PRIMERA LECTURA. Sabiduría 8,2-7.16-18 ó 1 Corintios 2,6-13.
SABIDURÍA.
2La quise y la rondé desde muchacho
y la pretendí como esposa, enamorado de su hermosura.
3Su unión con Dios realza su nobleza,
siendo el dueño de todo quien la ama;
4es confidente del saber divino y selecciona sus obras.
5Si la riqueza es un bien apetecible en la vida,
¿quién es más rico que la sabiduría, que lo realiza todo?
6y si es la inteligencia quien lo realiza,
¿quién es artífice de cuanto existe más que ella?
7Si alguien ama la rectitud, las virtudes son fruto de sus afanes;
es maestra de templanza y prudencia, de justicia y fortaleza;
para los hombres no hay en la vida nada más provechoso que esto.
16»Al volver a casa, descansaré a su lado, pues su trato no desazona,
su intimidad no deprime, sino que regocija y alegra.»
17Esto es lo que yo pensaba y sopesaba para mis adentros:
la inmortalidad consiste en emparentar con la sabiduría;
18su amistad es noble deleite;
el trabajo de sus manos, riqueza inagotable;
su trato asiduo, prudencia; conversar con ella, celebridad
entonces me puse a dar vueltas, tratando de llevármela a casa.
Explicación.
8,2 La esposa de la juventud tiene valor especial: Prov 5,18. "Hermosura": es una belleza espiritual, sin contornos, a lo más, algo luminoso y ligero. Pero no desdice de Sal 45,12.
8,3-4 Personificaciones para describir e inculcar el origen divino de la sabiduría. "Unión y amor': véase Prov 8,30, compañía y complacencia. Al mismo pasaje puede aludir el v. 4, sobre los planes y obras de Dios. La palabramystis es muy griega, designa al iniciado en los misterios; la idea tiene ascendencia hebrea, pues Dios tiene su corte celeste: compárese con Is 40,13-14.
8,5-8 Serie de cuatro condicionales, que expresan una totalidad humana. Con tanta enumeración el autor no logra evitar repeticiones; ni lo intenta.
8,5 Ya expuesto en 7,8; véase también Prov 8,18-21.
8,6 Verso es difícil. Doy a phrónesis el sentido de "prudencia humana", y al verso un sentido comparativo, a minore ad maius: si la prudencia humana es capaz de actuar, cuánto más la sabiduría, artífice de cuanto existe.
8,7 La justicia entra en la cuaterna clásica de los filósofos griegos, como una de las cuatro virtudes cardinales. Exceptuando la templanza, las otras pueden mostrar también antecedentes bíblicos (Prov 8,14-15).
8,8 "Experiencia": que tiene también algo de cultura y de saber. Podríamos traducir también: "Si uno pretende ser experto en muchas cosas ... ". "Pasado y futuro": algo así como el Señor según Isaías Segundo; sólo que aquí el futuro se "adivina", se colige. "Dichos y enigmas": actividad literaria típica de los sabios, que desafían el ingenio, esconden y dan claves, alejan y señalan pistas; véase Prov 1,6, Eclo 39,2-3; 1 Re 10.
Los "signos y prodigios" se comprenden fácilmente cuando sucede lo que presagiaban; lo difícil es comprenderlos por adelantado. Quien sabe anticiparse al desenlace tiene una clave para comprender y actuar. ¿Estará pensando el autor en los "apocalipsis", tan de moda en los últimos siglos antes de Cristo?
Daniel era un sabio consejero, que por don divino conocía el futuro y podía orientar al rey, prometiendo o amenazando.
Este verso es una de las claves del libro: el autor ha comenzado desvelando el futuro de justos e injustos en un juicio último; dedicará varios capítulos a contar e interpretar el pasado como serie de juicios históricos entre justos e injustos; él sabe que esos juicios son signos del futuro que él comprende y quiere hacer comprender a los responsables políticos.
8,16 Véanse algunos refranes irónicos sobre la mujer que irrita al marido: Prov 19, 13; 21,9.19; Eclo 26,27.
8,17-18 En la recapitulación el autor se deja llevar de su gusto por la variedad de sinónimos. Por una parte, emparentar (3a), amor (2), trato (16b), compañía (2.9), trabajo (7b); por otro lado, inmortalidad (13), deleite (7,12), riqueza (5a), prudencia (7c), celebridad (10.13). Es como el balance final.
CORINTIOS.
6Con los hombres hechos, sin embargo, exponemos un saber, pero no un saber del mundo este ni de los jefes pasajeros de la historia presente; 7no, exponemos un saber divino y secreto, el saber escondido; 8ese que, conforme al decreto de Dios antes de los siglos, había de ser nuestra gloria, ese que ninguno de los jefes de la historia presente ha llegado a conocer, pues, si lo hubieran descubierto, no habrían crucificado al glorioso Señor.
9Pero, en cambio, aquello que dice la Escritura: "Lo que ojo nunca vio ni oreja oyó ni hombre alguno ha imaginado, lo que Dios ha preparado para los que lo aman" (Is 64,4), nos lo ha revelado Dios a nosotros por medio del Espíritu.
10Porque el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. 11A ver, ¿quién conoce a fondo la manera de ser del hombre si no es el espíritu del hombre que está dentro de él? Pues lo mismo: la manera de ser de Dios nadie la conoce si no es el Espíritu de Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios: así conocemos a fondo los dones que Dios nos ha hecho.
13Eso precisamente exponemos, no con el lenguaje que enseña el saber humano, sino con el que enseña el Espíritu, explicando temas espirituales a hombres de espíritu.
También el cristiano tiene un saber particular, aunque distinto del saber filosófico (saber del mundo este) y de los principios del poder (saber de los jefes, etc.). Pablo distingue dos clases de cristianos: los hombres hechos o cristianos adultos, y los que después llamará los cristianos en la infancia (cf. 3,1) (6). El saber propio del cristiano procede de Dios (7:divino) y no ha sido revelado a los poderosos; el ejercicio del poder impide conocer a Dios (8).
Para describir la sublimidad de este saber se apoya en el texto de Is 64,4; es saber divino porque lo comunica el Espíritu, y consiste en una experiencia personal de la buena noticia, en cuanto ésta pasa a ser vida y salvación. Es la experiencia de la paz con Dios y con los hombres y la del amor de Dios (cf. Rom 5,1-5). Saber y no saber significan conocer la buena noticia como experiencia personal o como mera doctrina aprendida (9).
Era principio admitido que un ser consciente sólo puede ser conocido por una de su misma especie. De ahí que sólo el hombre sepa lo que es el hombre y sólo el Espíritu de Dios conozca quién es Dios (10-11). El cristiano, al recibir ese Espíritu, puede conocer a Dios. Ninguna sabiduría humana podría haberlo capacitado para ello (12). Contenido y modo de la exposición de Pablo (13).
SALMO. 16,5-9.11
5 El Señor es la porción de mi lote y de mi copa;
tú controlas mi suerte:
6 me ha tocado una parcela apacible,
es espléndida mi heredad.
7 Bendigo al Señor que me aconseja,
aun de noche me instruyen mis entrañas.
8 Pongo siempre al Señor ante mí,
con él a mi derecha no vacilaré.
9 Por eso se me alegra el corazón,
siento un gozo entrañable,
aun mi carne habita segura;
11 me enseñarás un camino de vida,
me colmarás de gozo en tu presencia,
de delicias perpetuas a tu diestra.
Explicación.
16,5 En el reparto de la tierra los levitas no reciben un lote, pues deben vivir del templo: Nm 18,20s; Dt 10,9; 18,1.
Este verso pesa mucho en la reconstrucción del comienzo.
16,7 El Señor es mi consejero personal. A su consejo reacciona la intimidad más honda, "los riñones" como sede de pasiones, como zona semiconsciente que el Señor sondea e ilumina. Es fórmula excepcional.
16,8 También excepcional por el verbo tan escogido y por ser el orante sujeto: la presencia de Dios se hace constante en la conciencia. Véase en contraste Ez 14,3. "Vacilar": en el supuesto, sacerdotal, o en la posición, vital.
16,9 kabod puede sustituir a un pronombre enfático de primera persona. Se sospecha que el original decía kabed=hígado, o sea, un gozo visceral. También es expresión única "mi carne habita", pienso que inducida por el tema del reparto de la tierra. Mi carne, tan débil y caduca, se establece con seguridad, por lo que sigue.
16,11 Aunque bien establecido, se encuentra en camino: vivir es progresar hacia un término positivo: gozo, saciedad, delicias sin fin. Moisés pidió al Señor que le mostrara el camino, y el Señor accedió (Éx 33,13); pidió ver su gloria, y el Señor le enseño su bondad, no su rostro (Éx 33,18-20). El orante del salmo comienza con la "bondad"; al final Dios le enseña el camino y muestra su rostro. Más allá no queda nada.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Aplican el salmo a Cristo resucitado. Hch 2,24 y 13,34. Pronunciado por Cristo, con variedad d
EVANGELIO. Mateo 5,13-19.
13 Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se pone sosa, ¿con qué se salará? Ya no sirve más que para tirarla a la calle y que la pisotee la gente.
14 Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte;
15 ni se enciende una lámpara para ponerla en el candelero y que brille para todos los de la casa.
16 Empiece así a brillar vuestra luz ante los hombres; que vean el bien que hacéis y glorifiquen a vuestro Padre del cielo.
17 ¡No penséis que he venido a echar abajo la Ley ni los Profetas! No he venido a echar abajo, sino a dar cumplimiento:
18 porque os aseguro que antes que desaparezca el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma desaparecerá de la Ley antes que todo se realice.
19 Por tanto, el que se exima de uno solo de esos mandamientos mínimos y los enseñe así a los hombres, será llamado mínimo en el reino de Dios; en cambio, el que los cumpla y enseñe, ése será llamado grande en el reino de Dios:
EXPLICACIÓN.
13 - 16. La sal, factor de incorruptibilidad, símbolo de la permanencia de la alianza (Lv 2,13; Nm 18,19; 2 Cr 13,5). La luz, la gloria o esplendor de Dios que había de brillar sobre Jerusalén (Is 60,1-3). Los discípulos son la nueva ciudad santa donde Dios habita (cf.. 27,53). La gloria se manifiesta en su modo de obrar (5,7-9), en el que los hombres reconocen a Dios como Padre.
Deshace un malentendido y previene contra una decepción. Su misión no es echar abajo el AT (la Ley y los Profetas) en cuanto es profecía del reinado de Dios, sino dar cumplimiento a esa promesa (cf. 1,22; 2,15.17.23; 4,14, etc.). La Ley (18), el Pentateuco, tenía por eje el éxodo de Egipto y la entrada en la tierra prometida; esto era figura de la obra del Mesías. El éxodo definitivo se realizará antes que desaparezca el mundo visible (18); comenzará con la muerte de Jesús y quedará abierto para toda la humanidad. De ahí la necesidad de practicar cada una de las bienaventuranzas antes propuestas (esos mandamientos mínimos), que toman el lugar de los mandamientos de la antigua Ley. Será llamado grande/mínimo, según realice o no la condición de hijo de Dios (5,9: serán llamados hijos de Dios).
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