jueves, febrero 01, 2018

LECTURAS DEL MARTES 20 DE FEBRERO DEL 2018.


Primera Lectura. Isaías 55,10-11.

10Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan para comer,
11así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.

Explicación.

55,10-11Entre la cercanía (6) y la lejanía (9) de Dios media su palabra, que baja del cielo para realizar y revelar la salvación. Es como la lluvia: bendición primaria, don activo que desata actividad, riego que fecunda y hace engendrar. Su ritmo no es el de la eficiencia, sino el de la fecundidad. La lluvia pone en movimiento un ciclo: alimento hoy, semilla para la cosecha de mañana.

Salmo. 34,4-7.16-19.

4 Engrandeced conmigo al Señor,
ensalcemos junto su nombre.
5 Consulté al Señor y me respondió
librándome de todas mis ansias.
6 Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se sonrojará.
7 Este pobre clamó y el Señor le escuchó,
lo salvó de todos sus peligros.
16 El Señor dirige los ojos a los justos,
los oídos a sus clamores.
17 El Señor se enfrenta con los que obran mal
para extirpar de la tierra su memoria.
18 Si gritan, el Señor escucha
y los libra de todos los peligros.
19 El Señor está cerca de los atribulados
y salva a los abatidos.

Explicación.

34,4 "Engrandecer" es reconocer la grandeza, como enaltecer es reconocer la sublimidad. Dos dimensiones humanas o cósmicas se proyectan hacia Dios.

34,5 Consulta del hombre y oráculo de respuesta son práctica religiosa común: véase p.ej: el caso de Raquel en Gn 25. La respuesta divina serena, tranquiliza.

34,6 Éste es el verso más importante del salmo. Leo imperativo con versiones antiguas. "Radiante" como Is 60,5; "sonrojarse" o quedar sombrío, como Is 24,23; Jr 15,9 o Miq 3,7. Con vocabulario diverso, creo que la invitación apunta a tres momentos de la vida de Moisés: en la vocación (Éx 3,6), en los encuentros personales con el Señor (Éx 33,8 y 34,29-33), cuando volvía radiante. El privilegio de Moisés se ofrece hoy a cualquiera: quien "contemple" a Dios, en el templo o en la oración, saldrá "radiante", no estará "sombrío" por el fracaso. Se podría tomar este verso como lema de la oración contemplativa.

34,7 Simple secuencia personalizada: clamar - escuchar - salvar.

 34,16-17 Forman una antítesis marcada: honrados/malvados, ojos y oídos /rostro. "Enfrentarse"; o encararse, a la luz de Lv 17,10; Jr 44,11.21. La "memoria" o el apellido: compárese con Sal 109,15.

34,18 Se sobrentiende que el sujeto son los saddiqim, sin que sea necesario explicitarlo. El grito podría ser una reclamación judicial.

34,19 La secuencia hebrea "atribulados y abatidos" nos lleva sin remedio al Sal 51,19; es decir, de lo sapiencial salta el autor a lo penitencial. El hombre alejado por el pecado, puede acercarse por la penitencia.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La primera carta de Pedro cita dos pasos del salmo; el gustar al Señor, vinculado al bautismo (2,2-3); y el bloque sapiencial en 3,10-12 exhortando a la concordia. Heb 6,2 recoge el símbolo del gusto espiritual. Y el tema del quedar radiantes domina el comentario de 2 Cor 3,7-18.  

Evangelio. Mateo 6,7-15.

7 Pero, cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán más caso.
8 No seáis como ellos, que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
9 Vosotros rezad así:

Padre nuestro del cielo
proclámese ese nombre tuyo,
10 llegue tu reinado,
realícese en la tierra tu designio del cielo;
11 nuestro pan del mañana dánoslo hoy
12 y perdónanos nuestras deudas,
que también nosotros
perdonamos a nuestros deudores;
13 y no nos dejes ceder a la tentación,
sino líbranos del Malo.

14 Pues si perdonáis sus culpas a los demás, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
15 Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

EXPLICACIÓN.

La oración (5-14). Tu cuarto, tu puerta, metáforas para designar la interioridad. La palabrería en la oración (7) indica falta de fe. Vuestro Padre sabe lo que os hace falta, la oración dispone a recibirlo.

El Padrenuestro (9-13), modelo de petición. Nueva relación con Dios (Padre), comunitaria. La conducta de este Padre guía la de los discípulos; del cielo, transcendencia e invisibilidad. La primera parte (9s) tiene como centro al Padre (tu nombre, etc.), y pide por la extensión del Reino a la humanidad entera. La segunda (11-13), tiene por centro la comunidad que pide por sí misma.

Proclámese: el nombre designa a la persona según su aspecto característico, aquí a Dios que obra como Padre. Paralelo con 5,16: "glorifiquen los hombres a vuestros Padre del cielo", gracias a la actividad de la comunidad cristiana. Llegue tu reinado: éste se realizará por la opción contra el dinero y la fidelidad a ella (5,3.10). Realícese, etc., que se lleve a efecto el plan de Dios sobre la humanidad. La experiencia de vida impulsa a desear que esa vida se extienda.

Pan del mañana (11), tal es el sentido del término gr. epiousion (aram, mahar, según san Jerónimo). Se pide que la unión y alegría propias de la comunidad final (banquete mesiánico, 8,11) sean un hecho en la comunidad presente. Relación con la eucaristía. Se pide el perdon/amor de Dios (12); la condición es el perdón/amor al prójimo. Los deudores incluyen a enemigos y perseguidores (5,43ss). La tentación, el Malo remiten a la escena del desierto (4,1-11): se pide no actuar sin atender al plan de Dios, no caer en el providencialismo irresponsable y, sobre todo, en la ambición de gloria y poder (5,10: fidelidad). Como para Jesús, esto significaría renunciar a la misión liberadora. Necesidad de perdón (14-15).

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