jueves, noviembre 01, 2018

LECTURAS DEL SÁBADO 10 DE NOVIEMBRE DEL 2018

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.


Primera Lectura: Filipenses 4:10-19

10El Señor me dio mucha alegría, porque ahora podéis por fin expresar de nuevo vuestro interés por mí, pues, aunque lo sentíais, os faltaban ocasiones. 11No penséis que lo digo porque ando escaso, pues yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia: 12sé vivir con estrechez y sé tener abundancia; ninguna situación tiene secretos para mí, ni estar harto, ni pasar hambre, ni tener sobra, ni pasar falta; 13para todo me siento con fuerzas, gracias al que me robustece. 14Con todo, me habéis hecho un favor al tomar como vuestra mi dificultad.
15Vosotros los filipenses sabéis además que desde que salí de Macedonia y empecé la misión, ninguna iglesia, aparte de vosotros, se hizo cargo de saldar mi debe y haber. 16Ya a Tesalónica me mandasteis más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; 17no es que yo busque el regalo, busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta.
18Éste es mi recibo por todo: tengo de sobra, he quedado bien provisto al recibir lo que mandáis con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios. 19Mi Dios, por su parte, cubriá todas vuestras necesidades con sus inagotables riquezas por medio del Mesías Jesús. 

Explicación.

A diferencia de Romanos o Efesios, en esta carta no se encuentra ninguna diatriba contra las costumbres paganas; al contrario, el blanco de las invectivas de Pablo son los judíos (3,2ss.18s).

Agradecimiento por la ayuda económica. Concepto de la pobreza apostólica: no consiste en buscar privaciones, sino en aceptar cualquier nivel de vida que exija la misión. El apóstol no se condena a la indigencia, pero tampoco la teme. El Señor que da la misión proporciona también las fuerzas para soportar lo que haga falta. Ninguna situación tiene secretos para mí (12), lit. "estoy iniciado en todo y a todo" (10-14). Desde que empecé la misión (15), lit. "en el principio del evangelio", es decir de su actividad evangelizadora en Grecia. Se hizo cargo... haber (15), lit. "participó en cuenta de debe y haber" (15-17). El amor de obra es lo que agrada a Dios y toma el lugar de los antiguos sacrificios (18). Dios responde con su generosidad a la generosidad con los otros (19). 


1Aleluya. Dichoso el que respeta al Señor

y es entusiasta de sus mandatos. 
2Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia de los rectos será bendita. 
5Dichoso el hombre que se apiada y presta
y administra rectamente sus asuntos:
6porque no vacilará jamás
y será perpetuo el recuerdo del honrado. 
8Su ánimo está firme, sin temer,
hasta ver derrotados a sus enemigos.
9Reparte limosna a los pobres,
su justicia se afirma siempre.
alzará el cuerno con honor*.
Explicación.
112,1 a Recoge en parte 111,10a, como programa de vida.

112,1 b Y en paralelo riguroso, el cumplimiento de los mandamientos: véase Eclo 2,9.15.
112,2ab "Poderoso": a la luz de Gn 27,29; Jr 9,2. La "descendencia" como grupo definido: círculo, corporación.
112,5a Eso sí, de la compasión divina aprende el hombre a compadecerse y prestar, aun a fondo perdido: Dt 15,1-11; Prov 11,24.

112,5b "Asunto": otros traducen "mantiene su palabra".
112,6ab "No vacilará" es corriente en el salterio; también Prov 10,30; 12,3. El "recuerdo": Prov 10,7.
112,7b-8b Amplifican el tema de la seguridad, bsada en la confianza en el Señor.

112,9a Véase Prov 11,24.
112,9c Véase Sal 75 con comentario. * O: la frente con dignidad.
Transposición cristiana.

 En su billete para promover la colecta a favor de los cristianos necesitados de Jerusalén, Pablo cita los versos 9ab: léase 2 Cor 9,6-10. Para la imitación de Dios: Mt 5,48.


Evangelio: Lucas 16:9-15

9 Ahora os digo yo: Haceos amigos con el injusto dinero, para que, cuando se acabe, os reciban en las moradas definitivas.
10 Quien es de fiar en lo de nada, también es de fiar en lo importante; quien no es honrado en lo de nada, tampoco es honrado en lo importante.
11 Por eso, si no habéis sido de fiar con el injusto dinero, ¿quién os va a confiar lo que vale de veras?
12 Si no habéis sido de fiar en lo ajeno, lo vuestro, ¿quién os lo va a entregar?
13 Ningún criado puede estar al servicio de dos amos: porque o aborrecerá a uno y querrá al otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.
14 Oyeron todo esto los fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de él.
15 Jesús les dijo:
- Vosotros sois los que os las dais de intachables ante la gente, pero Dios os conoce por dentro, y ese encumbrase entre los hombres le repugna a Dios.

EXPLICACIÓN.

Aplicación de la parábola a los discípulos (9), cf. 12,33; 14,33. Lo de nada (10), el dinero; no sólo es trivial e irreal, no es además cosa propia del hombre (12: lo ajeno). Lo propio del hombre es el Espíritu, don del Padre (11,13); para recibirlo se requiere el desprendimiento (11,33-36). El Espíritu lleva al don de sí mismo; quien no está avezado a dar (12,33) no podrá responder a él (11s). Colofón: el amor al dinero, una idolatría. Hay que optar entre los dos señores: no hay término medio (13).

Los que sirven al dinero y, por tanto, no pueden estar al servicio de Dios (14, cf. 14,13). Jesús pone al descubierto la realidad de los fariseos, escondida tras la apariencia que muestran ante la gente, y su orgullo (15).


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Eclesiástico 39.6-10

6Si el Señor lo quiere,
él se llenará de espíritu de inteligencia; 
Dios le hará derramar sabias palabras,
y él confesará al Señor en su oración; 
7Dios guiará sus consejos prudentes,
y él meditará sus misterios;
8Dios le comunicará su doctrina y enseñanza, 
y él se gloriará de la Ley del Altísimo.
9Muchos alabarán su inteligencia, que no perecerá jamás;
nunca faltará su recuerdo, y su fama vivirá por generaciones; 
10la gente comentará su sabiduría

y la asamblea pronunciará su elogio; 

Explicación.

39,6-8 Empareja artificiosamente el don de Dios y la actividad del maestro. Espíritu de inteligencia: don carismático como en Is 11,2. 

39,9-11 Su enseñanza le sobrevive y con ella, la fama perdurable. Consuelo que serena a quien no espera otra vida.

Salmo. 37,3-6.30-31


3 Confía en el Señor y haz el bien,
habita una tierra y cultiva la fidelidad;
4 sea el Señor tu delicia
y te dará lo que pide tu corazón.

5 Encomienda al Señor tu camino,
confía en él, que él actuará;
6 hará salir tu justicia como la aurora,
tu derecho como el mediodía.


30 La boca del honrado medita la sensatez,
su lengua pronucia el derecho,
31 lleva en el corazón la ley de su Dios:
sus pasos no vacilarán.


Explicación.


37,3-4 Dos imperativos enuncian la relación con Dios. Confianza es genérico; en cambio "delicia" expresa una experiencia íntima: Job 22,26; Is 58,14. Dios responde a la confianza otorgando la petición. Aunque todavía no posean un terreno, deben "habitar", permanecer, no exiliarse, como los de Jr 39,10; su "cultivo" será por ahora la fidelidad al Señor.

37,6-7 "Encomienda"; es hacer girar algo para que pase a otro. "Tu camino": la conducta ética y práctica que piensa seguir. "Actuará"; forma intransitiva de particular eficacia aquí. "Tu derecho" negado y conculcado, lo sacará puntual como el sol y creciente hasta el zénit: cfr. Os 6,5, de modo que todos lo reconozcan: cfr. Is 58,10.


37,30-31 Se pueden leer como lema del salmo: un hombre honrado saddiq medita la sensatez hokma, su lengua expone el derecho mishpat, en el corazón lleva la instrucción tora de su Dios. Su actividad es sapiencial, su tema ético, animado de espíritu religioso. Sobre la ley en el corazón vénase: Is 51,7; Jr 31,33.

Evangelio. Mateo 16,13-19


 13 Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
- ¿Quién dice la gente que es el Hombre?
                14 Contestaron ellos:
- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
                15 Él les preguntó:
                - Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
                16 Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
                - Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
               17 Jesús le respondió:
               - ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! Porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo.
18 Ahora te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esa roca voy a edificar mi comunidad y el poder de la muerte no la derrotará.
19 Te daré las llaves del reino de Dios; así, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
           

EXPLICACIÓN.


Fuera del territorio judío y de la concepción del Mesías nacionalista. El Hombre es el portador del Espíritu de Dios (3,16s), pero la gente lo asimila a personajes del AT. No descubren su novedad (14). Simón Pedro se hace espontáneamente el portavoz del grupo (16); sus palabras son una perfecta profesión de fe cristiana: el Mesías Hijo de Dios, en lugar del Mesías hijo de David de la expectación general; vivo, el que posee la vida y la comunica; también el Hijo es dador de vida y vencedor de la muerte. Bienaventuranza (17). Es el Padre quien comunica el conocimiento de su Hijo. Pedro es uno de la gente sencilla (11,25-27). Esta revelación no es, por tanto, un privilegio suyo, está ofrecida a todos, pero sólo los "sencillos" están en disposición de recibirla. Respuesta de Jesús (18) a la profesión de fe (16: Tú eres; 18: Tú eres). Piedra/Pedro y roca no son equivalentes: la piedra puede lanzarse (2 Mac 1,16; 4,41); la roca es inamovible. En 7,24s, se trataba de la vida del creyente; en este pasaje, de la vida de la comunidad mesiánica. La primera se concebía como una casa, la segunda, como una ciudad (Iglesia, cf. 5,14; 27,53), es decir, como una sociedad humana. En el primer caso, la roca era la conducta según el mensaje de las bienaventuranzas; en el segundo, es la fe/adhesión a Jesús Mesías Hijo de Dios. El que la profese, es "piedra", entra en la construcción de la nueva ciudad. Se presenta el reino de la muerte (18b) como una ciudad enemiga; sus puertas (el lugar más fortificado) representa su poder. Victoria sobre la muerte. Dos imágenes paralelas describen ciertas funciones de los creyentes; representados por Pedro, admiten o rechazan en la nueva comunidad (el reino de Dios) (cf. Is 22,22). Desatar, perdonar los pecados de los que con fe en Jesús (cf. 9,8) se incorporan a la comunidad, cancelar un pasado permitiendo comenzar una vida nueva; atar, imputar el pecado, excluir de la comunidad (cf. 18,15-18). 

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