martes, agosto 02, 2011

Sábado 6 de agosto del 2011. Mt 17,1-9.

1 Seis días después se llevó Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y subió con ellos a un monte alto y apartado.
2 Allí se transfiguró delante de ellos: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron esplendentes como la luz.
3 De pronto se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
4 Intervino Pedro y le dijo a Jesús:
- Señor, viene muy bien que estemos aquí nosotros; si quieres, hago aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y dijo una voz desde la nube:
- Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi favor. Escuchadlo.
6 Al oírla cayeron los discípulos de bruces, aterrados.
7 Jesús se acercó y los tocó diciéndoles:
- Levantaos, no tengáis miedo.
8 Alzaron los ojos y no vieron más que al Jesús de antes, solo.
9 Mientras bajaban del monte, Jesús les mandó:
- No contéis a nadie la visión hasta que el Hombre resucite de la muerte.


EXPLICACIÓN.

Esta escena pretende mostrar a los tres discípulos más destacados que el destino del Mesías antes enunciado (16,21) es "la idea de Dios" (16,23). Jesús les demuestra la realidad y calidad de la vida que supera la muerte. Monte alto, manifestación divina excepcional; como el sol, (cf. 13,43); el blanco, color de la gloria divina. Moisés y Elías conversan con Jesús (3): alusión a Éx 34,45. El AT (Ley y Profetas), subordinado a Jesús, el Hombre, ha de interpretarse a partir de él. Propuesta de Pedro (4), que enlaza con la fiesta de las Chozas, de marcado carácter mesiánico nacionalista; pone a Moisés y Elías en el mismo plano de Jesús (tres tiendas); el Mesías debe integrarse en las categorías del AT. La nube (5), símbolo de la presencia divina (Éx 13,21; Nm 9,15; 2 Mac 2,8). La voz repite las palabras del bautismo (3,17) y señala la unicidad de Jesús; ningún personaje del AT puede compararse con él. Escuchadlo a él (cf. Dt 18,15). El AT queda relativizado. Miedo de los discípulos (cf. Dn 8,17) ante la teofanía (Is 6,5; Dn 10,15.19). Jesús los toca como a los enfermos y a los muertos (8,3.15; 9,25-29); están en la misma situación que el antiguo Israel. Comunicar la visión mal entendida (4) induciría al error sobre el mesianismo de Jesús (9).

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