Primera Lectura: Jeremías 23,1-6
1¡Ay de los pastores que dispersan y extravían
las ovejas de mi rebaño –oráculo del Señor-.
2Pues así dice el Señor, Dios de Israel,
a los pastores que pastorean mi pueblo:
Vosotros dispersasteis mis ovejas,
las expulsasteis, no hicisteis cuenta de ellas;
pues yo os tomaré cuentas
de vuestras malas acciones
-oráculo del Señor-.
3Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas
en todos los países adonde las expulsé,
las volveré a traer a sus pastos,
para que crezcan y se multipliquen.
4Les daré pastores que las pastoreen:
no temerán, ni se espantarán,
ni se perderán –oráculo del Señor-.
5Mirad que llegan días –oráculo del Señor-
en que daré a David un vástago legítimo.
Reinará como rey prudente,
y administrará la justicia
y el derecho en el país;
6en sus días se salvará Judá, Israel habitará en paz,
y le darán el título “Señor, justicia nuestra”.
EXPLICACIÓN.
23,1-4. La representación de los jefes en figura de pastores es imagen tradicional, que en Israel cobró especial vigor por el antecedente de David (Sal 78,70-72). El oráculo presente ha atraído dos adiciones posteriores y sucesivas, que producen el siguiente esquema de la historia de salvación: denuncia –castigo –sustitución –promesa. Esquema semejante al de Is 1,21-26, que es una unidad original. Culpa y castigo se corresponden.
23,1-2. El rebaño no es propiedad de los pastores, sino del Señor, ante el cual son responsables. “Dispersar y extraviar” pueden limitarse a un sentido político y ético; acoplados a “expulsar”, parecen aludir a la deportación; quizá la provocada por Joaquín.
23,3-4. El Señor castiga a los responsables, pero no se desentiende del rebaño. Realiza su tarea en dos tiempos: repatriación y gobierno nuevo. Aquí toma la responsabilidad de la expulsión, “las expulsé”, mostrando que controla los sucesos: como expulsó, puede reunir y repatriar.
23,5-6. Adición en futuro indefinido, expresión de esperanza escatológica. De los pastores salta al futuro rey davídico, objeto y alimento de la esperanza mesiánica. Será “vástago legítimo”, es decir, descendiente y sucesor, no usurpador. Legítimo también por su gobierno justo (2 Sm 23,3-4 testamento de David). Su nombre, que equivaldría a Yehosedeq (cfr. Ag 1,1: Zac 6,11; Esd 3,2), puede aludir polémicamente a Sedecías (el mismo nombre en otro orden), que no administró la justicia. Además, el componente sdq pertenece a la tradición de Jerusalén.
Salmo Responsorial: 23,1-6
Ez 34; Jn 10
1 El Señor es mi pastor: nada me falta.
2 En verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por senderos oportunos
como pide su título.
4 Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo: Tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
5 Me pones delante una mesa
frente a mis enemigos.
Me unges con perfume la cabeza,
mi cabeza rebosa.
6 Tu bondad y lealtad me escoltan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por días sin término.
EXPLICACIÓN.
23. Este salmo es uno de los favoritos del salterio: por la tradición de David pastor y por la culminación en la imagen del Buen Pastor. También por su sencillez y riqueza: en dos imágenes o escenas de conjunto comprime un número inesperado de símbolos elementales. Las imágenes son dos: el pastor en 1-4, el anfitrión en 5-6. El verso central, 4b, se une a lo que precede por la imagen, a lo que sigue por la aparición de la segunda persona.
La imagen del pastor está desarrollada con realismo y concreción, por medio de rasgos breves que evocan la escena. Hay que dejarse conducir por la imaginación, sin espiritualizar: el césped verde con una fuente, para tumbarse, reposar y recobrar fuerzas; las roderas del camino, la cañada al oscurecer, la vara que encamina con un toque y el callado que golpea rítmica y sonoramente el suelo. La imagen suelda dos planos de significado en una arista común, desde la cual se dominan ambas vertientes en mirada simultánea. Lo dicho de las ovejas vale del hombre; lo personal se adelanta a primer plano en el "tú vas conmigo".
La imagen libera varios símbolos, arquetípicos o culturales. La imagen del pastoreo se inscribe en las relaciones del hombre con los animales, dominados y domésticos. El verde aplaca los ojos, revela a la tierra materna y acogedora. El agua quita la sed y suscita energía vital. El caminar es experiencia radical. La oscuridad evoca miedos infantiles y temores no aclarados; en ella se siente con más fuerza la presencia amiga. La potencia simbólica de estos rasgos no se agota en la primera lectura.
La imagen del huésped. En la cultura nomádica es fundamental la hospitalidad. Podemos imaginar un fugitivo de su clan que pide asilo. El jeque lo acoge en su tienda, le ofrece protección, comida y bebida, ungüentos aromáticos. Al observar la escena los enemigos perseguidores se detienen en la puerta o cortina: el jeque lo protege. Cuando ha terminado, el jeque le ofrece una escolta que lo acompañe en el camino hasta casa, que es la casa del Señor. Esta parte añade los símbolos de comer y beber.
Las tradiciones del éxodo nos dan una clave para comprender la unidad de las dos imágenes: el Señor guía a su pueblo por el desierto como a un rebaño, buscándole agua y comida y reposo. Cuando llegan a la tierra prometida, el Señor los recibe como anfitrión en su territorio: Éx 15,13; Sal 68,11; 77,21. Dos veces el poeta interrumpe el descanso con el camino, no lo contrario. ¿Toda la vida en camino o una morada final en el templo? El poema termina con una tensión no resuelta, como si una y otra vez se volviera a empezar.
23,1 Es frecuente la imagen de Dios pastor: Sal 78,52; 80,2; Is 40,10s; Jr 23,4.
23,3 El hebreo shem puede significar nombre, título, fama. Aquí encaja mejor lo segundo.
23,4 "Me sosiegan": el verbo es frecuente en Is II: 40,1; 49,13; 51,3.12.19; 52,9.
23,5 El uso de perfumes en los banquetes está atestiguado abundantemente.
23,6 "Bondad y lealtad" personificados como escolta.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Jn 10,1-18 presenta a Jesús como el bueno o auténtico pastor (Ez 34). La primera carta de Pedro sintetiza en la imagen cristología con eclesiología: 2,25; 5,2-4. A partir de esos datos se puede conducir una reflexión sobre símbolos del salmo y sacramentos.
Segunda Lectura: Efesios 2,13-18
13Ahora, en cambio, gracias al Mesías Jesús, vosotros los que antes estabais lejos estáis cerca por la sangre del Mesías, 14porque él es nuestra paz: él, que de los dos pueblos hizo uno y derribó la barrera divisoria, la hostilidad, 15aboliendo en su vida mortal la ley de los minuciosos preceptos; así, con los dos, creó en sí mismo una humanidad nueva, estableciendo la paz, 16y a ambos, hechos un solo cuerpo, los reconcilió con Dios por medio de la cruz, matando en sí mismo la hostilidad.
17Por eso su venida anunció la paz a los que estabais lejos y la paz a los que estaban cerca (Is 57,19), 18pues gracias a él unos y otros, por un mismo Espíritu, tenemos acceso al Padre.
EXPLICACIÓN.
Jesús Mesías acerca a los paganos y libera a Israel de su privilegio, que era su carga; se concretaba en la Ley, causa de división racial, religiosa y cultural, que aislaba a Israel en un intransigente particularismo. La muerte del Mesías a manos de la Ley sella el fin de ésta; cesa la hostilidad que ella causaba. La nueva humanidad, liberada de la Ley, barrera divisoria, integra a todos los pueblos y, unida, puede reconciliarse con Dios. El Espíritu, vínculo de unión entre los hombre y de éstos con el padre (13-18).
Evangelio: Marcos 6,30-34
Vuelta de la misión
(Lc 9,10)
30Los enviados se congregaron donde estaba Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y todo lo que habían enseñado. 31Él les dijo:
-Venid vosotros solos aparte, a un lugar despoblado, y descansad un poco.
Es que eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
32y se marcharon en la barca, aparte, a un lugar despoblado.
(Mt 14,13-14; Lc 9,11)
33Los vieron marcharse y muchos los reconocieron; entonces, desde todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar ·0 una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
EXPLICACIÓN.
(6,30-32): Los enviados han ejercido en la misión una actividad (enseñar = proponer e! mensaje tomando pie de! AT) que Jesús no les había encomendado. Él «enseña» solamente a público judío (1,21 b; 2,13; 4,1; 6,2; 9,31, etc.), no cuando habla a grupos en los que hay quienes no proceden de la institución judía (8,34; 9,35ss, etc.). En la misión universal debían proclamar la buena noticia, pero sin mezclar categorías judías (d. 4,35-5,1). El término aparte (31) indica que Jesús pretende subsanar la incomprensión de los discípulos (cf 4,34).
(6,33-34): Situación de Israel. La gente no va detrás de Jesús, sino del grupo entero; quiere decir que han conocido también la actividad de los discípulos en la misión reciente (33). Conmovido, d. 1,41; Jesús renuncia a la instrucción particular a sus discípulos para ocuparse de la multitud.Como ovejas sin pastor, d. Ez 34,8.31, abandonados por los dirigentes, sin un sentido para su vida. La situación de este pueblo equivale a la de muerte de la hija de Jairo. La enseñanza, ahora sin parábolas, propone la posibilidad de una alternativa (34).
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