PRIMERA LECTURA. Hebreos 12,4-7, 11-15.
4Aún no habéis resistido hasta la sangre en vuestra lucha contra el pecado; 5además habéis echado en olvido la recomendación que os dirigen como a hijos: "Hijo mío, no tengas en poco que el Señor te eduque, ni te desanimes cuando te reprende; 6porque el Señor educa a los que ama y da azotes a los hijos que reconoce por suyos" (Prov 3,11-12 LXX). 7Lo que soportáis os educa, Dios os trata como a hijos; y 11En el momento ninguna correción resulta agradable, sino molesta; pero después, a los que se han dejado entrenar por ella, los resarce con un fruto apacible de honradez. 12Por eso fortaleced los brazos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, 13plantad los pies en sendas llanas (Is 35,3) para que la pierna coja no se disloque, sino se cure.
14Esmeraos en tener paz con todos y en vivir consagrados, sin lo cual nadie verá al Señor. 15Velad porque nadie quede excluido del favor de Dios, porque no retoñe ninguna raíz venenosa y dañe contagiando a la multitud,
Explicación.
El autor apela a un texto sapiencial hebreo (Prov 3,11s LXX) para mostrar la necesidad de ser educados por Dios; él educa en la adversidad (4-8) y sabe cómo hacerlo (9-10). Fruto de la prueba (11). Ánimo para continuar la vida cristiana (Is 35,3), en la que algunos ya vacilan (la pierna coja) (12-13).
Después de haber mostrado la necesidad de la constancia, expone lo que hay que hacer como cristianos: actitud hacia los demás, la paz; actitud consigo mismo, la del consagrado a Dios (14). Evitar a tiempo las desviaciones, que pueden ser contagiosas (15).
SALMO. 103,1-2, 13-14,17-18.
(Eclo 18,8-14)
1Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi interior,
a su santo nombre.
2Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
13Como un padre se enternece con sus hijos,
así se enternece el Señor con sus fieles.
14Pues él conoce nuestra condición
y se acuerda de que somos barro.
17pero la misericordia del Señor con sus fieles
dura desde siempre hasta siempre;
su justicia pasa de hijos a nietos,
18para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales.
103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.
103, 14 Términos de alfarería. Nadie como el alfarero conoce el material empleado y el modelado impreso (Gn 6,5). Nuestra fragilidad de cerámica es nuestra mayor ventaja, porque nuestro alfarero es nuestro padre. Léase el desarrollo paralelo de Eclo 18,8-14.
103,17 -18 La "misericordia" parece limitarse a la comunidad de los fieles, se desplaza hacia la lealtad debida a la "alianza"; la "justicia" es exigencia de observancia. Entonces, ¿es una misericordia condicionada? Cabe otra explicación: que, una vez perdonados, se enmienden y cumplan los mandamientos; lo contrario sería presunción: Eclo 5,4-6. La misericordia y el perdón no son carta blanca para el delito.
Transposición cristiana.
Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.
EVANGELIO. Marcos 6,1-6.
(Mt 13,53-58; Lc 4,16-30)
1bFue a su tierra, seguido de sus discípulos. 2Cuando llegó el día de precepto se puso a enseñar en la sinagoga; la mayoría, al oírlo, se decía impresionada:
-¿De dónde le vienen a éste esas cosas? ¿Qué clase de saber le han comunicado a éste, y qué portentos son esos que le salen de las manos? 3¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón? y ¿no están sus hermanas aquí con nosotros? y se escandalizaban de él.
4Jesús les dijo:
-Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian a un profeta.
No le fue posible de ningún modo actuar allí con fuerza; sólo curó a unos pocos enfermos aplicándoles las manos. 6y estaba sorprendido de su falta de fe.
Entonces fue dando una vuelta por las aldeas de alrededor, enseñando.
EXPLICACIÓN.
1b-6. Colofón de la segunda sección: No se nombra a Nazaret, porque su tierra/su patria es el pueblo judío (1b). La escena tipifica la actitud hacia Jesús de la mayoría del pueblo, identificado con la postura de los letrados (3,22). Nadie acude a Jesús a su llegada: rechazo. Primer contacto, el día de precepto, en que tienen que ir a la sinagoga. Están impresionados por su enseñanza, pero no reconocen que su autoridad sea la del Espíritu (cf 1,22). No pronuncian su nombre, sólo pronombres despectivos para él y su actividad (éste, eso). Si su autoridad no es de Dios, no puede ser más que del demonio (d. 3,22: agente de Belcebú); por eso dan sentido peyorativo a su saber (magia) y lo mismo a su actividad (no «hace» prodigios, le salen, como instrumento de otro). Hijo de María, indigno de llamarse hijo de un padre. Rechazo total (cf. 3,31ss: «madre y hermanos»), Jesús se presenta como profeta, es decir, como inspirado por el Espíritu de Dios, desmintiendo la acusación de magia (4). La falta de fe impide su actividad. En lugares periféricos sí escuchan su enseñanza (5-6).
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