lunes, junio 01, 2015

LECTURAS DEL LUNES 8 DE JUNIO DEL 2015.

PRIMERA LECTURA. 2 Corintios 1,1-7.

1Pablo, apóstol del Mesías Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los consagrados de Grecia entera. 2Os deseamos el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor, Jesús Mesías.
3¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús, Mesías, Padre cariñoso y Dios que es todo consuelo! 4Él nos alienta en todas nuestras dificultades, para que podamos nosotros alentar a los demás en cualquier dificultad, con el ánimo que nosotros recibimos de Dios; 5pues si los sufrimientos del Mesías rebosan sobre nosotros, gracias al Mesías rebosa en proporción nuestro ánimo.
           6Si pasamos dificultades es para vuestro aliento y vuestro bien; si cobramos aliento es para que vosotros cobréis ese aliento que se traduce en soportar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. 7Nos dais fundados motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el ánimo.

EXPLICACIÓN.

1-2.         El saludo presenta la estructura ordinaria, sin ningún desarrollo particular. Apóstol del Mesías Jesús, es Jesús, en cuanto Mesías/Salvador, quien envía a los que han de difundir su mensaje. El hermano Timoteo, cf. Col 1,1; Flp 1,1; Timoteo era originario de Listra (Hch 16,1), de padre griego y madre judía; acompañó a Pablo en el segundo y tercer viaje misionero y, junto con Silvano, participó con él en la fundación de la iglesia de Corinto (Hch 18,5; 2 Cor 1,19); más tarde la visitó por encargo de Pablo (1 Cor 4,17; 16,10s). Los consagrados, cf. Rom 1,7; 1 Cor 1,3. Los destinatarios no son solamente los fieles de Corinto, sino los de toda la Grecia meridional (Acaya, nombre de la provincia romana), de la que era capital.

3-7.  Bendito sea, fórmula común para comenzar (cf. Ef 1,3; 1 Pe 1,3), adaptación de fórmulas judías. Dios consuela a Pablo (cf. Rom 15,5), no con promesas de futuro, sino con una experiencia presente en medio de sus sufrimientos (3-4). Estos, que consisten principalmente en contradicción y persecuciones, acompañan la actividad del cristiano y continúan los de Jesús Mesías (cf. Col 1,24) (5). En vez de causar depresión, hacen creer el ánimo por la presencia del Señor que se experimenta.

            Comunicación de experiencias (6-7).

SALMO. 34,2-9.

2 Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
3 Yo me glorío del Señor:
que lo escuchen los humildes y se alegren.
4 Engrandeced conmigo al Señor,
ensalcemos junto su nombre.
5 Consulté al Señor y me respondió
librándome de todas mis ansias.
6 Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se sonrojará.
7 Este pobre clamó y el Señor le escuchó,
lo salvó de todos sus peligros.
8 El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles protegiéndolos.
9 Gustad y apreciad que bueno es el Señor:
dichoso el varón que se acoge a él.


Explicación.

 34,2 "En todo momento": varias veces insiste el orante en la totalidad: 5.7.18.20.21.

34,3 El hombre no debe gloriarse de méritos propios; su orgullo es el Señor su Dios: Jr 9,22s. Lo cual es otra forma de alabanza. Si los marginados pueden alegrarse de la experiencia del orante, es que él no es ajeno a la categoría.

34,4 "Engrandecer" es reconocer la grandeza, como enaltecer es reconocer la sublimidad. Dos dimensiones humanas o cósmicas se proyectan hacia Dios.

34,5 Consulta del hombre y oráculo de respuesta son práctica religiosa común: véase p.ej: el caso de Raquel en Gn 25. La respuesta divina serena, tranquiliza.

34,6 Éste es el verso más importante del salmo. Leo imperativo con versiones antiguas. "Radiante" como Is 60,5; "sonrojarse" o quedar sombrío, como Is 24,23; Jr 15,9 o Miq 3,7. Con vocabulario diverso, creo que la invitación apunta a tres momentos de la vida de Moisés: en la vocación (Éx 3,6), en los encuentros personales con el Señor (Éx 33,8 y 34,29-33), cuando volvía radiante. El privilegio de Moisés se ofrece hoy a cualquiera: quien "contemple" a Dios, en el templo o en la oración, saldrá "radiante", no estará "sombrío" por el fracaso. Se podría tomar este verso como lema de la oración contemplativa.

34,7 Simple secuencia personalizada: clamar - escuchar - salvar.

34,8 "Acampar protegiendo" puede pertenecer al lenguaje militar. Implica que el "ángel del Señor", como capitán, dispone un escuadrón que rodea. Resuenan relatos de Éx y Nm.

34,9-11 Creo encontrar cierta coherencia temática en estos tres versos: "gustar y pasar hambre", "carestía y bienes". Propongo una hipótesis de lectura: aun cuando "ricos y poderosos" (corregido) "pasen hambre", los "fieles consagrados" al Señor "no carecerán de nada"; más aún, participando en el banquete sagrado "gustarán la 

EVANGELIO. Mateo 5,1-12.

1 Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos.
2 Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
                    3 Dichosos los que eligen ser pobres,
                       porque ésos tienen a Dios por rey.
                    4 Dichosos los que sufren,
                       porque ésos van a recibir el consuelo.
                    5 Dichosos los sometidos,
                       porque ésos van a heredar la tierra.
                    6 Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia,
                       porque ésos van a ser saciados.
                    7 Dichosos los que prestan ayuda,
                       porque ésos van a recibir ayuda.
                    8 Dichosos los limpios de corazón.
                       porque ésos van a ver a Dios.
                    9 Dichosos los que trabajan por la paz,
                       porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
                  10 Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad,
                       porque ésos tienen a Dios por rey.
                  11 Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
12 Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os da; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.

EXPLICACIÓN.

4,25-5,12.    Multitudes judías y paganas. La actividad de Jesús rompe las fronteras entre los pueblos (4,25). Reacción de Jesús, subir al monte, lugar de la presencia y actividad divinas. Va a promulgar el estatuto del Reino, a definir la nueva alianza y a constituir el nuevo pueblo. Sube al monte como Moisés y habla desde él como Dios: el Hombre-Dios.

                  "Pobres" (3), en la tradición judía, los pobres sociológicos; "eligen", lit. "por el/su espíritu", que indica un acto interior del hombre, de inteligencia, voluntad o sentimiento; en este contexto, de voluntad (= decisión, opción). "Los pobres por propia decisión" = los que eligen ser pobres. Jesús mismo lo interpreta en 6,24 (opción entre Dios y el dinero). Tienen a Dios por rey (lit. "de ellos es el reinado de Dios"), es decir, sólo con ellos actúa Dios como rey. El reinado de Dios pone fin a la miseria; no carecerán de lo necesario ni tendrán que someterse a otros para obtener el sustento (6,25-34). Esta pobreza se opone al acumular y retener bienes (6,19-21) y supone la disposición a compartir lo propio (6,22). Ésta es la buena noticia a los pobres (Is 61,1; Mt 11,15).

                Las tres bienaventuranzas siguientes contienen una promesa de liberación, efecto de la opción por la pobreza.

                Los que sufren (4), alusión a Is 61,1 donde se trata de la opresión de Israel. Jesús anuncia el fin de la opresión para la humanidad entera.

                Los sometidos (5), según el texto de Sal 37,11: los que han perdido su independencia económica y su libertad y tienen que vivir sometidos a los poderosos que los han despojado. La tierra, universal: plena restitución de la libertad e independencia.

               Esa justicia (6) condensa las dos bienaventuranzas anteriores: verse libres de la opresión, gozar de independencia y libertad.

              Las tres bienaventuranzas siguientes definen la labor del grupo cristiano en medio de la sociedad.

              Los que prestan ayuda (7), la misericordia expresada en obras.

             Los limpios de corazón (8), cf. Sal 24,4, en paralelo con "el de manos inocentes": buena intención que se traduce en conducta sincera. Ver a Dios, la experiencia constante de su presencia. No cuenta ya la pureza de la ley, sino la del comportamiento, ni el encuentro con Dios en el templo (Sal 24,3; 42,3.5; 43,3), sino en la vida.

            La paz (9): prosperidad, tranquilidad, derecho, justicia; en suma, la felicidad individual y social. Condensa las dos bienaventuranzas anteriores. Tal actividad hace al hombre semejante a Dios, por ser la misma que él ejerce con los hombres. No relación de siervo a señor, sino de hijo a Padre (cf. Os 2,1).

          La última bienaventuranza (10) completa la primera (3) (ambas en presente y con el segundo miembro igual). La persecución no es un fracaso, y es consecuencia de la fidelidad a la opción inicial (5,3). La sociedad, basada en la ambición de poder, gloria y riqueza, no la tolera.

          Las promesas de futuro (vv. 4-9) son efecto de la opción y fidelidad presentes (vv. 3,10). Liberación progresiva de los oprimidos por la existencia del grupo humano que opta contra los valores de la sociedad y crea una alternativa.

          Para los discípulos (11s) desarrolla la última bienaventuranza. La sociedad ejercerá sobre ellos una presión más o menos cruenta. La reacción ha de ser de alegría. Su recompensa será la experiencia de que Dios reina sobre ellos. Con su modo de vivir, los discípulos toman el puesto de los profetas de antaño: hacen visible una nueva relación humana, que denuncia la injusticia existente.

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