miércoles, septiembre 30, 2020

LECTURAS DEL SÁBADO 24 DE OCTUBRE DEL 2020

 Primera Lectura. Efesios 4,7-16.

   7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio. 8Por eso dice la Escritura:

               Subió a lo alto llevando cautivos,
               dio dones a los hombres (Sal 67,19).

             9¿Qué significa ese "subió" sino que también ha bajado a esta tierra inferior? 10El que ha bajado es aquel que había subido por encima de los cielos para llenar el universo.
             11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.
             14Así ya no seremos niños, zarandeados y a la deriva por cualquier ventolera de doctrina, a merced de individuos tramposos, consumados en las estratagemas del error. 15En vez de eso, siendo auténticos en el amor, crezcamos en todo aspecto hacia aquel que es la cabeza, Cristo. 16De él viene que el cuerpo entero, compacto y trabado por todas las junturas que lo alimentan, con la actividad peculiar de cada una de las partes, vaya creciendo como cuerpo, construyéndose él mismo por el amor.

EXPLICACIÓN.

Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).

             Por eso dice la Escritura, lit. Por eso dice; se suple el sujeto obvio (cf. Rom 15,9.10; Gál 3,16) (8). La cita de Sal 67,19 modifica el original en el segundo verso (hebr., LXX: "te dieron tributo de hombres"), siguiendo, al parecer, el Targum de los Salmos, donde es Moisés, quien, después de haber subido al monte, baja hasta el pueblo con la Ley. De este modo, la cita y el comentario del autor (9-10) describen de modo figurado el don del Espíritu, diversificado en dones diversos, por parte de Jesús victorioso y exaltado, de nuevo presente en la comunidad (cf. 3,17).

             Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13). Resultado de la madurez en la unidad es la firmeza en las propias convicciones (14). El amor fraterno, factor de crecimiento para la nueva humanidad (15-16).

Salmo. 122,1-5.

1iQué alegría cuando me dijeron
«Vamos a la casa del Señor».
2Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
3¡Jerusalén!, construida como ciudad
bien unida y compacta,
4adonde suben las tribus,
las tribus del Señor;
según la costumbre de Israel,
a dar gracias al nombre del Señor.
5Allí reside el tribunal de justicia,
el tribunal del palacio de David. 

Explicación.

122,1-2 Concentra los dos momentos extremos de la romería: el anuncio de la partida y la llegada, saltándose el viaje con su fatiga: cfr. Sal 84.
122,3-5 Predicados de la ciudad. Su trazado, con casas unidas formando calles; el templo donde se unen las tribus para alabar al Señor: cfr. Sal 65,2; la administración central de la justicia en un tribunal supremo. La imagen supone una nación unificada, con un centro religioso y político: ¿refleja una realidad. un recuerdo, una aspiración? Mucho depende de la datación del salmo. 
Transposición cristiana.

Creo que se han de leer sobre el fondo de este canto de peregrinación las palabras de Jesús al avistar la ciudad: Lc 18,41-44. El destino de Jerusalén lo recoge la Iglesia celestial según Ap: tronos 20,4.11-15; belleza 21,11-21; doce (puertas) 21,12-14; no templo 21 ,22s.
Evangelio. Lucas 13,1-9.

1 En aquella ocasión algunos de los presentes le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían.
2 Jesús les contestó:
- ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás, por la suerte que han sufrido?
3 Os digo que no; y, si no os enmendáis, todos vosotros pereceréis también.
4 Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?
5 Os digo que no; y, si no os enmendáis, todo pereceréis también.
6 Y añadió esta parábola:
- Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró.
7 Entonces dijo al viñador:
- Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué, además, va a esquilmar la tierra?
8 Pero el viñador le contestó:
- Señor, déjala todavía este año; entretanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol;
9 si en adelante diera fruto..., si no, la cortas.

EXPLICACIÓN.

Noticias del día. Las explosiones de violencia o los desastres que ocurren no significan el castigo de los culpables, que permitiría tranquilizar la conciencia de los demás. La injusticia que existe en la sociedad es obra de todos y, si cada uno no la corrige en el terreno personal, la sociedad va a la ruina. El primer ejemplo (2s) se refiere a galileos, probablemente nacionalistas exaltados; el segundo (4s), a gente de Jerusalén. Necesidad del cambio de vida.

El desastre anunciado antes ("todos pereceréis también") no puede conjurarse indefinidamente. La viña es figura de Israel (Is 5,1ss; Ez 17,6ss; Sal 80,9). La higuera estéril que impide a la viña dar fruto (esquilmar) representa a la institución religioso-política judía, que va a ser destruida (cf. 20,16). Tres años (7), el plazo definitivo, pero interviene la misericordia: última oportunidad (8). El viñador, figura de Jesús: va a continuar su labor, esperando una respuesta (9). 

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