éste será grande, lo llamarán Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su antepasado;
33 reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
34 María dijo al ángel:
-¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre?
35 El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, al que va a nacer lo llamarán "Consagrado", "Hijo de Dios".
36 Y mira, también tu pariente Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses,
37 porque para Dios no hay nada imposible.
38 Respondió María:
- Aquí está la sierva del Señor; cúmplase en mi lo que has dicho.
Y el ángel la dejo.
EXPLICACIÓN.
La concepción de Juan estaba en paralelo con la de Isaac; la de Jesús lo está con la creación de Adán. Nace de Dios mismo y es principio de una nueva humanidad.
Nazaret (26), nunca nombrado en el AT: lugar no ligado a promesa o expectación mesiánica alguna; esta intervención divina no va a representar una continuidad con el pasado. Galilea, la provincia alejada del centro de la institución judía. La escena no se desarrolla en ambiente oficial: no en el templo, sino en una casa; su protagonista no es un sacerdote, sino una virgen (27) sin genealogía ni mención de observancia (cf. 1,6). Sentido teológico de la virginidad: la absoluta fidelidad a Dios (por oposición a la esposa "adúltera" o "prostituida", figuras del pueblo extraviado, cf. Os 2,4ss; Jr 3,6-13; Ez 16). María representa a "los pobres" de Israel, sin relieve social.
Saludo de alegría (cf. Zac 9,9; Sof 3,14), horizonte de salvación (28). Favorecida: la que goza del pleno favor divino; amor de Dios a los israelitas fieles; el Señor está contigo: fórmula usual en Lucas para indicar la solicitud de DIos por un determinado personaje (Lc 1,66; Hch 7,9; 10,38; 11,21; 18,10; cf. Dt 2,7; 20,1, etc). El saludo no provoca temor (cf. 1,12).
Te ha concedido un favor (30: cf. Gn 6,8; Jue 6,17, etc.); Dios miró a Israel con favor en el momento de su elección; la fidelidad de este Israel pobre le asegura ese favor en el presente. José, el descendiente de David (27), no tiene papel alguno en el plan anunciado por el ángel, Jesús (31) = Dios salva; será María quien imponga nombre a su hijo (cf. 1,13), es decir, éste continuará la línea de la madre, no la de José. Hijo del Altísimo (designación divina de alcance universal) (32), no de David, ni de otro padre humano; "ser hijo", no significa solamente nacer por obra de un padre, sino sobre todo heredar la tradición que éste transmite y tener por modelo de comportamiento al padre; no será David el modelo de Jesús; su mensaje vendrá directamente de Dios, su Padre, y sólo éste será modelo de su comportamiento. Grande, por su filiación divina (no sólo "a los ojos del Señor", cf. 1,15); lo llamarán, lo será y será reconocido por tal. David, su padre/antepasado; le corresponde la herencia de David (a través de José), pero el trono no lo obtendrá por pertenecer a su estirpe, sino por decisión de Dios (32; le dará, no "heredará"). En Jesús se cumplirá la promesa dinástica /2 Sm 7,12), pero no será el hijo/sucesor de David (Lc 20,41-44); sino algo completamente nuevo, aunque igualmente perpetuo (Dn 2,22; 7,14). La casa de Jacob(33), las doce tribus, el Israel escatológico.
María no pide pruebas (cf. 1,18), pregunta el modo como esto puede realizarse (34). No vivo con un hombre (lit. "no estoy conociendo varón"): el Israel fiel no espera vida/fecundidad de los hombres, ni siquiera de la línea davídica (José), sino sólo de Dios, aunque no sabe cómo.
Diferencia con Juan Bautista: éste recibe el Espíritu Santo antes de nacer (1,15); Jesús es concebido por obra del Espíritu, la fuerza creadora de Dios (35: fuerza del Altísimo). Te cubrirá con su sombra: se insinúa la idea de "la gloria de Dios" (Éx 40,38; "nube", presencia activa de Dios). La concepción, nuevo acto creador (Espíritu Santo): nace un nuevo Adán, comienza una nueva humanidad. Consagrado, Hijo de Dios, designaciones mesiánicas (Sal 2,7; Lc 4,34). El ángel añade una señal: la fecundidad de Isabel, vieja y estéril, es prueba de la fuerza creadora de Dios (36s).
María no es "una sierva", sino la sierva del Señor (38), representado al Israel fiel (Is 48,8.9.20; 49,3; Jr 46,27s). Su fe contrasta con la incredulidad de Zacarías (1,20).
9Pero el Señor Dios llamó al hombre:
-¿Dónde estás?
10El contestó:
-Te oí en el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo y me escondí.
11El Señor Dios le replicó:
-Y ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿A que has comido del árbol prohibido?
12El hombre respondió:
-La mujer que me diste por compañera me alargó el fruto y comí.
13El Señor Dios dijo a la mujer.
-¿Qué has hecho?
Ella respondió:
-La serpiente me engañó y comí.
14El Señor Dios dijo a la serpiente:
-Por haber hecho eso, maldita tú entre todos los animales domésticos y salvajes;
te arrastrarás sobre el vientre y comerás el polvo toda tu vida:
15pongo hostilidad entre ti y la mujer*, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.
20El hombre llamó a su mujer Eva*, por ser la madre de todos los que viven.
Explicación.
3,7-10. La relación mutua se turba con la vergüenza y surge el encubrimiento. La relación con Dios se turba con la cautela y el miedo, y sucede otro encubrimiento; Ap 3,18; Eclo 23,18-19.
3,12. 1 Tim 2,14.
3,14-19. La sentencia recoge en orden inverso el interrogatorio; contiene elementos etiológicos o de explicación por las causas de la condición actual del hombre, de la mujer, de la serpiente. Imperará la tensión; en la mujer entre ansia y sumisión, en el hombre entre alimento y sudor. Ha vencido la serpiente porque ha introducido el mal: victoria limitada, porque el bien vencerá; toda la historia quedará bajo el signo de dicha hostilidad. En hebreo el sujeto de "herirá" es el linaje, en latín es la mujer (ipsa). Miq 7,17.
3,15. Is 11,8. *La Vulgata lee "ella".
3,20. *Un juego de palabras liga el nombre de Eva a la raíz de vivir hwh (= vitalidad).
Salmo Responsorial: Salmo 98:1-4
(Sal 96; Is 40-55)
1Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas;
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
2EI Señor da a conocer su victoria,
revela su justicia a la vista de los pueblos.
3Se acordó de su lealtad y fidelidad
3Se acordó de su lealtad y fidelidad
para la Casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
la victoria de nuestro Dios.
4Vitorea al Señor, tierra entera,
gritad, aclamad, tañed:
Explicación.
98,1 Ap 5,9; 14,3.
98,1-3 Notamos una "victoria" singular y "maravillas" plurales. La explicación está en el "recuerdo" del Señor, el cual ha sido coherente con su modo de proceder, ha mantenido su "lealtad". La acción ha sido a favor de Israel y "justa", la manifestación es universal: Israel es escenario de la actuación de Dios.
98,4-6 En la música instrumental y vocal reconoce el salmista un acto superior de alabanza. La vocal exalta la palabra, intensifica la expresión; la instrumental templa y acuerda los sonidos naturales.
Transposición cristiana.
El tema del "venir" se realiza en el "adviento", en el Mesías "que ha de venir"; doble adviento, histórico y escatológico; ambos celebrados en nuestro adviento litúrgico. El segundo tema es el reinado, dominante en el NT: universal y justo. Al "cántico nuevo" se refiere Ap 5,9s.
3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías que, por medio del Mesías, nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu!
4Porque nos eligió con él antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por el amor; 5destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio-, 6a ser un himno a su gloriosa generosidad.
La derramó sobre nosotros por medio de su Hijo querido,
11Por su medio, pues por él Dios hizo de nosotros su heredad (a esto habíamos sido destinados, conforme al proyecto de aquel que activa el universo según su plan y su designio), 12para que los que ya esperábamos en el Mesías fuéramos un himno a su gloria.
Explicación.
Bendición a la manera judía, pero de contenido cristiano (cf. 2 Cor 1,3; 1 Pe 1,3); la bendición humana a Dios responde a las bendiciones divinas a los hombres. Desde el cielo (3): la prepos. griega en indica al mismo tiempo el lugar donde está Dios y el lugar desde dode actúa. La bendición de Dios es comunicación de vida. En el AT, concernía tanto a la vida física personal (abundancia y longevidad), como a la del linaje (fecundidad). En el NT, la bendición de Dios comunica la vida de Dios mismo, mediante la infusión de su Espíritu en el hombre.
Prehistoria del proyecto de Dios (4-6a): desde siempre quiso formar un pueblo (dimensión comunitaria) de hijos suyos (dimensión personal). Es el amor a los demás el que consagra y purifica al hombre (4); él es el distintivo de la nueva comunidad. El ejecutor de este proyecto había de ser Jesús, Mesías/Salvador. Generosidad (6a) o bien "favor, gracia, benevolencia"; así a menudo en la carta (1-6a).
Dios empieza a realizar el proyecto por medio de su Hijo (6b-7),
La realización comenzó por los judíos (11-12), que ya tenían la esperanza del Mesías/Salvador;
Evangelio: Lucas 1:26-38
26 A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea que se llamaba Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
28 Entrando adonde estaba ella, el ángel le dijo:
- Alégrate, favorecida, el Señor está contigo.
29 Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquél.
30 El ángel le dijo:
- No temas, María, que Dios te ha concedido tu favor.
31 Mira, vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús.
32 Éste será grande, lo llamarán Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su antepasado;
33 reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
34 María dijo al ángel:
-¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre?
35 El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, al que va a nacer lo llamarán "Consagrado", "Hijo de Dios".
36 Y mira, también tu pariente Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses,
37 porque para Dios no hay nada imposible.
38 Respondió María:
- Aquí está la sierva del Señor; cúmplase en mi lo que has dicho.
Y el ángel la dejo.
EXPLICACIÓN.
La concepción de Juan estaba en paralelo con la de Isaac; la de Jesús lo está con la creación de Adán. Nace de Dios mismo y es principio de una nueva humanidad.
Nazaret (26), nunca nombrado en el AT: lugar no ligado a promesa o expectación mesiánica alguna; esta intervención divina no va a representar una continuidad con el pasado. Galilea, la provincia alejada del centro de la institución judía. La escena no se desarrolla en ambiente oficial: no en el templo, sino en una casa; su protagonista no es un sacerdote, sino una virgen (27) sin genealogía ni mención de observancia (cf. 1,6). Sentido teológico de la virginidad: la absoluta fidelidad a Dios (por oposición a la esposa "adúltera" o "prostituida", figuras del pueblo extraviado, cf. Os 2,4ss; Jr 3,6-13; Ez 16). María representa a "los pobres" de Israel, sin relieve social.
Saludo de alegría (cf. Zac 9,9; Sof 3,14), horizonte de salvación (28). Favorecida: la que goza del pleno favor divino; amor de Dios a los israelitas fieles; el Señor está contigo: fórmula usual en Lucas para indicar la solicitud de DIos por un determinado personaje (Lc 1,66; Hch 7,9; 10,38; 11,21; 18,10; cf. Dt 2,7; 20,1, etc). El saludo no provoca temor (cf. 1,12).
Te ha concedido un favor (30: cf. Gn 6,8; Jue 6,17, etc.); Dios miró a Israel con favor en el momento de su elección; la fidelidad de este Israel pobre le asegura ese favor en el presente. José, el descendiente de David (27), no tiene papel alguno en el plan anunciado por el ángel, Jesús (31) = Dios salva; será María quien imponga nombre a su hijo (cf. 1,13), es decir, éste continuará la línea de la madre, no la de José. Hijo del Altísimo (designación divina de alcance universal) (32), no de David, ni de otro padre humano; "ser hijo", no significa solamente nacer por obra de un padre, sino sobre todo heredar la tradición que éste transmite y tener por modelo de comportamiento al padre; no será David el modelo de Jesús; su mensaje vendrá directamente de Dios, su Padre, y sólo éste será modelo de su comportamiento. Grande, por su filiación divina (no sólo "a los ojos del Señor", cf. 1,15); lo llamarán, lo será y será reconocido por tal. David, su padre/antepasado; le corresponde la herencia de David (a través de José), pero el trono no lo obtendrá por pertenecer a su estirpe, sino por decisión de Dios (32; le dará, no "heredará"). En Jesús se cumplirá la promesa dinástica /2 Sm 7,12), pero no será el hijo/sucesor de David (Lc 20,41-44); sino algo completamente nuevo, aunque igualmente perpetuo (Dn 2,22; 7,14). La casa de Jacob(33), las doce tribus, el Israel escatológico.
María no pide pruebas (cf. 1,18), pregunta el modo como esto puede realizarse (34). No vivo con un hombre (lit. "no estoy conociendo varón"): el Israel fiel no espera vida/fecundidad de los hombres, ni siquiera de la línea davídica (José), sino sólo de Dios, aunque no sabe cómo.
Diferencia con Juan Bautista: éste recibe el Espíritu Santo antes de nacer (1,15); Jesús es concebido por obra del Espíritu, la fuerza creadora de Dios (35: fuerza del Altísimo). Te cubrirá con su sombra: se insinúa la idea de "la gloria de Dios" (Éx 40,38; "nube", presencia activa de Dios). La concepción, nuevo acto creador (Espíritu Santo): nace un nuevo Adán, comienza una nueva humanidad. Consagrado, Hijo de Dios, designaciones mesiánicas (Sal 2,7; Lc 4,34). El ángel añade una señal: la fecundidad de Isabel, vieja y estéril, es prueba de la fuerza creadora de Dios (36s).
María no es "una sierva", sino la sierva del Señor (38), representado al Israel fiel (Is 48,8.9.20; 49,3; Jr 46,27s). Su fe contrasta con la incredulidad de Zacarías (1,20).
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