jueves, noviembre 01, 2018

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 28 DE NOVIEMBRE DEL 2018

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.


Primera Lectura: Apocalipsis 15:1-4

1 Vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se agotó el furor de Dios.
2 Vi también una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla del mar de vidrio estaban de pie los que habían triunfado de la fiera, de su estatua y de la cifra de su nombre;
3 con cítaras que Dios les había dado cantaban el cántico de Moisés el siervo de Dios y el cántico del Cordero diciendo:

- Grandes y admirables son tus obras,
Señor Dios, soberano de todo;
justo y verdadero tu proceder,
rey de las naciones.
4 ¿Quién no te respetará?,
¿quién no dará gloria a tu nombre,
si sólo tú eres snato?
Todas las naciones vendrán
a postrarse ante ti,
porque tus justas sentencias
se han promulgado.

Explicación.

El septenario de los cuencos lleva a término la salvación/liberación: nuevo éxodo (2-4); se prepara el ataque de Dios a la fiera (5-8).

Visión de una señal magnífica (lit. "grande", cf. 12,1.3), es decir, portadora de un mensaje importante y sorprendente: "siete ángeles" que llevan siete plagas (1). Este término recuerda inmediatamente la liberación de Egipto; se trata, pues, de una acción divina que derrumba el poder ejercido por un opresor sobre los que son fieles a Dios. Son las últimas; la liberación entra en su fase final; el mal va a destruirse a sí mismo (se agotó el furor de Dios; cf. nota a 11,15-19).

Segunda visión, en paralelo con la primera: un mar de cristal (cf.4,6), pero esta vez veteado de fuego, símbolo de la prueba. Es una visión anticipada de la liberación que va a efectuarse y muestra la finalidad de las plagas anunciadas. Los liberados son los que han triunfado de la fiera, etc., no por la violencia, sino por la fidelidad y la constancia, sin ceder a la persecución ni a la presión ejercida contra ellos; en la orilla del mar que ya han atravesado (2). 

Lo mismo que Moisés, después de atravesar el Mar Rojo, había entonado el cántico de acción de gracias por la liberación de Egipto (Éx 15), los que no han cedido a la fiera entonan el cántico de su éxodo, agradeciendo su liberación; soberano de todo, el Creador;rey de las naciones, no ya de Israel: universalidad (3). Admiración (¿Quién no te respetará, etc.?). Las calamidades no pretenden aniquilar a las naciones, sino curarlas de su mal, haciéndoles reconocer al verdadero Dios (4).


(Sal 96; Is 40-55) 


1Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
2EI Señor da a conocer su victoria,
revela su justicia a la vista de los pueblos.
3Se acordó de su lealtad y fidelidad
para la Casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
7Retumbe el mar y cuanto contiene,
el orbe y cuantos lo habitan;
8batan palmas los ríos
aclamen juntas las montañas
9delante del Señor, que ya llega,
a regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia,
a los pueblos con rectitud.
Explicación.
98,1 Ap 5,9; 14,3.
98,1-3 Notamos una "victoria" singular y "maravillas" plurales. La explicación está en el "recuerdo" del Señor, el cual ha sido coherente con su modo de proceder, ha mantenido su "lealtad". La acción ha sido a favor de Israel y "justa", la manifestación es universal: Israel es escenario de la actuación de Dios.
98,7-8 También los ruidos de la naturaleza pueden incorporarse a la música: véanse Is 44,23; 49,13; 55,12.
98,9 "Viene": verbo poco frecuente predicado en sentido positivo de Dios; particularmente próximo es Is 40,5.10. El verbo tiene en primer lugar un significado espacial; en hebreo adquiere también un sentido temporal: el por-venir, el tiempo venidero, el año que viene. Este significado añadido abre el salmo a una proyección escatológica.
Transposición cristiana.

El tema del "venir" se realiza en el "adviento", en el Mesías "que ha de venir"; doble adviento, histórico y escatológico; ambos celebrados en nuestro adviento litúrgico. El segundo tema es el reinado, dominante en el NT: universal y justo. Al "cántico nuevo" se refiere Ap 5,9s.
Evangelio: Lucas 21:12-19

12 Pero antes de todo eso os perseguirán y os echarán mano, para entregaros a las sinagogas y cárceles y conduciros ante reyes y gobernadores por causa mía.
13 Tendréis en eso una prueba.
14 Ahora, haced el propósito de no preocuparos por vuestra defensa,
15 porque yo os daré palabras tan acertadas que ninguno de vuestros adversarios podrá haceros frente o contradeciros.
16 Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos, os entregarán y os harán morir a algunos.
17 Seréis odiados de todos por razón de mi persona,
18 pero no perderéis ni un pelo de la cabeza.
19 Con vuestra constancia conseguiréis la vida.

Explicación.

Pero, lo mismo que el rechazo de "el Hombre" había de proceder a la destrucción de Jerusalén, también los discípulos serán perseguidos de parte de los poderes judíos y paganos. Esto los confirmará en la verdad de su postura (cf. 6,22) (12s).

No preparar ninguna defensa, lo que equivaldría a reconocer la legitimidad del tribunal, sino esperar las palabras eficaces que se les inspiren (14s, cf. 12,11s). Serán sus connacionales judíos los que más se ensañen con ellos, pues el mensaje universalista del Reino anula el privilegio de Israel (16s). Confianza (cf. 12,7) (18). Lo importante es no cejar ante esa oposición a muerte por parte de la sociedad. La constancia garantiza la vida, como producía el fruto (8,15) (19).


2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Eclesiático 45,1-5

1 Amado de Dios y de los hombres, 
Moisés ¡Bendita su memoria!: 
2le dio gloria como de un dios,
lo hizo poderoso entre los grandes; 
3a su palabra se precipitaban los signos, 
lo mostró poderoso ante el rey,
le dio mandamientos para su pueblo y le mostró su gloria; 
4por su fidelidad y humildad
lo escogió entre todos los hombres, 
5le hizo escuchar su voz
y lo introdujo en la nube espesa; 
puso en su mano los mandamientos, 
ley de vida y de inteligencia,
para que enseñase los preceptos a Jacob, 
sus leyes y decretos a Israel. 

Explicación.

45,1-5 Un verso quiere afirmar la continuidad. Moisés ante el Faraón, como un dios 
en realizar prodigios; la aparición en el Sinaí y su misión al pueblo escogido; la entrega de 
la ley como don precioso para el pueblo.

Salmo. 16,1-2.5-8.11


1 ¡Guárdame, Dios, que me refugio en ti!
2 Declaro:
al Señor,
Tú eres mi dueño,
no tengo bien fuera de ti.


5 El Señor es la porción de mi lote y de mi copa;
tú controlas mi suerte:
6 me ha tocado una parcela apacible,
es espléndida mi heredad.

7 Bendigo al Señor que me aconseja,
aun de noche me instruyen mis entrañas.
8 Pongo siempre al Señor ante mí,
con él a mi derecha no vacilaré.


11 me enseñarás un camino de vida,
me colmarás de gozo en tu presencia,
de delicias perpetuas a tu diestra.


Explicación.


16,1 El comienzo es una variante de comienzo convencional. Se dirige al Dios supremo, ´el, como "guardián": cfr.. Sal 121.

16,2 El femenino "bien" aplicado al Señor es excepcional; puede estar inducido por el tema de la tierra; cfr. Sal 65,12; 68,11. Otros leen pregunta retórica así: "mi dicha ¿no está en ti?".



16,5 En el reparto de la tierra los levitas no reciben un lote, pues deben vivir del templo: Nm 18,20s; Dt 10,9; 18,1.
Este verso pesa mucho en la reconstrucción del comienzo.

16,7 El Señor es mi consejero personal. A su consejo reacciona la intimidad más honda, "los riñones" como sede de pasiones, como zona semiconsciente que el Señor sondea e ilumina. Es fórmula excepcional.

16,8 También excepcional por el verbo tan escogido y por ser el orante sujeto: la presencia de Dios se hace constante en la conciencia. Véase en contraste Ez 14,3. "Vacilar": en el supuesto, sacerdotal, o en la posición, vital.



16,11 Aunque bien establecido, se encuentra en camino: vivir es progresar hacia un término positivo: gozo, saciedad, delicias sin fin. Moisés pidió al Señor que le mostrara el camino, y el Señor accedió (Éx 33,13); pidió ver su gloria, y el Señor le enseño su bondad, no su rostro (Éx 33,18-20). El orante del salmo comienza con la "bondad"; al final Dios le enseña el camino y muestra su rostro. Más allá no queda nada.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Aplican el salmo a Cristo resucitado. Hch 2,24 y 13,34. Pronunciado por Cristo, con variedad de aplicaciones, puede ser pronunciado por el cristiano con la esperanza segura de su resurrección.


Evangelio. Lucas 10,1-9


1 Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".


Explicación.


Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta, mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el paganismo (en Mt y Mc, Galilea).

Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2). Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos). No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4). Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad, figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf. 9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos: integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).

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