PRIMERA LECTURA. Eclesiástico 4,11-19.
Explicación.
4,17 -19 El
breve discurso se desdobla en una parte positiva y una negativa. La primera describe
el aprendizaje como una marcha por el desierto, tiempo clásico de las pruebas (Ex
16,4; 20,20; Dt 8,2) Y de la revelación divina. La Sabiduría parece desempeñar
la función del "angel del Señor", mediador y guía: Ex 23,23; 32,34. La segunda parte recoge términos de la predicación
deuteronómica sobre la ley.
SALMO. 119,165.168.171-172.174-175.
165Mucha paz tienen los que aman tu ley,
nada los hace tropezar.
168Guardo tus preceptos y decretos,
tienes presentes todos mis caminos.
119,161-168 La declaración del v. 164, tomada a la letra, inspiró prácticas de rezo: siete veces al día; superponiendo al ritmo biológico un ritmo espiritual, devocional. Frente a la palabra de Dios siente el orante temor y gozo, en una extraña polaridad. El "amor" es la fuente de la observancia. Una "paz" sin "tropiezos" es el premio de tal amor.
EVANGELIO. Marcos 9,38-40.
40 O sea, que quien no está contra nosotros está a favor nuestro.
Explicación.
(9,38-40): Juan, el autoritario (3,17: «el Trueno»), habla en nombre del grupo, que comparte su actitud (hemos intentado). No toleran que ejerzan la misión quienes no aceptan las categorías del judaísmo (no nos seguía) (38). Como «el chiquillo", también el individuo anónimo representa a los seguidores no israelitas, pero ahora en la actividad, que, fundada sobre el verdadero seguimiento, es liberadora como la de Jesús (d. 3,14-15; 6,7), mientras los discípulos, por su falta de seguimiento, fracasan (9,18.28). Jesús reprueba el intento. Quien libera como si fuera él tiene una adhesión estable a su persona y es un aliado (39-40).
11La sabiduría
instruye a sus hijos,
estimula a los que la comprenden.
12Los que la aman, aman la vida;
estimula a los que la comprenden.
12Los que la aman, aman la vida;
los que la buscan,
alcanzan el favor del Señor;
13los que la retienen consiguen gloria del Señor,
acamparán con la bendición de Dios;
13los que la retienen consiguen gloria del Señor,
acamparán con la bendición de Dios;
14los que la
sirven, sirven al Santo;
Dios ama a los
que la aman.
15Quien me escucha
juzgará rectamente,
quien me hace caso
habitará en mis atrios;
17disimulada caminaré con él,
17disimulada caminaré con él,
comenzaré probándolo
con tentaciones;
cuando su corazón se entregue a mí,
18volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos;
cuando su corazón se entregue a mí,
18volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos;
19pero si se desvía,
lo rechazaré y lo castigaré con la cárcel;
si se aparta de
mí, lo arrojaré y lo entregaré a los salteadores. Explicación.
4,11-19 Después
de haber hablado, el maestro cede la palabra a la Sensatez personificada, que
pronuncia aquí su primer discurso en el libro; imita Prov cap. 3, 8 y 9. Por delante
va una doble introducción.
4,11 "Hijos"
de la Sabiduría son sus discípulos: cfr. Mt 11,19. Su enseñanza no es puramente
teórica, sino que incita y exhorta.
4,12-14 Todavía
habla el maestro (la versión griega lo pone en primera persona, en boca de la
Sabiduría). Los tres versos señalan los pasos del aprendizaje: comienza el amor
e interés (Sab 7,10), sigue la búsqueda con éxito, después viene la constancia
(Prov 3,18) y así se llega al servicio estable. Éste tiene algo de sacerdotal, Dios toma como hecho a sí lo que se hace por la
Sabiduría (Sab 7,28). El último
hemistiquio según el texto griego. Este amor a la sabiduría suena muy parecido
al griego philo-sophia, sólo que el traductor usa el verbo agapao.
4,15 Aquí
empieza su breve discurso, prometiendo el resultado final. Si tomamos como
complementarios los dos hemistiquios, habla de juzgar en un tribunal sagrado. El
v. 16 no existe en el texto hebreo.
SALMO. 119,165.168.171-172.174-175.
165Mucha paz tienen los que aman tu ley,
nada los hace tropezar.
168Guardo tus preceptos y decretos,
tienes presentes todos mis caminos.
171De
mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus normas.
porque me enseñaste tus normas.
172Entona
mi lengua tu promesa
porque
todos tus mandatos son legítimos.
174Ansío
tu salvación, Señor,
tu
voluntad es mi delicia.
175Viva
mi alma para alabarte;
tu
mandamiento me auxiliará.
Explicación.
119,161-168 La declaración del v. 164, tomada a la letra, inspiró prácticas de rezo: siete veces al día; superponiendo al ritmo biológico un ritmo espiritual, devocional. Frente a la palabra de Dios siente el orante temor y gozo, en una extraña polaridad. El "amor" es la fuente de la observancia. Una "paz" sin "tropiezos" es el premio de tal amor.
119,168-176
La última
estrofa tiene algo de recapitulación, no mucho: clamor y súplica y alabanza. Pide
a Dios: enseñanza, liberación, salvación, auxilio, vida; todo ello vinculado a
la observancia de la ley. El último verso es inesperado. Trae el tema, ya tratado,
del camino y evoca la conocida imagen pastoril. Ahora bien, después de tantas
protestas de observancia y amor y celo y cumplimiento, ¿cómo es que se siente
"oveja extraviada" que el Señor debe "buscar" y encaminar?
Con un acto de súplica humilde concluye el orante su largo salmo y, al proseguir
su camino, lo acompaña el recuerdo: "no olvido tus mandatos".
Trasposición
cristiana.
Muchos
títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son
atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto,
donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los
relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida
de Cristo. La
lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia
como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y
vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña
"el camino auténtico de la vida". EVANGELIO. Marcos 9,38-40.
Exclusivismo de los Doce (Lc 9,49-50)
38Juan le dijo:
-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y hemos intentado impedírselo, porque no nos seguía.
39Pero Jesús le replicó:
-No se lo impidáis, pues nadie que actúa con fuerza como si fuera yo mismo puede al momento renegar de mí. 40 O sea, que quien no está contra nosotros está a favor nuestro.
Explicación.
(9,38-40): Juan, el autoritario (3,17: «el Trueno»), habla en nombre del grupo, que comparte su actitud (hemos intentado). No toleran que ejerzan la misión quienes no aceptan las categorías del judaísmo (no nos seguía) (38). Como «el chiquillo", también el individuo anónimo representa a los seguidores no israelitas, pero ahora en la actividad, que, fundada sobre el verdadero seguimiento, es liberadora como la de Jesús (d. 3,14-15; 6,7), mientras los discípulos, por su falta de seguimiento, fracasan (9,18.28). Jesús reprueba el intento. Quien libera como si fuera él tiene una adhesión estable a su persona y es un aliado (39-40).
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