viernes, mayo 01, 2015

LECTURAS DEL SÁBADO 23 DE MAYO DEL 2015.

Primera Lectura: Hechos 28,16-20.30-31

16 Una vez entrados en Roma, le permitieron a Pablo tener su propio domicilio con un soldado que lo vigilase.
17 Tres días después invitó él a los judíos principales a un encuentro; cuando se reunieron les dijo:
- Yo, hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo o las tradiciones de nuestros padres, estoy preso desde que en la ciudad de Jerusalén me entregaron a los romanos.
18 Éstos me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque respecto a mí no existía ningún cargo que mereciera la muerte;
19 pero como los judíos se oponian, me vi obligado a apelar al César, aunque sin intención alguna de acusar a mi nación.
20 Éste es el motivo por el que os rogué poder veros y hablar con vosotros, pues precisamente por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.
30 Permaneció allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían a él,
31 predicando el reinado de Dios y enseñando lo concerniente al Señor Jesús con toda valentía, sin impedimentos.

EXPLICACIÓN.

                           Prisión atenuada de Pablo y desaparición definitiva del "nosotros" (16).

                           Éstos aparecieron por primera vez cuando se anunció la travesía hacia Europa (16,10). (En la rec. occ. se anticipa su presentación en 11,28.). A partir del momento en que Pablo se ha visto privado de la presencia profética de Bernabé y no obstante el gran rodeo que ha hecho dar a la misión, por haber resuelto enfrentarse con la institución judía de Jerusalén 8cf. 19,21b) contra el parecer del Espíritu Santo (cf. 19,21c; 20,3 var.; 20,23; 21,4.10-12), el grupo del "nosotros" se ha mantenido a su lado o al margen marcando con su presencia o ausencia si el camino elegido por él era recto o equivocado.

                            Ahora, una vez que Pablo ha alcanzado Roma, objetivo que le había fijado el designio divino (cf. 19,21c; 23,11), el grupo del Espíritu se separa de él definitivamente, a la manera como el ángel liberador se aparta de los personajes a quienes ayuda a liberarse (cf. 12,7-19). Dicho objetivo, Roma, viene expresado también mediante circunlocuciones tales como el "César" (27,24), "el tribunal del César" (25,10), "la apelación al César" (25,11.12.21.25; 26,32; 28,19) o la declaración por parte de Pablo de su verdadera identidad "romana" (16,37.38; 22,25.26.27.29; 23,27); todos estos términos designan al mundo pagano, campo de misión que había sido asignado a Pablo (cf. 13,47; 22,21; 26,17s) y que debía haber sido el suyo desde un principio.

                           Sin embargo, ni siquiera llegado a Roma renuncia Pablo a su proyecto de convertir a una comunidad judía representativa. Invita a los judíos principales de la capital y les expone su caso. Justifica el hecho de haber sido entregado a los paganos -el máximo oprobio para un judío (cf. 21,11)- por la oposición sistemática de los judíos a que lo pusieran en libertad siendo inocente. Subraya, sin embargo, que con su apelación al Emperador no ha querido desacreditar a su pueblo. La única causa de su condena es la esperanza de Israel.

                            Ante los judíos de Roma Pablo hace la mejor presentación de sí mismo (17-20).
                         La tercera vez que Pablo afirma solemnemente que desde ahora se dirige a los paganos 8cf. 13,46; 18,6; 28,28) lo cumple a la letra (30). La frase decisiva es la que cierra el libro: "con toda libertad/valentía", efecto del Espíritu (cf. 4,29), "sin impedimento" (31), por haber renunciado a su nacionalismo judío, el máximo obstáculo que se había interpuesto constantemente en su labor misionera. Ahora alcanza toda su talla de apóstol.

                             Una vez que los personajes más representativos de las principales tendencias han alcanzado el ápice de su liberación personal, poniendo todas sus facultades y actividad al servicio del mensaje universalista de Jesús, Lc deja de hablar de ellos. (Así, Felipe, portavoz del grupo helenista, desaparece de escena en 8,40, reapareciendo en 21,8s a la cabeza de la comunidad paganocristiana de Cesarea; Pedro, portavoz del grupo hebreo/apostólico, sale de escena en 12,17, reapareciendo en 15,7-11 para defender la causa de los paganos.) Por eso, una vez que Pablo ha alcanzado su plena madurez de apóstol, Lc puede concluir el segundo libro. Ya no hace falta hablar más de él, pues está perfectamente en línea con el mensaje de Jesús (primer libro).


Salmo Responsorial: 11,4-5.7.

4 - El Señor está en su templo santo,
el Señor tiene en el cielo su trono:
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
5 El Señor examina a honrados y malvados,
al que ama la violencia lo aborrece.
7 Porque el Señor es justo y ama la justicia;
los rectos verán su rostro.
EXPLICACIÓN.

11,4 Afirma el puro hecho de la presencia, “está”, antes de mencionar su actividad: Is 18,4; 66,1; Hab 2,20; los ojos: Jr 32,19.

11,5 Se entrevé al fondo el castigo ejemplar de Sodoma y Gomorra: Gn 19,24; Is 34,9s; Ez 38,22. Es un castigo definitivo.

11,7 ¿Qué alcance tiene “ver el rostro de Dios”? Hay que colocar la frase en la línea de Jacob (Gn 32,30). Moisés (Éx 33,18-21) y el final del Sal 17. También se puede seguir la línea de Job 9,11; 23,9; 19,27 y 41,5.


Transposición cristiana.
Puede referir el salmo al juicio de Jesucristo al final de los tiempos: Hch 10,42; recoge la imagen de la copa Ap 15,7; 16,1. Para algunos casos el evangelio recomienda la fuga: Mt 10,23. El ver a Dios entra en el horizonte de la visión beatífica.

Evangelio: Juan 21,20-25

20. Al volverse, Pedro vio al discípulo predilecto de Jesús, que iba siguiendo, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?”
21. Pedro, entonces, al verlo, le preguntó a Jesús:
- Señor, y éste, ¿qué?
22. Le respondió Jesús:
- Y si quiero que se quede mientras sigo viniendo, ¿a ti que te importa? Tú sígueme a mí.
23. De ahí que se corriera la voz entre los hermanos de que el discípulo aquel no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si quiero que se quede mientras sigo viniendo, ¿a ti qué te importa?”
24. Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas y las ha escrito, y sabemos que su testimonio es digno de fe.
25. Pero hay además otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribiesen una por una, pienso que los libros que se escribieran no cabrían en el mundo.

EXPLICACIÓN.

                    Jesús lo invita a comenzar el seguimiento (cf. 13,36). Es la invitación que hizo a Felipe al principio del Evangelio (1,43); Pedro tiene que volver a los principios y aprender todo lo que no había aprendido. Pedro se vuelve, para comenzar su seguimiento, y ve al que nunca ha dejado de seguir a Jesús. Reacción (21): inseguro, quiere saber qué será del otro, para imitarlo y no desviarse. No importa lo que pase con el otro (22); la ruta de cada uno es independiente; mientras sigo viniendo, haciéndose presente en la comunidad, hasta que acabe la creación de la humanidad (20,17). No hay más modelo que Jesús ni más camino que el suyo (Tú sígueme a mí). El Espíritu identifica con él. Se deshace un equívoco (23). Hermanos, apelativo de los cristianos.

SÍNTESIS.

                        
La mentalidad tipificada por Pedro, la del Mesías/la Iglesia de poder es el gran obstáculo para el seguimiento; considera a Jesús un líder a quien se presta una adhesión independiente de la comunidad y del mundo. Libertad y responsabilidad del discípulo en el seguimiento. Vínculo personal de amistad con Jesús. Cada cual ha de recorrer su propio camino y asumir su propia responsabilidad. La presencia de Jesús está asegurada.

                       24-25. La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. Esta afirmación asegura al lector que la figura de Jesús descrita en el Evangelio responde al significado profundo de su persona. La comunidad ha aceptado este testimonio y lo refrenda; sus miembros saben lo que es digno de fe, es decir, que corresponde a su experiencia personal de Jesús. Hipérbole (25): lo escrito es sólo una muestra de lo que hizo Jesús. Para conocer a Jesús no hace falta la plena información histórica, basta penetrar su significado profundo.

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