viernes, diciembre 01, 2017

LECTURAS DEL JUEVES 21 DE DICIEMBRE DEL 2017.

Primera Lectura: Cantar de los Cantares 2,8-14 o Sofonías 3,14-18.

Cantar de los Cantares 2,8-14

Primavera


ELLA             8¡Oíd, que llega mi amado 
                       saltando sobre los montes, 
                       brincando por los collados! 
                       9Es mi amado como un gamo, 
                       es mi amado un cervatillo.
Mirad: se ha parado detrás de la tapia, 
atisba por las ventanas,
mira por las celosías.
                       10Habla mi amado y me dice: 
ÉL                 «¡Levántate, amada mía, 
                       hermosa mía, ven a mí! 
                       11Porque ha pasado el invierno,
las lluvias han cesado y se han ido, 
12brotan flores en la vega,
llega el tiempo de la poda,
el arrullo de la tórtola
se deja oír en los campos; 
13apuntan los frutos en la higuera, 
la viña en flor difunde perfume.
¡ Levántate, amada mía,
hermosa mía, ven a mí!
14Paloma mía que anidas
en los huecos de la peña,
en las grietas del barranco, 
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz,
porque es muy dulce tu voz

                     y es hermosa tu figura». 

Explicación.


2,8-14 La primavera, cuando la vida en torno despierta, como tiempo del amor. Ahora ella se encuentra en casa y le toca a él venir a encontrarla. Antes de entrar espía curioso, quizá receloso. Y la invita a salir al campo, que convida a los amantes con cantos de aves y aromas de plantas. Pero ella es esquiva, como paloma torcaz; o finge esquivez aposta, para provocar, hasta que él prorrumpe en su petición: oírla, verla. Al principio era ella quien clamaba: oíd, mirad.  
                     2,13 Repetirá la invitación en 4,8; allí lejana. 

Sofonías 3,14-18.

14¡Grita, ciudad de Sión; lanza vítores. Israel;
festéjalo exultante. Jerusalén capital!
15Que el Señor ha expulsado a los tiranos.
ha echado a tus enemigos;
el Señor dentro de ti es el rey de Israel
y ya no temerás nada malo.
16Aquel día dirán a Jerusalén:
No temas, Sión, no te acobardes;
17el Señor, tu Dios, es dentro de ti
un soldado victorioso
que goza y se alegra contigo, renovando su amor,
18se llena de júbilo por ti,
como en día de fiesta.
Apartaré de ti la desgracia
y el oprobio que pesa sobre ti; 

Explicación.

3,14-18a La voz profética se dirige con cariño a la doncella-matrona Jerusalén, en unos versos que hacen pareja con Os 2; Is 49; 54; 62. Los sinónimos de gozo y alegría se acumulan, algunos se duplican. La alegría no brota de bienes materiales, sino de la relación personal del amor. Si el Señor se alegra con ella (Is 62.5), ella no tiene que temer, ha de estar alegre. El Señor elimina a unos rivales para quedarse él solo como rey, como soldado, como marido amante. Vuelve el amor antiguo y el gozo de un matrimonio renovado, y se celebra fiesta. Todo lo hará el Señor: expulsará, echará, renovará; a ella la invitan sólo a alegrarse y no temer. 

3,15 "Tiranos": pueden ser extranjeros o internos (cfr. Is 1.21-26). No piensa en un descendiente de David. 

3,17 El reyes soldado que sale a defender a su pueblo: Sal 45; Is 9,5; 10,21.


  Sal 33,2-3.11-12.20-21

 2 Dad gracias al Señor con la cítara,
tañed para él el arpa de diez cuerdas.
3 Cantadle un cántico nuevo
acompañad los vítores con bordones.
11 pero el proyecto del Señor se cumple siempre,
sus planes generación tras generación.
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se escogió como heredad.
20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
21 lo festeja nuestro corazón
y en su santo nombre confiamos.

Explicación.

33,1-3 y 20-22 Forman el marco. De alguna manera el comienzo mira al pasado para cantarlo, el final queda a la expectativa del futuro. Los invitados son al principio los hombres rectos y honrados, no toda la comunidad. Al final entra la primera persona, como respondiendo a la invitación inicial, o como impresionados por el contenido del himno. Un "canto nuevo" puede sugerir la ocasión nueva o el tema o la melodía; la fórmula se vuelve convencional: Sal 40,4; 96,1; 144,9; 149,1.

33,3 Sal 149,1.

33,10-11 De las palabras y obras sube al plan o proyecto; del orden cósmico se baja al plano humano de la historia. La antítesis tiene un ejemplo concreto en los versos 16-17. El hombre proyecta en Dios su modo de proyectar: Is 55,8s; Prov 19,21. La acción creadora es instantánea: "lo dijo y existió"; el plan humano abarca las "generaciones" humanas.

Dios, que enseña al hombre a planear razonablemente (Prov 20,18), ¿se complace en hacerlo fracasar? ¿Para mostrar su superioridad? (cfr. el desarrollo irónico de Job 12,14-25). La respuesta ya la ha dado el v.5: "ama la justicia".

33,12 La elección es única, exclusiva, iniciativa de Dios sin mención de méritos. También esta decisión es justa: cfr. Dt 33,29.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.  

EVANGELIO. Lucas 1,39-45:

39 Por aquellos días María se puso en camino y fue a toda prisa a la sierra, a un pueblo de Judá;
40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Al oír Isabel el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre e Isabel se llenó de Espíritu Santo.
42 Y dijo a voz en grito:
-¡Bendita tú entre las mujeres y bendio el fruto de tu vientre!
43 Y ¿quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
44 Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
45 ¡Y dichosa tú por haber creído que llegará a cumplirse lo que te han dicho por parte del Señor!

Explicación.

Prontitud para el servicio (39): el Israel fiel (María), que vive fuera el influjo de la capital (Nazaret de Galilea), va en ayuda del judaísmo oficial (Isabel; Judá, nombre de la tribu en cuyo territorio estaba Jerusalén). El saludo de María comunica el Espíritu a Isabel y al niño (44). Isabel habla como profetisa (41s). La bendición, por la maternidad de María. El fruto del vientre (42: cf. Dt 7,13; 28,4). Por haber creído (45), a diferencia de Zacarías.  



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