45. Muchos de los judíos que había ido a ver a María y habían presenciado lo que hizo, le dieron su adhesión.
46. Algunos de ellos, sin embargo, fueron a ver a los fariseos y les refirieron lo que había hecho Jesús.
47. Los sumos sacerdotes y los fariseos reunieron entonces una sesión del Consejo y decían:
-¿Qué hacemos?, porque ese hombre realiza muchas señales.
48. Si lo dejamos seguir así, todos van a darle su adhesión y vendrán los romanos y quitarán de en medio nuestro lugar sagrado e incluso nuestra nación.
49. Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote el año aquel, les dijo:
-Vosotros no tenéis idea;
50. ni siquiera calculáis que os conviene que un solo hombre muera por el pueblo antes que perezca la nación entera.
51. Esto no lo dijo por cuenta propia; siendo sumo sacerdote el año aquel, profetizó que Jesús iba a morir por la nación;
52. y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios dispersos.
53. Así aquel día acordaron matarlo.
54. Por eso Jesús dejó de andar en público entre los judíos y se fue de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y allí se quedó con los discípulos.
55. Estaba cerca la Pascua de los Judíos, y subieron muchos del campo a Jerusalén, antes de la Pascua para lavar su impureza.
56. Buscaban a Jesús y comentaban entre ellos, sin moverse del templo:
-¿Qué os parece?, ¿que no vendrá a las fiestas?
EXPLICACIÓN.
Reacción natural, la adhesión a Jesús (45); mientras tenía miedo a la muerte, la comunidad no interpelaba ni se veía diferencia alguna entre los judíos y los discípulos de Jesús. Ahora, la comunidad es un testimonio de amor de Dios que libra al hombre del temor más profundo, raíz de todas las esclavitudes. En cambio, los incondicionales del orden injusto (46) dan la noticia a los fariseos, que controlan la situación (9,13). Que el hombre tenga vida y sea libre es para ellos motivo de inquietud.
47-53. Reunión oficial en ambiente pesimista (47). Señal, hecho que apunta a una realidad superior, que ellos se niegan a reconocer; las señales son liberadoras y ellos, los opresores, las ven como un peligro para su hegemonía (48). Que los hombres pierdan el miedo a la muerte alarma al sistema de poder. Buscan en el terreno político (los romanos) un motivo que justifique su oposición a Jesús: un alboroto mesiánico habría provocado la intervención romana. No se preguntan si Jesús es verdaderamente el Mesías; Dios no entra en sus cálculos.
Caifás (49), el que actúa como jefe del pueblo. Ejerce su función proponiendo una salida: sacrificar a un hombre en beneficio del pueblo. Habla con rudeza, sin respeto al Consejo (no tenéis idea), pero apela al interés corporativo (os conviene) (cf. 2 Sm 17, 2-3) (50): pueblo, los sujetos de la alianza (Éx 19,5); nación, la organización política teocrática, centrada en el templo.
En Israel, el sumo sacerdote había sido instituido para ser intermediario entre Dios y el pueblo. Último mensaje de Dios por su medio (51-52); anuncia ciegamente el designio de Dios, sin comprenderlo. Usan la injusticia para defender el templo y la nación; quieren derramar sangre inocente (cf. Jr 7, 5-7). Queda sellado el rechazo de Jesús: “los suyos no lo acogieron” (1,11). Las palabras de Caifás son profecía: “el pueblo” a que él se ha referido abarcará hombres de otras razas y pueblos. Su distintivo no será la consanguinidad con Abrahán (8,33.37.39), sino la consanguinidad con Dios (los hijos de Dios), por haber nacido de él (1,13) mediante el Espíritu (3,6). Reunir en uno, cf. 10,30; 17,22.33; “lo uno”, “la unidad” son la expresión de Jn para designar el reino de Dios. La muerte de Jesús por el pueblo universal será la de pastor que da la vida para defender a sus ovejas, para darles vida (10,10).
Éxito del discurso de Caifás (53); sentencia unánime. Tienen por padre al Enemigo, homicida desde el principio (8,44).
SÍNTESIS.
El sistema de poder judío identifica la supervivencia del pueblo con la suya propia. Pretende justificar el asesinato de Jesús con el pretexto del bien nacional. Así justifica su oportunismo político y la injusticia que comete. Como institución religiosa, él mismo se destruye, pues deja de ser realidad significativa de la presencia de Dios en la humanidad. La actividad de Jesús a favor de los débiles lo ha interpelado seriamente, pero ahoga la interpelación, intentando eliminar a Dios mismo. Al firmar la sentencia contra Jesús, la institución religiosa deja de existir.
54. Ante el rechazo definitivo de la institución judía, Jesús va a Efraín, otro nombre de Samaría, el pueblo que lo recibió (4,30.39), y primicia de los pueblos que lo aceptarán (cf. Jr 31,9). Es fuera del mundo judío donde Jesús tendrá su ciudad. Donde está él se asienta su comunidad.
55-56. Tercera y última vez que se menciona la cercanía de la Pascua (2,13; 6,4) (55). Recogiendo las dos anteriores, la Pascua y el templo antiguos van a quedar definitivamente sustituidos por la nueva Pascua y el nuevo santuario (2,19), de donde brotará el agua del Espíritu (7,39; 19,34). La gente sube a purificarse (2 Cr 30,15-20); gracias a la muerte de Jesús va a existir la posibilidad de verdadera purificación (Zac 13,1; 14,8). Sin moverse del templo (56): son las ovejas que sólo Jesús puede sacar (2,14s; 10,3s). Expectación; Jesús no irá a esta fiesta que, según la narración evangélica, nunca será celebrada. Él va a celebrar su propia Pascua.
MI CUENTO DE CADA DÍA.
viernes, marzo 02, 2012
Viernes 30 de marzo del 2012. Jn 10,31-42.
31. Los dirigentes cogieron de nuevo piedras para apedrearlo.
32. Les replicó Jesús:
-Muchas obras excelentes os he hecho ver, que son obras del Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
33. Le contestaron los dirigentes:
-No te apedreamos por ninguna obra excelente, sino por blasfemia; porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.
34. Les replicó Jesús:
-¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo he dicho: Sois dioses”?
35. Si llamó dioses a aquellos a quienes Dios dirigió su palabra, y ese pasaje no se puede suprimir,
36. de mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿vosotros decís que blasfemo porque he dicho: “Soy hijo de Dios”?
37. Si yo no realizo las obras de mi Padre, no me creáis;
38. pero si las realizo, aunque no me creáis a mí, creed las obras; así sabréis de una vez que el Padre está identificado conmigo y yo con el Padre.
39. Otra vez intentaron prenderlo, pero se les escapó de las manos.
40. Se fue esta vez al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado bautizando al principio, y se quedó allí.
41. Acudieron a él muchos y decían:
-Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste era verdad.
42. Y allí muchos le dieron su adhesión.
EXPLICACIÓN.
Recurren a la violencia, con intención de matarlo (apedrearlo, cf. 8,59) son los mentirosos y homicidas (8,44). Ya que no pueden impugnar sus obras, pretenden atacar la ortodoxia de sus palabras. Tachan de blasfemia el designio de Dios (cf. 1,1) (30-33). Vuestra ley (34): Jesús no la considera suya (7,19; 8,17; 15,25). El apelativo dioses indica una particular semejanza con Dios; en el AT se aplicaba a los que reflejaban el poder de un Dios justiciero (los jefes en cuanto jueces), por eso Jesús se distancia del texto que cita (Sal 82,6) (vuestra ley); la semejanza con Dios no está en el poder, sino en la actividad del amor (37-38).
Desafío final a los dirigentes (37-38ª): la calidad del hombre se prueba por la de sus obras; él demuestra ser enviado e Hijo de Dios con las obras que realiza. Ellos, los embusteros y asesinos (8,44; 10,1.8.10), no pueden de ningún modo representar a Dios. Las credenciales jurídicas de que se glorían no cuentan; las únicas que atestiguan una misión divina no son siquiera las palabras (no me creáis), sino las obras. De ellas deben deducir la unidad entre Jesús y el Padre (cf. 8,46) (38b); ambos tienen el mismo objetivo, dar vida al hombre.
Intentan prenderlo, porque no tienen respuesta (39). Como de costumbre, apelan a la violencia (7,30; 8,20.59). Jesús sale definitivamente del templo.
Después de la ruptura definitiva con la institución, Jesús efectúa la segunda etapa de su éxodo (cf. 6,1: paso del mar), el paso del Jordán, que recuerda el de Josué con el pueblo israelita para entrar en la tierra prometida (Jos 3-4). A su comunidad, nueva tierra prometida, la sitúa fuera del país judío que lo rechaza (se quedó allí). Muchos lo siguen en su éxodo (41), la nueva comunidad empieza a existir. Se insiste en el papel de Juan Bautista. No hizo señales porque sólo anunciaba a Jesús. Allí (42), en oposición a Jerusalén y al templo.
32. Les replicó Jesús:
-Muchas obras excelentes os he hecho ver, que son obras del Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
33. Le contestaron los dirigentes:
-No te apedreamos por ninguna obra excelente, sino por blasfemia; porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.
34. Les replicó Jesús:
-¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo he dicho: Sois dioses”?
35. Si llamó dioses a aquellos a quienes Dios dirigió su palabra, y ese pasaje no se puede suprimir,
36. de mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿vosotros decís que blasfemo porque he dicho: “Soy hijo de Dios”?
37. Si yo no realizo las obras de mi Padre, no me creáis;
38. pero si las realizo, aunque no me creáis a mí, creed las obras; así sabréis de una vez que el Padre está identificado conmigo y yo con el Padre.
39. Otra vez intentaron prenderlo, pero se les escapó de las manos.
40. Se fue esta vez al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado bautizando al principio, y se quedó allí.
41. Acudieron a él muchos y decían:
-Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste era verdad.
42. Y allí muchos le dieron su adhesión.
EXPLICACIÓN.
Recurren a la violencia, con intención de matarlo (apedrearlo, cf. 8,59) son los mentirosos y homicidas (8,44). Ya que no pueden impugnar sus obras, pretenden atacar la ortodoxia de sus palabras. Tachan de blasfemia el designio de Dios (cf. 1,1) (30-33). Vuestra ley (34): Jesús no la considera suya (7,19; 8,17; 15,25). El apelativo dioses indica una particular semejanza con Dios; en el AT se aplicaba a los que reflejaban el poder de un Dios justiciero (los jefes en cuanto jueces), por eso Jesús se distancia del texto que cita (Sal 82,6) (vuestra ley); la semejanza con Dios no está en el poder, sino en la actividad del amor (37-38).
Desafío final a los dirigentes (37-38ª): la calidad del hombre se prueba por la de sus obras; él demuestra ser enviado e Hijo de Dios con las obras que realiza. Ellos, los embusteros y asesinos (8,44; 10,1.8.10), no pueden de ningún modo representar a Dios. Las credenciales jurídicas de que se glorían no cuentan; las únicas que atestiguan una misión divina no son siquiera las palabras (no me creáis), sino las obras. De ellas deben deducir la unidad entre Jesús y el Padre (cf. 8,46) (38b); ambos tienen el mismo objetivo, dar vida al hombre.
Intentan prenderlo, porque no tienen respuesta (39). Como de costumbre, apelan a la violencia (7,30; 8,20.59). Jesús sale definitivamente del templo.
Después de la ruptura definitiva con la institución, Jesús efectúa la segunda etapa de su éxodo (cf. 6,1: paso del mar), el paso del Jordán, que recuerda el de Josué con el pueblo israelita para entrar en la tierra prometida (Jos 3-4). A su comunidad, nueva tierra prometida, la sitúa fuera del país judío que lo rechaza (se quedó allí). Muchos lo siguen en su éxodo (41), la nueva comunidad empieza a existir. Se insiste en el papel de Juan Bautista. No hizo señales porque sólo anunciaba a Jesús. Allí (42), en oposición a Jerusalén y al templo.
Jueves 29 de marzo del 2012. Jn 8,51-59.
51. Pues sí, os lo aseguro: Quien cumpla mi mensaje, no sabrá nunca lo que es morir.
52. Replicaron entonces los dirigentes:
-Ahora estamos seguros de que estás loco. Abrahán murió y los profetas también, ¿y tú sales diciendo que quien cumpla tu mensaje no probará nunca la muerte?
53. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron. ¿Quién pretendes ser?
54. Repuso Jesús:
-Si yo mismo me procurase gloria, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me la procura, el que vosotros decís que es vuestro Dios,
55. aunque nunca lo habéis conocido. Yo, en cambio, sé quién es y, si negase saberlo, sería un mentiroso parecido a vosotros. Pero sé quién es y cumplo su mensaje.
56. Abrahán, vuestro padre, saltó de gozo por que iba a ver este día mío, lo vio y se llenó de alegría.
57. Los dirigentes le replicaron:
-¿No tienes todavía cincuenta años y has visto a Abrahán en persona?
58. Les contestó Jesús:
-Pues sí, os lo aseguro: Desde antes que existiera Abrahán, soy yo lo que soy.
59. Cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó saliendo del templo.
EXPLICACIÓN.
A los que lo quieren matar quiere atraerlos a la vida. La actividad a favor del hombre (Quien cumpla mi mensaje) (51), a la que lleva el Espíritu, es fuente de vida, hasta el punto de excluir toda experiencia de muerte. Ésa no existe para el que sigue a Jesús. La muerte física no interrumpe la vida ni es una experiencia de destrucción. La vida que Jesús comunica no conoce fin (3,16; 4,34; 5,21).
No responden a la invitación, continúan oponiéndose a Jesús (52). Piensan haber encontrado la prueba final de su locura. Han muerto hasta los hombres más cercanos a Dios (Abrahán y los profetas; cf. Zac 1,5). Insisten en la idea de la muerte inevitable (53). Le preguntan de nuevo por su identidad; no piensan por un momento que sea el Mesías. Jesús no pretende arrogarse títulos (54); le basta el amor/gloria del Padre que resplandece en él. Conocer a Dios (55) significa practicar la justicia y el derecho (Jr 22,15b-17; Os 4, 1-2); nunca lo han practicado. Jesús sabe que Dios es el Padre cuyo designio es comunicar vida al hombre. Se distancia de nuevo de los israelitas (Abrahán, vuestro padre) (56); no quiere particularismos; no reconoce más Padre que Dios. Se pensaba que, cuando Dios hizo la alianza con Abrahán, le había revelado el lejano futuro, que podía incluir los días del Mesías. Jesús es superior a Abrahán por ser el cumplimiento de la promesa que Dios le hizo.
Abrahán se alegró al ver este futuro; ellos se enfurecen con Jesús: no son hijos de Abrahán. No entienden la alusión mesiánica y responden con el sarcasmo (57). A los cincuenta años terminaba la vida activa. Cambian la perspectiva: no preguntan si Abrahán vio el día de Jesús/el Mesías, sino si Jesús ha visto a Abrahán. Declaración solemne (58). No se detiene en la cuestión que ellos proponen, su afirmación es más genérica y también toma pie de las opiniones del tiempo sobre el Mesías. Se afirmaba que, desde antes de la creación, Dios había concebido el proyecto de Israel, la Ley y el Mesías (cf. Sal 72,17). Jesús, el Mesías, fue siempre un determinante de la historia, pues en él había de brillar la gloria/amor de Dios (17,1) y realizarse su proyecto (1,14).
No pueden tolerar que se haga superior a Abrahán (59). Los que buscaban su muerte (7,1) se aprestan a ejecutarla (cf. Éx 17, 1-7): son hijos legítimos del asesino (8,44). Jesús vuelve a la clandestinidad (cf. 7,10.14). La gloria de Dios se aleja del templo, dejándolo vacío (Ez 10,18).
SÍNTESIS.
La experiencia de Dios como Padre, obtenida por la práctica del amor fiel, inaugura un nuevo sistema de relaciones. Ella descubre al hombre la verdad de Dios, el Padre que por amor le comunica incesantemente su propia vida; la verdad sobre sí mismo y los demás hombres, objeto del amor incondicional de Dios y llamados a ser hijos suyos, alcanzando una plenitud igual a la de Jesús. Quien no tiene experiencia de Dios como Padre, lo concibe como un Dios de poder que somete al hombre.
El sistema opresor tiene como dios el poder del dinero. Se encarna en un círculo de poder y se justifica mediante una ideología (la mentira, la tiniebla) que propone sus principios: la inviolabilidad del poder y la necesidad de la correlativa sumisión. Su acción es la opresión y la muerte para el hombre. Quien acepta esa ideología (el pecado) se hace esclavo.
52. Replicaron entonces los dirigentes:
-Ahora estamos seguros de que estás loco. Abrahán murió y los profetas también, ¿y tú sales diciendo que quien cumpla tu mensaje no probará nunca la muerte?
53. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron. ¿Quién pretendes ser?
54. Repuso Jesús:
-Si yo mismo me procurase gloria, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me la procura, el que vosotros decís que es vuestro Dios,
55. aunque nunca lo habéis conocido. Yo, en cambio, sé quién es y, si negase saberlo, sería un mentiroso parecido a vosotros. Pero sé quién es y cumplo su mensaje.
56. Abrahán, vuestro padre, saltó de gozo por que iba a ver este día mío, lo vio y se llenó de alegría.
57. Los dirigentes le replicaron:
-¿No tienes todavía cincuenta años y has visto a Abrahán en persona?
58. Les contestó Jesús:
-Pues sí, os lo aseguro: Desde antes que existiera Abrahán, soy yo lo que soy.
59. Cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó saliendo del templo.
EXPLICACIÓN.
A los que lo quieren matar quiere atraerlos a la vida. La actividad a favor del hombre (Quien cumpla mi mensaje) (51), a la que lleva el Espíritu, es fuente de vida, hasta el punto de excluir toda experiencia de muerte. Ésa no existe para el que sigue a Jesús. La muerte física no interrumpe la vida ni es una experiencia de destrucción. La vida que Jesús comunica no conoce fin (3,16; 4,34; 5,21).
No responden a la invitación, continúan oponiéndose a Jesús (52). Piensan haber encontrado la prueba final de su locura. Han muerto hasta los hombres más cercanos a Dios (Abrahán y los profetas; cf. Zac 1,5). Insisten en la idea de la muerte inevitable (53). Le preguntan de nuevo por su identidad; no piensan por un momento que sea el Mesías. Jesús no pretende arrogarse títulos (54); le basta el amor/gloria del Padre que resplandece en él. Conocer a Dios (55) significa practicar la justicia y el derecho (Jr 22,15b-17; Os 4, 1-2); nunca lo han practicado. Jesús sabe que Dios es el Padre cuyo designio es comunicar vida al hombre. Se distancia de nuevo de los israelitas (Abrahán, vuestro padre) (56); no quiere particularismos; no reconoce más Padre que Dios. Se pensaba que, cuando Dios hizo la alianza con Abrahán, le había revelado el lejano futuro, que podía incluir los días del Mesías. Jesús es superior a Abrahán por ser el cumplimiento de la promesa que Dios le hizo.
Abrahán se alegró al ver este futuro; ellos se enfurecen con Jesús: no son hijos de Abrahán. No entienden la alusión mesiánica y responden con el sarcasmo (57). A los cincuenta años terminaba la vida activa. Cambian la perspectiva: no preguntan si Abrahán vio el día de Jesús/el Mesías, sino si Jesús ha visto a Abrahán. Declaración solemne (58). No se detiene en la cuestión que ellos proponen, su afirmación es más genérica y también toma pie de las opiniones del tiempo sobre el Mesías. Se afirmaba que, desde antes de la creación, Dios había concebido el proyecto de Israel, la Ley y el Mesías (cf. Sal 72,17). Jesús, el Mesías, fue siempre un determinante de la historia, pues en él había de brillar la gloria/amor de Dios (17,1) y realizarse su proyecto (1,14).
No pueden tolerar que se haga superior a Abrahán (59). Los que buscaban su muerte (7,1) se aprestan a ejecutarla (cf. Éx 17, 1-7): son hijos legítimos del asesino (8,44). Jesús vuelve a la clandestinidad (cf. 7,10.14). La gloria de Dios se aleja del templo, dejándolo vacío (Ez 10,18).
SÍNTESIS.
La experiencia de Dios como Padre, obtenida por la práctica del amor fiel, inaugura un nuevo sistema de relaciones. Ella descubre al hombre la verdad de Dios, el Padre que por amor le comunica incesantemente su propia vida; la verdad sobre sí mismo y los demás hombres, objeto del amor incondicional de Dios y llamados a ser hijos suyos, alcanzando una plenitud igual a la de Jesús. Quien no tiene experiencia de Dios como Padre, lo concibe como un Dios de poder que somete al hombre.
El sistema opresor tiene como dios el poder del dinero. Se encarna en un círculo de poder y se justifica mediante una ideología (la mentira, la tiniebla) que propone sus principios: la inviolabilidad del poder y la necesidad de la correlativa sumisión. Su acción es la opresión y la muerte para el hombre. Quien acepta esa ideología (el pecado) se hace esclavo.
Miércoles 28 de marzo del 2012. Jn 8,31-42.
31. Dijo entonces Jesús a los judíos que le habían dado crédito:
-Vosotros, para ser de verdad mis discípulos, tenéis que ateneros a ese mensaje mío;
32. conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
33. Reaccionaron contra él:
-Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie: ¿cómo dices tú: “Llegaréis a ser libres”?
34. Les replicó Jesús:
-Pues sí, os aseguro que todo el que practica el pecado es esclavo.
35. Ahora bien, el esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre.
36. Por tanto, si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.
37. Ya sé que sois linaje de Abrahán, y, sin embargo, tratáis de matarme a mí, porque ese mensaje mío no os cabe en la cabeza.
38. Yo propongo lo que he visto personalmente junto al Padre, y también vosotros hacéis lo que habéis aprendido de vuestro padre.
39. Le repusieron:
-Nuestro padre es Abrahán.
Les respondió Jesús:
-Si fuerais hijos de Abrahán, realizaríais las obras de Abrahán;
40. en cambio, tratáis de matarme a mí, hombre que os he estado proponiendo la verdad que aprendí de Dios. Eso no lo hizo Abrahán.
41. Vosotros realizáis las obras de vuestro padre.
Le replicaron entonces:
-Nosotros no hemos nacido de prostitución; un solo padre tenemos, Dios.
42. Les replicó Jesús:
-Si Dios fuera vuestro padre, me querríais a mí, porque yo estoy aquí procedente de Dios; y tampoco he venido por decisión propia, fue él quien me envió.
EXPLICACIÓN.
A los judíos que le han dado fe, Jesús los invita a practicar su mensaje; no le bastan adhesiones de principio (31); es posible dar crédito a Jesús sin sacar las consecuencias. La práctica del mensaje/amor, rompiendo con el orden injusto, les dará libertad (32), pues comunica el Espíritu/vida (3,34), dando la experiencia de la vida/verdad: en ella el hombre percibe a Dios como Padre y a sí mismo como hijo. Esta nueva relación hace libres. Así se constituye el verdadero discípulo.
La libertad que comunica Jesús sobrepasa la mera posibilidad de opción; sitúa al hombre en su verdadero rango: partícipe de la libertad del Padre; como él, es señor de sí mismo. Quien no tiene experiencia del Padre es esclavo, porque concibe a Dios como un Soberano que somete al hombre, legitimando con eso toda tiranía. Reacción indignada (33): orgullo de raza; basta pertenecer al linaje de Abrahán para ser libre. Respuesta (34): ese linaje no garantiza la libertad, pues no impide que cometan el pecado, dando su adhesión a un sistema esclavizador. Alusión a los dos hijos de Abrahán (35): Isaac, libre; Ismael, esclavo. En paralelo, Dios Padre y Jesús Hijo (36), que, siendo libre, puede dar la libertad a los que son esclavos, dándoles el Espíritu.
No basta la descendencia para ser hijo (37), hay que demostrarlo con el modo de obrar. Al quererlo matar a él se oponen al Padre, el Dios que ama al hombre (38). Insinúa que tienen otro padre que no es Abrahán ni tampoco Dios. Nueva reacción (39), afirmando su ascendencia. Respuesta (40): no tienen por padre a Abrahán, pues no se portan como él.
Al comprender que los acusa de idolatría (41: prostitución), se profesan fieles al único Dios.
-Vosotros, para ser de verdad mis discípulos, tenéis que ateneros a ese mensaje mío;
32. conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
33. Reaccionaron contra él:
-Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie: ¿cómo dices tú: “Llegaréis a ser libres”?
34. Les replicó Jesús:
-Pues sí, os aseguro que todo el que practica el pecado es esclavo.
35. Ahora bien, el esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre.
36. Por tanto, si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.
37. Ya sé que sois linaje de Abrahán, y, sin embargo, tratáis de matarme a mí, porque ese mensaje mío no os cabe en la cabeza.
38. Yo propongo lo que he visto personalmente junto al Padre, y también vosotros hacéis lo que habéis aprendido de vuestro padre.
39. Le repusieron:
-Nuestro padre es Abrahán.
Les respondió Jesús:
-Si fuerais hijos de Abrahán, realizaríais las obras de Abrahán;
40. en cambio, tratáis de matarme a mí, hombre que os he estado proponiendo la verdad que aprendí de Dios. Eso no lo hizo Abrahán.
41. Vosotros realizáis las obras de vuestro padre.
Le replicaron entonces:
-Nosotros no hemos nacido de prostitución; un solo padre tenemos, Dios.
42. Les replicó Jesús:
-Si Dios fuera vuestro padre, me querríais a mí, porque yo estoy aquí procedente de Dios; y tampoco he venido por decisión propia, fue él quien me envió.
EXPLICACIÓN.
A los judíos que le han dado fe, Jesús los invita a practicar su mensaje; no le bastan adhesiones de principio (31); es posible dar crédito a Jesús sin sacar las consecuencias. La práctica del mensaje/amor, rompiendo con el orden injusto, les dará libertad (32), pues comunica el Espíritu/vida (3,34), dando la experiencia de la vida/verdad: en ella el hombre percibe a Dios como Padre y a sí mismo como hijo. Esta nueva relación hace libres. Así se constituye el verdadero discípulo.
La libertad que comunica Jesús sobrepasa la mera posibilidad de opción; sitúa al hombre en su verdadero rango: partícipe de la libertad del Padre; como él, es señor de sí mismo. Quien no tiene experiencia del Padre es esclavo, porque concibe a Dios como un Soberano que somete al hombre, legitimando con eso toda tiranía. Reacción indignada (33): orgullo de raza; basta pertenecer al linaje de Abrahán para ser libre. Respuesta (34): ese linaje no garantiza la libertad, pues no impide que cometan el pecado, dando su adhesión a un sistema esclavizador. Alusión a los dos hijos de Abrahán (35): Isaac, libre; Ismael, esclavo. En paralelo, Dios Padre y Jesús Hijo (36), que, siendo libre, puede dar la libertad a los que son esclavos, dándoles el Espíritu.
No basta la descendencia para ser hijo (37), hay que demostrarlo con el modo de obrar. Al quererlo matar a él se oponen al Padre, el Dios que ama al hombre (38). Insinúa que tienen otro padre que no es Abrahán ni tampoco Dios. Nueva reacción (39), afirmando su ascendencia. Respuesta (40): no tienen por padre a Abrahán, pues no se portan como él.
Al comprender que los acusa de idolatría (41: prostitución), se profesan fieles al único Dios.
Martes 27 de marzo del 2012. Jn 8,21-30.
II.DENUNCIA DE LOS DIRIGENTES.
Pecado y muerte. (8,21-30)
8 21. Entonces les dijo de nuevo:
-Yo me voy, me buscaréis, pero vuestro pecado os llevará a la muerte. Adonde yo voy, vosotros no sois capaces de venir.
22. Los judíos del régimen comentaban_
-¿Irá a suicidarse, y por eso dice “Adonde yo voy, vosotros no sois capaces de venir”?
23. Él continuó:
-Vosotros pertenecéis a lo de aquí abajo, yo pertenezco a lo de arriba; vosotros pertenecéis a este orden, yo no pertenezco al orden este.
24. Por eso os he dicho que os llevarán a la muerte vuestros pecados; es decir, si no llegáis a creer que yo soy lo que soy, os llevarán a la muerte vuestros pecados.
25. Entonces le preguntaron:
-Tú, ¿quién eres?
Les contestó Jesús:
-Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo.
26. Mucho tengo que decir de vosotros y condenarlo; pero el que me envió es digno de fe, y lo que yo digo contra el mundo es lo mismo que le he escuchado a él.
27. Nos comprendieron que les hablaba del Padre.
28. Jesús entonces les dijo:
-Cuando levantéis en alto al Hombre, entonces comprenderéis que yo soy lo que soy y que no hago nada de por mí, sino que propongo exactamente lo que me ha enseñado el Padre.
29. Además, el que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; la prueba es que yo hago siempre lo que le agrada a él.
30. Mientras hablaba así muchos le dieron su adhesión.
EXPLICACIÓN.
21-30. El mismo lugar y los mismos oyentes, aunque más adelante (22) se hablará de “los judíos”, los dirigentes y sus adeptos. De nuevo la frase enigmática (7,34), pero explicitando el peligro que corren (cf. Prov 1,27-28). Ellos planeaban eliminar a Jesús como a un enemigo peligroso; les descubre que el peligro no está en él, sino en la hostilidad contra él. El presunto enemigo es el único que les puede salvar; rechazarlo será su ruina.
El pecado que los llevará a la muerte (Jr 31,29s) consiste en impedir, reprimir o suprimir la vida, impidiendo la plenitud a la que Dios llama al hombre. Se comete al dar la adhesión e integrarse voluntariamente en un orden o sistema injusto: el hombre se priva y priva a otros de la libertad, ejerce o acepta la opresión y se hace cómplice de la injusticia. La injusticia radical del orden social lleva la muerte en sí misma y está necesariamente abocada a la ruina, arrastrando consigo a los individuos.
Jesús sabe que no aceptarán nunca seguir a un Mesías crucificado (no sois capaces de venir); esto los obligaría a renunciar a su posición e ideales. Los dirigentes se sienten intrigados, pero no ya inquietos (7,35s) (22). Su comentario es irónico (suicidarse). No comprenden que se pueda dar la vida por amor.
Jesús les explica dónde está la diferencia radical entre ellos y él y, en consecuencia, en qué consiste su pecado (23). Lo de arriba es la esfera de Dios, la del Hombre acabado por el Espíritu; lo de abajo, la esfera sin Espíritu, la de los hombres inacabados (carne). Arriba/abajo = espíritu/carne = luz/tinieblas =vida/muerte. “El pecado”, la traición al hombre optando por el sistema injusto, llevará a cometer múltiples injusticias (los pecados) (24). La única manera de salir de la dinámica pecado-muerte consiste en reconocer a Jesús como Mesías (8,12: Luz del mundo), pasar a la esfera de arriba.
Pregunta innecesaria (25). Él es lo que ha venido afirmando: el enviado de Dios (5,36; 7,28; 8,18), el Mesías. No pronuncia este título que podía prestarse a interpretaciones nacionalistas. La denuncia de Jesús está avalada por Dios mismo, el Padre, cuyo mensaje expone (26-27). Levantar en alto (28) tiene el doble sentido de muerte y exaltación. El Hombre ha aprendido del Padre su oposición a la injusticia; su muerte demostrará su plena coherencia, la de un amor que llega hasta dar la vida, y con ella, su misión divina. Jesús no se acobarda (29), porque el Padre lo acompaña y apoya. Reacción favorable de muchos a sus palabras. La claridad de su denuncia ha hecho impresión (30).
Pecado y muerte. (8,21-30)
8 21. Entonces les dijo de nuevo:
-Yo me voy, me buscaréis, pero vuestro pecado os llevará a la muerte. Adonde yo voy, vosotros no sois capaces de venir.
22. Los judíos del régimen comentaban_
-¿Irá a suicidarse, y por eso dice “Adonde yo voy, vosotros no sois capaces de venir”?
23. Él continuó:
-Vosotros pertenecéis a lo de aquí abajo, yo pertenezco a lo de arriba; vosotros pertenecéis a este orden, yo no pertenezco al orden este.
24. Por eso os he dicho que os llevarán a la muerte vuestros pecados; es decir, si no llegáis a creer que yo soy lo que soy, os llevarán a la muerte vuestros pecados.
25. Entonces le preguntaron:
-Tú, ¿quién eres?
Les contestó Jesús:
-Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo.
26. Mucho tengo que decir de vosotros y condenarlo; pero el que me envió es digno de fe, y lo que yo digo contra el mundo es lo mismo que le he escuchado a él.
27. Nos comprendieron que les hablaba del Padre.
28. Jesús entonces les dijo:
-Cuando levantéis en alto al Hombre, entonces comprenderéis que yo soy lo que soy y que no hago nada de por mí, sino que propongo exactamente lo que me ha enseñado el Padre.
29. Además, el que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; la prueba es que yo hago siempre lo que le agrada a él.
30. Mientras hablaba así muchos le dieron su adhesión.
EXPLICACIÓN.
21-30. El mismo lugar y los mismos oyentes, aunque más adelante (22) se hablará de “los judíos”, los dirigentes y sus adeptos. De nuevo la frase enigmática (7,34), pero explicitando el peligro que corren (cf. Prov 1,27-28). Ellos planeaban eliminar a Jesús como a un enemigo peligroso; les descubre que el peligro no está en él, sino en la hostilidad contra él. El presunto enemigo es el único que les puede salvar; rechazarlo será su ruina.
El pecado que los llevará a la muerte (Jr 31,29s) consiste en impedir, reprimir o suprimir la vida, impidiendo la plenitud a la que Dios llama al hombre. Se comete al dar la adhesión e integrarse voluntariamente en un orden o sistema injusto: el hombre se priva y priva a otros de la libertad, ejerce o acepta la opresión y se hace cómplice de la injusticia. La injusticia radical del orden social lleva la muerte en sí misma y está necesariamente abocada a la ruina, arrastrando consigo a los individuos.
Jesús sabe que no aceptarán nunca seguir a un Mesías crucificado (no sois capaces de venir); esto los obligaría a renunciar a su posición e ideales. Los dirigentes se sienten intrigados, pero no ya inquietos (7,35s) (22). Su comentario es irónico (suicidarse). No comprenden que se pueda dar la vida por amor.
Jesús les explica dónde está la diferencia radical entre ellos y él y, en consecuencia, en qué consiste su pecado (23). Lo de arriba es la esfera de Dios, la del Hombre acabado por el Espíritu; lo de abajo, la esfera sin Espíritu, la de los hombres inacabados (carne). Arriba/abajo = espíritu/carne = luz/tinieblas =vida/muerte. “El pecado”, la traición al hombre optando por el sistema injusto, llevará a cometer múltiples injusticias (los pecados) (24). La única manera de salir de la dinámica pecado-muerte consiste en reconocer a Jesús como Mesías (8,12: Luz del mundo), pasar a la esfera de arriba.
Pregunta innecesaria (25). Él es lo que ha venido afirmando: el enviado de Dios (5,36; 7,28; 8,18), el Mesías. No pronuncia este título que podía prestarse a interpretaciones nacionalistas. La denuncia de Jesús está avalada por Dios mismo, el Padre, cuyo mensaje expone (26-27). Levantar en alto (28) tiene el doble sentido de muerte y exaltación. El Hombre ha aprendido del Padre su oposición a la injusticia; su muerte demostrará su plena coherencia, la de un amor que llega hasta dar la vida, y con ella, su misión divina. Jesús no se acobarda (29), porque el Padre lo acompaña y apoya. Reacción favorable de muchos a sus palabras. La claridad de su denuncia ha hecho impresión (30).
Lunes 26 de marzo del 2012. Lc 1,26-38.
26 A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea que se llamaba Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
28 Entrando adonde estaba ella, el ángel le dijo:
- Alégrate, favorecida, el Señor está contigo.
29 Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquél.
30 El ángel le dijo:
- No temas, María, que Dios te ha concedido tu favor.
31 Mira, vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús.
32 Éste será grande, lo llamarán Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su antepasado;
33 reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
34 María dijo al ángel:
-¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre?
35 El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, al que va a nacer lo llamarán "Consagrado", "Hijo de Dios".
36 Y mira, también tu pariente Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses,
37 porque para Dios no hay nada imposible.
38 Respondió María:
- Aquí está la sierva del Señor; cúmplase en mi lo que has dicho.
Y el ángel la dejo.
EXPLICACIÓN.
La concepción de Juan estaba en paralelo con la de Isaac; la de Jesús lo está con la creación de Adán. Nace de Dios mismo y es principio de una nueva humanidad.
Nazaret (26), nunca nombrado en el AT: lugar no ligado a promesa o expectación mesiánica alguna; esta intervención divina no va a representar una continuidad con el pasado. Galilea, la provincia alejada del centro de la institución judía. La escena no se desarrolla en ambiente oficial: no en el templo, sino en una casa; su protagonista no es un sacerdote, sino una virgen (27) sin genealogía ni mención de observancia (cf. 1,6). Sentido teológico de la virginidad: la absoluta fidelidad a Dios (por oposición a la esposa "adúltera" o "prostituida", figuras del pueblo extraviado, cf. Os 2,4ss; Jr 3,6-13; Ez 16). María representa a "los pobres" de Israel, sin relieve social.
Saludo de alegría (cf. Zac 9,9; Sof 3,14), horizonte de salvación (28). Favorecida: la que goza del pleno favor divino; amor de Dios a los israelitas fieles; el Señor está contigo: fórmula usual en Lucas para indicar la solicitud de DIos por un determinado personaje (Lc 1,66; Hch 7,9; 10,38; 11,21; 18,10; cf. Dt 2,7; 20,1, etc). El saludo no provoca temor (cf. 1,12).
Te ha concedido un favor (30: cf. Gn 6,8; Jue 6,17, etc.); Dios miró a Israel con favor en el momento de su elección; la fidelidad de este Israel pobre le asegura ese favor en el presente. José, el descendiente de David (27), no tiene papel alguno en el plan anunciado por el ángel, Jesús (31) = Dios salva; será María quien imponga nombre a su hijo (cf. 1,13), es decir, éste continuará la línea de la madre, no la de José. Hijo del Altísimo (designación divina de alcance universal) (32), no de David, ni de otro padre humano; "ser hijo", no significa solamente nacer por obra de un padre, sino sobre todo heredar la tradición que éste transmite y tener por modelo de comportamiento al padre; no será David el modelo de Jesús; su mensaje vendrá directamente de Dios, su Padre, y sólo éste será modelo de su comportamiento. Grande, por su filiación divina (no sólo "a los ojos del Señor", cf. 1,15); lo llamarán, lo será y será reconocido por tal. David, su padre/antepasado; le corresponde la herencia de David (a través de José), pero el trono no lo obtendrá por pertenecer a su estirpe, sino por decisión de Dios (32; le dará, no "heredará"). En Jesús se cumplirá la promesa dinástica /2 Sm 7,12), pero no será el hijo/sucesor de David (Lc 20,41-44); sino algo completamente nuevo, aunque igualmente perpetuo (Dn 2,22; 7,14). La casa de Jacob (33), las doce tribus, el Israel escatológico.
María no pide pruebas (cf. 1,18), pregunta el modo como esto puede realizarse (34). No vivo con un hombre (lit. "no estoy conociendo varón"): el Israel fiel no espera vida/fecundidad de los hombres, ni siquiera de la línea davídica (José), sino sólo de Dios, aunque no sabe cómo.
Diferencia con Juan Bautista: éste recibe el Espíritu Santo antes de nacer (1,15); Jesús es concebido por obra del Espíritu, la fuerza creadora de Dios (35: fuerza del Altísimo). Te cubrirá con su sombra: se insinúa la idea de "la gloria de Dios" (Éx 40,38; "nube", presencia activa de Dios). La concepción, nuevo acto creador (Espíritu Santo): nace un nuevo Adán, comienza una nueva humanidad. Consagrado, Hijo de Dios, designaciones mesiánicas (Sal 2,7; Lc 4,34). El ángel añade una señal: la fecundidad de Isabel, vieja y estéril, es prueba de la fuerza creadora de Dios (36s).
María no es "una sierva", sino la sierva del Señor (38), representado al Israel fiel (Is 48,8.9.20; 49,3; Jr 46,27s). Su fe contrasta con la incredulidad de Zacarías (1,20).
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
28 Entrando adonde estaba ella, el ángel le dijo:
- Alégrate, favorecida, el Señor está contigo.
29 Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquél.
30 El ángel le dijo:
- No temas, María, que Dios te ha concedido tu favor.
31 Mira, vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús.
32 Éste será grande, lo llamarán Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su antepasado;
33 reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.
34 María dijo al ángel:
-¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre?
35 El ángel le contestó:
- El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, al que va a nacer lo llamarán "Consagrado", "Hijo de Dios".
36 Y mira, también tu pariente Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses,
37 porque para Dios no hay nada imposible.
38 Respondió María:
- Aquí está la sierva del Señor; cúmplase en mi lo que has dicho.
Y el ángel la dejo.
EXPLICACIÓN.
La concepción de Juan estaba en paralelo con la de Isaac; la de Jesús lo está con la creación de Adán. Nace de Dios mismo y es principio de una nueva humanidad.
Nazaret (26), nunca nombrado en el AT: lugar no ligado a promesa o expectación mesiánica alguna; esta intervención divina no va a representar una continuidad con el pasado. Galilea, la provincia alejada del centro de la institución judía. La escena no se desarrolla en ambiente oficial: no en el templo, sino en una casa; su protagonista no es un sacerdote, sino una virgen (27) sin genealogía ni mención de observancia (cf. 1,6). Sentido teológico de la virginidad: la absoluta fidelidad a Dios (por oposición a la esposa "adúltera" o "prostituida", figuras del pueblo extraviado, cf. Os 2,4ss; Jr 3,6-13; Ez 16). María representa a "los pobres" de Israel, sin relieve social.
Saludo de alegría (cf. Zac 9,9; Sof 3,14), horizonte de salvación (28). Favorecida: la que goza del pleno favor divino; amor de Dios a los israelitas fieles; el Señor está contigo: fórmula usual en Lucas para indicar la solicitud de DIos por un determinado personaje (Lc 1,66; Hch 7,9; 10,38; 11,21; 18,10; cf. Dt 2,7; 20,1, etc). El saludo no provoca temor (cf. 1,12).
Te ha concedido un favor (30: cf. Gn 6,8; Jue 6,17, etc.); Dios miró a Israel con favor en el momento de su elección; la fidelidad de este Israel pobre le asegura ese favor en el presente. José, el descendiente de David (27), no tiene papel alguno en el plan anunciado por el ángel, Jesús (31) = Dios salva; será María quien imponga nombre a su hijo (cf. 1,13), es decir, éste continuará la línea de la madre, no la de José. Hijo del Altísimo (designación divina de alcance universal) (32), no de David, ni de otro padre humano; "ser hijo", no significa solamente nacer por obra de un padre, sino sobre todo heredar la tradición que éste transmite y tener por modelo de comportamiento al padre; no será David el modelo de Jesús; su mensaje vendrá directamente de Dios, su Padre, y sólo éste será modelo de su comportamiento. Grande, por su filiación divina (no sólo "a los ojos del Señor", cf. 1,15); lo llamarán, lo será y será reconocido por tal. David, su padre/antepasado; le corresponde la herencia de David (a través de José), pero el trono no lo obtendrá por pertenecer a su estirpe, sino por decisión de Dios (32; le dará, no "heredará"). En Jesús se cumplirá la promesa dinástica /2 Sm 7,12), pero no será el hijo/sucesor de David (Lc 20,41-44); sino algo completamente nuevo, aunque igualmente perpetuo (Dn 2,22; 7,14). La casa de Jacob (33), las doce tribus, el Israel escatológico.
María no pide pruebas (cf. 1,18), pregunta el modo como esto puede realizarse (34). No vivo con un hombre (lit. "no estoy conociendo varón"): el Israel fiel no espera vida/fecundidad de los hombres, ni siquiera de la línea davídica (José), sino sólo de Dios, aunque no sabe cómo.
Diferencia con Juan Bautista: éste recibe el Espíritu Santo antes de nacer (1,15); Jesús es concebido por obra del Espíritu, la fuerza creadora de Dios (35: fuerza del Altísimo). Te cubrirá con su sombra: se insinúa la idea de "la gloria de Dios" (Éx 40,38; "nube", presencia activa de Dios). La concepción, nuevo acto creador (Espíritu Santo): nace un nuevo Adán, comienza una nueva humanidad. Consagrado, Hijo de Dios, designaciones mesiánicas (Sal 2,7; Lc 4,34). El ángel añade una señal: la fecundidad de Isabel, vieja y estéril, es prueba de la fuerza creadora de Dios (36s).
María no es "una sierva", sino la sierva del Señor (38), representado al Israel fiel (Is 48,8.9.20; 49,3; Jr 46,27s). Su fe contrasta con la incredulidad de Zacarías (1,20).
Domingo 25 de marzo del 2011. Jn 12,20-33.
20. Algunos de los que subían a dar culto en las fiestas eran griegos;
21. éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron:
-Señor, quisiéramos ver a Jesús.
22. Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
23. Jesús les respondió:
-Ha llegado la hora de que se manifieste la gloria del Hombre
24. Sí, os lo aseguro: Si el grano de trigo una vez caído en la tierra no muere, permanece él solo; en cambio, si muere, produce mucho fruto.
25. Tener apego a la propia vida es destruirse, despreciar la propia vida en medio del orden este es conservarse para una vida definitiva.
26. El que quiera ayudarme, que me siga, y así, allí donde yo estoy, estará también el que me ayuda. A quien me ayude lo honrará el Padre.
27. Ahora me siento fuertemente agitado; pero ¿qué voy a decir: “Padre líbrame de esta hora”? ¡Pero si para esto he venido, para esta hora!
28. ¡Padre, manifiesta la gloria de tu persona!
Vino entonces una voz desde el cielo:
-¡Como la manifesté, volveré a manifestarla!
29. A esto, la gente que estaba allí y la oyó decía que había sido un trueno. Otros decían:
-Le ha hablado un ángel.
30. Replicó Jesús:
-Esa voz no era por mí, sino por vosotros.
31. Ahora hay ya una sentencia contra el orden este, ahora el jefe del orden este va a ser echado fuera.
32. pues yo, cuando sea levantado de la tierra, tiraré de todos hacia mí.
33. Esto lo decía indicando con qué clase de muerte iba a morir.
EXPLICACIÓN.
Griegos, no judíos, prosélitos o simpatizantes (20-22). Subían para dar culto, pero al encontrar a Jesús renuncian a su propósito. Felipe y Andrés, de Betsaida (“lugar de pesca”, posible alusión a la misión) (1,44). Felipe consulta a Andrés y, los dos, a Jesús: dificultad de las comunidades en decidirse a difundir el mensaje entre los paganos (cf. Zac 9,13; Sof 3,9).
Jesús no habla directamente a los griegos (23): la misión con los paganos tocará a sus seguidores. La hora final, la de su muerte, manifestará su gloria/amor y permitirá la misión. No se produce vida/fruto sin da la propia (24); amar es darse sin escatimar, hasta desaparecer, si es necesario. Solamente el don total libera las capacidades del hombre. Esta muerte no es un suceso aislado, sino la culminación de un proceso de donación de sí mismo. La fecundidad no depende de la transmisión de una doctrina, sino de una muestra extrema de amor (si no muere, permanece él solo). Sólo quien no teme a la muerte (25) puede entregarse hasta el fin, llevando su vida a su completo éxito. Infundir temor, la gran arma del orden injusto; el apego a la vida lleva a todas las abdicaciones. Ser discípulo significa colaborar en la tarea de Jesús (26), aun en medio de la hostilidad y persecución; el que colabora se encuentra, como Jesús, en la esfera del Espíritu, en el hogar del Padre (7,34; 8,29). El hombre libre posee su vida, su presente, y en cada presente puede entregarse del todo: la entrega total en cada momento es el significado de “morir”. Lo honrará el Padre, como a hijo.
El ser de Jesús se rebela ante su muerte (27), paroxismo del odio y máximo de la injusticia; horror del amor ante el odio, pero su muerte dará sentido a su vida entera; su amor supera la debilidad de la carne. Reacciona reafirmando su decisión de llevar a cabo su obra (28); por eso, pide al Padre que manifieste su amor en su propia entrega. La respuesta confirma la actitud de Jesús. Voz significa también “trueno” (Éx 19,16.19). La bajada del Espíritu (1,32: bajar del cielo) fue la manifestación del amor del Padre a Jesús; ahora habrá una manifestación visible para todos, la nueva teofanía, el Hombre en la cruz, de quien fluirá la vida (3,14s; 7,37-39). Interpretaciones (29): amenaza (trueno, cf. Sal 29,3ss) o mensaje de Dios a Jesús (ángel). El mensaje es para ellos (30) y les revela la misión de Jesús.
El orden este (31), el sistema de poder enemigo de Jesús y de sus discípulos (cf. 8,23). Su jefe personifica el círculo de poder, mostrando su común motivación y la unidad de intento; son los dirigentes, hijos y agentes del Enemigo (“el diablo”), que designa al dios-dinero (el tesoro del templo, 8,44). Jesús vino para abrir un proceso contra el orden este (9,39); ahora existe la sentencia (cf. 3,19). Echado fuera de la esfera de Dios, pues, en su cruz/exaltación, Jesús se convertirá en centro que atraerá a los hombres (Os 11,4) a una entrega como la suya, la del Hombre-Dios, para formar una sociedad conforme al designio divino (32-33).
21. éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron:
-Señor, quisiéramos ver a Jesús.
22. Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
23. Jesús les respondió:
-Ha llegado la hora de que se manifieste la gloria del Hombre
24. Sí, os lo aseguro: Si el grano de trigo una vez caído en la tierra no muere, permanece él solo; en cambio, si muere, produce mucho fruto.
25. Tener apego a la propia vida es destruirse, despreciar la propia vida en medio del orden este es conservarse para una vida definitiva.
26. El que quiera ayudarme, que me siga, y así, allí donde yo estoy, estará también el que me ayuda. A quien me ayude lo honrará el Padre.
27. Ahora me siento fuertemente agitado; pero ¿qué voy a decir: “Padre líbrame de esta hora”? ¡Pero si para esto he venido, para esta hora!
28. ¡Padre, manifiesta la gloria de tu persona!
Vino entonces una voz desde el cielo:
-¡Como la manifesté, volveré a manifestarla!
29. A esto, la gente que estaba allí y la oyó decía que había sido un trueno. Otros decían:
-Le ha hablado un ángel.
30. Replicó Jesús:
-Esa voz no era por mí, sino por vosotros.
31. Ahora hay ya una sentencia contra el orden este, ahora el jefe del orden este va a ser echado fuera.
32. pues yo, cuando sea levantado de la tierra, tiraré de todos hacia mí.
33. Esto lo decía indicando con qué clase de muerte iba a morir.
EXPLICACIÓN.
Griegos, no judíos, prosélitos o simpatizantes (20-22). Subían para dar culto, pero al encontrar a Jesús renuncian a su propósito. Felipe y Andrés, de Betsaida (“lugar de pesca”, posible alusión a la misión) (1,44). Felipe consulta a Andrés y, los dos, a Jesús: dificultad de las comunidades en decidirse a difundir el mensaje entre los paganos (cf. Zac 9,13; Sof 3,9).
Jesús no habla directamente a los griegos (23): la misión con los paganos tocará a sus seguidores. La hora final, la de su muerte, manifestará su gloria/amor y permitirá la misión. No se produce vida/fruto sin da la propia (24); amar es darse sin escatimar, hasta desaparecer, si es necesario. Solamente el don total libera las capacidades del hombre. Esta muerte no es un suceso aislado, sino la culminación de un proceso de donación de sí mismo. La fecundidad no depende de la transmisión de una doctrina, sino de una muestra extrema de amor (si no muere, permanece él solo). Sólo quien no teme a la muerte (25) puede entregarse hasta el fin, llevando su vida a su completo éxito. Infundir temor, la gran arma del orden injusto; el apego a la vida lleva a todas las abdicaciones. Ser discípulo significa colaborar en la tarea de Jesús (26), aun en medio de la hostilidad y persecución; el que colabora se encuentra, como Jesús, en la esfera del Espíritu, en el hogar del Padre (7,34; 8,29). El hombre libre posee su vida, su presente, y en cada presente puede entregarse del todo: la entrega total en cada momento es el significado de “morir”. Lo honrará el Padre, como a hijo.
El ser de Jesús se rebela ante su muerte (27), paroxismo del odio y máximo de la injusticia; horror del amor ante el odio, pero su muerte dará sentido a su vida entera; su amor supera la debilidad de la carne. Reacciona reafirmando su decisión de llevar a cabo su obra (28); por eso, pide al Padre que manifieste su amor en su propia entrega. La respuesta confirma la actitud de Jesús. Voz significa también “trueno” (Éx 19,16.19). La bajada del Espíritu (1,32: bajar del cielo) fue la manifestación del amor del Padre a Jesús; ahora habrá una manifestación visible para todos, la nueva teofanía, el Hombre en la cruz, de quien fluirá la vida (3,14s; 7,37-39). Interpretaciones (29): amenaza (trueno, cf. Sal 29,3ss) o mensaje de Dios a Jesús (ángel). El mensaje es para ellos (30) y les revela la misión de Jesús.
El orden este (31), el sistema de poder enemigo de Jesús y de sus discípulos (cf. 8,23). Su jefe personifica el círculo de poder, mostrando su común motivación y la unidad de intento; son los dirigentes, hijos y agentes del Enemigo (“el diablo”), que designa al dios-dinero (el tesoro del templo, 8,44). Jesús vino para abrir un proceso contra el orden este (9,39); ahora existe la sentencia (cf. 3,19). Echado fuera de la esfera de Dios, pues, en su cruz/exaltación, Jesús se convertirá en centro que atraerá a los hombres (Os 11,4) a una entrega como la suya, la del Hombre-Dios, para formar una sociedad conforme al designio divino (32-33).
jueves, marzo 01, 2012
Sábado 24 de marzo del 2012. Jn 7,40-53.
40. Al oír estas palabras, algunos de la multitud decían:
-Ciertamente éste es el Profeta.
41. Decían otros:
-Éste es el Mesías.
Pero aquellos replicaban:
-¿Es que el Mesías va a venir de Galilea?
42. ¿No dice aquel pasaje que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?
43. Se produjo división entre la gente a propósito de él.
44. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le puso las manos encima.
45. Volvieron entonces los guardias adonde estaban los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos le preguntaron:
-¿Se puede saber por qué no lo habéis traído?
46. Replicaron los guardias:
-Nunca hombre alguno ha hablado así.
47. Les replicaron los fariseos:
-¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar?
48. ¿Es que alguno de los jefes le ha dado su adhesión o alguno de los fariseos?
49. En cambio, esa plebe que no conoce la Ley está maldita.
50. Los interpeló Nicodemo, el que había ido a verlo al principio, y que era uno de ellos:
51. -¿Es que nuestra Ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace?
52. Le replicaron:
-¿Es que también tú eres de Galilea? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.
EXPLICACIÓN.
El evangelista no decide; para él, lo único importante es la misión divina (41b-43). Tercer grupo, hostil a Jesús (44).
La vuelta de los guardias con las manos vacías (45) provoca la indignación de los fariseos. Impresión de los guardias (46) y exasperación de los fariseos (47); tachan a Jesús de impostor (engañar); según ellos, la opinión oficial es normativa para todos; los individuos no tienen derecho a formarse un juicio (cf. 7,13.26). Desprecio del pueblo, maldito, porque no conoce la Ley y no puede practicarla; sólo quienes estudian pueden estar a bien con Dios; religión de élite. Confunden el conocimiento de la Ley con el conocimiento de Dios (49). Nicodemo, fariseo (3,1), apoyándose en la Ley, exige un juicio justo (Dt 1,16-17) (50-51); son las obras (lo que hace), no los prejuicios, las que han de decidir. No se da cuenta de que los fariseos han hecho de la Ley un instrumento de injusticia (cf. 19,7). Invectiva a Nicodemo (52): No responden a la cuestión que ha planteado, no atienden a razones; quieren insultar a Nicodemo (galileo, como Jesús); lo tachan de ignorante (Estudia) (para un profeta de Galilea, cf. 2 Re 14,25). Están obnubilados por su aversión a Jesús. Ni consideran la posibilidad de que sea el Mesías (un profeta).
SÍNTESIS.
Ante la ruina que amenaza, por la situación de injusticia y opresión existente, Jesús propone su alternativa: la nueva comunidad humana. El único principio para construirla es el amor leal. Para ello hace falta un hombre nuevo, el que ha sido completado con la capacidad de amar hasta el fin.
Jesús se ha presentado como la Sabiduría. Pero lo que él comunica no es un saber teórico, sino el Espíritu, vida y fuerza de amor. El conocimiento que da el amor saca de la ambigüedad a toda sabiduría, impidiéndole convertirse en culto de sí mismo y en instrumento de opresión. La única respuesta de los dirigentes es la violencia.
Nota crítica.- La perícopa 7,53-8,11, que contiene el episodio de la adúltera, aunque ciertamente conserva un relato muy primitivo, no pertenece al Evangelio de Juan. No se encuentra en los mejores testigos del texto, en los codd. que la contienen no ocupa siempre el mismo lugar, el vocabulario que en ella aparece no corresponde al de Jn, y ningún Padre griego la comenta. Un documento la atribuye al Evangelio de Lucas. Por esta razón se pondrá al final del Evangelio.
-Ciertamente éste es el Profeta.
41. Decían otros:
-Éste es el Mesías.
Pero aquellos replicaban:
-¿Es que el Mesías va a venir de Galilea?
42. ¿No dice aquel pasaje que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?
43. Se produjo división entre la gente a propósito de él.
44. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le puso las manos encima.
45. Volvieron entonces los guardias adonde estaban los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos le preguntaron:
-¿Se puede saber por qué no lo habéis traído?
46. Replicaron los guardias:
-Nunca hombre alguno ha hablado así.
47. Les replicaron los fariseos:
-¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar?
48. ¿Es que alguno de los jefes le ha dado su adhesión o alguno de los fariseos?
49. En cambio, esa plebe que no conoce la Ley está maldita.
50. Los interpeló Nicodemo, el que había ido a verlo al principio, y que era uno de ellos:
51. -¿Es que nuestra Ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace?
52. Le replicaron:
-¿Es que también tú eres de Galilea? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.
EXPLICACIÓN.
El evangelista no decide; para él, lo único importante es la misión divina (41b-43). Tercer grupo, hostil a Jesús (44).
La vuelta de los guardias con las manos vacías (45) provoca la indignación de los fariseos. Impresión de los guardias (46) y exasperación de los fariseos (47); tachan a Jesús de impostor (engañar); según ellos, la opinión oficial es normativa para todos; los individuos no tienen derecho a formarse un juicio (cf. 7,13.26). Desprecio del pueblo, maldito, porque no conoce la Ley y no puede practicarla; sólo quienes estudian pueden estar a bien con Dios; religión de élite. Confunden el conocimiento de la Ley con el conocimiento de Dios (49). Nicodemo, fariseo (3,1), apoyándose en la Ley, exige un juicio justo (Dt 1,16-17) (50-51); son las obras (lo que hace), no los prejuicios, las que han de decidir. No se da cuenta de que los fariseos han hecho de la Ley un instrumento de injusticia (cf. 19,7). Invectiva a Nicodemo (52): No responden a la cuestión que ha planteado, no atienden a razones; quieren insultar a Nicodemo (galileo, como Jesús); lo tachan de ignorante (Estudia) (para un profeta de Galilea, cf. 2 Re 14,25). Están obnubilados por su aversión a Jesús. Ni consideran la posibilidad de que sea el Mesías (un profeta).
SÍNTESIS.
Ante la ruina que amenaza, por la situación de injusticia y opresión existente, Jesús propone su alternativa: la nueva comunidad humana. El único principio para construirla es el amor leal. Para ello hace falta un hombre nuevo, el que ha sido completado con la capacidad de amar hasta el fin.
Jesús se ha presentado como la Sabiduría. Pero lo que él comunica no es un saber teórico, sino el Espíritu, vida y fuerza de amor. El conocimiento que da el amor saca de la ambigüedad a toda sabiduría, impidiéndole convertirse en culto de sí mismo y en instrumento de opresión. La única respuesta de los dirigentes es la violencia.
Nota crítica.- La perícopa 7,53-8,11, que contiene el episodio de la adúltera, aunque ciertamente conserva un relato muy primitivo, no pertenece al Evangelio de Juan. No se encuentra en los mejores testigos del texto, en los codd. que la contienen no ocupa siempre el mismo lugar, el vocabulario que en ella aparece no corresponde al de Jn, y ningún Padre griego la comenta. Un documento la atribuye al Evangelio de Lucas. Por esta razón se pondrá al final del Evangelio.
Viernes 23 de marzo del 2012. Jn 7,1-12. 10,25-30.
Jn 7,1-12.
7. 1. Después de esto andaba Jesús por Galilea; no quería andar por Judea porque los dirigentes judíos trataban de matarlo.
2. Se acercaba la gran fiesta de los Judíos, la de las Chozas.
3. Su gente le dijo:
-Trasládate de aquí y márchate a Judea, así tus discípulos presenciarán esas obras que haces,
4. pues nadie hace las cosas clandestinamente si busca ser una figura pública. Si haces estas cosas manifiéstate al mundo.
5. De hecho, tampoco su gente le daba su adhesión.
6. Jesús les contestó:
-Para mí, todavía no es el momento; para vosotros, en cambio, cualquier momento es bueno.
7. El mundo no tiene motivo para odiaros; a mí, en cambio, me odia, porque yo denuncio que su modo de obrar es perverso.
8. Subid vosotros a la fiesta, yo no subo a esa fiesta, porque para mí el momento no ha llegado aún.
9. Dicho esto, él se quedó en Galilea;
10. sin embargo, después que subió su gente a la fiesta, entonces subió él también, no de modo manifiesto, sino clandestinamente.
12. Jesús les habló de nuevo:
-Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la tiniebla, tendrá la luz de la vida.
EXPLICACIÓN.
1-10. Los dirigentes de Judea siguen considerando a Jesús un peligro para su sociedad y se proponen matarlo (1), idea que habían concebido a raíz de la curación del inválido (5,18). La situación en torno a Jesús es de crisis (6,60.66), escepticismo y persecución.
Al acercarse la fiesta más popular y frecuentada del año (2), que tenía marcado carácter mesiánico (cf. Zac 14,16.19; 9,9; 12,10; 13,1; 14,8) y estaba también manipulada por los dirigentes (fiesta de los judíos), gente cercana a Jesús quiere apartarlo de su línea de conducta. Le aconsejan irónicamente (3-4): para ganarse a sus discípulos, lo desafían a salir de la clandestinidad, subir con la peregrinación a Jerusalén y dar allí muestra de sí para constituirse en personaje público; debe luchar con las armas del sistema. Para ellos, la propuesta que está haciendo Jesús no tiene validez (5).
Jesús no acepta el consejo (6-7). Ellos no están en conflicto con la institución, están integrados en ella. Jesús no sólo no quiere usar sus armas, el brillo mundano, sino que denuncia la injusticia de la sociedad. Los dirigentes lo odian porque temen que ponga al descubierto ante el pueblo su verdadera conducta (cf. 3,20: odia la luz). La actividad de Jesús a favor de los débiles es el reproche más eficaz a la opresión que se ejerce sobre el pueblo. Al decirles que suban a la fiesta (8), les pone ante los ojos su complicidad con la injusticia. Él no va a una fiesta de los Judíos (2). Subirá al templo, pero para enseñar. No busca el conflicto por sí mismo (9-10); será el resultado de la misión que cumple.
Segunda declaración de Jesús, que alude a las ceremonias de luz de la fiesta. “Luz”, designación del Mesías, por su obra de liberación, felicidad, alegría; también de Jerusalén, la Ley y el templo. Yo soy la luz del mundo significa que es el Mesías y que toma el puesto de la Ley; es, al mismo tiempo, el resplandor de la vida (1,4) para toda la humanidad (Is 42,6s; 49,6.9). En la primera declaración (7,37-39) Jesús se presentaba como la fuente del agua/Espíritu; en ésta se define como el guía que permite salir (éxodo) de la opresión de la tiniebla/muerte, concretada en la ideología y explotación propuesta y ejercida por el templo. El que me sigue, decisión personal y orientación de la vida (12).
Jn 10,25-30.
25. Les replicó Jesús:
-Os lo he dicho, pero no lo creéis. Las obras que yo realizo en nombre de mi Padre, ésas son las que me acreditan,
26. pero vosotros no creéis porque no sois ovejas mías.
27. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen,
28. yo les doy vida definitiva y no se perderán jamás ni nadie las arrancará de mi mano.
29. Lo que me ha entregado mi Padre es lo que más importa, y nadie puede arrancar nada de la mano del Padre.
30. Yo y el Padre somos uno.
EXPLICACIÓN.
Jesús nunca toma en sus labios el título de Mesías, pues podía hacer creer que pretendía apoderarse del trono de Israel. Se limita a presentar sus credenciales, sus obras a favor del hombre (25). Ovejas (26-28), cf. 2,14s; 5,2; 10,1ss. Para hablar de su mesianismo se requiere una condición previa: reconocer que la actividad liberadora de Jesús es la de Dios mismo, la del Padre; donde se actúa a favor del hombre, allí está Dios. Pero los dirigentes no toleran esas obras, que minan su poder.
Los que son de Jesús (27-28) lo escuchan, es decir, le prestan adhesión de conducta y de vida (me siguen), comprometiéndose con él y como él a entregarse sin reservas a liberar y dar vida al hombre. El don de Jesús a los que lo siguen es el Espíritu y, con él, la vida que supera la muerte; estarán al seguro, pues Jesús es el pastor que defiende a los suyos hasta dar la vida (10,11).
Lo más importante para Jesús (29) es el fruto de su obra, la nueva humanidad, que el Padre le ha entregado (6,37.44.65) y que él constituye completando con el Espíritu la creación del hombre. El Padre está presente y se manifiesta en Jesús (30) y, a través de él, realiza su obra creadora, que lleva a cumplimiento su designio (5,17.30; 6,38-40). La identificación entre Jesús y el Padre excluye toda instancia superior. La oposición a Jesús es oposición a Dios.
7. 1. Después de esto andaba Jesús por Galilea; no quería andar por Judea porque los dirigentes judíos trataban de matarlo.
2. Se acercaba la gran fiesta de los Judíos, la de las Chozas.
3. Su gente le dijo:
-Trasládate de aquí y márchate a Judea, así tus discípulos presenciarán esas obras que haces,
4. pues nadie hace las cosas clandestinamente si busca ser una figura pública. Si haces estas cosas manifiéstate al mundo.
5. De hecho, tampoco su gente le daba su adhesión.
6. Jesús les contestó:
-Para mí, todavía no es el momento; para vosotros, en cambio, cualquier momento es bueno.
7. El mundo no tiene motivo para odiaros; a mí, en cambio, me odia, porque yo denuncio que su modo de obrar es perverso.
8. Subid vosotros a la fiesta, yo no subo a esa fiesta, porque para mí el momento no ha llegado aún.
9. Dicho esto, él se quedó en Galilea;
10. sin embargo, después que subió su gente a la fiesta, entonces subió él también, no de modo manifiesto, sino clandestinamente.
12. Jesús les habló de nuevo:
-Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la tiniebla, tendrá la luz de la vida.
EXPLICACIÓN.
1-10. Los dirigentes de Judea siguen considerando a Jesús un peligro para su sociedad y se proponen matarlo (1), idea que habían concebido a raíz de la curación del inválido (5,18). La situación en torno a Jesús es de crisis (6,60.66), escepticismo y persecución.
Al acercarse la fiesta más popular y frecuentada del año (2), que tenía marcado carácter mesiánico (cf. Zac 14,16.19; 9,9; 12,10; 13,1; 14,8) y estaba también manipulada por los dirigentes (fiesta de los judíos), gente cercana a Jesús quiere apartarlo de su línea de conducta. Le aconsejan irónicamente (3-4): para ganarse a sus discípulos, lo desafían a salir de la clandestinidad, subir con la peregrinación a Jerusalén y dar allí muestra de sí para constituirse en personaje público; debe luchar con las armas del sistema. Para ellos, la propuesta que está haciendo Jesús no tiene validez (5).
Jesús no acepta el consejo (6-7). Ellos no están en conflicto con la institución, están integrados en ella. Jesús no sólo no quiere usar sus armas, el brillo mundano, sino que denuncia la injusticia de la sociedad. Los dirigentes lo odian porque temen que ponga al descubierto ante el pueblo su verdadera conducta (cf. 3,20: odia la luz). La actividad de Jesús a favor de los débiles es el reproche más eficaz a la opresión que se ejerce sobre el pueblo. Al decirles que suban a la fiesta (8), les pone ante los ojos su complicidad con la injusticia. Él no va a una fiesta de los Judíos (2). Subirá al templo, pero para enseñar. No busca el conflicto por sí mismo (9-10); será el resultado de la misión que cumple.
Segunda declaración de Jesús, que alude a las ceremonias de luz de la fiesta. “Luz”, designación del Mesías, por su obra de liberación, felicidad, alegría; también de Jerusalén, la Ley y el templo. Yo soy la luz del mundo significa que es el Mesías y que toma el puesto de la Ley; es, al mismo tiempo, el resplandor de la vida (1,4) para toda la humanidad (Is 42,6s; 49,6.9). En la primera declaración (7,37-39) Jesús se presentaba como la fuente del agua/Espíritu; en ésta se define como el guía que permite salir (éxodo) de la opresión de la tiniebla/muerte, concretada en la ideología y explotación propuesta y ejercida por el templo. El que me sigue, decisión personal y orientación de la vida (12).
Jn 10,25-30.
25. Les replicó Jesús:
-Os lo he dicho, pero no lo creéis. Las obras que yo realizo en nombre de mi Padre, ésas son las que me acreditan,
26. pero vosotros no creéis porque no sois ovejas mías.
27. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen,
28. yo les doy vida definitiva y no se perderán jamás ni nadie las arrancará de mi mano.
29. Lo que me ha entregado mi Padre es lo que más importa, y nadie puede arrancar nada de la mano del Padre.
30. Yo y el Padre somos uno.
EXPLICACIÓN.
Jesús nunca toma en sus labios el título de Mesías, pues podía hacer creer que pretendía apoderarse del trono de Israel. Se limita a presentar sus credenciales, sus obras a favor del hombre (25). Ovejas (26-28), cf. 2,14s; 5,2; 10,1ss. Para hablar de su mesianismo se requiere una condición previa: reconocer que la actividad liberadora de Jesús es la de Dios mismo, la del Padre; donde se actúa a favor del hombre, allí está Dios. Pero los dirigentes no toleran esas obras, que minan su poder.
Los que son de Jesús (27-28) lo escuchan, es decir, le prestan adhesión de conducta y de vida (me siguen), comprometiéndose con él y como él a entregarse sin reservas a liberar y dar vida al hombre. El don de Jesús a los que lo siguen es el Espíritu y, con él, la vida que supera la muerte; estarán al seguro, pues Jesús es el pastor que defiende a los suyos hasta dar la vida (10,11).
Lo más importante para Jesús (29) es el fruto de su obra, la nueva humanidad, que el Padre le ha entregado (6,37.44.65) y que él constituye completando con el Espíritu la creación del hombre. El Padre está presente y se manifiesta en Jesús (30) y, a través de él, realiza su obra creadora, que lleva a cumplimiento su designio (5,17.30; 6,38-40). La identificación entre Jesús y el Padre excluye toda instancia superior. La oposición a Jesús es oposición a Dios.
Jueves 22 de marzo del 2012. Jn 5,31-47.
Testigos a favor de Jesús. (5,31-47)
31. Si yo fuera testigo en causa propia, mi testimonio no sería válido.
32. Otro es el testigo en mi causa, y me consta que es válido el testimonio que da sobre mí.
33. Vosotros enviasteis a interrogar a Juan, y él dejó testimonio en favor de la verdad.
34. No es que yo acepte el testimonio de un hombre; lo digo, sin embargo, para que os salvéis vosotros.
35. Él era la lámpara encendida que brillaba, y vosotros quisisteis por un tiempo disfrutar de su luz.
36. Pero el testimonio en que yo me apoyo vale más que el de Juan, pues las obras que el Padre me ha encargado llevar a término, esas obras que estoy haciendo, me acreditan como enviado del Padre;
37. y así el Padre que me envió va dejando él mismo un testimonio en mi favor.
Nunca habéis escuchado su voz ni visto su figura,
38. y tampoco conserváis su mensaje entre vosotros; la prueba es que no dais fe a su enviado.
39. Vosotros estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida definitiva; son ellas las que dan testimonio en mi favor,
40. y, sin embargo, no queréis acercaros a mí para tener vida.
41. Gloria humana, no la acepto;
42. pero sé muy bien que vosotros no tenéis el amor de Dios.
43. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me aceptáis; si otro viniese en su propio nombre, a ése lo aceptaríais.
44. ¿Cómo os va a ser posible creer a vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que se recibe de Dios solo?
45. No penséis que os voy a acusar yo ante el Padre; vuestro acusador es Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.
46. Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, dado que de mí escribió él.
47. Pero si no dais fe a sus escritos, ¿cómo vais a dar fe a mis palabras?
EXPLICACIÓN.
31-47. La situación se concibe figuradamente como un litigio en que Jesús, frente a un adversario, tiene que probar la validez de su causa (31). Jesús ha declarado que su actitud a favor del hombre es la única norma de conducta establecida por Dios, el único criterio para distinguir entre bien y mal. El adversario implícito es, pues, la Ley, que, según la opinión de todos, tenía a su favor el testimonio de Dios. Toca, pues, a Jesús aducir testimonios que corroboren su pretensión. Como lo que se discute es quien goza de autoridad divina –Jesús o la Ley- sólo Dios mismo puede dirimir la cuestión; por eso Jesús no acepta testimonios humanos, ni siquiera el de Juan (32-34).
El argumento único y decisivo de su misión divina es su propia actividad; no emplea dialéctica, aduce obras (5,17). Dios da testimonio a favor de Jesús a través de las obras que éste realiza. Quien conciba a Dios como dador de vida (Padre) tiene que concluir que las obras de Jesús, que efectúan el bien concreto del hombre comunicándole vida, son de Dios (Is 1,17; 58,6s; 61,1; Jr 21,11s; 22,15s; Ez 34,2-4; Sal 72,4.12-14).
Invectiva contra los dirigentes, pretendidos depositarios de la auténtica tradición. Endurecimiento inveterado (Nunca): han desobedecido a Dios (cf. Éx 19,5.89; 23,22), no han conservado su alianza (ver su figura, cf. Éx 24,27 LXX) y han dejado perder el mensaje de justicia/amor que ésta pretendía comunicar y que había sido renovado por los profetas.
Dos concepciones encontradas de Dios: el Padre, que ama al hombre y lo muestra dándole vida y libertad; el Dios de los dirigentes, el Soberano que impone un orden jurídico prescindiendo del bien concreto del hombre (37b-38).
Papel de la antigua Escritura, de la cual es parte la Ley que ellos han absolutizado: ser promesa y anuncio de la realidad que se verifica en Jesús. Considerarlas como fuente de vida en sí mismas, suprimiendo su relación esencial al futuro, impide comprender su verdadero sentido (39-40). Segunda invectiva: buscan su riqueza y prestigio (gloria que viene de Dios). Los que se dicen representantes de Dios carecen de la única credencial que les permitiría afirmarlo (41-42). Aceptarían a uno que fuese como ellos (43). Quienes no conocen el amor al hombre no puede dar la adhesión a Jesús (44). Moisés, realizador del éxodo, adquiere su pleno significado como figura que anunciaba la actividad liberadora de Jesús (45-47).
31. Si yo fuera testigo en causa propia, mi testimonio no sería válido.
32. Otro es el testigo en mi causa, y me consta que es válido el testimonio que da sobre mí.
33. Vosotros enviasteis a interrogar a Juan, y él dejó testimonio en favor de la verdad.
34. No es que yo acepte el testimonio de un hombre; lo digo, sin embargo, para que os salvéis vosotros.
35. Él era la lámpara encendida que brillaba, y vosotros quisisteis por un tiempo disfrutar de su luz.
36. Pero el testimonio en que yo me apoyo vale más que el de Juan, pues las obras que el Padre me ha encargado llevar a término, esas obras que estoy haciendo, me acreditan como enviado del Padre;
37. y así el Padre que me envió va dejando él mismo un testimonio en mi favor.
Nunca habéis escuchado su voz ni visto su figura,
38. y tampoco conserváis su mensaje entre vosotros; la prueba es que no dais fe a su enviado.
39. Vosotros estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida definitiva; son ellas las que dan testimonio en mi favor,
40. y, sin embargo, no queréis acercaros a mí para tener vida.
41. Gloria humana, no la acepto;
42. pero sé muy bien que vosotros no tenéis el amor de Dios.
43. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me aceptáis; si otro viniese en su propio nombre, a ése lo aceptaríais.
44. ¿Cómo os va a ser posible creer a vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que se recibe de Dios solo?
45. No penséis que os voy a acusar yo ante el Padre; vuestro acusador es Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.
46. Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, dado que de mí escribió él.
47. Pero si no dais fe a sus escritos, ¿cómo vais a dar fe a mis palabras?
EXPLICACIÓN.
31-47. La situación se concibe figuradamente como un litigio en que Jesús, frente a un adversario, tiene que probar la validez de su causa (31). Jesús ha declarado que su actitud a favor del hombre es la única norma de conducta establecida por Dios, el único criterio para distinguir entre bien y mal. El adversario implícito es, pues, la Ley, que, según la opinión de todos, tenía a su favor el testimonio de Dios. Toca, pues, a Jesús aducir testimonios que corroboren su pretensión. Como lo que se discute es quien goza de autoridad divina –Jesús o la Ley- sólo Dios mismo puede dirimir la cuestión; por eso Jesús no acepta testimonios humanos, ni siquiera el de Juan (32-34).
El argumento único y decisivo de su misión divina es su propia actividad; no emplea dialéctica, aduce obras (5,17). Dios da testimonio a favor de Jesús a través de las obras que éste realiza. Quien conciba a Dios como dador de vida (Padre) tiene que concluir que las obras de Jesús, que efectúan el bien concreto del hombre comunicándole vida, son de Dios (Is 1,17; 58,6s; 61,1; Jr 21,11s; 22,15s; Ez 34,2-4; Sal 72,4.12-14).
Invectiva contra los dirigentes, pretendidos depositarios de la auténtica tradición. Endurecimiento inveterado (Nunca): han desobedecido a Dios (cf. Éx 19,5.89; 23,22), no han conservado su alianza (ver su figura, cf. Éx 24,27 LXX) y han dejado perder el mensaje de justicia/amor que ésta pretendía comunicar y que había sido renovado por los profetas.
Dos concepciones encontradas de Dios: el Padre, que ama al hombre y lo muestra dándole vida y libertad; el Dios de los dirigentes, el Soberano que impone un orden jurídico prescindiendo del bien concreto del hombre (37b-38).
Papel de la antigua Escritura, de la cual es parte la Ley que ellos han absolutizado: ser promesa y anuncio de la realidad que se verifica en Jesús. Considerarlas como fuente de vida en sí mismas, suprimiendo su relación esencial al futuro, impide comprender su verdadero sentido (39-40). Segunda invectiva: buscan su riqueza y prestigio (gloria que viene de Dios). Los que se dicen representantes de Dios carecen de la única credencial que les permitiría afirmarlo (41-42). Aceptarían a uno que fuese como ellos (43). Quienes no conocen el amor al hombre no puede dar la adhesión a Jesús (44). Moisés, realizador del éxodo, adquiere su pleno significado como figura que anunciaba la actividad liberadora de Jesús (45-47).
Martes 20 de marzo del 2012. Jn 5,1-16. Miércoles 21 de marzo del 2012. Jn 5,17-30.
El pueblo enfermo y el inválido que camina.
5. 1. Algún tiempo después era fiesta de los Judíos y subió Jesús a Jerusalén.
2. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que en la lengua del país llaman El Foso, con cinco pórticos;
3. en ellos yacía una muchedumbre, los enfermos: ciegos, tullidos, resecos.
5. Había un hombre allí que llevaba treinta y ocho años con su enfermedad.
6. Viéndolo Jesús echado y notando que llevaba mucho tiempo, le dijo:
- ¿Quieres ponerte sano?
7. Le contestó el enfermo:
- Señor, no tengo un hombre que, cuando se agita el agua, me meta en la piscina; mientras yo llego, otro baja antes que yo.
8. Le dice Jesús:
- Levántate, carga con tu camilla y echa a andar.
9a Inmediatamente se puso sano el hombre, cargó con su camilla y echó a andar.
5. 9b. Era aquél un día de precepto.
10. Dijeron, pues, los dirigentes judíos al que había quedado curado:
- Es día de precepto y no te está permitido cargar con tu camilla.
11. Él replicó:
- El que me dio la salud fue quien me dijo: “Carga con tu camilla y echa andar”.
12. Le preguntaron:
- ¿Quién es el hombre que te dijo: “Cárgatela y echa a andar?”
13. El que había sido curado no sabía quién era, pues, como había mucha gente en el lugar, Jesús se había escabullido.
14. Algún tiempo después, Jesús fue a buscarlo en el templo y le dijo:
- Mira, has quedado sano. No peques más, no sea que te ocurra algo peor.
15. El hombre notificó a los dirigentes judíos que era Jesús quién le había dado la salud.
16. Precisamente por esto empezaron los dirigentes judíos a perseguir a Jesús, porque hacía aquellas cosas en día de precepto.
EXPLICACIÓN.
1-9a. Segunda subida a Jerusalén, pero no ya al templo/institución, sino a encontrar al pueblo oprimido (el inválido). El episodio muestra la fuerza que Jesús infunde y la libertad que da al hombre, haciéndolo dueño de sus propias decisiones (8: levántate… y echa a andar).
Aparece de nuevo el tema de las ovejas (2: la Puerta de las Ovejas, cf Neh 3,1.32), que Jesús echó fuera del templo (éxodo) (2,14s; cf. 10,1ss). La muchedumbre representa al pueblo, abandonado por los dirigentes. Los pórticos relacionan a este lugar con el templo (cf 10,23), en cuyos pórticos se enseñaba la Ley.
La fiesta oficial contrasta con la situación de los excluidos de ella (2 Sm 5,8). La muchedumbre (3) está ciega por obra de la tiniebla, la falsa ideología que le impide su desarrollo y plenitud humana; tullida, privada de actividad, reducida a la impotencia; reseca, sin vida; es un pueblo muerto (Ez 37,1-14).
Los vv. 3b-4: que aguardaban la agitación del agua, porque de vez en cuando el ángel del Señor bajaba a la piscina y removía el agua; y entonces, el primero que entraba después de la agitación del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese, son una interpolación, inexistente en los mejores códices y que contradice el sentido del pasaje.
El enfermo (5) representa a la entera muchedumbre. Treinta y ocho años, los de la generación que murió sin ver la tierra prometida (Dt 2,4); la muchedumbre va a morir sin encontrar la salvación. La enfermedad es suya, es decir , el hombre es responsable de ella por haber aceptado la ideología del sistema (cf. 5,14: no peques más), que apaga la vida (1,5).
Se imagina que Jesús lo va a meter en el agua (7). Agitarse se usa en el NT sólo de personas y multitudes; la agitación del agua representa las revueltas mesiánicas del tiempo, en las que el pueblo oprimido esperaba vanamente encontrar remedio a sus males. Jesús responde de otro modo a la expectación del enfermo/pueblo; le da la capacidad de actuar por sí mismo, sin depender de otros, y lo incita a usar de su libertad (cargar con la camilla en día de fiesta, contra la prescripción legal) (8). Lo hace dueño de su pasado (camilla), para que pueda desecharlo.
La perícopa expone el modo como Jesús va liberando al pueblo. Su propósito es darle la posibilidad de abandonar la institución que lo oprime y le quita la vida. Comunica una nueva vitalidad que permite a los hombres levantarse y buscar su propio camino.
9b – 15. Jesús no se ha preocupado del precepto (9b); para él cuenta sólo el bien del hombre en cualquier circunstancia. Para los dirigentes judíos, por el contrario, cuenta sólo la observancia de la Ley (10). La observancia del precepto del descanso equivalía a toda la Ley; su violación lo era de la Ley entera. Interpretada y controlada por los dirigentes, la Ley no tolera la libertad del hombre; quieren quitarle la que le ha dado Jesús; éste le ha dicho que viole el precepto, porque es la sumisión a la Ley, instrumento de opresión, la que causa la postración del pueblo. Réplica de los dirigentes (12); no les alegra que el hombre haya recobrado la salud; los alarma, en cambio, que alguien se atreva a dispensar de las obligaciones religiosas que ellos imponen. No les preocupa el pueblo, pero sí su propio poder.
El individuo está en el templo (14), no ha echado a andar: sigue aceptando el dominio de la institución (2,14ss). Ése era el pecado que causaba su enfermedad, la de la muchedumbre (1,29: el pecado del mundo, la adhesión a ideologías/tiniebla que impiden la plenitud humana). Recibido el aviso de Jesús, se presenta ante los dirigentes: por boca de este hombre, el pueblo liberado atribuye su salvación a Jesús y da testimonio de ella ante sus antiguos opresores.
SÍNTESIS:
En la primera subida a Jerusalén, Jesús denunció públicamente la institución del templo, provocando una adhesión numerosa, pero equivocada (2,23s). La segunda vez que sube, anónimamente, libera al pueblo sin estrépitos ni señales portentosas, sin aparecer como líder.
Prescinde por completo de los dirigentes, que habían rechazado su denuncia y propuesta. Lo único que le importa es el pueblo, por eso va adonde éste se encuentra reducido a la miseria y a la impotencia. Procede así haciendo caso omiso de las prescripciones religiosas, y del todo indiferente a la opinión de las autoridades. No provoca una rebelión, comunica a los oprimidos salud y fuerza, los capacita para la actividad haciéndolos caminar por su cuenta. Quita adeptos a la institución judía fomentando la ruptura con ella.
Comienza la persecución (16).
MIércoles 21 de Marzo del 2012. Jn 5,17-30
17. Jesús les replicó:
-Mi Padre, hasta el presente, sigue trabajando y yo también trabajo.
18. Más aún, en vista de esto, los dirigentes judíos trataban de matarlo, ya que no sólo suprimía el descanso de precepto, sino también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose él mismo igual a Dios.
19. Reaccionó Jesús diciéndoles:
-Pues sí, os lo aseguro: Un hijo no puede hacer nada de por sí, tiene que vérselo hacer al padre. Así, cualquier cosa que éste haga, también el hijo la hace igual,
20. porque el padre quiere al hijo y le enseña todo lo que él hace. Y le enseñará obras mayores que éstas, para vuestro asombro.
21. Así, igual que el Padre levanta a los muertos dándoles vida, también el Hijo da vida a los que quiere;
22. de hecho ni siquiera da el Padre sentencia contra nadie, sino que la sentencia la ha delegado en el Hijo,
23. para que todos honren al Hijo como lo honran a él. Negarse a honrar al Hijo significa negarse a honrar al Padre que lo envió.
24. Sí, os aseguro que quien escuche mi mensaje, y así da fe al que me envió, posee vida definitiva y no está sujeto a juicio: ya ha pasado de la muerte a la vida.
25. Sí, os aseguro que se acerca la hora, o, mejor dicho, ha llegado, en que los muertos van a oír la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen tendrán vida.
26. Porque lo mismo que el Padre dispone de la vida, así también ha concedido al Hijo disponer de la vida
27. y, además, le ha dado autoridad para pronunciar sentencia, porque es hombre.
28. No os asombre esto, porque se acerca la hora en que van a oír su voz los que están en el sepulcro,
29. y saldrán los que practicaron el bien, para comparecer y tener vida; los que obraron con bajeza, para comparecer y recibir sentencia.
30. Yo no puedo hacer nada por mí; doy sentencia según lo que aprendo, y esa sentencia es justa, porque no persigo un designio mío, sino el designio del que me envió.
EXPLICACIÓN.
Ante la oposición de los dirigentes judíos, que invocan la Ley como expresión de la voluntad divina, Jesús expone el fundamento de su actividad liberadora. Su obra se identifica con la de Dios creador, que continúa trabajando para llevar al hombre a la plenitud de vida (17); el amor del Padre está siempre activo. Esto significa que Dios no ha establecido en el mundo un orden cerrado, sino que sigue abierta la tarea de la creación del mundo y del hombre. No se puede someter a los hombres a una organización social que se considera definitiva, hay que estar en perpetuo trabajo de eliminación de todo obstáculo que en esta sociedad impida la plenitud humana. Mientras haya oprimidos y hombres privados de libertad, no está realizado el designio creador. La actividad de Jesús –la del amor leal (1.14)- es la misma de Dios y encarna su voluntad y designio. Esta concepción hace derrumbarse por su base el sistema cerrado por la Ley absolutizada, es decir, considerada como la manifestación definitiva e irreformable de la voluntad divina.
Al llamar Jesús a Dios su propio Padre, afirma que Dios está con él y en contra de ellos, que se le oponen; en consecuencia, la institución regida por ellos, que se arroga autoridad divina, es ilegítima. Entran en conflicto de intereses: uno, el bien del hombre; el otro, el prestigio de la institución. Los dirigentes no dudan: deciden matar a Jesús.
Identidad de la acción de Jesús y la del Padre (20). No todo está dicho ni hecho; en la creación abierta hay que esperar novedad.
Acaba de levantar a un inválido (5,8); está dando vida a un pueblo muerto (cf. 1,4; Ez 37,11s) (21); se dibuja un horizonte de vida para la humanidad; a los que quiere no expresa discriminación, sino libertad para obrar; nadie puede impedir su actividad.
Dar sentencia (22), actividad que el Padre delega en Jesús (al contrario que en Dn 7,9-12, donde Dios mismo juzga); no se trata de un juicio más allá de la historia; el juicio se está celebrando ya (3,18), la sentencia se la da el hombre mismo. La expresión dar sentencia indica la separación que la presencia de Jesús provoca entre los que están a favor o en contra del hombre.
No existen otros principios o códigos de moralidad o de conducta –ni siquiera la Ley mosaica- que puede pretender autoridad divina; no se puede apelar contra Jesús en nombre de la Ley. Estar con Jesús es estar con Dios; estar contra él es estar en contra de Dios (23). Jesús mismo, expresión plena y total del proyecto de Dios, es el criterio: su persona y actividad disciernen entre bien y mal. Imposible recurrir a Dios para oponerse a Jesús (24); ha pasado de la muerte a la vida, el éxodo de Jesús, saliendo del dominio de la tiniebla.
Su propósito es invitar a la plenitud a los que son muertos en vida (25), a los que viven en la zona de la tiniebla/muerte; su voz, su mensaje (24). Como el Padre, Jesús posee la vida y dispone libremente de ella (26-27). La comunicación de vida supone una opción personal, Jesús la provoca. Para elegir entre muerte y vida se necesitaba un punto de referencia, y éste es Jesús, precisamente por ser hombre. Es decir, la actitud ante el hombre va a decidir la suerte de los hombres; no hay situación ante Dios que no dependa de la opción frente al hombre. La norma que sustituye a la Ley es el hombre; el juicio es la confrontación con el hombre.
Este criterio vale también para el pasado (28-29): es la opción a favor o en contra del hombre la que juzga a los hombres de toda época. Practicar el bien = practicar la lealtad/amor fiel (3,21); vida para siempre: la vida que Dios da al que opta por ella no está limitada por la muerte; obrar con bajeza, actuar en contra del hombre; a la vida para siempre se opone la no vida para siempre, que es la sentencia o derrota (Dn 12,2), frustrando el proyecto de Dios. Su sentencia es necesariamente justa, pues no busca su propio interés; su único criterio es el bien objetivo del hombre (30).
5. 1. Algún tiempo después era fiesta de los Judíos y subió Jesús a Jerusalén.
2. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que en la lengua del país llaman El Foso, con cinco pórticos;
3. en ellos yacía una muchedumbre, los enfermos: ciegos, tullidos, resecos.
5. Había un hombre allí que llevaba treinta y ocho años con su enfermedad.
6. Viéndolo Jesús echado y notando que llevaba mucho tiempo, le dijo:
- ¿Quieres ponerte sano?
7. Le contestó el enfermo:
- Señor, no tengo un hombre que, cuando se agita el agua, me meta en la piscina; mientras yo llego, otro baja antes que yo.
8. Le dice Jesús:
- Levántate, carga con tu camilla y echa a andar.
9a Inmediatamente se puso sano el hombre, cargó con su camilla y echó a andar.
5. 9b. Era aquél un día de precepto.
10. Dijeron, pues, los dirigentes judíos al que había quedado curado:
- Es día de precepto y no te está permitido cargar con tu camilla.
11. Él replicó:
- El que me dio la salud fue quien me dijo: “Carga con tu camilla y echa andar”.
12. Le preguntaron:
- ¿Quién es el hombre que te dijo: “Cárgatela y echa a andar?”
13. El que había sido curado no sabía quién era, pues, como había mucha gente en el lugar, Jesús se había escabullido.
14. Algún tiempo después, Jesús fue a buscarlo en el templo y le dijo:
- Mira, has quedado sano. No peques más, no sea que te ocurra algo peor.
15. El hombre notificó a los dirigentes judíos que era Jesús quién le había dado la salud.
16. Precisamente por esto empezaron los dirigentes judíos a perseguir a Jesús, porque hacía aquellas cosas en día de precepto.
EXPLICACIÓN.
1-9a. Segunda subida a Jerusalén, pero no ya al templo/institución, sino a encontrar al pueblo oprimido (el inválido). El episodio muestra la fuerza que Jesús infunde y la libertad que da al hombre, haciéndolo dueño de sus propias decisiones (8: levántate… y echa a andar).
Aparece de nuevo el tema de las ovejas (2: la Puerta de las Ovejas, cf Neh 3,1.32), que Jesús echó fuera del templo (éxodo) (2,14s; cf. 10,1ss). La muchedumbre representa al pueblo, abandonado por los dirigentes. Los pórticos relacionan a este lugar con el templo (cf 10,23), en cuyos pórticos se enseñaba la Ley.
La fiesta oficial contrasta con la situación de los excluidos de ella (2 Sm 5,8). La muchedumbre (3) está ciega por obra de la tiniebla, la falsa ideología que le impide su desarrollo y plenitud humana; tullida, privada de actividad, reducida a la impotencia; reseca, sin vida; es un pueblo muerto (Ez 37,1-14).
Los vv. 3b-4: que aguardaban la agitación del agua, porque de vez en cuando el ángel del Señor bajaba a la piscina y removía el agua; y entonces, el primero que entraba después de la agitación del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese, son una interpolación, inexistente en los mejores códices y que contradice el sentido del pasaje.
El enfermo (5) representa a la entera muchedumbre. Treinta y ocho años, los de la generación que murió sin ver la tierra prometida (Dt 2,4); la muchedumbre va a morir sin encontrar la salvación. La enfermedad es suya, es decir , el hombre es responsable de ella por haber aceptado la ideología del sistema (cf. 5,14: no peques más), que apaga la vida (1,5).
Se imagina que Jesús lo va a meter en el agua (7). Agitarse se usa en el NT sólo de personas y multitudes; la agitación del agua representa las revueltas mesiánicas del tiempo, en las que el pueblo oprimido esperaba vanamente encontrar remedio a sus males. Jesús responde de otro modo a la expectación del enfermo/pueblo; le da la capacidad de actuar por sí mismo, sin depender de otros, y lo incita a usar de su libertad (cargar con la camilla en día de fiesta, contra la prescripción legal) (8). Lo hace dueño de su pasado (camilla), para que pueda desecharlo.
La perícopa expone el modo como Jesús va liberando al pueblo. Su propósito es darle la posibilidad de abandonar la institución que lo oprime y le quita la vida. Comunica una nueva vitalidad que permite a los hombres levantarse y buscar su propio camino.
9b – 15. Jesús no se ha preocupado del precepto (9b); para él cuenta sólo el bien del hombre en cualquier circunstancia. Para los dirigentes judíos, por el contrario, cuenta sólo la observancia de la Ley (10). La observancia del precepto del descanso equivalía a toda la Ley; su violación lo era de la Ley entera. Interpretada y controlada por los dirigentes, la Ley no tolera la libertad del hombre; quieren quitarle la que le ha dado Jesús; éste le ha dicho que viole el precepto, porque es la sumisión a la Ley, instrumento de opresión, la que causa la postración del pueblo. Réplica de los dirigentes (12); no les alegra que el hombre haya recobrado la salud; los alarma, en cambio, que alguien se atreva a dispensar de las obligaciones religiosas que ellos imponen. No les preocupa el pueblo, pero sí su propio poder.
El individuo está en el templo (14), no ha echado a andar: sigue aceptando el dominio de la institución (2,14ss). Ése era el pecado que causaba su enfermedad, la de la muchedumbre (1,29: el pecado del mundo, la adhesión a ideologías/tiniebla que impiden la plenitud humana). Recibido el aviso de Jesús, se presenta ante los dirigentes: por boca de este hombre, el pueblo liberado atribuye su salvación a Jesús y da testimonio de ella ante sus antiguos opresores.
SÍNTESIS:
En la primera subida a Jerusalén, Jesús denunció públicamente la institución del templo, provocando una adhesión numerosa, pero equivocada (2,23s). La segunda vez que sube, anónimamente, libera al pueblo sin estrépitos ni señales portentosas, sin aparecer como líder.
Prescinde por completo de los dirigentes, que habían rechazado su denuncia y propuesta. Lo único que le importa es el pueblo, por eso va adonde éste se encuentra reducido a la miseria y a la impotencia. Procede así haciendo caso omiso de las prescripciones religiosas, y del todo indiferente a la opinión de las autoridades. No provoca una rebelión, comunica a los oprimidos salud y fuerza, los capacita para la actividad haciéndolos caminar por su cuenta. Quita adeptos a la institución judía fomentando la ruptura con ella.
Comienza la persecución (16).
MIércoles 21 de Marzo del 2012. Jn 5,17-30
17. Jesús les replicó:
-Mi Padre, hasta el presente, sigue trabajando y yo también trabajo.
18. Más aún, en vista de esto, los dirigentes judíos trataban de matarlo, ya que no sólo suprimía el descanso de precepto, sino también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose él mismo igual a Dios.
19. Reaccionó Jesús diciéndoles:
-Pues sí, os lo aseguro: Un hijo no puede hacer nada de por sí, tiene que vérselo hacer al padre. Así, cualquier cosa que éste haga, también el hijo la hace igual,
20. porque el padre quiere al hijo y le enseña todo lo que él hace. Y le enseñará obras mayores que éstas, para vuestro asombro.
21. Así, igual que el Padre levanta a los muertos dándoles vida, también el Hijo da vida a los que quiere;
22. de hecho ni siquiera da el Padre sentencia contra nadie, sino que la sentencia la ha delegado en el Hijo,
23. para que todos honren al Hijo como lo honran a él. Negarse a honrar al Hijo significa negarse a honrar al Padre que lo envió.
24. Sí, os aseguro que quien escuche mi mensaje, y así da fe al que me envió, posee vida definitiva y no está sujeto a juicio: ya ha pasado de la muerte a la vida.
25. Sí, os aseguro que se acerca la hora, o, mejor dicho, ha llegado, en que los muertos van a oír la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen tendrán vida.
26. Porque lo mismo que el Padre dispone de la vida, así también ha concedido al Hijo disponer de la vida
27. y, además, le ha dado autoridad para pronunciar sentencia, porque es hombre.
28. No os asombre esto, porque se acerca la hora en que van a oír su voz los que están en el sepulcro,
29. y saldrán los que practicaron el bien, para comparecer y tener vida; los que obraron con bajeza, para comparecer y recibir sentencia.
30. Yo no puedo hacer nada por mí; doy sentencia según lo que aprendo, y esa sentencia es justa, porque no persigo un designio mío, sino el designio del que me envió.
EXPLICACIÓN.
Ante la oposición de los dirigentes judíos, que invocan la Ley como expresión de la voluntad divina, Jesús expone el fundamento de su actividad liberadora. Su obra se identifica con la de Dios creador, que continúa trabajando para llevar al hombre a la plenitud de vida (17); el amor del Padre está siempre activo. Esto significa que Dios no ha establecido en el mundo un orden cerrado, sino que sigue abierta la tarea de la creación del mundo y del hombre. No se puede someter a los hombres a una organización social que se considera definitiva, hay que estar en perpetuo trabajo de eliminación de todo obstáculo que en esta sociedad impida la plenitud humana. Mientras haya oprimidos y hombres privados de libertad, no está realizado el designio creador. La actividad de Jesús –la del amor leal (1.14)- es la misma de Dios y encarna su voluntad y designio. Esta concepción hace derrumbarse por su base el sistema cerrado por la Ley absolutizada, es decir, considerada como la manifestación definitiva e irreformable de la voluntad divina.
Al llamar Jesús a Dios su propio Padre, afirma que Dios está con él y en contra de ellos, que se le oponen; en consecuencia, la institución regida por ellos, que se arroga autoridad divina, es ilegítima. Entran en conflicto de intereses: uno, el bien del hombre; el otro, el prestigio de la institución. Los dirigentes no dudan: deciden matar a Jesús.
Identidad de la acción de Jesús y la del Padre (20). No todo está dicho ni hecho; en la creación abierta hay que esperar novedad.
Acaba de levantar a un inválido (5,8); está dando vida a un pueblo muerto (cf. 1,4; Ez 37,11s) (21); se dibuja un horizonte de vida para la humanidad; a los que quiere no expresa discriminación, sino libertad para obrar; nadie puede impedir su actividad.
Dar sentencia (22), actividad que el Padre delega en Jesús (al contrario que en Dn 7,9-12, donde Dios mismo juzga); no se trata de un juicio más allá de la historia; el juicio se está celebrando ya (3,18), la sentencia se la da el hombre mismo. La expresión dar sentencia indica la separación que la presencia de Jesús provoca entre los que están a favor o en contra del hombre.
No existen otros principios o códigos de moralidad o de conducta –ni siquiera la Ley mosaica- que puede pretender autoridad divina; no se puede apelar contra Jesús en nombre de la Ley. Estar con Jesús es estar con Dios; estar contra él es estar en contra de Dios (23). Jesús mismo, expresión plena y total del proyecto de Dios, es el criterio: su persona y actividad disciernen entre bien y mal. Imposible recurrir a Dios para oponerse a Jesús (24); ha pasado de la muerte a la vida, el éxodo de Jesús, saliendo del dominio de la tiniebla.
Su propósito es invitar a la plenitud a los que son muertos en vida (25), a los que viven en la zona de la tiniebla/muerte; su voz, su mensaje (24). Como el Padre, Jesús posee la vida y dispone libremente de ella (26-27). La comunicación de vida supone una opción personal, Jesús la provoca. Para elegir entre muerte y vida se necesitaba un punto de referencia, y éste es Jesús, precisamente por ser hombre. Es decir, la actitud ante el hombre va a decidir la suerte de los hombres; no hay situación ante Dios que no dependa de la opción frente al hombre. La norma que sustituye a la Ley es el hombre; el juicio es la confrontación con el hombre.
Este criterio vale también para el pasado (28-29): es la opción a favor o en contra del hombre la que juzga a los hombres de toda época. Practicar el bien = practicar la lealtad/amor fiel (3,21); vida para siempre: la vida que Dios da al que opta por ella no está limitada por la muerte; obrar con bajeza, actuar en contra del hombre; a la vida para siempre se opone la no vida para siempre, que es la sentencia o derrota (Dn 12,2), frustrando el proyecto de Dios. Su sentencia es necesariamente justa, pues no busca su propio interés; su único criterio es el bien objetivo del hombre (30).
Lunes 19 de Marzo del 2012. Mt 1,16.18-21.24 ó Lc 2,41-51.
Mt 1,16.18-21.24
16 y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado el Mesías.
18 Así nació Jesús el Mesías: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
19 Su esposo, José, que era hombre justo y no quería infamarla, decidió repudiarla en secreto.
20 Pero, apenas tomó esa resolución, se le apareció en sueños el ángel del Señor, que le dijo:
- José, hjjo de David, no tengas reparo en llevarte contigo a María, tu mujer, porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo.
21 Dará a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.
24 Cuando se despertó José, hizo lo que le había dicho el ángel del Señor y se llevó a su mujer a su casa;
Explicación.
En Jesús Mesías va a culminar la historia de Israel. Mt arregla las generaciones para establecer seis septenarios o "semanas de generaciones". Jesús, el Mesías, comienza la séptima semana, que representa la época final, dentro de la historia, para Israel y para la humanidad. La octava será el mundo futuro. La genealogía se interrumpe (17): a Jesús pertenece toda la tradición anterior, pero no está condicionado por una herencia histórica; su único Padre será Dios, su ser y su actividad reflejarán los de Dios mismo. No es un producto de la historia, sino una novedad en ella.
Nacimiento virginal por obra del Espíritu Santo: nueva creación, que supera la descrita en Gn 1,1ss. En Jesús, la creación del hombre alcanza su plenitud: es al mismo tiempo novedad absoluta y culminación de un proceso histórico. Justo (19): israelita fiel a los mandamientos de Dios, figura del "resto de Israel". Por su amor o fidelidad a Dios (22,37) quiere cumplir la Ley, que lo obligaba a repudiar a María; su amor al prójimo (22,39) le impedía infamarla. De ahí su decisión (19). Jesús (21) (Dios salva) =Josué, el que introdujo al pueblo en la tierra prometida. Salvar de los pecados, de un pasado de injusticia.
Lc 2,41-51.
41 Sus padres iban en peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.
EXPLICACIÓN.
María y José, exactos cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el niño entraba a formar parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la Ley (42). Jesús demuestra su independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40: "niño"; 2,12.16: "niño de pecho").
Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.
Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.
No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).
16 y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado el Mesías.
18 Así nació Jesús el Mesías: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
19 Su esposo, José, que era hombre justo y no quería infamarla, decidió repudiarla en secreto.
20 Pero, apenas tomó esa resolución, se le apareció en sueños el ángel del Señor, que le dijo:
- José, hjjo de David, no tengas reparo en llevarte contigo a María, tu mujer, porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo.
21 Dará a luz un hijo, y le pondrás de nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.
24 Cuando se despertó José, hizo lo que le había dicho el ángel del Señor y se llevó a su mujer a su casa;
Explicación.
En Jesús Mesías va a culminar la historia de Israel. Mt arregla las generaciones para establecer seis septenarios o "semanas de generaciones". Jesús, el Mesías, comienza la séptima semana, que representa la época final, dentro de la historia, para Israel y para la humanidad. La octava será el mundo futuro. La genealogía se interrumpe (17): a Jesús pertenece toda la tradición anterior, pero no está condicionado por una herencia histórica; su único Padre será Dios, su ser y su actividad reflejarán los de Dios mismo. No es un producto de la historia, sino una novedad en ella.
Nacimiento virginal por obra del Espíritu Santo: nueva creación, que supera la descrita en Gn 1,1ss. En Jesús, la creación del hombre alcanza su plenitud: es al mismo tiempo novedad absoluta y culminación de un proceso histórico. Justo (19): israelita fiel a los mandamientos de Dios, figura del "resto de Israel". Por su amor o fidelidad a Dios (22,37) quiere cumplir la Ley, que lo obligaba a repudiar a María; su amor al prójimo (22,39) le impedía infamarla. De ahí su decisión (19). Jesús (21) (Dios salva) =Josué, el que introdujo al pueblo en la tierra prometida. Salvar de los pecados, de un pasado de injusticia.
Lc 2,41-51.
41 Sus padres iban en peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.
EXPLICACIÓN.
María y José, exactos cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el niño entraba a formar parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la Ley (42). Jesús demuestra su independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40: "niño"; 2,12.16: "niño de pecho").
Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.
Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.
No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).
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16,
18-21,
24 ó Lc 2,
41-51.,
Lunes 19 de Marzo del 2012. Mt 1
Domingo 18 de marzo del 2012. Jn 3,14-21.
14. Lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hombre,
15. para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva.
16. Porque así demostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo el que le presta su adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca.
17. Porque no envió Dios el Hijo al mundo para que dé sentencia contra el mundo sino para que el mundo por él se salve.
18. El que le presta adhesión no está sujeto a sentencia: el que se niega a prestársela ya tiene la sentencia, por su negativa a prestarle adhesión en su calidad de Hijo único de Dios.
19. Ahora bien, ésta es la sentencia: que la luz ha venido al mundo y los hombres han preferido las tinieblas a la luz, porque su modo de obrar era perverso.
20. Todo el que obra con bajeza, odia la luz y no se acerca a la luz, para que no se le eche en cara su modo de obrar.
21. En cambio, el que practica la lealtad se acerca a la luz, y así se manifiesta su modo de obrar, realizado en unión con Dios.
EXPLICACIÓN.
Para los fariseos, la Ley era fuente de vida y norma de conducta. La única fuente de vida es el Hombre levantado en alto, el Hijo de Dios, don de Dios a la humanidad para salvarla (13-18). Haber bajado del cielo (13) señala la calidad divina de Jesús, por poseer la plenitud del Espíritu (cf. 1,32: el Espíritu que bajaba como paloma desde el cielo). Subir al cielo para quedarse, victoria, éxito. Sólo el que es capaz de amar hasta el don de sí mismo puede obtener y asegurar el triunfo definitivo, instaurar la nueva sociedad humana (el reino de Dios). El hombre levantado en alto (doble sentido: cruz y exaltación), señal visible, fuente de vida que libra de la muerte. Dios es puro amor, pretende sólo salvar, comunicar una vida que supera la muerte (16-17). Ausencia de juicio; es la opción del hombre la que determina su suerte.
La ley era norma de conducta. Ahora lo es el Hombre levantado en alto, el que expresa su amor hasta el fin. Él es la luz que penetra en la tiniebla y distingue actitudes (19). Su figura descubre la opción profunda del hombre; éste puede aceptar la luz/vida o rechazarla. El que opta por la vida/amor tendrá vida para siempre; el que opta contra la vida/amor elige la muerte. Su modo de obrar era perverso, el de los causantes de muerte, los opresores; odia la luz, no puede soportar su denuncia (1,5; 11,53; 12,10; 19,15). No son doctrinas las que separan de Dios, sino conductas (20: su modo de obrar). La lealtad (21) manifiesta el amor; los que han estado a favor de la vida se acercan a Jesús.
Síntesis: El hombre no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una ley, sino por la capacidad de amar, que completa su ser. Sólo con hombres dispuestos a amar hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente humana. Son hombres libres que rompen con el pasado para empezar de nuevo, no ya encerrados en una tradición nacionalidad o cultura. Su vida será la práctica del amor, la entrega de sí mismos, con la universalidad con que Dios ama a la humanidad entera. Una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, es siempre opresora e injusta.
15. para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida definitiva.
16. Porque así demostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo el que le presta su adhesión tenga vida definitiva y ninguno perezca.
17. Porque no envió Dios el Hijo al mundo para que dé sentencia contra el mundo sino para que el mundo por él se salve.
18. El que le presta adhesión no está sujeto a sentencia: el que se niega a prestársela ya tiene la sentencia, por su negativa a prestarle adhesión en su calidad de Hijo único de Dios.
19. Ahora bien, ésta es la sentencia: que la luz ha venido al mundo y los hombres han preferido las tinieblas a la luz, porque su modo de obrar era perverso.
20. Todo el que obra con bajeza, odia la luz y no se acerca a la luz, para que no se le eche en cara su modo de obrar.
21. En cambio, el que practica la lealtad se acerca a la luz, y así se manifiesta su modo de obrar, realizado en unión con Dios.
EXPLICACIÓN.
Para los fariseos, la Ley era fuente de vida y norma de conducta. La única fuente de vida es el Hombre levantado en alto, el Hijo de Dios, don de Dios a la humanidad para salvarla (13-18). Haber bajado del cielo (13) señala la calidad divina de Jesús, por poseer la plenitud del Espíritu (cf. 1,32: el Espíritu que bajaba como paloma desde el cielo). Subir al cielo para quedarse, victoria, éxito. Sólo el que es capaz de amar hasta el don de sí mismo puede obtener y asegurar el triunfo definitivo, instaurar la nueva sociedad humana (el reino de Dios). El hombre levantado en alto (doble sentido: cruz y exaltación), señal visible, fuente de vida que libra de la muerte. Dios es puro amor, pretende sólo salvar, comunicar una vida que supera la muerte (16-17). Ausencia de juicio; es la opción del hombre la que determina su suerte.
La ley era norma de conducta. Ahora lo es el Hombre levantado en alto, el que expresa su amor hasta el fin. Él es la luz que penetra en la tiniebla y distingue actitudes (19). Su figura descubre la opción profunda del hombre; éste puede aceptar la luz/vida o rechazarla. El que opta por la vida/amor tendrá vida para siempre; el que opta contra la vida/amor elige la muerte. Su modo de obrar era perverso, el de los causantes de muerte, los opresores; odia la luz, no puede soportar su denuncia (1,5; 11,53; 12,10; 19,15). No son doctrinas las que separan de Dios, sino conductas (20: su modo de obrar). La lealtad (21) manifiesta el amor; los que han estado a favor de la vida se acercan a Jesús.
Síntesis: El hombre no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una ley, sino por la capacidad de amar, que completa su ser. Sólo con hombres dispuestos a amar hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente humana. Son hombres libres que rompen con el pasado para empezar de nuevo, no ya encerrados en una tradición nacionalidad o cultura. Su vida será la práctica del amor, la entrega de sí mismos, con la universalidad con que Dios ama a la humanidad entera. Una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, es siempre opresora e injusta.
Sábado 17 de marzo del 2012. Lc 18,9-14.
9 Refiriéndose a algunos que estaban plenamente convencidos de estar a bien con Dios y despreciaban a los demás, añadió esta parábola:
10 -Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, el otro recaudador.
11 El fariseo se plantó y se puso a orar para sus adentros: "Dios mío, te doy gracias de no ser como los demás: ladrón, injusto o adúltero; ni tampoco como ese recaudador.
12 Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que gano".
13 El recaudador, en cambio, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; se daba golpes de pecho diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de este pecador!"
14 Os digo que éste bajó a su casa a bien con Dios y aquél no. Porque a todo el que se encumbra, lo abajarán y al que se abaja, lo encumbrarán.
EXPLICACIÓN.
Dos maneras opuestas de orar (paralelo con 11,1-5). Sigue hablando a los discípulos (cf. 18,1), algunos de los cuales participan de la actitud farisea (cf. 16,15); el desprecio que éstos muestran por los demás es lo que provoca el escándalo (17,1-3a).
El fariseo no pide nada a Dios, como si no necesitase nada para sí. Está plenamente satisfecho de su condición presente (5,32: "los justos"; 7,30). Acción de gracias sólo aparente: monólogo de complacencia en sí mismo. Dios debería estarle agradecido por su fidelidad. Forma clase aparte (no como los demás); enumera los vicios de otros. Desprecio del recaudador. Sus prácticas religiosas, ayuno y diezmo, sin compromiso con el prójimo (11s).
Contraste con la figura del recaudador: su oración es una petición (cf. Sal 51), reconociendo su condición de pecador (13). El que cree que el amor de Dios se compra con el mérito de las obras, es rechazado por Dios; el que no siente necesidad de salvación, no puede recibirla. El que espera su rehabilitación del amor gratuito de Dios, la obtiene (14).
10 -Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, el otro recaudador.
11 El fariseo se plantó y se puso a orar para sus adentros: "Dios mío, te doy gracias de no ser como los demás: ladrón, injusto o adúltero; ni tampoco como ese recaudador.
12 Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que gano".
13 El recaudador, en cambio, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; se daba golpes de pecho diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de este pecador!"
14 Os digo que éste bajó a su casa a bien con Dios y aquél no. Porque a todo el que se encumbra, lo abajarán y al que se abaja, lo encumbrarán.
EXPLICACIÓN.
Dos maneras opuestas de orar (paralelo con 11,1-5). Sigue hablando a los discípulos (cf. 18,1), algunos de los cuales participan de la actitud farisea (cf. 16,15); el desprecio que éstos muestran por los demás es lo que provoca el escándalo (17,1-3a).
El fariseo no pide nada a Dios, como si no necesitase nada para sí. Está plenamente satisfecho de su condición presente (5,32: "los justos"; 7,30). Acción de gracias sólo aparente: monólogo de complacencia en sí mismo. Dios debería estarle agradecido por su fidelidad. Forma clase aparte (no como los demás); enumera los vicios de otros. Desprecio del recaudador. Sus prácticas religiosas, ayuno y diezmo, sin compromiso con el prójimo (11s).
Contraste con la figura del recaudador: su oración es una petición (cf. Sal 51), reconociendo su condición de pecador (13). El que cree que el amor de Dios se compra con el mérito de las obras, es rechazado por Dios; el que no siente necesidad de salvación, no puede recibirla. El que espera su rehabilitación del amor gratuito de Dios, la obtiene (14).
Viernes 16 de marzo del 2012. Mc 12,28-34.
28Se le acercó un letrado que había oído la discusión y notado lo bien que respondía, y le preguntó:
-¿Qué mandamiento es el primero de todos?
29Respondió Jesús:
-El primero es: "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor; 30amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas". 31 El Segundo, éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay ningún mandamiento mayor que éstos.
32El letrado le dijo:
-Muy bien, Maestro, es verdad lo que has dicho, que es uno solo y que no hay otro fuera de él; 33y que amarlo con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo supera todos los holocaustos y sacrificios.
34Viendo Jesús que había respondido inteligentemente, le dijo:
-No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
EXPLICACIÓN.
Un letrado fariseo. Busca solución a una discusión de escuela (28). Respuesta de Jesús: En el AT no había un sólo mandamiento principal, sino dos: el amor/fidelidad a Dios era inseparable del amor/lealtad al hombre. Dios era el valor absoluto (con todo tu corazón, etc.), el hombre, relativo (como a ti mismo). Tal era el llamamiento hecho a Israel en la antigua alianza (Escucha, Israel, cf. Dt 6,4s), que los dirigentes han traicionado con su explotación del pueblo (11,17) (29-31). El ideal de amor propio del Reino será propuesto en la institución de la eucaristía (14,22-25; d. 10,45; 13,37). El letrado afirma la precedencia de estos dos mandamientos sobre los preceptos cultuales, que pretendían honrar solamente a Dios (32-33). Quien está por el bien del hombre no está lejos del Reino (cf. 1,15: enmienda). Invitación implícita de Jesús. El letrado no da su adhesión a Jesús. Teoría sin práctica (34).
-¿Qué mandamiento es el primero de todos?
29Respondió Jesús:
-El primero es: "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor; 30amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas". 31 El Segundo, éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay ningún mandamiento mayor que éstos.
32El letrado le dijo:
-Muy bien, Maestro, es verdad lo que has dicho, que es uno solo y que no hay otro fuera de él; 33y que amarlo con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo supera todos los holocaustos y sacrificios.
34Viendo Jesús que había respondido inteligentemente, le dijo:
-No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
EXPLICACIÓN.
Un letrado fariseo. Busca solución a una discusión de escuela (28). Respuesta de Jesús: En el AT no había un sólo mandamiento principal, sino dos: el amor/fidelidad a Dios era inseparable del amor/lealtad al hombre. Dios era el valor absoluto (con todo tu corazón, etc.), el hombre, relativo (como a ti mismo). Tal era el llamamiento hecho a Israel en la antigua alianza (Escucha, Israel, cf. Dt 6,4s), que los dirigentes han traicionado con su explotación del pueblo (11,17) (29-31). El ideal de amor propio del Reino será propuesto en la institución de la eucaristía (14,22-25; d. 10,45; 13,37). El letrado afirma la precedencia de estos dos mandamientos sobre los preceptos cultuales, que pretendían honrar solamente a Dios (32-33). Quien está por el bien del hombre no está lejos del Reino (cf. 1,15: enmienda). Invitación implícita de Jesús. El letrado no da su adhesión a Jesús. Teoría sin práctica (34).
Jueves 15 de marzo del 2012. Lc 11,14-23.
14 Estaba Jesús echando un demonio que dejaba mudo y, apenas salió el demonio, el mudo habló. Las multitudes quedaron admiradas,
15 pero algunos de ellos dijeron:
- Echa los demonios con poder de Belcebú, el jefe de los demonios.
16 Otros, para tentarlo, le exigían una señal que viniera del cielo.
17 Él, calando sus intenciones, les dijo:
- Todo reino dividido queda asolado y se derrumba casa tras casa.
18 Pues si también Satanás se ha dividido ¿cómo va a mantenerse en pie su reino? ..., ya que decís que yo echo los demonios con poder de Belcebú.
19 Ahora, si yo echo los demonios con poder de Belcebú, vuestros adeptos, ¿con poder de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
20 En cambio, si yo echo los demonios con la fuerza de Dios, señal de que el reinado de Dios ha llegado hasta vosotros.
21 Mientras el fuerte bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros.
22 Pero cuando otro más fuerte que él lo asalta y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
23 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no reúne conmigo, dispersa.
EXPLICACIÓN.
D. La llegada del reinado de Dios. 14-36. Tríptico (14-26; 27s; 29-32). La frase inicial menciona una actividad de Jesús que viene de antes; aquí el proceso de liberación llega a su término. El demonio representa una ideología, que, en este caso, encierra al hombre en sí mismo, impidiéndole la comunicación: el exclusivismo de Israel (cf. 1,20.22: mudez de Zacarías).
Tres reacciones: general, de admiración (14, cf. 1,64s); otra, acusación de magia (15: Belcebú, nombre del demonio en la superstición popular; "Satanás", nombre teológico del Enemigo del hombre y de Dios, símbolo del poder y la ambición); tercera reacción: pedir una señal (16: cf. 11,29-32). La liberación del sordomudo, señal mesiánica (7,22; Is 35,5), pero no lo estiman suficiente.
Respuesta a la acusación de magia (agente de Belcebú) (17-23): absurdo que la liberación se efectúe por encargo del opresor (17s). No dirán que sus exorcistas están también en favor del demonio que intentan expulsar (19). La fuerza de Dios, lit. "el dedo de Dios", en Éx 8,15, causante de una plaga en Egipto, que endureció al faraón; la acción liberadora ya no se ejerce por medio de plagas, sino directamente con el hombre, aunque causa en algunos el mismo endurecimiento. Conclusión: el reinado de Dios está presente (20).
El fuerte (21), figura de Satanás; el palacio, en paralelo con el del sumo sacerdote (22,55): el poder religioso establecido está incluido en la figura de Satanás. Jesús es "el más fuerte" (cf. 3,16). La actividad de Jesús se propone desmantelar la institución judía (22). Hay que tomar partido: quien no se asocia a esa actividad se declara enemigo de Jesús. Con esta labor, Jesús va reuniendo el trigo en el granero (3,17); quien no colabora, pone obstáculos a esa cosecha (23).
15 pero algunos de ellos dijeron:
- Echa los demonios con poder de Belcebú, el jefe de los demonios.
16 Otros, para tentarlo, le exigían una señal que viniera del cielo.
17 Él, calando sus intenciones, les dijo:
- Todo reino dividido queda asolado y se derrumba casa tras casa.
18 Pues si también Satanás se ha dividido ¿cómo va a mantenerse en pie su reino? ..., ya que decís que yo echo los demonios con poder de Belcebú.
19 Ahora, si yo echo los demonios con poder de Belcebú, vuestros adeptos, ¿con poder de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
20 En cambio, si yo echo los demonios con la fuerza de Dios, señal de que el reinado de Dios ha llegado hasta vosotros.
21 Mientras el fuerte bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros.
22 Pero cuando otro más fuerte que él lo asalta y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
23 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no reúne conmigo, dispersa.
EXPLICACIÓN.
D. La llegada del reinado de Dios. 14-36. Tríptico (14-26; 27s; 29-32). La frase inicial menciona una actividad de Jesús que viene de antes; aquí el proceso de liberación llega a su término. El demonio representa una ideología, que, en este caso, encierra al hombre en sí mismo, impidiéndole la comunicación: el exclusivismo de Israel (cf. 1,20.22: mudez de Zacarías).
Tres reacciones: general, de admiración (14, cf. 1,64s); otra, acusación de magia (15: Belcebú, nombre del demonio en la superstición popular; "Satanás", nombre teológico del Enemigo del hombre y de Dios, símbolo del poder y la ambición); tercera reacción: pedir una señal (16: cf. 11,29-32). La liberación del sordomudo, señal mesiánica (7,22; Is 35,5), pero no lo estiman suficiente.
Respuesta a la acusación de magia (agente de Belcebú) (17-23): absurdo que la liberación se efectúe por encargo del opresor (17s). No dirán que sus exorcistas están también en favor del demonio que intentan expulsar (19). La fuerza de Dios, lit. "el dedo de Dios", en Éx 8,15, causante de una plaga en Egipto, que endureció al faraón; la acción liberadora ya no se ejerce por medio de plagas, sino directamente con el hombre, aunque causa en algunos el mismo endurecimiento. Conclusión: el reinado de Dios está presente (20).
El fuerte (21), figura de Satanás; el palacio, en paralelo con el del sumo sacerdote (22,55): el poder religioso establecido está incluido en la figura de Satanás. Jesús es "el más fuerte" (cf. 3,16). La actividad de Jesús se propone desmantelar la institución judía (22). Hay que tomar partido: quien no se asocia a esa actividad se declara enemigo de Jesús. Con esta labor, Jesús va reuniendo el trigo en el granero (3,17); quien no colabora, pone obstáculos a esa cosecha (23).
Miércoles 14 de marzo del 2012. Mt 5,17-19.
17 ¡No penséis que he venido a echar abajo la Ley ni los Profetas! No he venido a echar abajo, sino a dar cumplimiento:
18 porque os aseguro que antes que desaparezca el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma desaparecerá de la Ley antes que todo se realice.
19 Por tanto, el que se exima de uno solo de esos mandamientos mínimos y los enseñe así a los hombres, será llamado mínimo en el reino de Dios; en cambio, el que los cumpla y enseñe, ése será llamado grande en el reino de Dios:
EXPLICACIÓN.
Deshace un malentendido y previene contra una decepción. Su misión no es echar abajo el AT (la Ley y los Profetas) en cuanto es profecía del reinado de Dios, sino dar cumplimiento a esa promesa (cf. 1,22; 2,15.17.23; 4,14, etc.). La Ley (18), el Pentateuco, tenía por eje el éxodo de Egipto y la entrada en la tierra prometida; esto era figura de la obra del Mesías. El éxodo definitivo se realizará antes que desaparezca el mundo visible (18); comenzará con la muerte de Jesús y quedará abierto para toda la humanidad. De ahí la necesidad de practicar cada una de las bienaventuranzas antes propuestas (esos mandamientos mínimos), que toman el lugar de los mandamientos de la antigua Ley. Será llamado grande/mínimo, según realice o no la condición de hijo de Dios (5,9: serán llamados hijos de Dios).
18 porque os aseguro que antes que desaparezca el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma desaparecerá de la Ley antes que todo se realice.
19 Por tanto, el que se exima de uno solo de esos mandamientos mínimos y los enseñe así a los hombres, será llamado mínimo en el reino de Dios; en cambio, el que los cumpla y enseñe, ése será llamado grande en el reino de Dios:
EXPLICACIÓN.
Deshace un malentendido y previene contra una decepción. Su misión no es echar abajo el AT (la Ley y los Profetas) en cuanto es profecía del reinado de Dios, sino dar cumplimiento a esa promesa (cf. 1,22; 2,15.17.23; 4,14, etc.). La Ley (18), el Pentateuco, tenía por eje el éxodo de Egipto y la entrada en la tierra prometida; esto era figura de la obra del Mesías. El éxodo definitivo se realizará antes que desaparezca el mundo visible (18); comenzará con la muerte de Jesús y quedará abierto para toda la humanidad. De ahí la necesidad de practicar cada una de las bienaventuranzas antes propuestas (esos mandamientos mínimos), que toman el lugar de los mandamientos de la antigua Ley. Será llamado grande/mínimo, según realice o no la condición de hijo de Dios (5,9: serán llamados hijos de Dios).
Martes 13 de marzo del 2012. Mt 18,21-35.
21 Entonces se adelantó Pedro y le preguntó:
- Señor, y si mi hermano me sigue ofendiendo, ¿cuántas veces lo tendré que perdonar?, ¿siete veces?
22 Jesús le contestó:
- Siete veces, no; setenta veces siete.
23 Por esto el reinado de Dios se parece a un rey que quiso saldar cuentas con sus empleados.
24 Para empezar, le presentaron a uno que le debía muchos millones.
25 Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, con su mujer, sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara con eso.
26 El empleado se echó a sus pies suplicándole:
- Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo.
27 El señor, conmovido, dejó marcharse a aquel empleado, perdonándole la deuda.
28 Pero, al salir, el empleado encontró a un compañero suyo que le debía algún dinero, lo agarró por el cuello y le decía apretando:
- Págame lo que me debes.
29 El compañero se echó a sus pies suplicándole:
- Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré.
30 Pero él no quiso, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31 Al ver aquello sus compañeros, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor lo sucedido.
32 Entonces el señor llamó al empleado y le dijo:
- ¡Miserable! Cuando me suplicaste te perdoné toda aquella deuda.
33 ¿No era tu deber tener también compasión de tu compañero como yo la tuve de ti?
34 Y su señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda su deuda.
35 Pues lo mismo os tratará mi Padre del cielo si no perdonáis de corazón, cada uno a su hermano.
EXPLICACIÓN.
La comunidad puede reconciliar o expulsar (cf. 16,19); su decisión, refrendada por Dios (18). El mismo principio con otras palabras (19s). Las decisiones no se toman a la ligera ni por el mero parecer humano (petición): la eficacia se debe a la presencia de Jesús entre los que apelan a él.
Pedro se mueve en el terreno de la casuística. Su pregunta remite al v.15. Jesús alude a Gn 4,24 (cántico de Lamec): el perdón debe extenderse hasta donde llegó el deseo de venganza (21s). La parábola (23-34) confirma lo dicho: quien no perdona/ejerce el amor con el prójimo no tiene capacidad para ser perdonado/experimentar el amor de Dios.
- Señor, y si mi hermano me sigue ofendiendo, ¿cuántas veces lo tendré que perdonar?, ¿siete veces?
22 Jesús le contestó:
- Siete veces, no; setenta veces siete.
23 Por esto el reinado de Dios se parece a un rey que quiso saldar cuentas con sus empleados.
24 Para empezar, le presentaron a uno que le debía muchos millones.
25 Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, con su mujer, sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara con eso.
26 El empleado se echó a sus pies suplicándole:
- Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo.
27 El señor, conmovido, dejó marcharse a aquel empleado, perdonándole la deuda.
28 Pero, al salir, el empleado encontró a un compañero suyo que le debía algún dinero, lo agarró por el cuello y le decía apretando:
- Págame lo que me debes.
29 El compañero se echó a sus pies suplicándole:
- Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré.
30 Pero él no quiso, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31 Al ver aquello sus compañeros, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor lo sucedido.
32 Entonces el señor llamó al empleado y le dijo:
- ¡Miserable! Cuando me suplicaste te perdoné toda aquella deuda.
33 ¿No era tu deber tener también compasión de tu compañero como yo la tuve de ti?
34 Y su señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda su deuda.
35 Pues lo mismo os tratará mi Padre del cielo si no perdonáis de corazón, cada uno a su hermano.
EXPLICACIÓN.
La comunidad puede reconciliar o expulsar (cf. 16,19); su decisión, refrendada por Dios (18). El mismo principio con otras palabras (19s). Las decisiones no se toman a la ligera ni por el mero parecer humano (petición): la eficacia se debe a la presencia de Jesús entre los que apelan a él.
Pedro se mueve en el terreno de la casuística. Su pregunta remite al v.15. Jesús alude a Gn 4,24 (cántico de Lamec): el perdón debe extenderse hasta donde llegó el deseo de venganza (21s). La parábola (23-34) confirma lo dicho: quien no perdona/ejerce el amor con el prójimo no tiene capacidad para ser perdonado/experimentar el amor de Dios.
Lunes 12 de marzo del 2012. Lc 4,24-30.
24 Y añadió:
-Os aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su tierra.
25 Pero no os quepa duda de que en tiempo de Elías, cuando no llovió en tres años y medio y hubo una gran hambre en toda la región, había muchas viudas en Israel;
26 y, sin embargo, a ningua de ellas enviaron a Elías, pero sí a una viuda de Sarepta en el territorio de Sidón.
27 Y en tiempo del profeta Eliseo había muchos leprosos en Israel y, sin embargo, ninguno de ellos quedó limpio, pero sí Naamán el sirio.
28 Al oír aquello, todos en la sinagoga se pusieron furiosos
29 y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad y lo condujeron hasta un barranco del monte sobre el que estaba edificada su ciudad, para depeñarlo.
30 Pero él se abrió paso entre ellos y emprendió el camino.
EXPLICACIÓN.
Nazaret (nacionalismo), esa Cafarnaún (despectivo, por estar mezclados judíos y paganos): quieren que la actividad salvadora de Jesús se ejerza solamente en beneficio de Israel (aquí, en tu tierra); oposición a que beneficie también a los paganos (Lc anticipa lo que expondrá en episodios posteriores). La actitud exclusivista los cierra al mensaje. Jesús acusa: lo que está sucediendo en Nazaret no es más que un caso particular de lo que sucede a todo profeta. Israel es el pueblo que rechaza a los profetas y, en consecuencia, también a Jesús; la incredulidad impide la acción de Dios (24). Ya en el pasado Dios envió a los profetas (Elías y Eliseo) a otros pueblos , en detrimento de Israel (25-27).
Segunda reacción, de extrema violencia (28s). Antes que renunciar a su nacionalismo, quieren matar al enviado de Dios. Su ciudad, construida sobre el monte, alusión a Jerusalén y al templo: la actitud de los habitantes de Nazaret es la de la institución judía. Autoridad y libertad de Jesús (30). Emprendió el camino, la ejecución de su programa, desafiando la hostilidad.
-Os aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su tierra.
25 Pero no os quepa duda de que en tiempo de Elías, cuando no llovió en tres años y medio y hubo una gran hambre en toda la región, había muchas viudas en Israel;
26 y, sin embargo, a ningua de ellas enviaron a Elías, pero sí a una viuda de Sarepta en el territorio de Sidón.
27 Y en tiempo del profeta Eliseo había muchos leprosos en Israel y, sin embargo, ninguno de ellos quedó limpio, pero sí Naamán el sirio.
28 Al oír aquello, todos en la sinagoga se pusieron furiosos
29 y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad y lo condujeron hasta un barranco del monte sobre el que estaba edificada su ciudad, para depeñarlo.
30 Pero él se abrió paso entre ellos y emprendió el camino.
EXPLICACIÓN.
Nazaret (nacionalismo), esa Cafarnaún (despectivo, por estar mezclados judíos y paganos): quieren que la actividad salvadora de Jesús se ejerza solamente en beneficio de Israel (aquí, en tu tierra); oposición a que beneficie también a los paganos (Lc anticipa lo que expondrá en episodios posteriores). La actitud exclusivista los cierra al mensaje. Jesús acusa: lo que está sucediendo en Nazaret no es más que un caso particular de lo que sucede a todo profeta. Israel es el pueblo que rechaza a los profetas y, en consecuencia, también a Jesús; la incredulidad impide la acción de Dios (24). Ya en el pasado Dios envió a los profetas (Elías y Eliseo) a otros pueblos , en detrimento de Israel (25-27).
Segunda reacción, de extrema violencia (28s). Antes que renunciar a su nacionalismo, quieren matar al enviado de Dios. Su ciudad, construida sobre el monte, alusión a Jerusalén y al templo: la actitud de los habitantes de Nazaret es la de la institución judía. Autoridad y libertad de Jesús (30). Emprendió el camino, la ejecución de su programa, desafiando la hostilidad.
Domingo 11 de marzo del 2012. Jn 2,13-25.
LA PRIMERA PASCUA
Sustitución del Templo.
Jesús, nuevo santuario.
2. 13. Estaba cerca la Pascua de los Judíos y Jesús subió a Jerusalén.
14. Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas instalados,
15. y haciendo como un azote de cuerdas, a todos los echó del templo, lo mismo a las ovejas que a los bueyes; a los cambistas les desparramó las monedas y les volcó las mesas
16. y a los que vendían palomas les dijo:
- Quitad eso de ahí: no convirtáis la casa de mi Padre en una casa de negocios.
17. Se acordaron sus discípulos de que estaba escrito: “ La pasión por tu casa me consumirá”.
18. Respondieron entonces los dirigentes judíos, diciéndole:
- ¿Qué señal nos presentas para hacer estas cosas?
19. Les replicó Jesús:
- Suprimid este santuario y en tres días lo levantaré.
20. Repusieron los dirigentes:
- Cuarenta y seis años ha costado construir este santuario, y ¿tú vas a levantarlo en tres días?
21. Pero él se refería al santuario de su cuerpo.
22. Así, cuando se levantó de la muerte se acordaron sus discípulos de que había dicho esto y dieron fe a aquel pasaje y al dicho que había pronunciado Jesús.
23. Mientras estaba en Jerusalén, durante las fiestas de Pascua, muchos prestaron adhesión a su figura al presenciar las señales que realizaba.
24. Pero Jesús no se confiaba a ellos, por conocerlos a todos;
25. no necesitaba que nadie lo informase sobre el hombre, pues él conocía lo que el hombre llevaba dentro.
EXPLICACIÓN.
13-22. La nueva relación entre Dios y los hombres (2,1-11) comporta la desaparición de las instituciones que pertenecían a la antigua. En primer término, la del templo; desde ahora, el lugar donde Dios se manifiesta y desde donde actúa es el hombre mismo.
La Pascua de los Judíos (13) (no “la Pascua del Señor”; cf Éx 12,11.48; Lv 23,5; Nm 9,10.14; Dt 16,1, etc.) es la fiesta oficial, que no conserva el carácter liberador de la antigua Pascua.
El templo (14), centro religioso y símbolo nacional de Israel, convertido en lugar de comercio y explotación. El azote de cuerdas (15) era símbolo mesiánico. Jesús se presenta como Mesías cuando está próxima la fiesta de Pascua y acuden peregrinos a Jerusalén. Anuncia su propósito de sacar (éxodo) al pueblo (representado por las ovejas), cf 10,1ss; Ez 34) fuera de la institución religiosa (15) de la que es víctima. Los cambistas representan el sistema bancario del templo y el tributo que todos los judíos habían de pagar. Principales acusados, los vendedores de palomas (16); la paloma se usaba para los sacrificios expiatorios, en particular de los pobres; como en la figura de las tinajas (2,6), se prometía vanamente la reconciliación con Dios, mientras se explotaba económicamente a los más débiles (cf 1,32; el Espíritu/paloma comunicación de Dios con el hombre). Los vendedores son figura de la jerarquía del templo, que explotaba a los pobres con el fraude de lo sagrado. El Dios del templo ya no es el Padre, sino el dinero (16): templo idolátrico. Mi Padre: nueva afirmación mesiánica (cf. Sal 2,7). La relación con Dios ya no es religiosa, sino familiar (Padre); no de temor, sino de amor y confianza.
Los discípulos (17) interpretan el gesto en clave de celo de Elías (1 Re 19,10.14.15-18; 2 Re 10.1-28; Mal 3,1ss.23; Eclo 48,1-11). Ven en Jesús un Mesías que va a reformar las instituciones por la violencia.
Los dirigentes del templo (18), representados antes por los vendedores, no hacen caso de la exhortación de Jesús; le piden sus credenciales como Mesías. La función del templo era significar la presencia activa de Dios (cf. Éx 40,34-38). Ellos la han anulado, haciendo del templo un mercado. Jesús, en quien habita la gloria/Espíritu (1,14), es el nuevo santuario que invalida todos los anteriores. Matando a Jesús (19), los dirigentes intentarán eliminar definitivamente la presencia de Dios, al que ya han desalojado del templo. La expresión cuerpo/persona, usada en Jesús (21) (cf. 19,31.38.40; 20,12), es extensible a los que posean el Espíritu (7,38; 19,34) (21).
Solo cuando Jesús resucite comprenderán los discípulos que su celo lo había llevado a dar la vida por los hombres, no a quitar la vida a otros. A todo lo largo del relato evangélico, la adhesión a Jesús (2,11) coexiste en los discípulos con la interpretación errónea de su misión (22).
El tema de este pasaje es qué clase de adhesión corresponde a la actuación de Jesús en el templo. Después de las reacciones de las autoridades (2,18) y de los discípulos (2,17). Jn expone otras dos, en principio favorables a la actuación de Jesús, pero que éste no acepta por basarse en una interpretación errónea de su mesianismo. La primera es la de un grupo indeterminado que, como los discípulos (2,17), da su adhesión a Jesús como Mesías reformador (23).
Sustitución del Templo.
Jesús, nuevo santuario.
2. 13. Estaba cerca la Pascua de los Judíos y Jesús subió a Jerusalén.
14. Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas instalados,
15. y haciendo como un azote de cuerdas, a todos los echó del templo, lo mismo a las ovejas que a los bueyes; a los cambistas les desparramó las monedas y les volcó las mesas
16. y a los que vendían palomas les dijo:
- Quitad eso de ahí: no convirtáis la casa de mi Padre en una casa de negocios.
17. Se acordaron sus discípulos de que estaba escrito: “ La pasión por tu casa me consumirá”.
18. Respondieron entonces los dirigentes judíos, diciéndole:
- ¿Qué señal nos presentas para hacer estas cosas?
19. Les replicó Jesús:
- Suprimid este santuario y en tres días lo levantaré.
20. Repusieron los dirigentes:
- Cuarenta y seis años ha costado construir este santuario, y ¿tú vas a levantarlo en tres días?
21. Pero él se refería al santuario de su cuerpo.
22. Así, cuando se levantó de la muerte se acordaron sus discípulos de que había dicho esto y dieron fe a aquel pasaje y al dicho que había pronunciado Jesús.
23. Mientras estaba en Jerusalén, durante las fiestas de Pascua, muchos prestaron adhesión a su figura al presenciar las señales que realizaba.
24. Pero Jesús no se confiaba a ellos, por conocerlos a todos;
25. no necesitaba que nadie lo informase sobre el hombre, pues él conocía lo que el hombre llevaba dentro.
EXPLICACIÓN.
13-22. La nueva relación entre Dios y los hombres (2,1-11) comporta la desaparición de las instituciones que pertenecían a la antigua. En primer término, la del templo; desde ahora, el lugar donde Dios se manifiesta y desde donde actúa es el hombre mismo.
La Pascua de los Judíos (13) (no “la Pascua del Señor”; cf Éx 12,11.48; Lv 23,5; Nm 9,10.14; Dt 16,1, etc.) es la fiesta oficial, que no conserva el carácter liberador de la antigua Pascua.
El templo (14), centro religioso y símbolo nacional de Israel, convertido en lugar de comercio y explotación. El azote de cuerdas (15) era símbolo mesiánico. Jesús se presenta como Mesías cuando está próxima la fiesta de Pascua y acuden peregrinos a Jerusalén. Anuncia su propósito de sacar (éxodo) al pueblo (representado por las ovejas), cf 10,1ss; Ez 34) fuera de la institución religiosa (15) de la que es víctima. Los cambistas representan el sistema bancario del templo y el tributo que todos los judíos habían de pagar. Principales acusados, los vendedores de palomas (16); la paloma se usaba para los sacrificios expiatorios, en particular de los pobres; como en la figura de las tinajas (2,6), se prometía vanamente la reconciliación con Dios, mientras se explotaba económicamente a los más débiles (cf 1,32; el Espíritu/paloma comunicación de Dios con el hombre). Los vendedores son figura de la jerarquía del templo, que explotaba a los pobres con el fraude de lo sagrado. El Dios del templo ya no es el Padre, sino el dinero (16): templo idolátrico. Mi Padre: nueva afirmación mesiánica (cf. Sal 2,7). La relación con Dios ya no es religiosa, sino familiar (Padre); no de temor, sino de amor y confianza.
Los discípulos (17) interpretan el gesto en clave de celo de Elías (1 Re 19,10.14.15-18; 2 Re 10.1-28; Mal 3,1ss.23; Eclo 48,1-11). Ven en Jesús un Mesías que va a reformar las instituciones por la violencia.
Los dirigentes del templo (18), representados antes por los vendedores, no hacen caso de la exhortación de Jesús; le piden sus credenciales como Mesías. La función del templo era significar la presencia activa de Dios (cf. Éx 40,34-38). Ellos la han anulado, haciendo del templo un mercado. Jesús, en quien habita la gloria/Espíritu (1,14), es el nuevo santuario que invalida todos los anteriores. Matando a Jesús (19), los dirigentes intentarán eliminar definitivamente la presencia de Dios, al que ya han desalojado del templo. La expresión cuerpo/persona, usada en Jesús (21) (cf. 19,31.38.40; 20,12), es extensible a los que posean el Espíritu (7,38; 19,34) (21).
Solo cuando Jesús resucite comprenderán los discípulos que su celo lo había llevado a dar la vida por los hombres, no a quitar la vida a otros. A todo lo largo del relato evangélico, la adhesión a Jesús (2,11) coexiste en los discípulos con la interpretación errónea de su misión (22).
El tema de este pasaje es qué clase de adhesión corresponde a la actuación de Jesús en el templo. Después de las reacciones de las autoridades (2,18) y de los discípulos (2,17). Jn expone otras dos, en principio favorables a la actuación de Jesús, pero que éste no acepta por basarse en una interpretación errónea de su mesianismo. La primera es la de un grupo indeterminado que, como los discípulos (2,17), da su adhesión a Jesús como Mesías reformador (23).
Sábado 10 de marzo del 2012. Lc 15,1-3,11-32
1 Todos los recaudadores y descreídos se le iban acercando para escucharlo;
2 por eso tanto los fariseos como los letrados lo criticaban diciendo:
- Éste acoge a los descreídos y come con ellos.
3 Entonces les propuso Jesús esta parábola:
11 Y añadió:
- Un hombre tenía dos hijos;
12 el menor le dijo a su padre:
- Padre, dame la parte de la fortuna que me toca.
El padre les repartió los bienes.
13 A los pocos días, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo como un perdido.
14 Cuando se lo había gastado todo, vino un hambre terrible en aquella tierra, y empezó él a pasar necesidad.
15 Fue entonces y buscó amparo en uno de los ciudadanos de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.
16 Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba de comer.
17 Recapacitando entonces se dijo:
- Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre.
18 Voy a volver a casa de mi padre y le voy a decir: "Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti;
19 ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros".
20 Entonces se puso en camino para casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se conmovió; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
21 El hijo empezó:
- Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
22 Pero el padre dijo a sus criados:
- Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en el dedo y sandalias en los pies;
23 traed el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y se le ha encontrado.
Y empezaron el banquete.
25 El hijo mayor estaba en el campo. A la vuelta, cerca ya de casa, oyó la música y el baile;
26 llamó a uno de los mozos y le preguntó qué pasaba.
27 Éste le contestó:
- Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar el ternero cebado por haber recobrado a su hijo sano y salvo.
28 Él se indignó y se negaba a entrar; su padre salió e intentó persuadirlo,
29 pero él replicó a su padre:
- A mí, en tantos años como te sirvo sin saltarme nunca un mandato tuyo, jamás me has dado un cabrito para hacer fiesta con mis amigos;
30 en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, matas para él el ternero cebado.
31 El padre le respondió:
- Hijo, ¡si tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo!
32 Además, había que hacer fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a vivir, andaba perdido y se le ha encontrado.
EXPLICACIÓN.
El contenido de esta parábola sobrepasa el de las dos anteriores. El hijo primogénito, figura del Israel/los fariseos; el hijo menor, de los "pecadores/paganos". El pequeño es el hombre sin ley; el mayor, el observante escrupuloso (29).
La experiencia convence al hijo pequeño de su error y lo obliga a recapacitar (17-19). Vuelta del hijo: el padre no lo espera en casa, sale a su encuentro (20); no lo deja acabar la frase que tenía preparada (18s.21); la enorme alegría se manifiesta en el derroche de acogida y de fiesta (22s).
El hijo mayor, en cambio, que ha condenado a su hermano (30), es incapaz de alegrarse por su vuelta. No sabe ser hijo: sirve a su padre y no sabe que todo lo del padre es suyo; vive en su propia casa como un siervo. Jesús retrata la actitud de los fariseos; no se parecen en nada a Dios, porque no saben amar como él (6,36); ponen su orgullo solamente en la observancia; para ellos, Dios no es Padre, sino dueño.
2 por eso tanto los fariseos como los letrados lo criticaban diciendo:
- Éste acoge a los descreídos y come con ellos.
3 Entonces les propuso Jesús esta parábola:
11 Y añadió:
- Un hombre tenía dos hijos;
12 el menor le dijo a su padre:
- Padre, dame la parte de la fortuna que me toca.
El padre les repartió los bienes.
13 A los pocos días, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo como un perdido.
14 Cuando se lo había gastado todo, vino un hambre terrible en aquella tierra, y empezó él a pasar necesidad.
15 Fue entonces y buscó amparo en uno de los ciudadanos de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.
16 Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba de comer.
17 Recapacitando entonces se dijo:
- Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre.
18 Voy a volver a casa de mi padre y le voy a decir: "Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti;
19 ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros".
20 Entonces se puso en camino para casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se conmovió; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
21 El hijo empezó:
- Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
22 Pero el padre dijo a sus criados:
- Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en el dedo y sandalias en los pies;
23 traed el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y se le ha encontrado.
Y empezaron el banquete.
25 El hijo mayor estaba en el campo. A la vuelta, cerca ya de casa, oyó la música y el baile;
26 llamó a uno de los mozos y le preguntó qué pasaba.
27 Éste le contestó:
- Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar el ternero cebado por haber recobrado a su hijo sano y salvo.
28 Él se indignó y se negaba a entrar; su padre salió e intentó persuadirlo,
29 pero él replicó a su padre:
- A mí, en tantos años como te sirvo sin saltarme nunca un mandato tuyo, jamás me has dado un cabrito para hacer fiesta con mis amigos;
30 en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, matas para él el ternero cebado.
31 El padre le respondió:
- Hijo, ¡si tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo!
32 Además, había que hacer fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a vivir, andaba perdido y se le ha encontrado.
EXPLICACIÓN.
El contenido de esta parábola sobrepasa el de las dos anteriores. El hijo primogénito, figura del Israel/los fariseos; el hijo menor, de los "pecadores/paganos". El pequeño es el hombre sin ley; el mayor, el observante escrupuloso (29).
La experiencia convence al hijo pequeño de su error y lo obliga a recapacitar (17-19). Vuelta del hijo: el padre no lo espera en casa, sale a su encuentro (20); no lo deja acabar la frase que tenía preparada (18s.21); la enorme alegría se manifiesta en el derroche de acogida y de fiesta (22s).
El hijo mayor, en cambio, que ha condenado a su hermano (30), es incapaz de alegrarse por su vuelta. No sabe ser hijo: sirve a su padre y no sabe que todo lo del padre es suyo; vive en su propia casa como un siervo. Jesús retrata la actitud de los fariseos; no se parecen en nada a Dios, porque no saben amar como él (6,36); ponen su orgullo solamente en la observancia; para ellos, Dios no es Padre, sino dueño.
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1-3,
11-32,
Sábado 10 de marzo del 2012. Lc 15
Viernes 9 de marzo del 2012. Mt 21,33-43, 45-46.
33 Escuchad otra parábola:
- Había una vez un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la torre del guarda (Is 5,1-7), la arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus siervos para percibir de los labradores los frutos que le correspondían.
35 Los labradores agarraron a los siervos, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 Envió entonces otros siervos, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37 Por último les envió a su hijo, diciéndose:
- A mi hijo lo respetarán.
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:
- Éste es el heredero: venga, lo matamos y nos quedamos con su herencia.
39 Lo agarraron, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Vamos a ver, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41 Le contestaron:
- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará su viña a otros que le entreguen los frutos a su tiempo.
42 Jesús les dijo:
- ¿Nunca habéis leído en la Escritura?
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho:
¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23).
43 Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.
44 Además, el que caiga sobre esa piedra se estrellará, y si ella cae sobre alguno, lo hará trizas.
45 Al oír sus parábolas, los sumos sacerdotes y los fariseos se dieron cuenta de que iban por ellos.
46 Aunque estaban deseando echarle mano, tuvieron miedo de las multitudes, que lo tenían por profeta.
EXPLICACIÓN.
33 - 46. La viña, cf. Is 5,1s; también Os 10,1; Jr 2,21; Ez 15,1ss. El propietario representa a Dios; la viña, a Israel; la plantación y los trabajos, la solicitud de Dios por el pueblo elegido; los labradores, los dirigentes; el fruto, el amor al prójimo, es decir, el derecho y la justicia (Is 5,7); los siervos, los profetas; el Hijo y heredero, Jesús el Mesías. La pregunta de Jesús (40) recuerda Is 5,3: "Sed jueces entre mí y mi viña". Los dirigentes anuncian sin pensarlo la ruina de Israel como nación (41). Responsabilidad de los dirigentes (42) y consecuencias (43s). Los fariseos toman el puesto de los senadores. Miedo a las multitudes (45s).
- Había una vez un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la torre del guarda (Is 5,1-7), la arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus siervos para percibir de los labradores los frutos que le correspondían.
35 Los labradores agarraron a los siervos, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 Envió entonces otros siervos, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37 Por último les envió a su hijo, diciéndose:
- A mi hijo lo respetarán.
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:
- Éste es el heredero: venga, lo matamos y nos quedamos con su herencia.
39 Lo agarraron, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Vamos a ver, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41 Le contestaron:
- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará su viña a otros que le entreguen los frutos a su tiempo.
42 Jesús les dijo:
- ¿Nunca habéis leído en la Escritura?
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho:
¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23).
43 Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos.
44 Además, el que caiga sobre esa piedra se estrellará, y si ella cae sobre alguno, lo hará trizas.
45 Al oír sus parábolas, los sumos sacerdotes y los fariseos se dieron cuenta de que iban por ellos.
46 Aunque estaban deseando echarle mano, tuvieron miedo de las multitudes, que lo tenían por profeta.
EXPLICACIÓN.
33 - 46. La viña, cf. Is 5,1s; también Os 10,1; Jr 2,21; Ez 15,1ss. El propietario representa a Dios; la viña, a Israel; la plantación y los trabajos, la solicitud de Dios por el pueblo elegido; los labradores, los dirigentes; el fruto, el amor al prójimo, es decir, el derecho y la justicia (Is 5,7); los siervos, los profetas; el Hijo y heredero, Jesús el Mesías. La pregunta de Jesús (40) recuerda Is 5,3: "Sed jueces entre mí y mi viña". Los dirigentes anuncian sin pensarlo la ruina de Israel como nación (41). Responsabilidad de los dirigentes (42) y consecuencias (43s). Los fariseos toman el puesto de los senadores. Miedo a las multitudes (45s).
Jueves 8 de marzo del 2012. Lc 16,19-31.
19 Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y banqueteaba todos los días espléndidamente.
20 Un pobre llamado Lázaro estaba echado en el portal, cubierto de llagas;
21 habría querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico; por el contrario, incluso se le acercaban los perros para lamerle las llagas.
22 Se murió el pobre y los ángeles lo reclinaron a la mesa al lado de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron.
23 Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su lado
24 y lo llamó:
- Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta de un dedo y me refresque la lengua, que padezco mucho en estas llamas.
25 Pero Abrahán le contestó:
- Hijo, recuerda que en esta vida te tocó a ti lo bueno y a Lázaro lo malo; por eso ahora éste encuentra consuelo y tú padeces.
26 Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima inmensa, así que, aunque quiera, nadie puede cruzar de aquí hasta vosotros ni pasar de ahí hasta nosotros.
27 El rico insistió:
- Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento.
29 Abrahán le contestó:
- Tienen a Moisés y a los Profetas, que los escuchen.
30 El rico volvió a insistir:
- No, no, padre Abrahán, pero si uno que ha muerto fuera a verlos, se enmendarían.
31 Abrahán le replicó:
- Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se dejarán convencer ni aunque uno resucite de la muerte.
EXPLICACIÓN.
La historia que sigue (19-31) va dirigida a los fariseos, amigos del dinero (16,14). Jesús les habla en su lenguaje: les muestra su infidelidad basándose en sus mismos presupuestos. Por eso, las categorías que usa en la parábola son del AT, no del reino de Dios. La situación descrita se corresponde con la malaventuranza contra los ricos expresada en 6,24s; no es, por tanto, admisible en el grupo cristiano.
El premio para el pobre en la otra vida es doctrina farisea; Jesús ha proclamado su bienaventuranza para los pobres en esta tierra (6,20). Lázaro es el pobre miserable, no el pobre cristiano. El rico representa a la clase dirigente que se desentiende del pueblo. De sus descendientes, Abrahán acoge a los pobres, no a los ricos (22s). Los fariseos (28: los cinco hermanos que han quedado en la casa) no hacen caso del AT; se menciona a los profetas por su incesante denuncia de la opresión de los pobres.
Los fariseos no han hecho caso de la enseñanza de la Escritura que se precian de observar. Para los que no acatan la voluntad de Dios manifestada, es inútil toda otra prueba (31). Alusión a la resurrección de Jesús. Pretendiendo ser fieles a la Ley, descuidan lo principal, el amor a los demás (11,42).
20 Un pobre llamado Lázaro estaba echado en el portal, cubierto de llagas;
21 habría querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico; por el contrario, incluso se le acercaban los perros para lamerle las llagas.
22 Se murió el pobre y los ángeles lo reclinaron a la mesa al lado de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron.
23 Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su lado
24 y lo llamó:
- Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta de un dedo y me refresque la lengua, que padezco mucho en estas llamas.
25 Pero Abrahán le contestó:
- Hijo, recuerda que en esta vida te tocó a ti lo bueno y a Lázaro lo malo; por eso ahora éste encuentra consuelo y tú padeces.
26 Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima inmensa, así que, aunque quiera, nadie puede cruzar de aquí hasta vosotros ni pasar de ahí hasta nosotros.
27 El rico insistió:
- Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento.
29 Abrahán le contestó:
- Tienen a Moisés y a los Profetas, que los escuchen.
30 El rico volvió a insistir:
- No, no, padre Abrahán, pero si uno que ha muerto fuera a verlos, se enmendarían.
31 Abrahán le replicó:
- Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se dejarán convencer ni aunque uno resucite de la muerte.
EXPLICACIÓN.
La historia que sigue (19-31) va dirigida a los fariseos, amigos del dinero (16,14). Jesús les habla en su lenguaje: les muestra su infidelidad basándose en sus mismos presupuestos. Por eso, las categorías que usa en la parábola son del AT, no del reino de Dios. La situación descrita se corresponde con la malaventuranza contra los ricos expresada en 6,24s; no es, por tanto, admisible en el grupo cristiano.
El premio para el pobre en la otra vida es doctrina farisea; Jesús ha proclamado su bienaventuranza para los pobres en esta tierra (6,20). Lázaro es el pobre miserable, no el pobre cristiano. El rico representa a la clase dirigente que se desentiende del pueblo. De sus descendientes, Abrahán acoge a los pobres, no a los ricos (22s). Los fariseos (28: los cinco hermanos que han quedado en la casa) no hacen caso del AT; se menciona a los profetas por su incesante denuncia de la opresión de los pobres.
Los fariseos no han hecho caso de la enseñanza de la Escritura que se precian de observar. Para los que no acatan la voluntad de Dios manifestada, es inútil toda otra prueba (31). Alusión a la resurrección de Jesús. Pretendiendo ser fieles a la Ley, descuidan lo principal, el amor a los demás (11,42).
MIércoles 7 de marzo del 2012. Mt 20,17-28.
17 Mientras iba subiendo a Jerusalén se llevó Jesús aparte a los Doce y les dijo por el camino:
18 - Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y el Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y letrados: lo condenarán a muerte
19 y lo entregarán a los paganos, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
20 Entonces se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos para rendirle homenaje y pedirle algo.
21 Él le preguntó:
- ¿Qué deseas?
Contestó ella:
- Dispón que cuando tú reines estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 Pero Jesús replicó:
- No sabéis lo que pedís: ¿sois capaces de pasar el trago que voy a pasar yo?
Le contestaron:
- Sï, lo somos.
23 Él les dijo:
- Mi trago lo pasaréis, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no está en mi mano concederlo más que a aquellos a los que mi Padre se lo tenga preparado.
24 Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos.
INSTRUCCIÓN.
25 Jesús los reunió y les dijo:
- Sabéis que los jefes de las naciones las dominan y que los grandes les imponen su autoridad.
26 No será así entre vosotros; al contrario, el que quiera hacerse grande sea servidor vuestro
27 y el que quiera ser primero sea siervo vuestro.
28 Igual que el Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.
EXPLICACIÓN.
17 - 19. Anuncio más detallado que los anteriores (16,21; 17,22s). Jesús habla al Israel mesiánico (los Doce). Los jefes religiosos de Israel y los doctores de su Ley son los enemigos mortales del Hombre. Los Doce deben romper con las instituciones.
Tríptico: 20,20-34; 20,25-28; 20,29-34. La primera y la tercera unidad se corresponden, pues los dos ciegos son figura de los dos hermanos y, en general, de todos los discípulos. Unidad central, instrucción de Jesús: opone el dominio que se ejerce en la sociedad civil al servicio que debe practicarse en la comunidad.
La petición de la madre es la de los discípulos (22). Estos no pierden la esperanza de ver a Jesús como monarca y ambicionan los primeros puestos (21). Para participar de la verdadera realeza de Jesús hay que asociarse a su pasión y muerte (27,37). Pasar el trago, lit. "beber la copa", locución semítica que denota una prueba dolorosa (Is 51,17; Lam 4,21). "La copa" vuelve a aparecer en Getsemaní (26,39) y la ofrecerá Jesús a los suyos en la cena (26,27). Dispuestos a todo para lograr su propósito (22). Pasar por la misma prueba es parte del compromiso que hace el discípulo para seguir a Jesús (16,24). Quiénes son los primeros en el seguimiento lo conoce sólo el Padre (23). La mención de dos (21) y de diez (24) recuerda el cisma de Israel (1 Re 12).
Instrucción (25-28). El dominio y la tiranía son propios de los que no conocen a Dios (25; cf. 1 Sm 8,5). En la comunidad de Jesús, la grandeza o la primacía no derivan del dominio, sino del servicio (26s). Misión del Hombre (Jesús y los suyos): en la comunidad, ser servidor, no tener servidores; con la humanidad (todos), procurar su liberación del antiguo pueblo para legar a la tierra prometida, pero no con la violencia guerrera, sino con un amor dispuesto a dar la vida.
18 - Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y el Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y letrados: lo condenarán a muerte
19 y lo entregarán a los paganos, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
20 Entonces se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos para rendirle homenaje y pedirle algo.
21 Él le preguntó:
- ¿Qué deseas?
Contestó ella:
- Dispón que cuando tú reines estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 Pero Jesús replicó:
- No sabéis lo que pedís: ¿sois capaces de pasar el trago que voy a pasar yo?
Le contestaron:
- Sï, lo somos.
23 Él les dijo:
- Mi trago lo pasaréis, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no está en mi mano concederlo más que a aquellos a los que mi Padre se lo tenga preparado.
24 Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos.
INSTRUCCIÓN.
25 Jesús los reunió y les dijo:
- Sabéis que los jefes de las naciones las dominan y que los grandes les imponen su autoridad.
26 No será así entre vosotros; al contrario, el que quiera hacerse grande sea servidor vuestro
27 y el que quiera ser primero sea siervo vuestro.
28 Igual que el Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.
EXPLICACIÓN.
17 - 19. Anuncio más detallado que los anteriores (16,21; 17,22s). Jesús habla al Israel mesiánico (los Doce). Los jefes religiosos de Israel y los doctores de su Ley son los enemigos mortales del Hombre. Los Doce deben romper con las instituciones.
Tríptico: 20,20-34; 20,25-28; 20,29-34. La primera y la tercera unidad se corresponden, pues los dos ciegos son figura de los dos hermanos y, en general, de todos los discípulos. Unidad central, instrucción de Jesús: opone el dominio que se ejerce en la sociedad civil al servicio que debe practicarse en la comunidad.
La petición de la madre es la de los discípulos (22). Estos no pierden la esperanza de ver a Jesús como monarca y ambicionan los primeros puestos (21). Para participar de la verdadera realeza de Jesús hay que asociarse a su pasión y muerte (27,37). Pasar el trago, lit. "beber la copa", locución semítica que denota una prueba dolorosa (Is 51,17; Lam 4,21). "La copa" vuelve a aparecer en Getsemaní (26,39) y la ofrecerá Jesús a los suyos en la cena (26,27). Dispuestos a todo para lograr su propósito (22). Pasar por la misma prueba es parte del compromiso que hace el discípulo para seguir a Jesús (16,24). Quiénes son los primeros en el seguimiento lo conoce sólo el Padre (23). La mención de dos (21) y de diez (24) recuerda el cisma de Israel (1 Re 12).
Instrucción (25-28). El dominio y la tiranía son propios de los que no conocen a Dios (25; cf. 1 Sm 8,5). En la comunidad de Jesús, la grandeza o la primacía no derivan del dominio, sino del servicio (26s). Misión del Hombre (Jesús y los suyos): en la comunidad, ser servidor, no tener servidores; con la humanidad (todos), procurar su liberación del antiguo pueblo para legar a la tierra prometida, pero no con la violencia guerrera, sino con un amor dispuesto a dar la vida.
Martes 6 de marzo del 2012. Mt 23,1-12.
1 Entonces Jesús, dirigiéndose a las multitudes y a sus discípulos,
2 declaró:
- En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos.
3 Por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y cumplidlo..., pero no imitéis sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen.
4 Lían fardos pesados y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo.
5 Todo lo hacen para llamar la atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el manto:
6 les encantan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas,
7 que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "Rabbí".
8 Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ·Rabbí", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos;
9 y no os llamaréis "padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo;
10 tampoco dejaréis que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el Mesías.
11 El más grande de vosotros será servidor vuestro.
12 A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.
EXPLICACIÓN.
Mt quiere desengañar a los que piensan que la doctrina de letrados y fariseos es compatible con el cristianismo. En primer lugar denuncia la opresión que letrados y fariseos ejercen sobre el pueblo y su ansia de prestigio y poder (1-12). Los siete "ayes" (13-31) ponen en evidencia la hipocresía de ellos al proponer su doctrina. Sigue una breve invectiva (32s) y termina con una amenaza profética (34-36). Empieza dirigiéndose a la gente y a sus discípulos (1), para abrirles los ojos. Según Dt 18,15.18, habían de ser los profetas los sucesores de Moisés; su puesto lo han tomado los doctores y los observantes de la Ley (2): en vez de la voz de Dios, un código legal. Frase irónica (3): el segundo miembro neutraliza el primero, pues nadie hace caso de hipócritas. De hecho, Jesús ataca la doctrina misma de los letrados y fariseos (15,69.14; 16,12; 17,10-12; 23,13.15.16-22). Fardos pesados, cf. 11,30: carga insoportable sin prestar ayuda alguna. No buscan el bien del hombre, sino dominar con la doctrina (4). Exhibicionismo de letrados y fariseos (5-7; cf. 6,1-18): se constituyen en casta privilegiada. Rabbí: "señor mío, monseñor". Insiste en la igualdad entre los discípulos (8): ningún rango o privilegio. Padre (9): título de los maestros, en cuanto transmisores de la tradición y modelos de conducta. Lo mismo que Jesús no tiene padre humano, tampoco los suyos han de reconocerlo en el sentido dicho. Único modelo, el Padre del cielo (5,48). Director o guía espiritual (10): sólo a Jesús hay que seguir. La verdadera grandeza (11). Dios juzga las actitudes humanas (12).
2 declaró:
- En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos.
3 Por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y cumplidlo..., pero no imitéis sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen.
4 Lían fardos pesados y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo.
5 Todo lo hacen para llamar la atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el manto:
6 les encantan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas,
7 que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "Rabbí".
8 Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ·Rabbí", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos;
9 y no os llamaréis "padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo;
10 tampoco dejaréis que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el Mesías.
11 El más grande de vosotros será servidor vuestro.
12 A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.
EXPLICACIÓN.
Mt quiere desengañar a los que piensan que la doctrina de letrados y fariseos es compatible con el cristianismo. En primer lugar denuncia la opresión que letrados y fariseos ejercen sobre el pueblo y su ansia de prestigio y poder (1-12). Los siete "ayes" (13-31) ponen en evidencia la hipocresía de ellos al proponer su doctrina. Sigue una breve invectiva (32s) y termina con una amenaza profética (34-36). Empieza dirigiéndose a la gente y a sus discípulos (1), para abrirles los ojos. Según Dt 18,15.18, habían de ser los profetas los sucesores de Moisés; su puesto lo han tomado los doctores y los observantes de la Ley (2): en vez de la voz de Dios, un código legal. Frase irónica (3): el segundo miembro neutraliza el primero, pues nadie hace caso de hipócritas. De hecho, Jesús ataca la doctrina misma de los letrados y fariseos (15,69.14; 16,12; 17,10-12; 23,13.15.16-22). Fardos pesados, cf. 11,30: carga insoportable sin prestar ayuda alguna. No buscan el bien del hombre, sino dominar con la doctrina (4). Exhibicionismo de letrados y fariseos (5-7; cf. 6,1-18): se constituyen en casta privilegiada. Rabbí: "señor mío, monseñor". Insiste en la igualdad entre los discípulos (8): ningún rango o privilegio. Padre (9): título de los maestros, en cuanto transmisores de la tradición y modelos de conducta. Lo mismo que Jesús no tiene padre humano, tampoco los suyos han de reconocerlo en el sentido dicho. Único modelo, el Padre del cielo (5,48). Director o guía espiritual (10): sólo a Jesús hay que seguir. La verdadera grandeza (11). Dios juzga las actitudes humanas (12).
Lunes 5 de marzo del 2012. Lc 6,36-38.
36 Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.
37 No juzguéis y no os juzgarán, no condenéis y no os condenarán, perdonad y os perdonarán,
38 dad y os darán: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante; pues la medida que uséis la usarán con vosotros.
EXPLICACIÓN.
Compasivos, benevolencia universal (Sal 103,8; 111,4) (36). Por eso, no erigirse en censor de los demás; la indulgencia obtiene indulgencia; el perdón obtiene perdón (37); la generosidad obtiene generosidad. Son aspectos del amor; al ejercerlo con los otros, el hombre abre sus puertas al amor de Dios. Por eso, la medida del don divino la señala el hombre mismo (38).
37 No juzguéis y no os juzgarán, no condenéis y no os condenarán, perdonad y os perdonarán,
38 dad y os darán: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante; pues la medida que uséis la usarán con vosotros.
EXPLICACIÓN.
Compasivos, benevolencia universal (Sal 103,8; 111,4) (36). Por eso, no erigirse en censor de los demás; la indulgencia obtiene indulgencia; el perdón obtiene perdón (37); la generosidad obtiene generosidad. Son aspectos del amor; al ejercerlo con los otros, el hombre abre sus puertas al amor de Dios. Por eso, la medida del don divino la señala el hombre mismo (38).
Domingo 4 de marzo del 2012. Mc 9,2-10.
2 A los seis días Jesús se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, los hizo subir a un monte alto, aparte, a ellos solos, y se transfiguró delante de ellos: 3sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún batanero en la tierra es capaz de blanquear.
4Se les apareció Elías con Moisés; estaban conversando con Jesús. 5Reaccionó Pedro diciéndole a Jesús:
-Rabbí, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6Es que no sabía cómo reaccionar, porque estaban aterrados.
7Se formó una nube que los cubría, y hubo una voz desde la nube:
-Éste es mi Hijo, el amado: escuchadlo.
8Y, de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9Mientras bajaban del monte les advirtió que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hombre resucitase de la muerte. 10Ellos se atuvieron a este aviso, aunque discutían entre sí qué significaba aquel «resucitar de la muerte».
EXPLICACIÓN.
Ante la resistencia manifestada por Pedro (8,32), muestra Jesús a los tres discípulos más recalcitrantes (3,16s, sobrenombres; cf. 5,37) el estado final del Hombre, que, con su entrega, ha superado la muerte (cf. 8,31.35). El monte alto, lugar de una importante (altura) manifestación divina; aparte, incomprensión (4,34). La escena anticipa la resurrección (2). Color blanco, imposible de obtener en este mundo, la condición divina del Hombre (cf. 16,5) (3). Elías (los profetas) con Moisés (la Ley) se aparecen a los discípulos, pero no hablan con ellos, sino con Jesús, reciben instrucciones de él (Éx 34,35): Jesús es el punto de llegada del A T; éste no tiene ya un mensaje directo para los cristianos, su validez o caducidad se juzga a partir de Jesús (4).
Rabbí, el que enseña ateniéndose a la tradición judía, sólo en boca de Pedro (9,5; 11,21) Y de Judas (14,45). Pedro quiere poner en pie de igualdad a Jesús, Moisés y Elías (tres chozas), integrando el mesianismo de Jesús en las categorías del AT: Moisés (éxodo de Egipto con muerte de los enemigos), Elías (celo reformador y violento, cf. 1 Re 18,40; 19,14ss; 2 Re 1,9-12; Eclo 48,1ss; cf. Mc 1,29-31). No interpretan su gloria como estado final, sino como inicial, para la restauración de Israel (5). Terror ante la gloria que se manifiesta en Jesús, que, por su anterior resistencia, sienten como una amenaza; la propuesta de Pedro ha intentado congraciárselo (6). Nube, la presencia divina (cf. Éx 40,34-38).
La voz manifiesta a los discípulos la identidad de Jesús (cf 1, 11) y refrenda su enseñanza: es el único a quien deben escuchar (cf. Dt 18,15.18): EI AT queda ya sin voz propia; mirando a Jesús la comunidad cristiana integra o descarta la doctrina del AT (7-8).
Los discípulos han Interpretado mal la manifestación; no deben divulgar su error. Siendo anticipo de la resurrección, sólo después de la muerte de Jesús encontrara su contexto interpretativo. Debería prepararlos para la escena de Getsemaní (14,33) (9). No comprenden la expresión resucitar de la muerte; han disociado la escena anterior de la muerte de Jesús; esperan esa gloria para su vida mortal (10).
4Se les apareció Elías con Moisés; estaban conversando con Jesús. 5Reaccionó Pedro diciéndole a Jesús:
-Rabbí, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6Es que no sabía cómo reaccionar, porque estaban aterrados.
7Se formó una nube que los cubría, y hubo una voz desde la nube:
-Éste es mi Hijo, el amado: escuchadlo.
8Y, de pronto, al mirar alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9Mientras bajaban del monte les advirtió que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hombre resucitase de la muerte. 10Ellos se atuvieron a este aviso, aunque discutían entre sí qué significaba aquel «resucitar de la muerte».
EXPLICACIÓN.
Ante la resistencia manifestada por Pedro (8,32), muestra Jesús a los tres discípulos más recalcitrantes (3,16s, sobrenombres; cf. 5,37) el estado final del Hombre, que, con su entrega, ha superado la muerte (cf. 8,31.35). El monte alto, lugar de una importante (altura) manifestación divina; aparte, incomprensión (4,34). La escena anticipa la resurrección (2). Color blanco, imposible de obtener en este mundo, la condición divina del Hombre (cf. 16,5) (3). Elías (los profetas) con Moisés (la Ley) se aparecen a los discípulos, pero no hablan con ellos, sino con Jesús, reciben instrucciones de él (Éx 34,35): Jesús es el punto de llegada del A T; éste no tiene ya un mensaje directo para los cristianos, su validez o caducidad se juzga a partir de Jesús (4).
Rabbí, el que enseña ateniéndose a la tradición judía, sólo en boca de Pedro (9,5; 11,21) Y de Judas (14,45). Pedro quiere poner en pie de igualdad a Jesús, Moisés y Elías (tres chozas), integrando el mesianismo de Jesús en las categorías del AT: Moisés (éxodo de Egipto con muerte de los enemigos), Elías (celo reformador y violento, cf. 1 Re 18,40; 19,14ss; 2 Re 1,9-12; Eclo 48,1ss; cf. Mc 1,29-31). No interpretan su gloria como estado final, sino como inicial, para la restauración de Israel (5). Terror ante la gloria que se manifiesta en Jesús, que, por su anterior resistencia, sienten como una amenaza; la propuesta de Pedro ha intentado congraciárselo (6). Nube, la presencia divina (cf. Éx 40,34-38).
La voz manifiesta a los discípulos la identidad de Jesús (cf 1, 11) y refrenda su enseñanza: es el único a quien deben escuchar (cf. Dt 18,15.18): EI AT queda ya sin voz propia; mirando a Jesús la comunidad cristiana integra o descarta la doctrina del AT (7-8).
Los discípulos han Interpretado mal la manifestación; no deben divulgar su error. Siendo anticipo de la resurrección, sólo después de la muerte de Jesús encontrara su contexto interpretativo. Debería prepararlos para la escena de Getsemaní (14,33) (9). No comprenden la expresión resucitar de la muerte; han disociado la escena anterior de la muerte de Jesús; esperan esa gloria para su vida mortal (10).
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