Primera Lectura: Eclesiástico 6,5-17.
Amigos (Eclo 9,10; 12,8-18; 22,19-26; 37,1-6)
5Una voz suave aumenta los amigos,
unos labios amables, los saludos.
6Sean muchos los que te saludan,
pero confidente, uno entre mil;
7si adquieres un amigo, haz lo con tiento,
no te fíes enseguida de él;
8porque hay amigos de un momento
que no duran en tiempo de peligro;
9hay amigos que se vuelven enemigos
y te afrentan descubriendo tus riñas;
10hay amigos que acompañan en la mesa
y no aparecen a la hora de la desgracia;
11cuando te va bien, están contigo;
cuando te va mal, huyen de ti;
12Si te alcanza la desgracia, te dan la espalda
y se esconden de tu vista.
13Apártate de tu enemigo
y sé cauto con tu amigo.
14EI amigo fiel es refugio seguro;
quien lo encuentra, encuentra un tesoro;
15un amigo fiel no tiene precio
ni se puede pagar su valor;
16un amigo fiel es un talismán:
quien respeta a Dios lo consigue;
17su camarada será como él
y sus acciones como su título.
Explicación.
6,5 Empieza en estilo proverbial, apoyado en la experiencia. "Saludar" es en hebreo desear paz o prosperidad.
6,6 Compárese con el nuestro: "Muchos amigos en general y uno en especial"
6,8-10 El amigo inconstante o interesado. Nuestro refrán dice: "No hay amigo para amigo: las cañas se vuelven lanzas". Léanse las quejas de Sal 41,10; 55,13-15, y Prov 19,4.7.
6,13 Véase Jr 9,3.
6,14-17 La figura del amigo fiel está realzada por el contraste. Es tesoro que alcanzan los que respetan al Señor. Así se vincula la instrucción particular con un tema general del libro. Quizá piense el autor en el ejemplo clásico de David y Jonatán. El autor vuelve sobre el tema en 9,10; 22,19-26; 27,22-24; 37,1-6. Véase también Prov 17,17.
6,17 Es decir, el amigo actúa como exige el título de amigo, no como el falso, que merece el título de "enemigo".
Salmo: 119,12.16.18.27.34-35.
12iBendito eres, Señor!,
enséñame tus normas.
16Tus órdenes son mi delicia:
no me olvido de tu palabra.
18Despeja mis ojos y contemplaré
las maravillas de tu ley.
27Instrúyeme en la dirección de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.
34Enséñame a cumplir tu voluntad
y a observarla de todo corazón.
35Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque la quiero.
Explicación.
119,9-16 Juntando los versos 1 0.11.13. 14, obtenemos la serie "corazón, labios, camino = conducta", como nuestro de pensamiento, palabra y obra. Los versos 14 y 16 expresan el gozo: el orante no siente la ley como traba o peso.
119,17 -24 Disminuyen los enunciados y se adensa la súplica. El orante es "siervo": súbdito de un señor, vasallo de un soberano. Asoma un grupo hostil, que turba la placidez monótona: son "arrogantes", "nobles" o autoridades, que "murmuran" contra el orante cubriéndolo de "ultrajes" y desprecios. La expresión corriente "no me ocultes tu rostro" se convierte en "no me ocultes tus mandamientos". Al final los "decretos" se personifican para actuar como consejeros: carácter no coercitivo de la ley 25-32.
119,25-32 "Pegado al polvo" es estar a la muerte (Sal 44,26); el Señor lo hará "revivir". Dt suele decir "pegado I adherido a Dios"; aquí se adhiere a los preceptos. Contar a Dios nuestras andanzas o "caminos" es una bella forma de oración: Dios tiene paciencia para escuchar. "Confórtame": otra función atractiva de la ley.
119,33-40 Al llegar a la letra H, el autor recurre a formas verbales en hifil, factitivas. Así resulta que no es el hombre quien comprende, sino Dios quien le hace comprender. El sustantivo lora (que traducimos por ley) se transforma en "instrúyeme"; el caminar en "encamíname", inclinarse en "inclinar", apartarse en "apartar". El hombre suplica, Dios actúa. Sobresale quizá el "inclinar el corazón", contrarrestando las malas inclinaciones del hombre.
Transposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".
Evangelio: Marcos 10,1-12.
(Mt 19,1-12)
10 1De allí se marchó al territorio de Judea al otro lado del Jordán, y otra vez multitudes de gente se le fueron reuniendo por el camino. Según su costumbre, también esta vez se puso a enseñarles.
2Se acercaron unos fariseos y, con intención de tentarlo, le preguntaron si está permitido al marido repudiar a su mujer. 3Él les replicó:
-¿Qué os mandó Moisés?
"Contestaron:
-Moisés permitió repudiarla, dándole un acta de divorcio.
5Jesús les dijo:
-Por lo obstinados que sois os dejó escrito Moisés ese mandamiento. 6Pero, desde el principio de la humanidad Dios los hizo varón y hembra; por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y serán los dos un solo ser; de modo que ya no son dos, sino un solo ser. "Luego lo que Dios ha unido, que no lo separe un hombre.
10En la casa, los discípulos le preguntaron a su vez sobre lo mismo. 11 El les dijo:
-El que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.
EXPLICACIÓN.
1-12. Centro de la sección: La obstinación, pecado fariseo y del pueblo. Continúa el viaje hacia Jerusalén. Jesús enseña a las multitudes judías (cf. 1,22; 2,13; 4,1; 6,34) (1). Los fariseos, en papel de Satanás (tentarlo, cf. 1,13; 8,11.33). Ahora se trata del dominio del hombre sobre la mujer, que refleja, en la esfera doméstica, la opresión ejercida por la clase dirigente (2). Cediendo a la obstinación del pueblo, Moisés fue infiel al designio creador. El pecado de los fariseos es el mismo del pueblo, pues Moisés no escribió para ellos, sino para éste (3-5). El ideal del matrimonio, basado en la creación: un amor superior al de los padres lleva a constituir un solo ser, es decir, realiza una identificación que excluye el dominio. (En v. 7, excelentes mss. omiten «se unirá a su mujer-.) (6-8). No valen leyes humanas que destruyan esa igualdad (9). En la casa/comunidad, nueva incomprensión de los discípulos (cf. 7,17; 9,28): no entienden la paridad del hombre y de la mujer (10). Igualdad de ambos sexos (11-12).
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