lunes, junio 01, 2015

LECTURAS DEL VIERNES 26 DE JUNIO DEL 2015.

PRIMERA LECTURA. Génesis 17,1.9-10.15-22.
Alianza del Señor con Abrán (Gn 12; 15)  

1Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo:
-Yo soy Dios Todopoderoso. Procede de acuerdo conmigo y sé honrado, 9Dios añadió a Abrahán. 
-Tú guarda el pacto que hago contigo y tus descendientes futuros. 10Este es el pacto, que hago con vosotros y con tus descendientes futuros y que habéis de guardar: circuncidad a todos vuestros varones; 

Sara  

15Dios dijo a Abrahán:
-16-Saray, tu mujer, ya no se llamará Saray, sino Sara*. La bendeciré y te dará un hijo y lo bendeciré; de ella nacerán pueblos y reyes de naciones.
17Abrahán cayó rostro en tierra y se dijo sonriendo:
-¿Un centenario va a tener un hijo, y Sara va a dar a luz a los noventa?
18Y Abrahán dijo a Dios:
-Me contento con que te guardes vivo a Ismael.
19Dios replicó:
-No; es Sara quien te va a dar un hijo, a quien llamarás Isaac; con él estableceré mi pacto y con sus descendientes, un pacto perpetuo. 20En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, lo haré fecundo, lo haré multiplicarse sin medida, engendrará doce príncipes y haré de él un pueblo numeroso. 21Pero mi pacto lo establezco con Isaac, el hijo que te dará Sara el año que viene por estas fechas. 22Cuando Dios terminó de hablar con Abrahán se retiró.

Explicación.

17,1. Todopoderoso: traducción tradicional de Sadday, cuyo significado no se ha aclarado todavía (véase Éx 6,3). La exigencia inicial se podría traducir o parafrasear así: procede honradamente / sinceramente conmigo, tenme presente en tu proceder íntegro.

17,9-10. Al patriarca y sus descendientes toca "guardar" el pacto ya otorgado por Dios. El modo de "guardarlo" consiste en llevar cada uno en su carne la marca de la pertenencia a su Dios.

17,16. Otro cambio de nombre: Sara = Princesa.

17,17. Sonriendo: no atreviéndose a creerlo, de puro gozo. Empieza el juego con el nombre de Isaac, cuya raíz escuchan los hebreos con el significado de reír, gozar, danzar, festejar: 18,12-15; 21,9; 26,8.

17,18. Lo que propone Abrahán es demasiado razonable y mezquino. El poder de Dios quiere revelarse en la impotencia humana.

17,20. Ismael gozará de una especie de patriarcado paralelo.

SALMO. 128,1-5.


1 iDichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
2Comerás de la fatiga de tus manos,
serás dichoso, te irá bien.
3Tu mujer como parra frondosa
en la intimidad de tu casa,
tus hijos como renuevos de olivo
alrededor de tu mesa.
4Ésa es la bendición del varón
que respeta al Señor.
5Que te bendiga el Señor desde Sión.
y gozarás de la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida,
128 Género colocación. Bienaventuranza que canta la felicidad de la vida familiar en el contexto de Jerusalén e Israel. El paradigma de la dicha está expresado con el 
doble "dichoso" (1.2), el doble "bendecir" (4.5), el doble "bien" (2.5b) y el final "paz". Por su colocación, completa y corrige el precedente: menciona la esposa y exalta el valor del trabajo humano; no será "en vano" si lleva la bendición de Dios. La vida familiar está reducida a lo elemental: es monógamo y de familia numerosa. El padre atiende al trabajo, la madre a la casa; la mesa simboliza y realiza la unidad familiar.
Las dos imágenes son vegetales, parra y olivo; sugieren lozanía, fecundidad, crecimiento. Parra o vid es imagen tradicional: p. ej. Is 5,1-7; Ez 19,10s. En un segundo momento, tanto la vid como el olivo pueden simbolizar a Israel: Jr 11,16. A través de dicho simbolismo pasamos al final del salmo: Jerusalén es la madre, Israel son los hijos.
128,1 Son correlativos respetar al Señor y seguir los caminos que él nos traza.
128,2 Es bendición trabajar produciendo y disfrutar de lo producido: Is 65,21-23; Am 9,14.
128,6 Conocer a los nietos es señal de longevidad: Prov 17,6; Job 42,16.

Transposición cristiana.
 La clave se encuentra en el símbolo matrimonial de Cristo y la Iglesia, según Ef 5. También es aplicable al sacramento del matrimonio, que renueva la bendición genesíaca.
En clave escatológica: el cristiano disfrutará del fruto de su fatiga: Rom 8,18; Ap 14,13.

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